sábado, 2 de noviembre de 2019
Un puente especial I parte
Nos caía genial el puente de Todos los Santos, en viernes así que fin de los estuvimos hablando y decidimos irnos por ahí esos días, nos vendría bien salir cambiar de aires y desconectar. Decidir el lugar fue sencillo: Soria. La pequeña pero encantadora y mágica ciudad a los pies del Moncayo, además con todo la leyenda asociada a Soria y Todos los Santos como Bécquer inmortalizó.
Además, yo puede cogerme el Jueves de fiesta, así en cuanto ella salía de trabajar (hacía horario seguido) nos poníamos en camino. Los días previos habíamos estado mirando actividades para hacer y todo eso pero a mi me daba un poco igual, la idea era pasar unos días diferentes y con la compañía me bastaba, vamos ir con ella a cualquier lugar es diversión asegurada tarde o temprano.
El jueves la recogí, paré lo justo para hacer un café y ponernos en marcha, como yo había conducido un rato ya, ella cogió el coche y pusimos rumbo a la pequeña ciudad del Duero, el cambio de hora reciente hizo que llegásemos ya a oscuras. Hicimos el check-in en el hotel, como vistas a San Juan de Duero, descansamos un poco, nos dimos una ducha y bajamos a la ciudad a dar una vuelta y cenar algo, la diferencia de temperatura siempre se hace notar en Soria y el 1 de Noviembre el abrigo es obligado para andar por la calle. Estábamos cansado, así que enseguida volvimos al hotel, nos apalancamos en la cama a ver la tele un rato y no tardamos en quedarnos dormidos.
Despertamos pronto, es lo que tiene irse a la cama pronto también. Hicimos planes rápido para aprovechar el día, ropa cómoda y caminata por un lugar precioso: el cañón del Rio Lobos. Dicho y hecho nos vestimos, cogimos lo necesario, bajamos a desayunar, al coche y dirección a la ruta. Es un ruta preciosa, que bordea el cañón por el cual transcurre el curso de aguas cristalinas del Rio Lobos y que termina en la ermita de San Bartolomé, un lugar maravilloso. Dejamos el coche en el lugar de inicio, pocos coches pensé, mejor, nos bajamos y empezamos la ruta con el fresco de la mañana. Toda la ruta es idílica naturaleza pura, paisajes increíbles, se pueden observar todo tipo animales, águilas, patos, buitres y con suerte hasta algún corzo. Tras un rato de caminata decidimos parar, en un lugar donde hay una fuente natural a reposar un poco y picar algo. Estábamos en ello, cuando ella se acercó a la fuente donde manaba un agua cristalina y me dijo:
-¿Se puede beber?
-Si claro, si no avisaría.
Se agachó no muy convencida con la intención de probar y no puede resistir la tentación, movimiento rápido de mano y salpicón de agua en toda la cara. Agua que por cierto debía estar como mucho a 5 grados.
-Tu eres idiota o que?
-Jajajajajjaaj venga mujer, que así espabilas
Institivamente me aparté de su radio de acción e hice bien puesto que intentó salpicarme ella, pero no llegó a alcanzarme y yo me partía claro.
-Ríete, ríete....ya me vengaré
-Jjajajajjaj rencorosa
Me acerqué, la cogí de la cintura y le di un beso.
-Jajajaaj tienes la cara fresquita
-Cabronazo, ya te pillaré
-Bueno me arriesgo, siempre y cuando sea proporcional que nos conocemos
-Si, si eso seguro
Nos reímos un rato y seguimos. Cuando llegamos por fin a la ermita nos hicimos unas fotos el lugar lo merece y nos sentamos a comer algo que nos habíamos pispado del hotel, allí disfrutando del día que se había puesto soleado, aunque el sol de Soria como dice la canción no llega a calentar y menos en Noviembre. Ya decidimos emprender el camino de vuelta cuando me dispuse a echar una última foto, desde el prado a los pies de la ermita para coger, las extrañas formas de las rocas del cañón, con esos agujeros caprichosos, le acababa de dar al click cuando sentí una fuerza repentina que me empujaba hacía delante donde había un charco, como tenía el móvil en la mano y mi centro de gravedad desviado, por el intento de salvar el móvil perdí el equilibrio y caí de culo en el charco, fue un momento como de duda ¿que ha pasado aquí?, entonces me giré y la vi riendo.
