domingo, 30 de marzo de 2025

Café+portátil: mala combinación

 



Sábado por la mañana acabando de desayunar.

- ¿Entonces lo hacemos así no? Yo voy a hacer la compra, mientras tú adelantas eso que tienes y cuando vuelva, mientras acabas ordenó un poco la casa y luego nos vamos a comer por ahí.

- Perfecto!!!

- Muy bien, pues voy a vestirme y así voy prontito que hay menos gente 

- Vale, yo me voy a poner ya también.

Fui al baño y después a la habitación, cuando salí, en la mesa del comedor estaba su portátil abierto y ella en la cocina. Me fui para allá y le di un beso. 

- Me preparó un café y me pongo a eso.

- Muy bien, yo me voy ya, en el coche hay bolsas no? 

- Si.

- Pues voy para allá. 

Salí y me metí en el ascensor camino del parking. Ella estaba liada en la elaboración de un podcast de trabajo, llevaba una racha con bastante trabajo en casa, aunque muchas veces eran cosas voluntarias.

Cuando llegué al supermercado acababan de abrir así que no había mucha gente y pude hacer la compra tranquilo y rápido, como imaginaba que aún estaría trabajando, antes de ir a casa fui a desayunar a un bar tranquilamente, al terminar ahora sí fui para casa. Por no hacer dos viajes, subí toda la compra de golpe y al llegar a la puerta o dejaba todo en el suelo o imposible sacar las llaves, así que con la nariz toqué el timbre, al poco se abrió la puerta. 

- Te has dejado las llaves despistado!!! 

- Eso parece 

Entre y dejé las bolsas en la encimera . 

- Y tú cómo llevas el podcast?

- Ya tengo el guión con toda la documentación casi terminando, en media horita lo tengo y ya mañana tranquilamente lo grabo.

- Muy bien, pues voy a colocar esto.

Ella volvió para la mesa y justo cuando abría la puerta de frigorífico escuché una serie de improperios y gritos. Fui a ver qué había pasado.

- ¿Que pasa Baby? 

- ¿Que que pasa? Que al sentarme he tirado el café en el teclado del portátil joder!!! Y es por tu culpa , si te hubieras llevado las llaves!!!

La miré muy serio sacando mis llaves del bolsillo y se puso roja al instante.

- Perdona...es que menudo fastidio ahora.

- No funciona?

- No ves la pantalla en negro?

- Déjalo igual cuando se seca funciona.

- Es que tengo que acabar mañana!!!

- Coge el mío 

- Lo tengo todo en este 

- No has hecho copia de seguridad?

- No.

- Baby, ya hemos hablado de esto y del riesgo de tener líquidos cerca de portátil... además compramos las botellas aquellas con cierre de seguridad por lo mismo, pero no hay manera.

La estaba empezando a regañar, pero siempre muy calmado y tranquilo y sabía que eso la enervaba más aún.


- Joder Daddy, que morro, si te hubieras llevado las llaves esto no hubiera pasado y ahora que se supone debo hacer, empezar de cero!!!! Pfffff y sólo faltaría que no pidiera tomar café mientras trabajo, pero bueno la que tiene que hacer el trabajo soy yo, porque tú no vas a ayudarme, así que vete a colocar la compra que aquí pasmado me pones nerviosa.

Baby, me lo parece o hoy es un día de aquellos que te mueres de ganas de irte a la cama con el culo ardiendo? Y algo te tiene que quedar muy claro, aquí la que eligió rendir cuentas eres tú, así que el truco ese del ataque preventivo y la inversión de roles conmigo no funciona. Coge mi portátil, conecta un cable USB del mío al tuyo y aunque no vaya el tuyo, el mío lo detectará como disco duro externo y podrás acceder a la información y termina, yo voy a colocar la compra y luego hablaremos.

Me fui para la cocina y me puse a colocar la compra, al acabar me puse a fregar cuatro cacharros que había en la fregadera y apareció ella, me abrazó por detrás y me dio un beso en el cuello.

- Daddy...siento mucho haberme puesto así, ya he podido acabar y solo falta grabar.

- Baby ¿Cuantas veces te he dicho que eres una impaciente impulsiva? ¿Mil? Mira Baby, hay dos tipos de problemas los que no tienen solución y por eso no vale la pena perder un segundo y los que si tienen y créeme que esos no se arreglan con pataletas de niña caprichosa. Venga va si ya estás empieza a arreglarte que cuando termine nos vamos, eso sí esta tarde ya hablaremos de lo que ha pasado.

Reconozco que mi coletilla final, iba con cierta maldad, sabía perfectamente que aquella frase final resonaria en su cabeza toda la tarde. 

Terminé de recoger y yo también me fui a vestir, los dos muy informales, en plan vaqueros y camiseta y nos fuimos a comer, al final nos decantamos por un italiano que nos gustaba a los dos y se comía genial. El incidente parecía olvidado, comimos entre risas y bromas. Yo no pedí postre y ella si, simplemente un café y ahí se hizo un extraño silencio, la cogí de la barbilla y le levanté la cara .

