sábado, 2 de marzo de 2019

¿Provocación o descuido?





Me había podido escapar unos días a verla a mitad de semana. Ella trabajaba, por eso, todo ocurrió la tarde/noche del Jueves. Cuando llegó ella de trabajar estuvimos un rato perreando y a media tarde me dijo.

-Voy a darme una ducha y ponerme cómoda.
-Genial, luego voy yo.

Como no había intención de salir para nada, que mejor que una duchita pijama y manta, así que m pareció una buena idea. Ella se metió en el baño y un rato después salía. Cuando apareció por el comedor ya con el pijama y ese olor a recien duchada, era mi turno, Fui a la habitación y me preparé mis cosas ropa y demás. La sorpresa fue entrar en el baño y encontrarme su ropa usada toda desperdigada por el baño....Entonces pensé que solo habían dos opciones, sabiendo la rabia que me daba eso. Una que me estuviera provocando, la segunda que hubiera sido un descuido. Lo cierto es que optaba más por la primera opción, pero daba igual tanto si era una como otra, algo había que  hacer.

Me di la ducha tranquilo, al terminar recogí todo el baño, vamos lo mio y lo suyo, pero ya tenía una idea en mi cabeza, me fui con la ropa sucia hasta el canasto de la ropa para lavar de lavadora y le dije desde alli.

-Nena, pongo una lavadora, que ya toca.

Su respuesta me lo puso fácil.

-Muy  bien tu mismo

Y la cogí al pie de la letra, yo mismo, así que me fui a la habitación, abrí el cajón de su ropa interior y la cogí toda y toda se fue a la lavadora, eso quiere decir que la limpia también. Puse la lavadora y volví al comedor como si nada. Allí estuvimos charlando y tonteando, cenamos y al terminar la lavadora, ella mismo dijo:

-Me aprovecho que estás aquí y ya mañana la tiendes tu.
-Perfecto

Un ratito de tele y a la cama que a ella le tocaba madrugón. Cuando le sonó el despertador quieras o no yo tambiñen me desvelé y fue divertido hacerlo y escucharla renegar. Eran apenas las 5 de la mañana pero ella entraba a las 6. Entonces le pregunté medio dormido.

-¿Que te pasa? ya de buena mañana te levantas con es carácter.
-Joder y como quieres que me levante si no tengo un puto tanga, ni unas braguitas que ponerme.
-Debe estar todo en lavadora.
-¿Y como es que está todo en la lavadora?
-No se tu sabrás, yo ayer puse lo que había en el canasto.
-Si, por lo cojones, tenía ropa interior limpia, es más el martes estuve guardando
-Pues chica tu sabrás donde la pusiste.

Salió de la habitación con ese genio tan suyo y se fue directa a la cocina a la lavadora, escuché sus pasos de vuelta a la habitación y pensé "ahora toca frenar la tormenta". Nada más entrar encendió la luz deslumbrándome.

-Joder nena....
-Me puedes explicar esto?

En una de sus manos sostenía un tanguita digamos de sport nada de encaje, ni trasparencias.

-Un tanga que le pasa.
-Esto ayer estaba limpio y en el cajón y hoy está mojado y en la lavadora y no se porque.
-Pues piensa y sabras porque
-Porque al señor se le ha antojado putearme?
-Más o menos
-Pufffff
-Pero sigues sin preguntarte el motivo?
-Paso, son los 5 y cuarto de la mañana no tengo la cabeza para pensar.

Entonces me incorporé, sentándome en la cama.

-No pasas, lo sabes de sobra, por eso te callas y te haces la molesta
-Me hago? no, no para nada, lo estoy y mucho
-Pues tres problemas tienes, enfadarte, desenfadarte y que vas a tener que pasar todo el día sin braguitas, así que tu sabrás.
-Lo que tengo claro es que es la última vez que tocas el cajón de mi ropa.
-Y yo que va a ser la última vez que vas dejar la ropa sucia en el baño después de ducharte,
-Pues lo llevas claro en mi casa hago lo que me sale del coño.

Ahí ya la tenía y su cara me lo terminó de confirmar, fue terminar de decir la frase y ponerse roja, además estoy seguro que en aquel momento pensaba para ella "que bocazas soy". Me levanté tranquilo, pero la cogí del brazo firme y le dije.

-Tus problemas son 4 ya, enfadarte, desenfadarte, ir sin ropa interior a currar y encima calentita que vas a ir, hoy frio no pasas

Es curioso como de repente todo ese carácter se puede volver manso y solo me dijo mientras tiraba de ella para la cama.

-Venga va, que a las 6 tengo que estar  allí.
-Perfecto, son y 20 y con que salgas a menos 10 llegas de sobra, con media hora tengo más que suficiente.

