domingo, 29 de noviembre de 2020

Un descuido tonto.

 



Las medidas restrictivas parecía que se iban a alargar más allá de la Navidad, una Navidad diferente, en un año diferente y a ver si de una vez por todas, se terminaba aquello. Pero aún faltaban semanas y en ellas unas pocas esperanzas de algún cambio a aquella tediosa rutina pandémica, de días exactamente iguales que el anterior. Aunque teníamos la suerte, de haber encontrado fórmulas para sobrellevarlo e incluso sacarle algún pequeño partido. 

Todo llevaba muy tranquilo unos días, demasiado. Madrugar, trabajar a casa, ella salía a andar un rato, yo me acomodaba, me tomaba la cervecita mientras la esperaba, un ratito de charla, cena, ver la tele o meternos en internet y a la cama, así pasaban los días, con alguna excepción. 

Un tarde muy ventosa avanzado ya el mes de noviembre, acababa de llegar a casa, ya anochecía, en una de esas puestas de sol impresionantemente coloridas de los días de viento. Había llegado un poco más pronto de lo habitual, con lo que habíamos estado charlando y cuando se había dado cuenta iba tarde a la caminata, así que la tenía por ahí corriendo, en esto que sonó el interfono, vino corriendo, me dio un beso y me dijo.

-Hala, me voy, te dejo con tu rato de tranquilidad

-Anda tira

-A eso voy

Y salió a toda velocidad...

Bueno y de alguna manera tenía razón era mi rato diario de soledad absoluta, sin una niña grande tocapelotas por ahí, aunque en realidad a la hora ya la echaba en falta a ella y todas sus contradicciones, dualidades, histerismos y enfados con el mundo, pero así es o lo tomas o lo dejas.

Así que me senté con mi cervecita, me encendí un cigarrito y me puse a zapear buscando algo interesante, si es que lo había. Tras un rato cejé en el empeño y apagué la tele, me puse a tontear con el móvil y fue cuando vi el plumas en la silla: "cualquier día pierde las bragas, esa cabecita loca" pensé y cómo iba a ir a ponerme el pijama la cogí, algo cayó en el suelo, era un papel, lo recogí para tirarlo a la basura, pero algo llamó mi atención estaba todo arrugado, hecho una bola, pero sobresalía un extremo y en el se veía el membrete del ministerio del interior. Entonces lo abrí y en efecto era una notificación del Ministerio del Interior más en concreto de la Dirección General de Tráfico, nada más y nada menos una denuncia por: "conducir usando un dispositivo móvil". Artículo 18.2  de la ley de seguridad vial....

Total 200 pavos y tres puntos del carnet. 


La fecha era de Octubre, por lo tanto yo no sabía nada, así que se iba a caer con todo el equipo aquella noche. Con el añadido que no era la primera vez que la avisaba, de esa manía y su respuesta eran risas y el sobado "pero si no me van a pillar".

Cogí el papel y me lo guardé en el bolsillo. Cuando me dí cuenta ya estaba de vuelta. Tocó al interfono porqué claro llaves tampoco se había llevado. Le abrí, aunque me dieron ganas de dejarla un rato fuera, con la excusa de la ducha o los cascos escuchando música, pero fui bueno

-¿Como ha ido la caminata?

-Pues como siempre, pero me carga las pilas

-Tienes la cara roja

-Si es el puto viento, luego me pondré crema, que me reseca la piel

-Te dejaste la chaqueta

-Ya...pero bueno tampoco hace tanto frío y la que te mueves se pasa. Pensaba que la había dejado aquí

-Y piensas bien la puse en el armario, anda mira si te falta algo

-Que va si no había nada.

-Vale, vale entonces los 50 euros que se han caído la suelo cuando la cogí deben ser míos.

-¿Habían 50 pavos? pues son míos dámelos!!!!!