- Baby ¿Pasa algo? Cuéntame. 

Suspiró profundamente 

- Siento mucho haberte hablado así antes, estaba enfadada y frustrada y lo he pagado contigo...

Volvió a coger aire y a la que vez que se ruborizaba me dijo.

- ¿Me vas a castigar cuando lleguemos a casa?

- Baby...si por mi fuera, ahora mismo te ponía en mis rodillas, te bajaba los vaqueros y las braguitas y te ponía el culo el doble de rojo que tienes ahora la cara, pero creo que el resto de la gente no lo entendería. Así que mejor en casa, eso sí cuando lleguemos, te vas a ir derecha a la habitación, te pones el pijama y me esperas cara a la pared, a qué vaya a calentarte el culo cómo te mereces¿Entendido?

Asintió con la cabeza pero en silencio. 

Un rato después me levanté , fui a pagar y al volver la cogí de la mano y salimos. El camino de vuelta fue totalmente silencioso. Nada más entrar a casa, la miré y agachando la cabeza se fue para la habitación. 

Esperé 5 minutos y entré a la habitación yo también a cambiarme, allí estaba con el pijama de cuadros, de pie frente a la pared. Me puse yo también el pijama y antes de salir le dije.

- Tenemos toda la tarde noche para arreglar esto, así que no hay ninguna prisa , cuando tengas algo que decir te espero en el comedor. 

Salí dejando la puerta abierta, lo primero que hice fue sacar una silla y dejarla en el centro del salón, frente a la TV, después puse una lista de reproducción de música relajante y me senté en el sofá a esperar.

Hasta que apareció de repente, despacio, con las manos en la espalda y mirando al suelo, se quedó de pie frente a mí. 

- Anda mira quién tenemos aquí ¿ahora que toca la versión adulta o la niña?

En ese momento murmuró algo.

- Baby!!! Mírame cuando te hablo y si dices algo que sea de manera entendible ¿Está claro? 

- Si Daddy.

- ¿Y bien?

- Siento mucho mi comportamiento de antes, la verdad es que no estaba enfadada contigo, estaba frustrada de la situación y no he sabido gestionarlo adecuadamente .

- Y yo me pregunto ¿No sería más propio de una adulta y más civilizado llegar a esa conclusión de buen principio, en vez de gestionarlo a través de una pataleta infantil y caprichosa?

- Si...

- Pues ya sabes que les pasa en esta casa a las adultas que se compartan como niñas caprichosas ¿Verdad?

- Si...

- ¿Que les pasa? 

- Que Daddy las castiga.

- Exacto, Daddy les pone el culo bien rojo y caliente.

En ese momento me levanté y me fui para la silla que había puesto en el centro del salón, me senté y con un gesto le dije que se acercará. Lo hizo y al estar a mi altura , me dijo.

- Daddy...he reconocido mi error y tampoco creo que sea tan grave. 

No le contesté, de un tirón seco le bajé el pantalón del pijama y después las braguitas.

- Así mucho mejor. Y Baby el chantaje emocional tampoco funciona conmigo, y menos cuando he tomado una decisión. Pero si quieres hablar, hablamos, así que crees que no hay para tanto. 

- Ya te he pedido perdón varias veces y he reconocido que me he equivocado.

- Es cierto, pero un recordatorio en la piel te irá muy bien, al menos por una temporada, ya sabes lo que tienes que hacer ahora, quiero ver ese culo bien presentado en mi regazo. 

Se cruzó de brazos en un último intento ma llevado, ya que de inmediato atronaron dos fuertes cachetes que dejaron mis dedos grabados en su piel.

- Tengo que repetirlo

 No hizo falta, diez segundos después la tenía en mi regazo, mi mano izquierda apoyada en su cadera y mi mano derecha la acariciaba suavemente el culo, en aquella posición tenía una perfecta visión de su contradicción interna, por una parte esa resistencia hasta el final y por la otra lo que veía entre sus piernas, los labios hinchados y la rajita brillante, y así debía llevar rato. Ahí empezó a hablar mi mano, empecé a azotarla con un ritmo constante y alternando nalga y nalga tratando de cubrir toda la piel de las mismas , no hubieron pausas, así estuve unos largos minutos, sólo algún cambio de velocidad y no paré hasta que a mí me empezó a picar la mano y la sentía palpitante. En ese momento ya tenía el culo al rojo vivo y la tuve un rato en mi regazo, acariciándole los muslos y la espalda pero dejando que sintiera el calor vivo de los azotes en el culo. 

No sé cuánto tiempo estuvimos así, pero bastante , hasta que le dije.

- Ahora te vas a levantar y vas a ir a buscar la zapatilla de los castigos y me la traes.

