domingo, 6 de abril de 2025

Cazada.

 



Llegué a casa cómo de costumbre, ella ya estaba como también era habitual. 

- Hola!!!!

- Hola ¿Que tal el día?

- Bueno más o menos ¿Y tú?

- Pasable, también

- ¿Vas a ir a algún sitio?

- No ¿Por?

- Cómo vas con ropa de calle aún

- Bueno me he estirado un rato, pero tengo que ponerme con la presentación, ahora me iba a cambiar y encerrarme un rato en el despacho.

- Pues yo me voy a dar una ducha y a ocupar el sofá.

- Todo tuyo, pero sólo un rato!!!!

Los dos nos fuimos a la habitación, yo cogí ropa, mientras ella se ponía el pijama. Yo me fui para el baño y ella para la habitación/despacho. Me di una ducha y ya cómodo, me apalanqué en el sofá. Llevaba ya cómo media hora, cuando me apeteció, una cerveza y fui a buscarla a la cocina, al pasar por delante del despacho tenía la puerta entreabierta y miré, allí estaba sentada en la mesa, con los cascos puestos y mirando atentamente la pantalla del portátil. Cogí la cerveza y de vuelta al sofá, volví a mirar, pensé que igual estaba viendo y escuchando algo para documentarse y me fui para el sofá.

Un rato después, ya me había terminado la cerveza y fui a tirar el envase a la basura y otra vez miré y seguía con los cascos mirando la pantalla y ya empezó a resultarme algo sospechoso. De vuelta llamé a la puerta y se giró quitándose los cascos, a la vez que movía el ratón de una manera apresurada y su expresión era cómo de entre sorpresa y nerviosismo.

- ¿Tienes para mucho? 

- No...bueno, una media hora más o menos y ya sigo mañana.

- Me tendrías que hacer un favor

- Dime

- Déjame dos minutos el portátil, que me han enviado un WhatsApp, y tengo que enviar un correo, no tardo nada.

- Vale...así voy a beber algo.

Se levantó, entré y me senté, esperé a que saliera y me fui directo al historial, cuando lo vi, no salía de mi asombro, había estado todo ese rato viendo vídeos...de spank...cuando volvió.

- Ya estoy, casi.

- Haz tranquilo, no creo que vuelva a ponerme ya hoy

- ¿Y eso? 

- Estoy saturada...mejor lo dejo y sigo mañana.

- Ya, imagino que eso de buscar información y documentarse, es tedioso y aburrido.

- Pffff un palo.

- Ven que te enseño una cosa.

Se acercó y al llegar a la mesa se inclinó para ver la pantalla, en la que había puesto el historial. La miré y se puso roja al instante.

- Interesantes páginas, para "documentarse"..

Se quedó en blanco...sin responder.

- Vaya,vaya....así que todo este rato, donde se supone estabas trabajando, resulta que estabas haciendo otra cosa...

- No te enfades, es que no me inspiraba...

- No estoy enfadado, vamos no porque veas vídeos, ahora que intentes tomarme el pelo ya es otra historia.

Me levanté y la cogí del brazo , poniéndola a la izquierda de la silla 

- Pon las manos sobre la cabeza.

Resopló pero lo hizo y nada más hacerlo de un tirón le bajé el pantalón del pijama y las braguitas hasta los tobillos.

- Ahora, el que va a "documentarse" soy yo, igual alguno de estos vídeos me da la inspiración, para castigarte adecuadamente y mientras te quiero aquí , en silencio, inmóvil y mirando también ¿Está claro?

No contestó. Me senté y empecé a abrir videos, de vez en cuando hacía algún comentario mirándola, del tipo...

"Ufff eso debe picar" " o " Ese es el color ideal para el culo de las chicas traviesas".

Al tercer vídeo ya me cansé, cerré sesión y me levanté, la miré.

- Levanta el pie.

Lo hizo y me agaché, le quité el pantalón y las braguitas de un pie y después del otro, cogí la ropa.

- Hasta el pantalón del pijama está mojado, señorita!!!

Se puso aún más roja.

- Date la vuelta.

Lo hizo y nada más hacerlo pasé mi mano izquierda por su cintura bajando por el pubis, buscando su entrepierna.

