miércoles, 6 de marzo de 2019

El último vestigio de la masculinidad (Por Nadia).





Esta semana repetimos protagonista de la traducción. Vuelve a ser Nadia, con un artículo que lleva por nombre: "Le dernier vestige de la masculinité?" (¿El útimo vestigio de la masculinidad?). Así en forma interrogativa, ella misma intenta responder a su pregunta. Dando por resultado un artículo de esos que dan que pensar o al menos hacerse preguntas. A ver que os parece.

" No se como eran los hombres de antes, no tengo ni idea si eso que nos ha llegado de hombres duros y rudos, no es más mito que realidad. Las pocas referencias que tengo, es mi propia familia y tengo que decir, que en el caso de mis abuelos por ejemplo, quienes mandaban en casa eran ellas, mis abuelas y ese mito del hombre rudo, yo no lo he visto. Lo que si es cierto es que en la actualidad la masculinidad está mal vista, es una especie de "tara" a erradicar,  en beneficio de un hombre afeminado, ese hombre que todos queremos tener como amigo, comprensivo, que sabe escuchar, que prefiere ir al teatro en vez de ver el partido de hockey...si ese hombre que todas queremos como amigo, pero que ninguna nos acostariamos con el, es el prototipo de hombre de moda.

Muchas veces me pregunto quién diablos inventará las modas y como estás parecen querer convencernos que es una ilusión lo que sentimos o que debemos modificar nuestros deseos. Para mi fue una sorpresa descubrir que a los hombres les gustan las curvas, llegué a creerme que les gustaba la delgadez que nos vendían y entiendo que a muchos hombres les pueda pasar lo mismo y que crean que a las mujeres nos atraen los hombres afeminados, con gustos de mujer. Lo peor de todo, es que masculinidad no esta reñida con sensibilidad, no son incompatible todo tiene su momento y para mi la sensibilidad en el momento incorrecto, es tan perjudicial como su ausencia. 

Me pregunto si mi gusto por el spanking, no tiene que ver con eso, si no veo en el, el último vestigio de la masculinidad. A todos nos gusta sentirnos protegidos, pero al menos a mi me molesta mucho sentirme sobreprotegida, me hace sentir inútil, tonta, incapaz y por desgracia creo que cada vez más las mujeres estamos sobreprotegidas. Para mi es una forma de minusvalorarnos, que tengamos menos fuerza física no significa que no podamos salirnos con la nuestra, mas al contrario os obliga a ser más listas, todas las que nos hemos criado con hermanos chicos, sabemos lo que pueden conseguir unas lagrimitas y algo de chantaje emocional. Lo relativamente fácil que no era salirnos con la nuestra con papá y sin embargo como mamá (mujer también) era mucho más dura de pelar, no solo a la fuerza se pueden conseguir cosas.

Tal vez ahí resida parte del atractivo del spanking, en que el juego lleva implícito una gran carga de masculinidad. Ese hombre rudo y duro, que no se deja "corromper" por las estrategias de seducción, un hombre que toma decisiones, que no cede, que no duda, que no te da la razón porque si, que te protege, pero no te sobreprotege, que es capaz de poner límites. Si os digo que una de las cosas que más me gusta del spanking, es fracasar, me vais a tomar por loca. Pero es así, me gusta fracasar en mis intentos por "evitar" la consecuencia, que pese a todas mis estrategias el final sea el esperado y que por más que lo intente no voy a salirme con la mia. Y otra de las cosas que más me gusta, es esa sensación de rendición, de no tener más remedio que rendirme y ofrecerme, inmóvil y expuesta a su merced, nerviosa y excitada pero segura, contagiada de esa seguridad que transmite un hombre. 

Creo que si, que hay  mucho de eso en mi fetichismo por el spanking, que tiene mucho de la excitación que me provoca esa masculinidad denostada y recluida en las cavernas. A las mujeres heterosexuales nos gustan los hombres, y por supuesto que nos gusta un hombre comprensivo, dialogante, sensible, atento que cuide de nosotras, pero también nos gustan los hombres seguros de si mismos, que tomen decisiones y que no siempre nos digan: "lo que tú quieras cielo". Un hombre que sea capaz también de hacer que te tiemblen las piernas y se te retuerza el estómago, rendida y expectante, que haga que te quedes inmóvil esperando, sin tan siquiera atreverte a mirar atrás, sintiendo en ese momento ese placer primitivo de sentirte por un momento: suya.

2 comentarios:

  1. Se entiende perfectamente corazón, a las sissies nos pasa lo mismo.
    Besos.

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  2. Muy de acuerdo, siempre hay un momento en que deseamos salga ese macho imponente

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