Resopló. Yo le había cogido gusto a aquella zapatilla, era muy efectiva, sonaba muy bien y podía aplicársela perfectamente sobre mis rodillas y esa era la posición que usaba el 90% de las veces, además la hacía sentir muy pequeña y castigada. Se levantó y fue a la habitación, la escuché abrir el armario y de vuelta caminó hacia mi y me dio la zapatilla.

- ¿Y esto para que es?

Se puso roja, casi como tenía ya el culo.

- Para caminar creo que no.

Me hizo sonreír.

- Pues según lo interpretes, si te puede ayudar a caminar en un futuro si más no a no tropezar otra vez con la misma piedra, así que voy a ver si soy capaz de hacértelo ver.

La cogí de la mano y la puse de nuevo en mis rodillas. No dije números, ni tampoco más sermones, sólo el sonido de aquella zapatilla golpeando una y otra vez la piel de su culo, tenía que ser una lección bien cocinada y a eso me dediqué a cocinarla a fuego lento que ablanda más. No paré hasta asegurarme el punto de cocción correcto. 

Al detenerme tenía el culo incandescente, otro descubrimiento del a veces tan menospreciado instrumento, es que es terriblemente efectivo, pero mucho menos propenso a dejar moratones o tonos más elevados que el rojo intenso, si que ello significa que no pueda hacer retorcerse a su víctima. 

Allí en mi regazo la tuve un rato, aun más largo que el anterior, hasta que la envié un rato a pensar cara a la pared. Yo guardé la silla en su lugar y me senté en el sofá observándola. Hasta que la llamé. De nuevo frente a mí, me pidió perdón y me prometió esforzarse en no reproducir ese comportamiento, al terminar le dije que fuera al baño a por la crema. 

Cuando volvió, antes de volver a mis rodillas, le hice quitarse del todo el pantalón y las braguitas y abrir las piernas al colocarse.

Empecé con un masaje muy suave y con mucha crema en el culo, el alivio de la crema hizo que se relajara al instante. Un rato después empecé a investigar entre sus piernas primero por la parte externa y después metiendo un dedo y dos que entraron casi absorbidos..empecé a jugar con ellos a meterlos y sacarlos rítmicamente, ella empezó a suspirar primero y después a jadear y mover a la vez de forma lasciva las caderas..entonces paré.

- Que niña más cochina tengo, te acabo de poner el culo ardiendo y chorreas...no sé si te mereces premio, voy a seguir intentándolo a ver si me convences.


Fin

miércoles, 26 de marzo de 2025

Indios y vaqueros (video)

 



En este video se puede ver en otras cosas, lo efectiva que puede llegar a ser la mano, que es la protagonista del vídeo menos al final. 



domingo, 23 de marzo de 2025

Cambio de rutinas




- ¿Aún no te has puesto las zapatillas?

- Pffff es que no me apetece nada y además tiene pinta de llover.

- No vendrá de un día, lleva toda la semana lloviendo Baby, venga va.

- Es que a mí me gusta ir al gimnasio!!!

- Baby...te te dijo el médico.

- Ya lo sabes

- Pues parece que tú no ¿Que te dijo?

- Que tenía que descansar una temporada del gimnasio.

- ¿Y por qué?

- Por qué tengo una fisura en el cartílago de la tibia

- Correcto y que te dijo que debías hacer .

- Caminar sin forzar un rato cada día.

- Pues ya sabes, ponte las zapatillas que nos vamos.

- Pffff es que es muy aburrido!!! Es de viejos!!!

- ¿Quieres ir a caminar con el culo rojo?! Porque si es lo que quieres estás a nada de conseguirlo, ponte las zapatillas es la última vez que lo digo. 

A regañadientes se calzó y por fin salimos.

- ¿Dónde vamos?

- Al parque 

- Al parque!!! Eso sí es ya de viejos totales, has cogido pan para echarle a los patos, vamos al menos por la calle no?

- Baby, si callejeamos vamos a ver tiendas y como te conozco se que vamos a parar cada tres pasos, así que para el parte y punto.

La cogí de la mano, ya con energía, empezaba a estar cansado de esa actitud infantil y caprichosa. 

Entonces me soltó de la mano y entrelazó si brazo con el mío.

- ¿Que haces? 

- Ser más realista, así cogiditos cómo dos abuelos. 

Me solté y sin pensarlo el solté un par de cachetes en el culo.

- Se acabó la tontería ¿Está claro? 

Bajó la mirada y caminó un rato en silencio, mensaje entendido pensé. Bordeamos el estanque del parque un par de veces hasta completar la hora de caminata diaria que le había aconsejado el traumatólogo. E iniciamos la vuelta a casa. 

- ¿Sabes? Me ha entrado hambre...

- Y a mí sed Baby, ahora de camino nos paramos a tomar algo.

- Vale!!!

Callejeamos unos metros y me senté en una terraza de un bar del barrio que ya conocía. Enseguida nos atendió un camarero y yo pedí una caña y un pincho de tortilla doble para compartir. Ella pidió un botellín de agua. Nos trajeron la comanda y mientras yo troceaba la tortilla, le pregunté.