- Anda que como estás, cochina y yo pensando que estabas trabajando. 

En ese momento le metí un dedo.

- Saca el culo!!!

Le dije dándole un azote.

Se inclinó un poco hacia delante y en cuanto lo hizo y sin sacar el dedo de su sexo, empecé a azotarle el culo, alli de pie.

- La próxima vez, bueno no va a haber próxima vez te lo aseguro. 

Estuve un buen rato zurrándole bien el culo allí en medio del despacho, de pie y sin quitarle el dedo del sexo. Pero la posición era bastante incómoda y a los pocos minutos me cansé. Paré, le quité el dedo, la cogí le brazo y caminamos en silencio hasta el baño, sin soltarla le dije.

- Coge el cepillo de ducha

Resopló, sabe perfectamente lo efectivo que es. Le di un par de azotes sin soltarla

- Coge el cepillo.

Lo cogió.

Y sin soltarla la llevé a la habitación. Al entrar la solté y le dije.

- Túmbate boca arriba.

- Santi....

La miré muy serio y no tuve que repetirlo, se tumbó. Entonces le cogí el cepillo de ducha.

- Levanta las piernas...

Volvió a suspirar y las levantó. Con la mano izquierda le sujeté los tobillos. 

- Cuando termine, te vas a sentar a ver un vídeo y así podrás empatizar bien.

Empecé a azotarla en aquella posición tan vergonzosa con el cepillo de ducha, alternando cachete y cachete, y apuntando bien a la parte baja de las nalgas, que a los pocos azotes, marcaban dos "ojos de buey" bien rojos. Me apliqué a conciencia en la tarea, quería que sintiera bien los efectos de su travesura más tarde. Cuando estuve seguro que así sería, paré. Le solté los tobillos y dejo caer los pies al suelo suspirando de alivio, pero apenas le di tiempo a respirar, sin soltar el cepillo, la cogí del brazo haciendo que se levantase.

La llevé de vuelta al despacho y allí le dije 

- Siéntate y abre sesión.

Se sentó despacio, yo me quedé frente a ella mirando. Y con el cepillo amenazante en mi mano.

- Ahora ponte un vídeo de los que has visto y empieza a tocarte.

Se puso roja...le dio al play de uno de los vídeos y tímidamente llevo su mano entre sus piernas. Yo la miraba fijamente, allí sentada con el culo ardiendo masturbándose delante de mi, mientras miraba un vídeo. 

- Señorita no tenemos toda la tarde, te doy 5 minutos o nos vamos al salón te tumbo en mis rodillas y te pongo el culo morado con el cepillo.

Y al parecer mis palabras surgieron efecto, los cinco minutos , no fueron ni tres cuando se estremeció en un intenso orgasmo masturbándose frente a mí...

La dejé saborearlo del todo y recuperar el aliento.

Entonces le dije.

- Recoge la ropa, cierra el portátil y te espero en el sofá.

Mientras ella recogía, fui a dejar el cepillo al baño y cogí la crema.

Cuando apareció, le dije que se pusiera frente a mis rodillas, con las manos detrás de la espalda. 

- Mírame y escucha con atención. He estado pensando y cómo al parecer para trabajar te inspira ver vídeos, que es una tontería pudiendo tener lo mismo de verdad, es más estoy seguro que con el culo bien calentito, aún te inspirarás mejor, así que a partir de mañana, antes de ponerte te calentaré bien el culo. Así que te esperas a que venga y cuando yo esté aquí y quieras ir a trabajar en la presentación, me vas pedir que te zurre el culo para evitar tentaciones ¿Está claro? 

No contestó sólo bajó la mirada.

- Te he hecho una pregunta, responde.

- Si....

- ¿Que me vas a pedir?

- Que me zurres el culo...

- ¿Para?

- Para evitar tentaciones....

Me di un golpe con las palmas de las manos en las piernas, para indicarle que se tumbara, lo hizo y dejé caer un chorro de refrescante crema en cada nalga y empecé a extenderla muy suavemente...









miércoles, 2 de abril de 2025

Perder las formas





Llevábamos casi seis horas de coche. Eso, sumado al madrugón, yo sabría que la tendrían un poco malhumorada. Cuando no dormía se ponía un poco impaciente y le costaba mantener el autocontrol.

