Sábado por la mañana acabando de desayunar.
- ¿Entonces lo hacemos así no? Yo voy a hacer la compra, mientras tú adelantas eso que tienes y cuando vuelva, mientras acabas ordenó un poco la casa y luego nos vamos a comer por ahí.
- Perfecto!!!
- Muy bien, pues voy a vestirme y así voy prontito que hay menos gente
- Vale, yo me voy a poner ya también.
Fui al baño y después a la habitación, cuando salí, en la mesa del comedor estaba su portátil abierto y ella en la cocina. Me fui para allá y le di un beso.
- Me preparó un café y me pongo a eso.
- Muy bien, yo me voy ya, en el coche hay bolsas no?
- Si.
- Pues voy para allá.
Salí y me metí en el ascensor camino del parking. Ella estaba liada en la elaboración de un podcast de trabajo, llevaba una racha con bastante trabajo en casa, aunque muchas veces eran cosas voluntarias.
Cuando llegué al supermercado acababan de abrir así que no había mucha gente y pude hacer la compra tranquilo y rápido, como imaginaba que aún estaría trabajando, antes de ir a casa fui a desayunar a un bar tranquilamente, al terminar ahora sí fui para casa. Por no hacer dos viajes, subí toda la compra de golpe y al llegar a la puerta o dejaba todo en el suelo o imposible sacar las llaves, así que con la nariz toqué el timbre, al poco se abrió la puerta.
- Te has dejado las llaves despistado!!!
- Eso parece
Entre y dejé las bolsas en la encimera .
- Y tú cómo llevas el podcast?
- Ya tengo el guión con toda la documentación casi terminando, en media horita lo tengo y ya mañana tranquilamente lo grabo.
- Muy bien, pues voy a colocar esto.
Ella volvió para la mesa y justo cuando abría la puerta de frigorífico escuché una serie de improperios y gritos. Fui a ver qué había pasado.
- ¿Que pasa Baby?
- ¿Que que pasa? Que al sentarme he tirado el café en el teclado del portátil joder!!! Y es por tu culpa , si te hubieras llevado las llaves!!!
La miré muy serio sacando mis llaves del bolsillo y se puso roja al instante.
- Perdona...es que menudo fastidio ahora.
- No funciona?
- No ves la pantalla en negro?
- Déjalo igual cuando se seca funciona.
- Es que tengo que acabar mañana!!!
- Coge el mío
- Lo tengo todo en este
- No has hecho copia de seguridad?
- No.
- Baby, ya hemos hablado de esto y del riesgo de tener líquidos cerca de portátil... además compramos las botellas aquellas con cierre de seguridad por lo mismo, pero no hay manera.
La estaba empezando a regañar, pero siempre muy calmado y tranquilo y sabía que eso la enervaba más aún.
- Joder Daddy, que morro, si te hubieras llevado las llaves esto no hubiera pasado y ahora que se supone debo hacer, empezar de cero!!!! Pfffff y sólo faltaría que no pidiera tomar café mientras trabajo, pero bueno la que tiene que hacer el trabajo soy yo, porque tú no vas a ayudarme, así que vete a colocar la compra que aquí pasmado me pones nerviosa.
Baby, me lo parece o hoy es un día de aquellos que te mueres de ganas de irte a la cama con el culo ardiendo? Y algo te tiene que quedar muy claro, aquí la que eligió rendir cuentas eres tú, así que el truco ese del ataque preventivo y la inversión de roles conmigo no funciona. Coge mi portátil, conecta un cable USB del mío al tuyo y aunque no vaya el tuyo, el mío lo detectará como disco duro externo y podrás acceder a la información y termina, yo voy a colocar la compra y luego hablaremos.
Me fui para la cocina y me puse a colocar la compra, al acabar me puse a fregar cuatro cacharros que había en la fregadera y apareció ella, me abrazó por detrás y me dio un beso en el cuello.
- Daddy...siento mucho haberme puesto así, ya he podido acabar y solo falta grabar.