- Bueno, tampoco ha sido para tanto ¿No?

- Es aburrido, en cuanto pueda vuelvo al gimnasio.

- Eso lo tendrá que decidir el médico¿No?

- Si ya no me duele...

- De momento dijo 3 semanas así y pase lo que pase así va a ser y como no me fío y a mí también me viene bien lo haremos juntos.

- A veces me tratas cómo a una niña pequeña.

- Pues pregúntate el motivo. O ¿A caso crees que hace un rato actuabas como un adulta? Que bien hace la tortilla aquí, no vas a comer nada? Tanta hambre que tenías. 

- Se me ha pasado. 

- Vaya que cosas más raras te pasan.

- Es que me apetecía dulce, pero como ni has preguntado.

- Dulce un rato antes de cenar? Ya sabes que no. 

- Bueno es igual disfruta la tortilla 

Entonces se puso el agua en un vaso y empezó a juguetear con el, en aquel momento vi, que era cuestión de tiempo que la liara y le advertí.

- Para, vas a acabar derramando el vaso, Baby.

- Es que en aburro, tengo hambre, estoy cansada...vámonos a casa va!!

No sé cómo lo hizo pero al retirar la silla como para levantarse vaso de agua sobre la mesa, enseguida apareció el camarero para limpiar y no me dio tiempo a reaccionar. Cuando se fue la miré muy serio e hizo la intención de volver a sentarse. 

- Ve tirando para casa, cuando llegues te pones el pijama y me esperar cara a la pared en el salón ¿Serás capaz de hacerlo tú sola o te tengo que llevar de la oreja? 

Su rostro se enrojeció, bajo la mirada y sin decir nada cogió la chaqueta y la mochila y empezó a caminar. Yo me pedí otra cerveza para acabar de pasar lo que quedaba de tortilla, no pensaba dejarla allí. 

Además estaba convencidisimo que me haría caso, había estado toda la tarde tirando de la cuerda hasta que la rompió y eso siempre tenía consecuencias. Es más tan seguro estaba de eso, cómo también que al llegar a casa no sólo se cambiaría la ropa de calle por el pijama, también se pondría unas braguitas limpias. Me lo tomé con calma, terminé la tortilla y la cerveza y fui tranquilamente para casa. Al llegar comprobé con cierta satisfacción que estaba con el pijama puesto, mirando la pared, con las manos sobre la cabeza. 

Me fui a cambiar de ropa y volví, ya con el pijama yo también. Me senté en el sofá y la llamé, se dio la vuelta y ya de camino empezó a hablar.

- Daddy, he sido un poco cría hoy lo siento, pero es que ya sabes que el gimnasio no es sólo deporte, casi es mejor por lo que dejo allí de carga.

- Baby...me traes un vaso de agua por favor, tengo sed. 

No dijo nada vas, aunque la reacción inicial fue como de enfado, en plan: no me escucha.

Volvió y me ofreció el vaso, se lo cogí,  le di un trago y lo dejé sobre la mesita. 

 No sé qué me estabas diciendo antes, cuando no tienes el uso de la palabra no te escucho y las conversaciones cuando estás castigada y ahora lo estás, son de otra manera ¿Ya sabes cómo no?

- Si...

- Cómo 

Cogió aire profundamente. 

- Con la ropa bajada.

- Exacto y eso es porque cuando te comportas cómo hoy pierdes todos tus privilegios, incluso el de taparte.

Alargué los brazos y deshice el nudo del pantalón del pijama que cayó encima de sus pies , acto seguido metiendo dos dedos por la cinturilla de las braguitas y despacio se las baje hasta por encima de las rodillas. 

- Ahora podemos hablar metidos en contexto. Y voy a empezar yo. Ni que decir tiene que ya sólo la actitud general de la tarde, se merecía un ajuste, pero para acabar de rematar el numerito de niña caprichosa en público que no soporto y lo sabes, así que sumando ambas cosas, el pequeño ajuste se convierte en un severo correctivo que es lo que te espera. En cuanto a tus motivaciones las puedo entender, siempre y cuando vengan desde una actitud adulta y constructiva, no desde una pataleta infantil. En el primer caso lo puedo tener en cuenta, en el segundo lo único que puedo hacer es cortar por lo sano la pataleta de la manera más efectiva que conozco en ti ¿Ya sabes cuál es no? 

Se hizo el silencio y ni si quiera me miraba.

- Me gusta que respondas a mis preguntas, así que responde.

- Unos azotes...

- Unos? Yo creo que van a ser más, pues a qué esperas a ponerte en posición. Suspiró y despacio se acomodó como pudo en mis rodillas. Bajo mis ojos aquel culo travieso y blanco, que llevaba tiempo sin poner rojo, había llegado el día de volverlo a hacer. Con mi mano izquierda sujeté sus muñecas en la espalda, para tener más control. Entonces cogí el vaso de agua y dejé caer un pequeño chorro en cada cachete al sentir el agua fría, se retorció un poco.