Al llegar al hotel había gente para hacer el check-in. Tuvimos que esperar casi quince minutos. 

Primero se inscribieron sus amigos y ya por fin nos tocaba. 

Al acercarse al mostrador una señora de mediana edad quiso colarse.

- Señora, estamos nosotros. La cola está ahí.

- Yo llevo aquí un buen rato bonita, he llegado antes que tú.

La señora no se apartaba y su paciencia empezaba a agotarse.

- Hemos llegado hace quince minutos, nos hemos puesto a la cola y usted no estaba. No se cuele, haga el favor.

Ahí empecé a ver  cómo se despertaba la fiera, así que me acerqué, la cogí de la mano, y, al oído le dije.

- Nena calma por favor...

Ella se deshizo de mi mano enfadada porque la señora no desistía.

- A ver señora, póngase a la cola como el resto. Nos toca a nosotros. Llevamos aquí un buen rato. 

Su tono cada vez se elevaba más. Empezaba a ser el centro de atención de la recepción yo empezaba a sentir vergüenza ajena

- Nena ya, por favor. Nos mira todo el mundo.

- Que me da igual, joder! Que esta señora es una caradura!

La cogí fuerte de la mano y tiré de ella haciéndola que me mirara a los ojos.

- Ahora vamos a hablar tú y yo. 

La advertencia no la paró. Seguía molesta y farfullando.

La señora insistía y, al final, tuvo que mediar el señor de recepción. 

- Por favor, pasen por aquí.

Nos llevó a otro mostrador y nos hizo el registro de entrada. Nos entregó las llaves y nos acompañó a la puerta de la habitación. 

Yo iba dos pasos por delante. Estaba serio. Ella se iba calmando poco a poco.

- Aquí es su habitación. Disculpen la molestia y disfruten de la estancia.

- Gracias. - contestó yo avergonzado de la escenita que acababa de montar.

Al entrar dejé mi abrigo sobre la cama y salí al balcón a coger aire puro. 

Ella también dejó sus cosas y entró al baño. 

Al salir vino a buscarme

No la miré. Seguía pensando en cómo manejar aquella escenita. Suerte que sus amigos no estaban delante.

- Qué señora más sinvergüenza joder!

-  Eso, tú sigue. Si no te ha parecido suficiente el numerito sigue...

- Joder Santi! Te parece normal?? - elevó un poco el tono.

- Baja el tono ahora mismo. - le dije  mirándola a los ojos. Mi tono era calmado pero muy asertivo.

- Le vas a dar la razón? - me miraba con sorpresa, pero su voz ya era más bajita.

- Me da igual quién tuviera razón. Lo que no me gusta nada es verte así. Qué era eso? Una pelea de patio de colegio?? 

Pero Santi...

- Pero NADA! Cuantas veces te he dicho que cuando te pones así pierdes la razón? 

- Ha empezado ella...- parecía ya una niña acorralada.

- Y? Eso te autoriza a comportarte así? Ganas me han dado de darte un par de azotes ahí mismo!

Ahí su lenguaje corporal empezó a recular. Estaba roja y avergonzada de la bronca que le estaba echando. 

- Me ha enfadado Santi. Nos tocaba a nosotros y se iba a colar...

- Para eso está el autocontrol! Para no parecer una cría maleducada!  Vete inmediatamente a mirar la puerta y me esperas ahí 

- Santi...

- Tengo que repetirlo?

Se fue resignada. Se colocó tal y como le dijo. Mirando a la pierta, con las manos en la espalda y pensando en lo que le venía. 

Me tomé  mi tiempo. Quince minutos después fui al baño. 

Ella me debió escuchar manipular algo y abrir el grifo. 

- Ven aquí. 

Al darse la vuelta me vió con la pastilla de jabón del hotel mojada. 

- No...

Tiré de su mano y la llevé a mi lado. 

- Abre la boca y saca la lengua.

- Santi por favor...

Un azote la hizo reaccionar. Abrió la boca poco a poco y sacó la lengua. Enseguida notó la pastilla de jabón la boca y ese sabor que la inundaba. Más que desagradable era vergonzoso. A su edad y castigada así. 

