sábado, 15 de septiembre de 2018

Válvula de escape.




Hay algo que suele fallar y es que aquella gente esquemática y ordenada de cara a público suele necesitar un vávula de escape a esa presión y esta suele ser dejadez y desorden en la esfera personal. Lo cual es comprensible, incluso deseable y además para que engañarnos suele dar mucho juego. Por eso no me extrañó cuando recibí un mail preguntándome sobre unos trámites a priori sencillos. Le contesté desde el mismo trabajo, con un mail explicándole la documentación que necesitaba y una pequeña explicación del trámite. Dicho así suena a que sea incapaz ni mucho menos, es lo que contaba al principio una mezcla de vagancia y procrastinación y el ahorrarnos llegar al límite con el estrés correspondiente y también todo sea dicho cierto punto de malcriar por mi parte,  pero me gusta no nos vamos a engañar.

Total que aquella noche hablando por teléfono le pregunté si había preparado la documentación. Su respuesta fue que no, que ni tan siquiera había leido el mail que ya mañana se lo leía y preparaba. Allí quedó el asunto. Pero a la mañana siguiente al abrir los correos descubrí algo que me llamó mucho la atención. En el trabajo tenemos un programa de acuso recibo de mails, es una forma de cubrirnos las espaldas con el típico cliente que te dice: "ahhh pues vuélveme a enviar la factura que no he recibido nada". El programa de marca si el mail ha sido abierto por el destinatario y por defecto lo aplica a cualquier cuenta de correo que se use desde el ordenador y claro el programa se chivó de que si había abierto el mail y en mi cabeza escuchaba su voz diciendo.

-Que va si no he abierto el correo, ya mañana con calma lo miro...

Tampoco le di mucha importancia, igual al ver un correo mio esperaba otra cosa y al empezar a leer lo dejó. Pero la noche siguiente le volví a preguntar.

-Has preparado eso?
-Ahhhh si...bueno he leido el correo, pero ya mañana me pongo, hoy no tenía ganas de ponerme a preparar papeles.
-Pero si solo necesitas, dos facturas y el dni
-Ya.....pero tengo que buscar las facturas, que ya lo haré mañana pesado, se puede hacer por internet no?
-No, tiene que ser presencial, por eso te lo decía si preparas ahora puedes escaparte un rato mañana y hacerlo sino tienes que esperar otro día.
-Pues me espero, tampoco viene ahora de un día
-Como veas, tu misma

No insistí más pero empezó a picarme la nariz, con tanta evasiva, fuera lo que fuera lo iba a descubrir en dos días, así que al día siguiente ni pregunté por el tema, no se porque me daba que mirándola a los ojos iba a ser más divertido.

El Viernes habíamos quedado como siempre, ya en casa me puse cómodo.

-¿Cansado del viaje y la semana?
-Un poco, ganas de vacaciones ya
-Ya te queda una semana solo
-Siiiiii!!!!!!! vamos a celebrarlo no? hace una cervecita?
-Jajajaaaj que indirecta más buena voy.

Se fue a la cocina y volvió con una cerveza sola para mi y una con limón para ella y decidí entrar al trapo sin más.

-Como fue en el ayuntamiento?

Fue decirlo y cambiarle la cara, aunque tiró de humor, riendo a la vez que se hacía la loca.

-Ayuntamiento? que pasa con el ayuntamiento?
-Vamos que no has ido
-Donde tenía que ir?

Le di un trago largo a la cerveza y sin decir nada ya empezó ella con la explicaciones no pedidas.

-Mi idea era ir hoy, pero ayer quedé después de currar a tomar café, que al final la cosa se alargó y del café pasamos a cañas, cuando llegué a casa estaba cansada, me di una ducha me  llamaste, estuve hablando contigo y a la vez haciéndome la cena y al colgarte caí en el sofá y me quedé frita, vamos que ni pensé la verdad.
-Ya por eso está la caja de los papeles encima de la mesa
-Es que me iba a poner ahora a buscar
-Te voy a contar un secreto
-Dime
-Pues no te voy a negar que a veces no sea un placer dejarme tomar el pelo, pero eso no quiere decir que me chupe el dedo, deberías conocerme ya....

Bajó la mirada y ahora era ella quien le daba un trago largo a la cerveza con limón.

-¿Sabes que quiere decir eso?
-El que?
-Lo que te acabo de decir
-No te entiendo.
-Pues que yo elijo cuando quiero dejarme  tomar el pelo y estos días y con respecto a esto, no buscaba precisamente que me tomases el pelo. Lo que si me gustaría saber es porque llevas dándome largas estos días.

Inconscientemente hizo algo que la delató, miró fugazmente la caja de los papeles, ahí estaba el motivo, en el desorden, en el hecho de tener que ponerse a buscar algo que debía estar pero quien sabe donde.

-Que pasa, que no encuentras lo que necesitas no?
-Eres un cabrón
-Si un cabrón que te va a poner el culo como un tomate, lo tienes claro verdad?

Y lo tenía que tener muy claro, porque al instante se le sonrosaron las mejillas, me sonrió con esa sonrisa de quien ha pillado con las manos en la masa y no tiene escapatoria.