-¿Te hace gracia?
Ella no podía parar de reír y yo no sabía como levantarme, finalmente y de forma ridícula me levanté llevaba todo el pantalón calado, cuando me vio la cara paró de reír de repente. Me miré osea mi estado y la volví a mirar
-Joder lo siento, solo quería vengarme y que metieras los pies....
Se le escapaba la risa, lo cierto es que era bastante cómico mi estado, hasta a mi por momentos me dieron ganas de reír, pero le dije.
-Prepárate cuando lleguemos al hotel.
-Joooo Santi, ha sido un fallo de cálculo, mi intención no era que cayeras, de verdad.
-Ya hablaremos luego con calma
Se acercó en plan melosa y pelota, lo cual no es muy habitual en ella, en plan me he pasado y vamos a destensar, yo cedí un poco, eso si cuando nos pusimos a andar y no nos miraba nadíe, le dí un azote fuerte.
-Auuuu, ya te he dicho que no era mi intención
-Bueno ahora estoy pensando, primero en como llego, segundo en como me subo en el coche si mojar la tapicería luego ya pensaré en ti...
-Jjaajjjajajajaj
-Te sigues riendo?
-Es que no lo puedo evitar que hago?
-Bueno a ver si luego ríes tanto.
Caminamos de vuelta, aunque ella se mantuvo siempre a una distancia prudencial, tampoco tenía prisa, no se me iba a escapar. Cuando llegamos al coche, la única solución fue sentarme encima de la mochila y más risas por su parte, y más miradas por la mía, finalmente llegamos al hotel anochecía ya, calado y helado. Nada más cerrar la puerta, la cogí del brazo.
-Vaaaa no seas vengativo has empezado tu.
-Lo se, y te dije que asumía la proporcionalidad, pero como siempre no has medido bien.
Estornudé y le dio la risa, al terminar la puse mirando hacia delante sin soltarla y le di unos cuantos azotes, por el pequeño pasillo hasta llegar a la estancia de la cama.
-Me voy a dar una ducha, que estoy helado, tu ponte el pijama que cuando salga vamos a hablar.
-Yo también necesito una ducha.
-He dicho que te pongas el pijama y esperes. ¿esta claro?
Cogí la ropa y me metí en la ducha, con el agua hirviendo para entrar en calor, al salir puse la ropa en un bolsa de plástico para no meterla en la maleta. Ella estaba con el pijama puesto y haciendo zapping tirada en la cama.
-Levanta
-Pufffff, que quieres? quiero ducharme
La cogí del brazo, la levanté y yo me senté en el borde de la cama. Sin decir nada ella empezó a hablar.
-Has empezado tu a provocar no me parece justo que ahora te pongas serio.
-No, señorita no ha sido exactamente así, si he empezado yo pero luego quien se ha descontrolado como siempre has sido tu.
-Pero joder mi intención no era tirarte, era solo los pies.
-Bueno has asumido un riesgo, ahora toca apechugar.
-Necesito una ducha
-Ya te ducharás
En ese momento se puso a buscar ropa en su maleta.
-No he terminado
-Paso me voy a duchar es injusto, has empezado tu.
Me levanté, la cogí del brazo apretando fuerte.
-Joder suelta que me haces daño.
-Mejor, así entenderás que voy en serio, la llevé hasta la pared de piedra, la puse allí mirando a la pared.
-Toca con la punta de la nariz la pared, las manos encima de la cabeza y cuando quieras hablar me avisas ¿estamos? pero mientras no se te ocurra moverte ni un milímetro.
La solté y me volví a sentar en el borde de la cama. Cogí el cenicero y me encendí un cigarrito.
Me había fumado la mitad, cuando me dijo.
-Vale ya está.
Le di una última calada, lo apagué y le dije.
-Ven
Se acercó a mi, que seguía en el borde de la cama la miré....
-¿y?
-Pues ya te lo he dicho varias veces la idea no era tirarte.