No forcejeó nada, se quejó algo verbalmente otra vez el tema de la hora, pero sin dificultad alguna me senté en la cama y la puse en mis rodillas, todavía llevaba el pijama puesto. La cogí de la cintura, me la puse bien y empece a azotarla con la mano sobre el pijama, los primeros azotes se quejó, otra vez con el que iba a llegar tarde, pero fue aumentar el ritmo y callarse. Así que durante  unos buenos 5 minutos, estuve dándole sin parar y cuando paré fue para bajarle el pantalón lo justo, como debajo no llevaba nada, al bajar el pantalón descubrí la piel rosada de los primeros azotes con "protección" y empecé a darle los en vivo, osea con el culo al aire. Ahí si se quejó pero por lo vecinos y es que a esa hora todo el edificio estaba en silencio y daba la sensación que el continuo plas, plas, plas de los azotes sin pausa podian escucharse tres escaleras más al fondo. Paré un momento y le dije.

-Si alguno se queja, le dices que te he castigado de buena mañana.

Y seguí, la intención era que se fuera "picantita" a trabajar y me esmere aprovechando el poco tiempo que tenía y que nadie se engañe la mano bien usada pica, además con un picor muy especial y sobre todo deja un colorcito rojo uniforme muy muy excitante y más cuando estás un cuarto de hora dale que te pego sin parar, vamos que pica hasta la mano. Cuando paré ya empezaba a resoplar, le dije:

-Vístete y tómate un café que vas a llegar tarde.

Se levantó, toda digna ni me miró, se subió el pantalón del pijama, cogíó la ropa y se fue al baño. Después a la cocina, al comedor y finalmente escuché cerrarse la puerta. No vino ni a despedirse, estaba claro que no solo le picaba el culo, también el orgullo. Yo ya no dormí más, me desvelé totalmente, pero me vino bien, despejado pensé que aquello no iba a terminar así y esperé acontecimientos. Sobre las 9 recibí un mensaje de ella.

-Hola que tal?

Contesté como si no hubiera pasado nada pero con toque de ironía.

-Bien!!!!! mira justo ahora me pillas que iba a tender
-Pues yo estoy enfadada
-Vaya y eso?
-Porque si te molesta que deje la ropa sucia en el baño, lo entiendo, podías habérmelo dicho
-Te lo he dicho mil veces y cuando creo que lo hacen para buscarme....
-Bueno tal vez quería eso buscarte, pero ayer no hoy a las 5 de la mañana.
-No va a ser las cosas siempre cuando tu quieras y como tu quieras, deberías saberlo ya. Además de hacerlo ayer, lo hago en caliente y hoy la que debe estar calentita eres tu y espera cuando vuelvas, porque tenemos que hablar de tu comportamiento de esta mañana.

Yo sabía que esa frase le habia provocado un escalofrío seguro.

-No esperarías amabilidad, con el madrugón y encontrarme con toda mi ropa interior en la lavadora.
-Te conozco y sabía que saltos de alegría no ibas a dar, por eso lo hice.
-Pues enhorabuena lo has conseguido
-Ya lo hablaremos luego tenemos toda la santa tarde. Pero para empezar, en cuanto llegues te pones el uniforme y me esperas que yo no estaré, no tardaré mucho.

Otro escalofrío seguro el uniforme, era la "ropa de castigo" solo la usaba en situaciones especiales y significaba castigo severo. Tardó un rato en contestar y me puso un simple.

-Bueno ya veremos

Al que repliqué.

-Tu misma.

Tenía claro que a medida que se acercara la hora, iría pensando y bajando el souflé de carácter. Diez minutos antes de que llegase, salí a dar un paseo, ni media hora, lo justo para darle tiempo a cambiarse.

Cuando abrí la puerta, estaba la tele puesta en el comedor y tal y como había previsto. Ahí estaba con el uniforme puesto sentada en el sofá en una posición mucho más tensa de lo habitual.

-Hola que tal?
-Hola...
-Ya tienes toda la ropa seca y guardada.
-Ya lo he visto
-Tienes o quieres decirme algo?
-No para que, creo que nada de lo que diga va a hacerte cambiar de idea.
-Bueno tal vez una pizca de humildad....pero como veo que no, ve a buscar el cepillo.

Su actitud lejos de mostrar algún tipo de intento de calmar las cosas, fue altiva, se levantó sin cruzar la mirada conmigo fue al baño, yo me senté en el sofá y volvió con el cepillo en la mano, me lo dió y le dije.

-Bájate las braguitas.

Yo sabía que eso si era perturbador, no es de usar braguitas eso para empezar, pero la ropa de castigo incluía unas "especiales" y meter las manos por debajo de la falda del uniforme, ser ella misma quien se las bajase delante de mi, lo cual encima significaba que iba a ser desde el principio sin protección....Cuando las vi enrolladas por encima de las rodillas le dije,

-Ahora ponte en mis rodillas y cuando estés te levantas la faldita.