-No te preocupes que me voy a asegurar que el lunes, no tengas excusa posible. Tengo que levantarme yo?

No hizo falta, se levantó ella y se acercó a mis piernas consciente que hiciera lo que hiciera ese era su destino.

-Al otro lado, soy diestro ya la sabes.

Resopló pero dio la vuelta y se quedó parada al lado derecho de mis piernas, la miré y sin decir nada con las dos manos fui a buscar el elástico de la cintura del pantaloncito corto de estar por casa que llevaba, ahí dio un paso hacía atrás.

-¿Que haces?
-Vas a empezar directo
-Voy a empezar como crea conveniente y no hagas que tenga que levantarme, de volvió a acercar más despacio, pero a la que la tuve a tiro la cogí del pantalón la acerqué y con firmeza le bajé el pantaloncito corto hasta las rodillas, la miré estaba sonrojada.

-Empezamos bien el fin de semana.

La cogí de la mano y la fui acercando a mis rodillas,  hasta que se dejó caer encima de ellas, le empecé a acariciar la piel suave de las nalgas así estuve unos segundos, hasta que la cogí de la cintura para colocarla en la posición exacta, dejé de acariciarla y me froté las manos.

-La próxima vez que quieras tomarme el pelo, asegurate antes que yo quiero que me lo tomes.

Era como la última frase de una sentencia, tras la cual empecé a ejecutarla, y mi palma con los dedos ligeramente abiertos empezó a azotar suavemente su piel desnuda, alternando nalga y nalga, sin prisa a ritmo constante de calentamiento que llamo yo, no se trata de que pique la azotaina sino de preparar para que después pique más, lo importante es el ritmo y dosificar la fuerza, la mano rígida ayuda a eso, es cuestión de paciencia y disfrutar del momento, de la visión de las nalgas desnudas que poco a poco se van sonrosando de las vibraciones de cada azote, del calor que va subiendo y cuando todo el culo tiene un color rosadito uniforme entonces pasamos a la siguiente fase, ya no hay que calentar, ya está caliente ahora hay que provocar sensación, y eso se consigue variando el ritmo más rápido y sin necesidad de aplicar mucha fuerza solo dejando la mano muerta para dar un golpe de muñeca en el momento exacto, entonces ves como cada azote graba en blanco la silueta de la mano sobre el fondo rosado, silueta blanca que rápidamente se desvanece y sube un tono de rojizo, también es el momento de empezar a variar de jugar con la incertidumbre, en vez de la alternancia previsible de mejilla a mejilla pasas a dar varios seguidos en la misma mejilla antes de cambiar, eso provoca un picor en ascenso que de repente se detiene para seguir en la otra mejilla. Despues de tanto tiempo sigo pensando que como una buena y larga azotaina con la mano no hay nada, es hipnotizante el sonido, el tacto, puedes parar de vez en cuando acariciar y de repente arrancar con una tanda rápida y fuerte que haga que se retuerza, deternerte en seco de nuevo y explorar con esa misma mano castigadora entre sus piernas en su sexo irremediablemente expuesto y dispuesto a ser explorado por la posición y todo eso estuve haciendo un largo, larguísimo rato, porque esa es otra bien usada y con insistencia la mano puede ser un instrumento terrible capaz de hacer retorcerse a cualquiera. Me decidí a parar cuando vi que llegaba a ese límite donde el sufrimiento empieza a aparecer, lo cual no hay que confundir con el dolor, su sexo chorreaba a pesar que su culo estaba en llamas, la tentación de masturbarla en ese momento era muy grande, pero se trataba de una lección y no era el momento, así que para evitar males mayores enseguida saqué mis dedos juguetones de su coño. Le estuve acariciando las nalgas un rato, de vez en cuando soplaba sobre su piel palpitante, hasta que le dije.

-Levanta y al rincón.

En ese momento se dibuja un poco la decepción, cortada de rollo, así que refunfuñando se levantó y con los pantaloncitos a medio bajar se puso en el rincón. Yo me levanté fui a buscar varias cosas para seguir el juego, una de ellas un bolsa de basura, cuando lo tuve todo, cogí una de las sillas, la llamé la hice sentarse en la silla con el culo azotado y desnudo, le puse la caja de los papeles enfrente y la bolsa de basura en el suelo.

-Empieza a hacer orden de papeles, lo que no sirva a la basura, lo que sirva a la caja y si aparecen los recibos los apartes, cuando termines con esta, iré a buscar las otras dos que hay que la habitación del final.

No protestó y se puso a ello, creo que aquel día si se sentía realmente castigada. Yo me senté a esperar, cuando terminó con la primera caja, fui a por las dos restantes, tras una media hora larga tan solo quedaba una caja de papeles, una bolsa de basura llena y los dos recibos necesarios para el trámite aparte. Me levanté, los cogí y los metí en un sobre que dejé encima de la mesa. A ella la hice volver al rincón, mientras yo recogí la caja de papeles válidos y la dejé en su sitio, y fui a tirar la basura. De vuelta, me fui directamente a ella que estaba en el rincón. La cogí del brazo y otra vez de camino al sofá.