-Muy bien y yo también te he dicho varias veces que hay que asumir riesgos, si no lo hiciste ahora te va a tocar asumir consecuencias. Bájate el pantalón.
-Joder Santi...
-Te lo tengo que bajar yo
-Puffff
Refunfuñó pero terminó por bajárselo.
-Ponte en mis rodillas
Otro resoplido y despacio se puso, nada más ponerse algo no me cuadró, debajo llevaba unas braguitas más bien anchas.
-¿Desde cuando usas tu esto?
-Bueno a veces....para estar cómoda
-¿Me estás tomando el pelo?
-No de verdad....
-Vale, vale...
Meti un dedo por un lado de la braguita y la metí dentro del surco entre sus nalgas, después hice lo mismo con el otro, dejándolas tipo tanga y le dije.
-Como no me tomas el pelo, mañana que es sábado y no festivo iremos a comprar braguitas.
La termine de colocar a mi gusto cabreándola un poquito más, la sujeté bien, pase la mano por sus nalgas tanteando el terreno y comencé con los azotes, espaciados, alternando azotes y caricias, en realidad mi intención no era castigarla de momento, ella se estaba dando cuenta, pero no me importaba, la tenia donde quería, una mezcla de sensaciones estaba caldeando no solo su culo si no también el ambiente. Los azotes fueron cayendo con más intensidad y a más velocidad, esparcidos por precioso culito, poco a poco reduje la intensidad hasta detenerme.
-Levanta el culo....
Lo hizo y le bajé las braguitas aquellas tan extrañas. Empecé a sobarle el culo, tenía un bonito color rojizo y estaba caliente, también le acaricié los muslos, así un rato en silencio, jugando con su piel y sus sensaciones, hasta que me separé un poco las piernas. Fui en busca de su sexo, estaba mojado, no tanto como otras veces, pero fue empezar a jugar con el con mis dedos e inundarse, empecé a masturbarla primero despacio, pero enseguida con rabia y ganas, ella empezó a moverse y jadear, la llevé casi hasta ese punto de no retorno, entonces paré de golpe saque mi mano empapada de su coño y empecé a azotarla con ganas, ahora si eran azotes fuertes y continuados de castigo, ella se quedó como si saber reaccionar, paró de moverse de golpe mientras las palmadas constantes no dejaban de caer sobre su culo desnudo, cuando lo tuvo rojo como un tomate paré. Y le dije.
-Ve a darte esa ducha, luego seguimos.
Se levantó desconcertada y ruborizada, cogió la ropa y se metió en el baño, yo esperé pacientemente que se duchara. Cuando pasado un cuarto de hora salió de la ducha llevaba el mismo pijama, yo seguía sentado en el borde de la cama, inconscientemente se puso frente a mi, sin decir nada le bajé el pantalón del pijama y le di la vuelta. Debajo no llevaba nada, seguía teniendo el culo rojo, se lo acaricié de nuevo de pie de espaldas a mi...., metí la mano entre las piernas, un dedo, lo pasé entre sus labios...
-Te acabas de duchar y vuelves a estar mojada?, lo tuyo no tiene arreglo, me levanté, saqué las dos almohadas de la cama, las puse en el centro y le dije.
-Date la vuelta y ya sabes como te quiero.
Lo hizo se tumbó en la cama, sobre las almohadas cuya intención era que le levantaran el culo, pero como no lo hacían lo suficiente, le hice doblar una y volver a ponerse.
-Así mucho mejor.