- No te preocupes que enseguida te doy calor.

Dejé el vaso en la mesa y empecé a cumplir mi promesa de darle calor y secarla...a los dos minutos ya estaba completamente seca y más nalgas blancas se habían vuelto rosaditas, pero aún seguí unos minutos más, hasta ponerselaa rojas como un tomate maduro. Después de observar un instante el colorido que tenían ahora sus nalgas, la envié de vuelta a mirar la pared. Mientras hacía una llamada y de paso se enfriaba un poco ese culo tan impertinente a veces. 

Terminé la llamada. Me levanté el sofá, saqué una silla y me senté. 

- Baby...ve a buscar tu cepillo, ya sabes cuál.

Escuché un resoplido.

- Ahhh y trae también una toalla pequeña. 

Esperé a que entrara de nuevo, me dio la toalla, la puse encima de mis piernas, el cepillo en el suelo y le pedí que me acercara el vaso de agua. Lo hizo, lo sujeté en la mano a la vez que le indicaba que se volviera a colocar en posición, está vez en la silla era más incómodo y más de castigo. No tenía que sujetarle las manos, que apoyaba en el suelo. Así que volví a regarle las nalgas, imagino que está vez sintió algo de alivio engañoso, en cuanto cogiera el cepillo, lo único que haría el agua es aumentar el picor de los azotes.

Y eso me puse a hacer a trabajar con el cepillo baja humos, una docena de azores más o menos y volvía a tenerlo seco, así que otro poquito de agua y vuelta a empezar, en total repetí ritual 4 veces, procurando igualar todo el culo, menos la última que esa fue exclusiva a la parte donde el culo se une con los muslos. Al acabar lo tenía todo de un bonito rojo brillante con algún puntito algo más oscuro. 

- Bueno según te portes igual acabamos aquí. Mientras yo hago algo de cenar, tú recoge y pon la mesa. Puedes acabar de quitarte la parte de abajo que hoy ya no la vas a necesitar. 

Me fui para la cocina, prepare algo de cenar rápido y ligero y nos sentamos a cenar en completo silencio, suave como el terciopelo. 

Al terminar recogí la mesa y dije: el postre en el sofá.

Ya con todo recogido fui para el sofá con un plato cubierto con una servilleta de papel. Cogí una silla y la puse mirando a la pared.

-Daddy quería ver Yellowstone hoy.

- Baby, hoy no hay Yellowstone 

- Pfffff 

- Siéntate en la silla y prepara tu postre , cuando estés avisa. 

A regañadientes se sentó en la silla, allí le di el platito, además de la servilleta contenía un cuchillo y un trozo de jengibre sin pelar.

- Ya sabes como tienes que hacerlo.

Me senté y  empecé a hacer zapping, daban un partido de Euroliga de baloncesto y me puse a verlo. De vez en cuando la miraba ocupada en su "postre". 

Hasta que escuché un tímido 

- Ya estoy 

Me levanté y fui hacia ella. Lo primero que hice fue revisar la talla de jengibre. 

- Muy bien, creo que a partir d ahora este postre lo vas a hacer tú siempre. Levanta.

Se levantó retiré la silla y el plato. 

- Manos sobre la pared, piernas abiertas y el culete bien sacado. Cuando lo hizo puse mi mano izquierda en la parte baja de sus espalda, aún tenía el culo muy rojo, la bajé un poco más para separarle los cachetes, entonces llevé el plug de jengibre que ella misma había preparado a su culo, jugué un poco haciendo círculitos alrededor, hasta que despacio pero firme empecé a meterse lo, hasta llegar donde quería.

Ponte recta brazos pegados al cuerpo. Lo hizo, fui a por un par de libros y los puse sobre su cabeza. 

- El efecto ya sabes que dura unos 15/20 minutos. Cada vez que se te caiga un libro, si se caen te daré 12 más con el cepillo y si se cae el jengibre 24 y volveremos a empezar. Le di un beso en el cuello y allí le dejé. Lo primero que hice fue ir al baño a por el cepillo y el paquete de toallitas húmedas y me senté, ni que decir tiene que no presté atención al partido, solo podía mirarla a ella con el culo rojo, castigada y concentrada en evitar que se le cayera nada a pesar del efecto del jengibre. 

Un rato después le dije.

- Deja los libros en su sitio y ven.

Lo hizo se acercó hasta quedarse parada frente a mí de nuevo.

- Baby te he tenido unos meses muy descuidada y esto se va d madre, así que a partir de hoy y espero que haya servido para sentar bases, va a volver la disciplina, las rutinas y evidentemente en caso de necesidad los castigos. Así que una hora para dormir, si tienes algún trabajo pendiente no esperes a última hora que luego sufres tú y de rebote me haces sufrir a mi, y todas esas cosas que ya sabes ¿Está claro?