-Me has dicho que no había nada

-No me acordaré, pero si están en mi chaqueta son míos

-Venga va voy a ser bueno, toma

Me metí la mano en el bolsillo y saqué algo, pero no eran 50 euros, era la notificación de la multa arrugada pero desplegada. Al verla le cambió la cara. 

-Me vas a tener que explicar muchas  cosas, lo sabes ¿no?

-Si te lo puedo explicar además la voy a recurrir...

-No, la recurriré yo como otras veces y los sabes, pero de momento, te voy a apartar un ratito para que pienses bien que me cuentas.

-Santi, tengo que darme un ducha.

-Huyyy si en Noviembre caminando y con un viento de flipar, has sudado mucho, anda tira al rincón y no empeores las cosas, vamos más te vale.

Se quedó quieta

-¿Tengo que llevarte yo?

Volvió a arrugar la notificación y la tiró, en un ataque de orgullo, me la quedé mirando muy serio y entonces si aprendió el camino del rincón.

-Estás sumando cada segundo más puntos y esa actitud corporal chulesca, no la soporto, así que ponte bien o te aseguro que envio a tu ego de vacaciones un tiempo.

A mala gana se puso las manos sobre la cabeza, pero siguió desafiante. 

-No tengo prisa -le dije-

Y en efecto, ahí la tuve al menos 20 minutos, escuchando sus resoplidos y demás, hasta que dio un poco su brazo a torcer y adoptó una posición más de rendición, solo entonces la llamé y cuando se dio la vuelta le dije.

-Recoge la notificación

Lo hizo buena señal y cuando estaba frente a mi, le dije.

-Bueno, te voy a dar la oportunidad de explicarte así que empieza.

-Si es que estaba parada en un semáforo, no entiendo el peligro

-Vamos a ver por el principio. Te pillaron estando parada en un semáforo ¿es eso?

-Si

-¿Y por qué debería creerte? si me lo dices el mismo día igual

-Pues no te lo dije precisamente por eso, porque no me vas a creer

-No me lo pones fácil, pero aún así sabes que ni parada en un semáforo se puede

-Pues menuda tontería

-Tiene su lógica y los sabes, además si tanta urgencia tienes de ver el puñetero móvil te paras y ya, así que busca otra excusa.

-No busco excusas tengo muy claro que tu ya tienes, la decisión tomada.

-Me lo pones muy fácil, es más esto lo hemos hablado, esto y la velocidad,  por ti primero y por los demás también ¿quieres que te cuente cuanta gente me he tenido que encontrar a la nunca le iba a pasar nada?

-Pufff batallitas no

Ya no pude más de un tirón de ella y la puse en mis rodillas, para evitar cualquier tentación le puse mi pierna encima de las suyas y sujeté sus manos en la espalda.

-¿Sabes? no soporto cuando encima de no tener ninguna razón, sigues y suele ser cuando menos razón tienes, no entiendo ese comportamiento suicida para tu culo, pero no te preocupes, que si es lo que quieres : objetivo cumplido

Empecé a azotarla con ganas con los leggins de deporte puestos y por ganas quiero decir que no paré hasta que empezó a picarme a mi la mano y su cuerpo se había relajado del todo, entonces quité mi pierna de encima de las suyas.

-Levanta

Lo hizo con alguna queja.

-Las manos arriba

Nada más hacerlo le bajé los leggins, debajo lleva un culotte de deporte también, que siguió el mismo destino hasta, las rodillas, otra vez movimiento rápido y brusco y de nuevo en mis rodillas, ahora ya con el culo al aire y algo coloreado ya. Sin más charla, empezó a caerle  una lluvia de palmadas constantes, piel contra piel, tras un rato y cuando ya tenía el culo bien rojo, empezó a moverse así que de nuevo puse mi pierna encima de la suya y seguí un rato más, al menos un cuarto de hora de azotaina continua, con alguna pequeña pausa, pero lo justo para tomar aire y seguir. Cuando por fin me detuve, la mano me ardía y su culo estaba rojo sandia todo el....aunque no tan fresco seguro. Ni una caricia, nada más terminar la mandé levantarse, me levanté la cogí del brazo y a la habitación.