-Dígamos que has cumplido la primera parte del castigo ahora falta la segunda.

Directamente la puse en mis rodillas, en el apoyabrazos del sofá había dejado el cepillo de pelo cuadrado, unas bolas anales y un bote de lubricante. Nada más colocarla otra vez en la posición ideal, culo bien levantado y expuesto sobre mi regazo le dije.

-Ábrete el culo.

Sabía que eso si le provocaba una gran carga de pudor, pero la alternativa era el cepillo hasta que lo hiciera y eligió la opción mas inteligente, obedecer a la primera. Me eché un gota de gel lubricante en el índíce y con el empecé a hacerle un suave masaje en el ano, al notar el frio del gel se contrajo, pero los suaves movimientos en círculo alrededor hicieron que enseguida empezara a relajarse, de vez en cuando detenía el masaje y apretaba para meter solo la puntita del dedo y seguir, apenas fueron un par de minutos antes de coger las bolas, era una tira de tres de silicona negra, en vez de forma redonda tenian forma de pica, con tres pequeños plugs unidos de menor a mayor tamaño, los lubriqué y le metí sin problema la primera de las bolas, en la segunda tampoco tuve mayor dificultad, solo la tercera y última costó un poco mas, una vez les tres bolas dentro, le quité las manos que aguantaban las nalgas separadas y cogí el cepillo, que empecé a pasar rozando por la parte lisa en las nalgas que ya habian perdido casi todo el color de la zurra con la mano, aunque no por mucho tiempo, ya que enseguida empecé a azotarla con el cepillo, usando la misma técnica que con la mano, empezando suave y alternando cada azote, para ir aumentando y dando varios en la misma nalga antes de cambiar, imaginaba como los azotes hacían vibrar las bolas que estaban dentro de su culo y viendo como enseguida la piel recupero el color rojo intenso, que tras un larga tanda iba congiendo tonos azulados hacia el centro, la idea esta vez era de castigo, castigo, por eso me dediqué especialmente a la parte baja del culo mucho más sensible, ella se agarraba con fuerza al borde el cojín del asiento del sofá, otra vez la vi en el límite momento de parar, dejé el cepillo y empecé a pasar muy suavemente la yema de mis dedos, por las partes más perjudicadas por la severa azotaina, por la cara interna de los muslos y por la parte externa de los labios mojados e hinchados, entonces use la mano izquierda para frotarle el culo mientras con la derecha o mas bien con los dedos jugaba entre sus labios, el coño le chorreaba y entonces se me ocurrió cogí el cepillo y empecé a usar el mango de improvisado dildo que entraba y salia de su coño, el mismo cepillo con el que acababa de azotarla, ella separó más la piernas y arqueó la espalda ofreciedome más el culo y el coño, saqué el cepillo, lo dejé y de inmediato le metí el pulgar con la yema hacia la pared externa de la vagina buscando esa zona rugosa y sensible que empecé a presionar a la vez que frotaba mientras índice y corazón hacían una pinza en el clítoris que acompañaba los movimientos del pulgar en su vagina, no creo que tardara más de dos minutos en conseguir que me regalara un orgasmo,entre gemidos y contracciones, tras el cual saqué mi mano de entre sus piernas mientras seguia acariciándole el culo mientras tomaba aire y le decía.

-Creo que el lunes en el ayuntamiento aun te acordaras de mi...

Entonces se levantó, se terminó de desnudar, me quitó los pantalones y sin decir nada cogió mi polla y se sentó encima, empezó a cabalgarme, se agarró de mi cuello subía y bajaba cada vez más rápido, hasta que se quedó quieta con la polla metida hasta el fondo saboreando otro orgasmo, momento que aproveche para quitarle las bolas, tirando de la anilla, se incorporó y medio jadeando me dijo.

-Te estoy leyendo la mente.

Sacó mi polla de su coño, sin soltarla, buscó la entrada de su culo y empezó a empujar con su caderas hacia abajo despacio, yo la miraba a la cara viendo esa expresión de dolor placentero a medida que mi polla iba entrándole en el culo, cuando estuvo dentro paró  un momento como para coger aire y empezó a tocarse, entonces movió las caderas y empezó muy despacio a subir y bajar, yo la cogí de la cintura a la vez que yo también empezaba a moverme poco a poco su culo fue cediendo y los movimientos a acelerarse, ella seguia masturbándose a la vez, volvió a correrse solo unos segundos antes que yo me corriera también y así jadeantes y sudorosos nos quedamos un rato abrazados con mi polla dentro aun, cuando ya empezamos a normalizar nuestras constantes, mis manos fueron automáticamente a su culo, entonces se quejó.

-Joder cabrón como pica aun...
-Pues habrá que calmar ese picor no crees?

Nos fuimos a la habitación más cómodos, cremita, masajes y mimos....

Y si el lunes hizo aquella gestión con alguna que otra marca, que recordó al sentarse en aquella silla de la oficina del ayuntamiento.

Continuará

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