- Si Daddy...

Le di una toallita y el dije que se quitase el jengibre.

-Ahhhh y otra cosa, por cada día como hoy, en qué te comportes como una niña caprichosa, estarás tres días sin placer adulto. 

En ese momento cogí otra toallitas y a conciencia le sequé la fiebre que tenía entre las piernas.

- Ahora dame un beso, vete a lavar los dientes y me esperas en la cama.


Me dio el beso y se perdió. Un rato después entré en la habitación, cerré la puerta me desnude y antes de meterme cogí el bote de crema hidratante, le di un largo masaje en el culo por fuera pero también con el dedito un poco por dentro al terminar le di un beso en cada cachete y a dormir.




miércoles, 19 de marzo de 2025

A la cama calentita (Por E)

 




Eran ya las ocho de la tarde cuando llegó a casa. Había ido a tomar algo con los compañeros de trabajo para empezar bien el fin de semana. 

Ella lo esperaba en el sofá. Estaba ya en pijama y jugueteando con el móvil. 


- Hola Baby, ya estoy en casa.


- Hola Daddy... qué tal las cañas? Te has divertido?


- Sí, ha sido agradable! Y tú? Has hecho algo?


- Algo de qué?? - lo dijo en un tono un poco agresivo.


- Algo, Baby... Que si has visto la tele o has leído algo? 


- Ah, no...solo he estado aquí..


- Toda la tarde?


- Es viernes!! - de nuevo el tono agresivo y una mirada de enfado 


- Y ese tono?? Relájate que solo estoy hablando contigo, de acuerdo?


Ella lo miró con ojos aún de enfado, pero no dijo nada.


Él fue a la habitación a cambiarse. Ya sabía lo que pasaba, y es que ese fin de semana iba a tener que trabajar otra vez en la charla de la siguiente semana y llevaba varios seguidos.  


La volver al salón se sentó junto a ella y empezó a acariciarle los pies. 


- Nena ... Sé que estás cansada, pero es viernes. Vamos a relajarnos y mañana será otro día, vale? 


Asintió resignada y se dejó mimar un rato, pero sentía enfado por dentro. Se metía en mil jaleos que le llevaban mucho tiempo y nunca aprendía para la siguiente.


Media hora después él se levantó para irse a la ducha. Al acabar pasó por el salón.


- Qué te apetece cenar?


- Nada...ya he comido algo al venir.


- Seguro? No me cuesta nada hacerte algo...


- Que no Daddy...que no tengo ganas.


No tardó en prepararse algo de comer. Cenó a su lado y empezaron a ver una película.


A los quince minutos de empezar ella se levantó y se fue a la cocina. Volvió con un paquete de galletas.


- Tienes hambre Nena?


- Un poco 


- Y no sería mejor que te comieras algo más nutritivo?


De nuevo esa mirada asesina. Lo ignoró por completo y se sentó en el sofá. 


Él lo dejó estar, pero veía cómo cogía una galleta tras otra sin ninguna intención de parar.


Acercó su mano y le quitó el paquete.


- Suficiente por hoy, no crees?


- Dame eso!


- Nena...


- Dame las galletas! 


- No! No te doy las galletas y te vas a calmar ahora mismo! Entendido?


Se lo quedó mirando desafiante durante unos segundos para luego levantarse y dirigirse a la cocina. Al volver llevaba el otro paquete de galletas de la caja aún sin abrir.


Él ya veía el finde semana que le esperaba y decidió cortarlo de raíz.


- Ni se te ocurra abrir ese paquete.


- Pues dame el que está abierto!


- Baby, he dicho que no hay más galletas por hoy. Si tienes hambre te hago una tortilla francesa, pero esto se acabó!


- Dámelo!!


- Baja el tono si no quieres que te envíe ahora mismo a dormir!


- O me lo das o abro éste!! - puso su mano en la cinta para abrir el paquete nuevo.


- Dame eso ahora mismo. Cuento hasta tres. Una... Dos...


Normalmente eso servía para disuadirla, pero estaba especialmente cabezona y caprichosa y tenía ganas de explorar límites, así que antes de que pronunciará el tres tiró de la cinta y abrió el paquete nuevo.


Sin pensárselo ni un momento se fue a por ella. Forcejeó unos segundos, pero enseguida consiguió quitarle el paquete. Lo llevó a la cocina sin soltarla de la mano y directamente la llevó a la habitación. 


- Así quieres empezar el fin de semana? Muy bien. Tú lo has decidido!!


Se sentó en la cama y de un tirón la tumbó sobre sus piernas. Ella forcejeó un poco, pero enseguida sucumbió ante su fuerza.


Una lluvia de azotes empezó a caer en su trasero. Fuertes desde el principio para cortar bien la pataleta.

Intentaba protegerse con las manos pero enseguida se las bloqueó.


- Qué son estos modales Baby? Desde cuándo eres tan desafiante y caprichosa?? 