Entramos juntos, allí la solté, saqué las almohadas las puse en el centro y le dije que se tumbara sobre ellas. Lo hizo, abrí el cajón de la mesilla, cogí el plug de metal, lo lubriqué, le separé las nalgas rojas y sin mucho miramiento se lo metí, acto seguido me quité el cinturón, lo doblé y lo dejé sobre su culo, entonces le dije.

-Prepárate que un rato vuelvo. 

Salí y cerré la puerta de la habitación. Yo sabía que sería más dura esa espera, que los azotes, que iba a dar después, así que tampoco alargué mucho, tiempo de fumarme un cigarro y eso debió despistarla, debía imaginar más rato. Eso y mi mente que se había descalzado para que no escuchara mis pasos. Al abrir la puerta de repente, vi algo raro, un movimiento raro.

-¿que estabas haciendo?

-Nada...

-¿Nada?

Fui directo a su mano derecha y sus dedos eran el chivato.

-¿Te estabas tocando?

Me puso una sonrisa de pícara y me dijo 

-Jooo es que me aburría y ya sabes el calorcito, el plug...

Estuve a punto de reírme. Entonces cogí el cinturón y le dije.

-¿Te gusta jugar? Pues vamos a jugar a ver quien es más rápido si tu en terminar o yo en ponerte el culo morado, ya puedes seguir.

No hizo nada, extrañada y le di media docena de azotes fuertes con el cinturón.

-Sigue, tu rapidez determinará los azotes que te llevas

Esperé a verla levantar un poco el culo y llevar la mano a su coño, cuando empezó a jugar con el, empezaron a caerles los azotes con el cinturón, a medida que aumentaba el ritmo de su masturbacion, yo aumentaba el de los azotes, empezaba a tener el culo muy perjudicado, tanto que me planteé el parar, pero justo en ese momento toda ella se tensó entre gemidos y se corrió mientras yo la miraba con el cinturón levantando a punto de caer otra vez, cuando ya calmó aunque aun seguía moviendo la mano mucho más lento, le di media docena más de azotes. La traca final, esos  dolieron...y cayó rendida. 

Tenía el culo bien marcado, recorrido por rayas rectangulares de color escarlata que lo atravesaban. Cogí el cinturón, lo anudé a sus muñecas y le dije.

Voy a hacer la cena, cuando esté lista te vengo a buscar.

Cerré de nuevo la puerta de la habitación, ahora no podia tocarse y durante un rato la sensación reinante sería el fuego de la zurra en su culo.

Cuando la fui a buscar, le quité el cinturón de las muñecas, la ayude a levantarse, me dio un beso y me sonrió, ahi estaba con la borrachera de endorfinas en pleno apogeo. Nos fuimos a cenar, le costó mantener la compostura con el culo desnudo directo en la silla, al terminar la envié de nuevo a la habitación mientras recogía. 

Al entrar, estaba boca abajo y me dijo.

-Dios me acabo de ver el culo, en una semana no me siento.

-Pues esta precioso y con la joya ahí más...



Me desnudé, le hice un pequeño masaje en las nalgas con algo de aceite, entonces la cogí de la cintura, haciendo que arqueara la espalda hasta apoyar las rodillas en el colchón y los hombros en la almohada, comprobé con la  mano su estado, mojada muy mojada, llevé mi polla a su coño y literalmente la absorbió ahí me quedé un rato como mi polla clavada bien profunda y mi pubis pegado a su culo caliente y le dije.

-Mañana te revisaré las marcas y supongo que descansaras, pero la multa te va salir cara y te van a caer unas cuantas zurras de recuerdo, en cuanto se recupere un poco el culo...

Entonces ya empecé a follármela con furia


Continuará...







1 comentario:

  1. Creo que incluso si no es furioso que hacer el amor y el sexo siempre debe ser apasionado ... ¡Gracias por el correo caliente y emocionante!

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