jueves, 25 de junio de 2020

Si y no






En el último vídeo que compartí de Jillian Keenan, le hacen una pregunta cuya respuesta me pareció de los más interesante y sobre la que voy a escribir algo. La pregunta es:

-¿Disfrutas durante los castigos?
-Si y no

Es una respuesta muy ambigua ¿verdad? bueno el orden de ambas opciones ya dice mucho, primero va el sí y después el no, cuando podría haber sido al revés, la espontaneidad tiene estas cosas, aparecen las fugas mentales y pese a la ambigüedad el orden ya da una pista, de lo que nos quiere decir.

A quien se lo mira desde fuera, quien tiene curiosidad, incluso quien siente excitación con la idea de jugar, pero no tiene experiencia real, es fácil que se quede con lo más impactante: la parte física, lo más puramente sensitivo, el juego de impacto que dirían algunos o sin darle tantas vueltas, los azotes y sus efectos. 

¿Unos azotes duelen? no es que duelan, es que deben doler, si no es así mejor dejarlo y hacer otra cosa y deben doler entre otras cosas porque sin esa sensación el juego no sería juego, sería algo distinto. Pero el error estar en considerar los azotes como todo el juego, cuando no lo es, es parte imprescindible del mismo cierto, pero el juego es mucho más que dar o recibir y azotes. 

Imaginad que quedáis con unos amigos a tomar unas cervezas ¿lo importante son las cervezas o el contexto? Está claro que unas cervezas te las puedes tomar solo y si te gusta incluso disfrutar de ese momento, pero entre eso e ir a tomar unas cervezas en grupo media un abismo, ya que ahí la cervezas solo son una excusa para reunirse, para crear un ambiente determinado, distendido, charlar, debatir, socializar, vamos que al final lo que recordaremos de esa reunión será el ambiente, las conversaciones, las complicidades, las discusiones, no las cervezas que tomamos.

Pues un poco la comparativa con los juegos es similar, un juego no son solo los azotes, los azotes son el nexo de unión del juego, pero un juego se inicia mucho antes del primer azote y termina mucho después del último. Para que se lo primero es crear una escena, un ambiente propicio, deseo, excitación, ganas, seducción, complicidad, provocación...Y desde esa primera chispa ya hay un disfrute, una especie de spanking mental de ida y vuelta, sin olvidar que al final si hay un fin físico, de búsqueda de sensaciones físicas, que a la vez se retro alimentan con las mentales.

Si nos centramos en lo meramente físico y preguntamos ¿Disfrutas con los azotes, vamos el momento de estar recibiéndolos? estoy seguro que la respuesta mayoritaria sería: no y ya no sólo con los azotes también con determinadas fases del juego físicas o mentales sin embargo, si preguntamos ¿A pesar de eso, te excita la situación? estoy también convencido que la respuesta sería si y además es algo que se puede ver y tocar, el cuerpo no engaña.

Y es más estoy plenamente convencido que esa ambigüedad de sensaciones, es  uno de los alicientes del juego, ya que a pesar de esa parte entrecomillas negativa, en todo momento la excitación permanece que es lo que creo que buscamos, incluso por encima del placer. El spanking es un juego de excitación, de llevarla cuanto más alto mejor y el hecho que pese a no sentir placer en determinados momentos, esa excitación no solo continúa viva sino no que va in crescendo parece ser uno de sus máximos motivantes.

De ahí aquello de "cuanto más real es, cuanto más  me siento castigada, más me excita" que me han dicho muchas veces.

1 comentario:

  1. Pues ahí está el morbo de este estilo, ¿no? Que te gusta lo que no te gusta y que te excita lo que te duele, etc... :)

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