Abriendo la mente II (Por A).

Hace un tiempo no sin pasar un poco de vergüenza os contaba como rompía con una práctica sexual que me era muy atractiva en la fantasía, pero que hasta aquel momento, me había sido desagradable en la práctica real, hasta el punto de desistir de seguir intentándolo y ya de paso os avisaba que habría una segunda parte contando otro tabú que rompí de la mano del spanking.

Si la primera el problema era la cuestión de puesta en práctica lo que me echaba para atrás, en la que voy a tratar hoy la práctica no era problema, era toda una experta desde los 13 años creo jejejeje. Además la había experimentado de múltiples maneras, y ya que estoy abriéndome confesaré que el primer recuerdo que tengo fue con una almohada, aunque suene extraño, mi primer orgasmo fue frotándome contra una almohada. Después ya experimenté con los dedos claro, con toda clase de objetos, con el agua de la ducha y ya de mas mayorcita con juguetes sexuales.

Pero siempre fue algo a "escondidas", que nunca compartí con nadie, alguna pareja me pidió alguna vez que me tocase, pero mi respuesta siempre fue un no, me daba muchísima vergüenza, aunque imaginarlo si me excitaba y mucho, nunca pensé que me atreviera. Lo que es la vida, fui a romper esa barrera el mismo día que la que os contaba la semana pasada y empujada por la misma persona. Quizás os parezca que soy una tía muy descarada, pero quien me conoce sabe que soy muy vergonzosa y podéis creerme si os digo que mientras escribo esto, estoy roja como un tomate, pero puesto a pasar vergüenza no voy a andarme con chiquitas y voy a contar tal y como fue sin colorantes ni conservantes.

Por si alguien no me leyó la semana pasada os pongo en antecedentes. Acababa de recibir una azotaina y me acababan de follar el culo por primera en condiciones en mi vida. Así que es fácil haceros una idea de como estaba de cachonda. Pero el "señor" que se había quedado bien a gusto, consideraba que parte de mi "castigo" estaba por cumplir, vamos que no había premio. Las que sois spankees sabéis que significa y lo que provoca sentir el culo bien caliente y las ganas que te da eso de un buen orgasmo. Así que intenté usar mis armas de seducción para tener mi premio, que creía merecido,  pero el "señor" no estaba por la labor y me dijo:

-Quieres tenerlo?. Pues espabílate sola.

No puedo explicar, que sentí cuando me dijo eso, ganas de estrangularlo a la vez que más cachonda aún. Pasando vergüenza para su disfrute, le conté mi pequeño problemilla con eso y que mejor me daba una ducha. A lo que me respondió sin inmutarse:

-Ni hablar, si quieres aquí en la cama, si no nada. Yo te ayudo....

Acepté pensando que su ayuda, serían sus dedos o algo más, me hizo desnudar y tumbarme boca arriba en la cama, con las piernas dobladas y abiertas, el se tumbó a mi lado, me cogió del pelo y me dio un beso y me dijo:

-Tú déjate llevar....

Uso su camiseta para vendarme los ojos, me acarició un rato los pechos y entonces cogió mi mano derecha y despacio la guió hasta mi entrepierna....y una vez allí la soltó y me dijo.

-Empieza va, te mueres de ganas, dámelo.

Tener los ojos tapados me ayudaba, no le veía pero sabía que estaba allí mirando, empecé a tocarme avergonzada pero cachonda muy cachonda, pero la vergüenza podía más y lo hacia torpemente, sin concentrarte, hasta que su mano me cogió de la muñeca otra vez, para apartarme la mano del pubis y de repente tres palmadas inesperadas, me cayeron allí, en el coño, plas, plas, plas.....

-O lo haces tu o lo haré yo a mi manera...

Aquellos tres azotes allí me estremecieron, picaron pero me quitaron la tontería de golpe, esta vez no fue el quien me puso la mano, fui yo quien la llevé y me masturbé como si estuviera sola.

En el mismo día, en el mismo juego rompí dos tabús que tenía con respecto al sexo. Quizás por eso los asocio tanto ambos al spanking, tanto el sexo anal, como el masturbarme delante de alguien, son para mi como parte del castigo....o más bien del juego del spanking. Y es que creo que a veces para abrir la mente y disfrutar necesitamos alguien que nos quite esas ataduras y que nos "obligue" a dejarnos llevar y fluir.