Los azotes seguían cubriendo bien cada centímetro de sus nalgas. Empezaban a picar y ni tan siquiera le había bajado el pantalón del pijama.


- Pero Daddy te conoce bien y sabe cómo calmar estos arrebatos! El culo bien rojo y como nueva!


- Daddy... Ya, por favor...- empezaba a lloriquear.


- Levanta!


Torpemente se puso de pie delante de él. En su cara había vergüenza. No era capaz de mirarlo a los ojos. 


- Mírame. 


Apenas le aguantaba la mirada unos segundos.


- Explícame tu actitud de antes, por favor. 


Verlo así, calmado y serio, le hacía ser más consciente de su comportamiento inmaduro e injustificable.


No pudo decir nada. 


- Nada que decir?


De nuevo la callada por respuesta.


- Muy bien. Ven aquí. 


La acercó a él tirando de sus caderas. Enseguida llevó sus manos a la cinturilla del pantalón y le empezó a bajar la ropa. Los pantalones en el suelo y detrás las braguitas, que dejó a medio muslo.


La miró para incrementar su nivel de vergüenza y le dió media vuelta 


- A ver cómo está de rojo...


Podía ver dos zonas rojas en sus nalgas de los azotes anteriores 


La volvió a poder de frente y de nuevo a sus rodillas. 


Un ruido más escandaloso empezó a inundar la habitación. El piel con piel no ofrecía dudas. 


- Vas a aprender a gestionar el estrés y el enfado de una manera adulta o acabarás así muy a menudo! Me has entendido?


- Daddy...ya, por favor...


- No! Daddy no va a permitir estás tonterías!


- Duele...


- Y más que va a doler!


La tuvo así al menos dos minutos más seguidos hasta ponerle el culo bien caliente. A él le empezaba a picar la mano, así que hizo un pequeño descanso.


Tenía el culo de un rojo intenso. La oía respirar fuerte mientras se agarraba al nórdico con sus manos. 


Estuvo un rato en silencio, con su brazo izquierdo sobre sus muslos. 


- Última vez que me desafías así, queda claro?


- Sí Daddy...


- Algo que decir?


- Lo siento mucho...- su voz sonaba ya a rendición. Suave y mimosa. 


- Esto no ha terminado. 


- Daddy...


- Levántate y ve a por la paleta de madera.


- No...- era un no con la boca pequeña...la fuerza del principio se había desvanecido.


Un par de azotes fuertes la hicieron reaccionar.


Se levantó y fue al despacho a buscar el instrumento. Al volver cabeza baja, mirada al suelo y las orejas rojas.


Él le presentó la mano para que se lo diera y ella obedeció, y sin más indicaciones se tumbó en su regazo de nuevo.


- Si Daddy dice que se acabó el comer galletas tú qué debes hacer?


- Obedecer...


- Y es lo que has hecho?


- No, Daddy...


- Qué has hecho? Dímelo.


- He contestado mal...


- Solo eso?


- No...


- Dile a Daddy cómo te has portado?


- Cómo una malcriada desafiante...


- Y eso está bien Baby?


- No...


- Y qué tiene que hacer Daddy cuando te portas mal?


- Castigarme... - cada vez costaba más oírla. 


- Por qué?


- Porque Daddy me cuida y quiere que aprenda a controlarme mejor ...


- Eso es Baby...pero desgraciadamente solo aprendes por las malas, no es así?


- Mmmm...- la vergüenza era ya muy intensa.


- Contesta! - le dió flojito con la paleta.


- Sí Daddy...


- Abre un poquito las pierna.


Obedeció entregada. 


Él llevó la mano a su coñito. Tal y como presumía, estaba empapada.


- Qué es esto señorita??


Se tapó la cara con la mano.


- Te estoy castigando por hacer una pataleta y te pones así??  No, esto no funciona de este modo Baby! Levanta!


Se levantó de nuevo y a continuo hizo él. Fue al baño y enseguida volvió con unas toallitas húmedas en la mano. 

Se sentó en el mismo sitio y se la volvió a poner sobre sus piernas 


Cogió un par de toallitas y la secó bien. 


- Volveré a comprobar cuando acabe, y si te mojas de nuevo dormirás con el culito lleno, aviso. 


Cogió la paleta y le dió media docena de prueba.


- Que sea la última vez que te comportas así! No quiero niñas malcriadas en casa!. 


Reanudó la azotaina sobre su culo ya dolorido. Intentaba aguantar pero empezaba a costarle estarse quieta. 

Él la ayudaba sujetándola. 


- Y este fin de semana vas a controlar ese genio! Hay que trabajar y no queda otra, así que a asumirlo y a llevarlo con calma.


Estuvo un buen rato castigando su trasero. Paró cuando la vio calmada por dentro. Tenía el culo ardiendo, pero no quedaba ni rastro de ese carácter provocador del principio. 


Ahora sí le acarició el culo. 