- Baby ¿Cuantas veces te he dicho que eres una impaciente impulsiva? ¿Mil? Mira Baby, hay dos tipos de problemas los que no tienen solución y por eso no vale la pena perder un segundo y los que si tienen y créeme que esos no se arreglan con pataletas de niña caprichosa. Venga va si ya estás empieza a arreglarte que cuando termine nos vamos, eso sí esta tarde ya hablaremos de lo que ha pasado.
Reconozco que mi coletilla final, iba con cierta maldad, sabía perfectamente que aquella frase final resonaria en su cabeza toda la tarde.
Terminé de recoger y yo también me fui a vestir, los dos muy informales, en plan vaqueros y camiseta y nos fuimos a comer, al final nos decantamos por un italiano que nos gustaba a los dos y se comía genial. El incidente parecía olvidado, comimos entre risas y bromas. Yo no pedí postre y ella si, simplemente un café y ahí se hizo un extraño silencio, la cogí de la barbilla y le levanté la cara .
- Baby ¿Pasa algo? Cuéntame.
Suspiró profundamente
- Siento mucho haberte hablado así antes, estaba enfadada y frustrada y lo he pagado contigo...
Volvió a coger aire y a la que vez que se ruborizaba me dijo.
- ¿Me vas a castigar cuando lleguemos a casa?
- Baby...si por mi fuera, ahora mismo te ponía en mis rodillas, te bajaba los vaqueros y las braguitas y te ponía el culo el doble de rojo que tienes ahora la cara, pero creo que el resto de la gente no lo entendería. Así que mejor en casa, eso sí cuando lleguemos, te vas a ir derecha a la habitación, te pones el pijama y me esperas cara a la pared, a qué vaya a calentarte el culo cómo te mereces¿Entendido?
Asintió con la cabeza pero en silencio.
Un rato después me levanté , fui a pagar y al volver la cogí de la mano y salimos. El camino de vuelta fue totalmente silencioso. Nada más entrar a casa, la miré y agachando la cabeza se fue para la habitación.
Esperé 5 minutos y entré a la habitación yo también a cambiarme, allí estaba con el pijama de cuadros, de pie frente a la pared. Me puse yo también el pijama y antes de salir le dije.
- Tenemos toda la tarde noche para arreglar esto, así que no hay ninguna prisa , cuando tengas algo que decir te espero en el comedor.
Salí dejando la puerta abierta, lo primero que hice fue sacar una silla y dejarla en el centro del salón, frente a la TV, después puse una lista de reproducción de música relajante y me senté en el sofá a esperar.
Hasta que apareció de repente, despacio, con las manos en la espalda y mirando al suelo, se quedó de pie frente a mí.
- Anda mira quién tenemos aquí ¿ahora que toca la versión adulta o la niña?
En ese momento murmuró algo.
- Baby!!! Mírame cuando te hablo y si dices algo que sea de manera entendible ¿Está claro?
- Si Daddy.
- ¿Y bien?
- Siento mucho mi comportamiento de antes, la verdad es que no estaba enfadada contigo, estaba frustrada de la situación y no he sabido gestionarlo adecuadamente .
- Y yo me pregunto ¿No sería más propio de una adulta y más civilizado llegar a esa conclusión de buen principio, en vez de gestionarlo a través de una pataleta infantil y caprichosa?
- Si...
- Pues ya sabes que les pasa en esta casa a las adultas que se compartan como niñas caprichosas ¿Verdad?
- Si...
- ¿Que les pasa?
- Que Daddy las castiga.
- Exacto, Daddy les pone el culo bien rojo y caliente.
En ese momento me levanté y me fui para la silla que había puesto en el centro del salón, me senté y con un gesto le dije que se acercará. Lo hizo y al estar a mi altura , me dijo.
- Daddy...he reconocido mi error y tampoco creo que sea tan grave.
No le contesté, de un tirón seco le bajé el pantalón del pijama y después las braguitas.
- Así mucho mejor. Y Baby el chantaje emocional tampoco funciona conmigo, y menos cuando he tomado una decisión. Pero si quieres hablar, hablamos, así que crees que no hay para tanto.