Fui a mi maleta y cogí un cinturón que estaba enrollado, lo deje caer por el peso de la hebilla para que se desenrrollase, lo doblé por la mitad. Lo puse sobre su culo, para ver si la doblada era la ideal para impactar sobre las nalgas, sin que diera por exceso en las caderas, perfecto. Le hice agarrarse del final del colchón así evitaba la tentación de que pusiera las manos y empecé a darle jarabe de cinturón en el culo. 10 azotes de un lado y 10 del otro, cuando le di los primeros 20 paré, le acaricié suavemente con la yema de un dedo, los bordes de las marcas del cinturón, solo los bordes, quería que sintiera el calor de los azotes en todo el centro de su piel, así estuve un par de minutos, hasta que dejé el cinturón encima de su culo. Me fui a la maleta, busqué en el bolsillo más escondido algo frío y pesado, el plug de acero ondulado, es cortito pero ancho, lo lubriqué, me senté en la cama aparte, el cinturón, le separé las nalgas, con el plug estaba bien lubricado, con el mismo sobrante y jugando un poco con el frío plug, le lubriqué el ano y empecé a meterlo despacio, haciendo que las ondas entrasen una a una, hasta la más ancha, ahí ya todo entero desapareció dentro de su culo, me levanté, cogí el cinturón otra vez. Y empecé a dejarlo caer de arriba a abajo sobre su culo desnudo y levantado por las almohadas, esta vez fueron dos tandas de 15, una desde cada lado, así me aseguraba que ambas mejillas recibían por igual. Cuando paré debía arderle el culo, ahí la dejé, cogí el cinturón y lo guardé, haciendo el mismo ritual osea enrollándolo en redondo despacio. Al terminar, cogí una banqueta de estás de ponerse los zapatos que había, la puse junto a la pared. La ayudé a levantarse, y la hice ponerse de rodillas sobre la banqueta mirando la pared.
Me senté a observarla, encendí la luz principal, para ver bien como tenía el culo el rojo predominante se mezclaba con algún que otro morado, sabía perfectamente que la "mordedura" del cinturón era dolorosa, pero a la vez muy excitante para ella. Pasado un rato me acerqué, le dije que continuara en la posición es decir brazos sobre la cabeza, cuerpo recto y arrodillada sobre la banqueta, comprobé que el plug siguiera en su sitio y comprobé lo mojada que estaba. Fui a por el teléfono de la habitación, el cable llevaba donde estaba ella, lo dejé entre sus piernas y empecé a tocarla, despacio pasando mi dedo entre sus labios, estimulando pero despacio, entonces le dije.
-Habrá que cenar algo, te voy a marcar el número de recepción te doy el teléfono y pides cena en la habitación.
Marqué y le di el auricular, pude escuchar como decía alguien al otro lado
-Recepción dígame.
En ese momento le metí dos dedos de golpe en el coño....se le escapó un pequeño gemido y dijo muy perturbada
-Hola buenas noches somos de la 305, cena para dos en la habitación por favor.
-Muy bien que menú quieren?
El chico empezó a decir nombres de menús, todos tenían nombres típicos de lugares de Soria, ella entre jadeos dijo...
-Dos laguna negra gracias
-Muy bien, enseguida los subimos
-Gracias
En cuanto colgó apoyó las manos en la pared, yo seguí ya totalmente desbocado con mis dedos entrando y saliendo a la vez que con la otra mano frotaba por delante, tardó un rato es como si ella misma se contuviera para tenerlo más intenso, hasta que entre gemidos y algún grito se corrió empapando mi mano, aunque mis dedos se quedaron dentro un rato, cuando los saqué tuve que ir a por una toalla para secarme. Cuando volví le hice retomar la posición de castigo, a los dos minutos sonó la puerta, fui a abrir, era el servicio de habitaciones con la cena, ella estaba allí en el rincón de rodillas sobre la banqueta, con el culo rojo y marcado, el plug y lúbrica...hable con el chico del servicio, para aumentar su perturbación, no podía verla, pero si notar su presencia, una voz extraña y ella allí en esa situación, cerré la puerta entré el carro con la cena, que nos haría de mesa.
Entonces la permití salir del rincón, pero como sabia perfectamente en los castigos, solo se puede subir la ropa cuando se lo digo, así que se sentó a cenar con la ropa en los tobillos el culo marcado y el plug dentro.
Cenamos, saqué el carro y le dije que me esperase tumbada boca abajo en la cama. Cuando entré así estaba era momento de cremas, caricias, masajes y más cosas y aun quedaban dos días y una noche.
Continuará....
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Pobrecita, no me parece justo que todas sus revanchas le salga mal, él tiene la culpa de provocar, y ya quiero ver cómo va a ser la compra del sábado.
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