- Suficiente Baby?


- Sí Daddy...


- Vas a controlarte y a portarte bien?


- Sí... Lo prometo...


- Lista para ir al rincón un rato Baby? 


- Sí Daddy...


Delicadamente la levantó y, de la mano la llevó al rincón. Ahi la colocó con la nariz pegada a la pared, las manos en la espalda y las braguitas a medio muslo dejando a la vista el culo en llamas. 


- Quiero que reflexiones sobre tu comportamiento de esta noche y ahora Daddy viene en un rato a por ti.


La dejó pensando al menos quince minutos. La norma era que en el rincón no podía despegar la nariz de la pared ni sobarse el trasero.


Pasado el rato lo escuchó entrar. Se la acercó por detrás y empezó a acariciarle el culo.


- Lista para pedirle perdón a Daddy?


- Sí...


- Bien, ven aquí.


La sacó del rincón tirando suavemente de su mano. Se volvió a sentar en el extremo de la cama y la puso de pie delante. 


- De rodillas Baby.


Lo obedeció y se puso de rodillas para mirarlo a los ojos. 


- Te escucho.


Tardó un poco en empezar a hablar. Estaba roja y miraba al suelo. Él sabía que esa parte para ella era casi peor que los azotes, pero era la nueva norma. Tras cada castigo debía reconocer en voz alta su mal comportamiento y pedir perdón. 


- Hoy he sido maleducada y desafiante y lo siento mucho Daddy. 


- Y por eso te he tenido que calentar el culo Baby?


- Sí...- apenas se la oía. 


Él le levantó la cara empujando delicadamente por su barbilla hasta hacer contacto visual.


- Repite más alto Baby.


- Sí Daddy...


- Queda una cosa.


Lo miró sorprendida.


- Aquí Baby. 


Se señaló su regazo.


Se tumbó de nuevo un poco desconcertada, hasta que notó sus manos separando un poco sus piernas.


Enseguida siento un dedo inspeccionando su intimidad. 


- Mmm...no hay manera...


La levantó de sus piernas. 


- Ponte sobre la cama con el culo bien arriba Baby.


- Daddy...


- Obedece 


Se puso como le dijo. Apoyada en sus rodillas con el culo elevado y su cara sobre la cama esperando.


Enseguida notó el frescor de las toallitas sobre su sexo hinchado. Los azotes, el rincón, los regalos, y la verde tener que pedirle perdón y reconocer sus faltas la excitaban de manera muy intensa 


- Cuando te portes mal no te voy a premiar Baby. Si te comportas como una niña maleducada e impulsiva lo único que vas a conseguir es acabar castigada. 

Te dije antes que si te volvías a mojar dormirías con el culo lleno y Daddy no amenaza en balde, así que relaja el culito Nena.


Notó un líquido frío entre sus nalgas y su dedo esparciendo bien el lubricante por fuera y por dentro de su orificio más íntimo.


- Daddy va a disfrutar de su premio por todo el trabajo que me das, pero no tienes permiso para tocarte, me has oído?


- Sí Daddy...


- Lista Baby?


- Sí...


Acercó su polla a su culo y de forma firme, pero delicada empujó hasta vencer la resistencia inicial. Cuando consiguió estar dentro se quedó ahí un poquito.


- Parece que ésta sea la única manera de que duermas tranquila Baby...voy a tener que plantearme calentarte el culo cada día al llegar de trabajar...


- Daddy... - sonaba más melosa...


- Qué Baby?


- Me relaja que tomes el control...


- Lo sé...


- Y me excita....


- También lo sé, pero hoy no hay premio para ti...


Y así empezó a follarla el culo en esa posición tan entregada... La notaba excitada y con ganas, pero esa noche no. La disciplina va primero y quería tenerla bien suave todo el fin de semana...

Él cada vez estaba más cerca del orgasmo y ella lo sabía.


- Baby me voy a correr...


- Sí, Daddy... córrete dentro de mi...


- Sí, Nena...eres mia...


Y así alcanzó el climax, dejando su huella en su interior y obligándola a controlar su deseo como parte del castigo...


Esa noche durmió suave, relajada y con muchas ganas de él...




sábado, 15 de marzo de 2025

Semiprofesionales (video)




De un tiempo hacía aquí, el mundo de los videos ha cambiado mucho. Antes habían dos tipos de videos en la red. Los profesionales y los amateurs. Ahora muchos amateurs han visto en lo de grabar vídeos una forma de conseguir ingresos extra y ahí está el éxito de onlyfans, por ejemplo, así que muchos de ellos, cuidan más ciertos aspectos como la edición, la puesta en escena o el material de grabación. El vídeo de hoy es de este tipo, está bien cuidada la puesta en escena y la calidad de imagen, pero aún tiene cierto toque amateur, en por ejemplo, el hecho que el vídeo sea seguido y sin cortes, con un resultado bastante bonito, aunque tal vez exceso de sobamiento y conversación. 

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