- Ya te he pedido perdón varias veces y he reconocido que me he equivocado.
- Es cierto, pero un recordatorio en la piel te irá muy bien, al menos por una temporada, ya sabes lo que tienes que hacer ahora, quiero ver ese culo bien presentado en mi regazo.
Se cruzó de brazos en un último intento ma llevado, ya que de inmediato atronaron dos fuertes cachetes que dejaron mis dedos grabados en su piel.
- Tengo que repetirlo
No hizo falta, diez segundos después la tenía en mi regazo, mi mano izquierda apoyada en su cadera y mi mano derecha la acariciaba suavemente el culo, en aquella posición tenía una perfecta visión de su contradicción interna, por una parte esa resistencia hasta el final y por la otra lo que veía entre sus piernas, los labios hinchados y la rajita brillante, y así debía llevar rato. Ahí empezó a hablar mi mano, empecé a azotarla con un ritmo constante y alternando nalga y nalga tratando de cubrir toda la piel de las mismas , no hubieron pausas, así estuve unos largos minutos, sólo algún cambio de velocidad y no paré hasta que a mí me empezó a picar la mano y la sentía palpitante. En ese momento ya tenía el culo al rojo vivo y la tuve un rato en mi regazo, acariciándole los muslos y la espalda pero dejando que sintiera el calor vivo de los azotes en el culo.
No sé cuánto tiempo estuvimos así, pero bastante , hasta que le dije.
- Ahora te vas a levantar y vas a ir a buscar la zapatilla de los castigos y me la traes.
Resopló. Yo le había cogido gusto a aquella zapatilla, era muy efectiva, sonaba muy bien y podía aplicársela perfectamente sobre mis rodillas y esa era la posición que usaba el 90% de las veces, además la hacía sentir muy pequeña y castigada. Se levantó y fue a la habitación, la escuché abrir el armario y de vuelta caminó hacia mi y me dio la zapatilla.
- ¿Y esto para que es?
Se puso roja, casi como tenía ya el culo.
- Para caminar creo que no.
Me hizo sonreír.
- Pues según lo interpretes, si te puede ayudar a caminar en un futuro si más no a no tropezar otra vez con la misma piedra, así que voy a ver si soy capaz de hacértelo ver.
La cogí de la mano y la puse de nuevo en mis rodillas. No dije números, ni tampoco más sermones, sólo el sonido de aquella zapatilla golpeando una y otra vez la piel de su culo, tenía que ser una lección bien cocinada y a eso me dediqué a cocinarla a fuego lento que ablanda más. No paré hasta asegurarme el punto de cocción correcto.
Al detenerme tenía el culo incandescente, otro descubrimiento del a veces tan menospreciado instrumento, es que es terriblemente efectivo, pero mucho menos propenso a dejar moratones o tonos más elevados que el rojo intenso, si que ello significa que no pueda hacer retorcerse a su víctima.
Allí en mi regazo la tuve un rato, aun más largo que el anterior, hasta que la envié un rato a pensar cara a la pared. Yo guardé la silla en su lugar y me senté en el sofá observándola. Hasta que la llamé. De nuevo frente a mí, me pidió perdón y me prometió esforzarse en no reproducir ese comportamiento, al terminar le dije que fuera al baño a por la crema.
Cuando volvió, antes de volver a mis rodillas, le hice quitarse del todo el pantalón y las braguitas y abrir las piernas al colocarse.
Empecé con un masaje muy suave y con mucha crema en el culo, el alivio de la crema hizo que se relajara al instante. Un rato después empecé a investigar entre sus piernas primero por la parte externa y después metiendo un dedo y dos que entraron casi absorbidos..empecé a jugar con ellos a meterlos y sacarlos rítmicamente, ella empezó a suspirar primero y después a jadear y mover a la vez de forma lasciva las caderas..entonces paré.
- Que niña más cochina tengo, te acabo de poner el culo ardiendo y chorreas...no sé si te mereces premio, voy a seguir intentándolo a ver si me convences.
Fin