Lo hizo, igual de altiva, yo cogí el cepillo, la piel de su culo desnuda ya no tenía el más mínimo recuerdo de la zurra de madrugada, lo pasé varias veces por su piel expuesta por la parte de las púas, hasta que le di la vuelta y sin más tonteo empecé a darle con la parte lisa de madera. Con el cepillo me gusta mantener un ritmo constante, alternando cachete y cachete, de uno al otro, con la misma fuerza y dando siempre de la mitad del culo hacía abajo. Bastan una veintena para que coja color, con una veintena más ya se pueden ver dos grandes círculos en rojo intenso en la mitad inferior de las nalgas y pasada la cincuentena de azotes pocos orgullos se resisten y empiezan los suspiros, los gemidos y las quejas. No los conté pero estoy seguro que un centenar llevaba cuando paré, lo debía tener en llamas, dejé el cepillo y le acaricié la nalgas suavemente, me gusta el calorcito que desprende y sus reacciones a mis caricias, esperé que bajara un poco ese escozor y entonces le dije.

-Levántate, ponte en el centro del comedor mirando a la cristalera, manos encima de la cabeza y espalda recta. Sin moverte y sin tocarte claro.

Tuve que esperar un instante y se levantó, se puso justo en medio entre el sofá y la tele mirando a la cristalera, subió las manos a la cabeza a la vez que suspiraba. Yo me levanté también me puse detrás de ella y le enrollé la falda sobre su propia cintura, para que quedase a la vista el culo recien azotado y encima las braguitas que habían caido hasta los tobillos daban una imagen muy interesante. Pero el castigo no terminaba ahí y ahí la dejé, fui a la habitación, cogí un par de cosas y me fui a la cocina a fumarme un cigarrito, sabía que podía ser tentador que no estuviera allí, pero también estaba convencido que no se moveria. Siempre me ha parecido muy interesante esa doble cara de ella, tanto carácter y orgullo y por otro lado cuando consigues hacerle "click" se vuelve dócil y acata.

Cuando volví al comedor llevaba en mi mano la regla de madera de 60cm, ella esta allí quieta en la misma posición. Dejé la regla en el sofá, me acerqué a ella le puse la mano en la espalda, haciendo ligera presión hacía delante y diciéndole.

-Inclínate un poco.

Lo hizo no mucho, lo suficiente para exponer el culo. Cogí la regla y le dije.

-Veinte y contados.

Le acaricié el culo bien rojo ya, con la regla, para que la sintiera, entonces la puse entre sus piernas y le di  unos golpecitos a lado y lado de los muslos para que les separase hasta el tope de eleasticidad de las braguitas y empecé a darle los 20 azotes sin prisa, de uno en uno, dándole su tiempo, en esa posición no hay nada donde apoyarse. Los primeros pudo el orgullo que en su caso es no quejarse, pero entre lo que llevaba de cepillo ya y que yo tenía el brazo suelto, llegó un momento que se rompió ese orgullo y no pudo evitar el quejarse en cada azote, incluso en los últimos llegó a poner la espalda recta y resoplar después del azote, aunque sin decir nada se volvió a poner en posición, hasta terminar los 20 anunciados.

Cuando terminé dejé la regla, ni una caricia, le hice dar un cuarto de vuelta, vamos ponerse de frente a la tele y de espalda al sofá.

-Apoya las manos en las rodillas

Temiendo más azotes resopló, pero mi idea era otra, saqué de mi bolsillo un pequeño plug metalico de esos que parecen una joya, se lo pasé por el coño, que imaginaba había estado todo el día mojado, jugué un rato con el ahí, hasta que con la otra mano le separé las nalgas y despacio le metí el plug, una vez dentro la hice  ponerse recta de nuevo extender las manos hacia delante con las palmas hacia arriba y ahí le puse la regla que la sujetese un rato. Yo me senté en el sofá a deleitarme con la escena, el culo muy rojo, hacia juego con la piedra rosada del plug y ella con los brazos estírados sujetando la regla con la que la acababa de azotar. Así la tuve unos minutos de esos tensos y eternos, hasta que le dije.

-Deja la regla y ven

Lo hizo, la hice sentarse en mi regazo, ni que decir tiene que al hacerlo, se quejó un poco en el momento de cargar todo el peso de su cuerpo sobre el culo, nada más sentarse en mi regazo, meti la mano por debajo de la faldita, acariciándole la cara interna de los muslos, que al llegar un poquito más arriba estaba mojados mientras le decía.

-Espero que hayas entendido bien como van las cosas, no siempre vamos a jugar como tu quieras y cuando tu quieras y si provocas que me parece muy bien, hazlo siempre asumiendo ese riesgo.

No me contestó, en aquel momento mis dedos ya jugaban en su coño empapado y ahí sentada con el culo ardiendo sobre mi regazo y el plug metido en su culo la masturbé hasta que se corrió. Luego ya vino momentos cremas, masajes y sexo, pero eso ya es otra historia.

Continuará.











1 comentario:

  1. Tan perfecto y excitante como todos.. Aunque.. Me pareció perfecto tu castigo nena, no siempre es y cuando queremos asique bravo por el.. sigue escribiendo me encanta leerte.. Saludos mafaldavk

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