- Desde cuándo te permito yo comportarte así? Eh? Los formas no se pierden nunca, porque por más razón que tengas, las formas te hacen perder la razón. Y ya te aviso que hoy vas a bajar a cenar calentita. Ahora mismo te vas a volver a mirar la puerta con el jabón en la boca, hasta que te diga y cuando te avise, quiero una disculpa en condiciones y no va a ser la primera de hoy. 

Yo mismo la acompañé hasta la puerta y allí, la dejé. Mientras la dejé reflexionando sobre su comportamiento, coloqué maletas y juguetes un rato con el mando de tele. Unos diez minutos más tarde la llamé.

- Nena, vete a enjuagar y ven aquí.


Yo la esperaba sentado a los pies de la cama. Entró al baño y estuvo un rato enjuagándose, al terminar vino hacia mi con pasitos cortos y mirando al suelo. Cuando estuvo frente a mí le dije.

- Mírame

Levantó la mirada y suspiró

- Y bien ¿Algo que decir?

- Que lo siento

- Qué sientes?

- Haberte hecho pasar vergüenza antes.

- Y tú? No sientes nada? Crees que esa es forma de comportarse?

- No...

- Pues ponle un adjetivo a tu actitud.

Sus mejillas aún se encendieron más

- Siento haberme comportado cómo una vulgar poligonera..

- Exacto, has descrito a la perfección, lo que todo el mundo en recepción, debe pensar ahora mismo de ti y cómo tú y yo tenemos un trato, por el cual yo me encargo de tu "educación" esto no puede repetirse y es evidente que va a tener una consecuencia, que conoces de sobra. Así que quiero ver cómo te bajas los vaqueros y el tanga, para asumir la consecuencia.

- Santi...sin calentamiento, ya directo...

- Calentito me tienes de sobra, y no lo voy a repetir.

Yo sabía que le daba mucha más vergüenza tener que hacerlo ella mientras yo miraba, que si lo hiciera yo.

La miré

- Venga espabila.

Se desabrochó el botón del vaquero y se lo bajó hasta las rodillas, me volvió a mirar un instante le devolví la mirada y a los vaqueros siguió el tanga. 

La miré un instante de nuevo.

- Ahora ya sabes, lo que tienes que hacer, quiero ver bien presentado ese culo en mi regazo.

No tuve que repetirlo. A los dos segundos estaba tumbada sobre mi regazo, con el culo desnudo. Terminé de bajarle la ropa hasta los pies,  en esa posición podía ver su sexo hinchado y brillante. Pero mi prioridad era otra y enseguida mi mano empezó a caer pesada sobre su piel desnuda. En silencio y continúa, sólo se escuchaban nuestras respiraciones y la escandalosa azotaina a mano. Cómo en breve teníamos que bajar a cenar y no había demasiado tiempo, me apliqué con ganas, porque quería que sintiera el culo caliente y palpitante durante la cena. Así que no dejé de zurrarle el culo, hasta que mi mano también estuvo roja y caliente. Al detenerme lo primero que hice fue acabar de quitarle la parte de abajo de la ropa, vaqueros y tanga. 

- Levanta.

Se levantó

- Ni se te ocurra frotarte, que te veo las intenciones y escucha atentamente. Hemos quedado en media hora abajo para cenar. Así que ahora te vas a arreglar, ponte un vestido, sin nada debajo. Cuando bajemos, lo primero que harás es ir a recepción, buscar al chico que nos ha atendido y disculparte, cuando lo hayas hecho, buscarás si está la señora de antes en el comedor y si está también te vas a disculpar y cuando te sientes en la mesa, también les vas a pedir disculpas a Sergio y María ¿Está claro?

Balbuceó un si casi inaudible y empezó a arreglarse para bajar a cenar. En paz y calma absoluta, yo también me cambié de ropa y cuando estuvimos, bajamos. En el ascensor le dije una última cosa.

- Seguramente Sergio y María quieran ir a tomar algo después de cenar, pero tú estás castigada, así que te vas a adelantar y al terminar de cenar, vas a decir que estás cansada y te vas a subir a la habitación. Yo subiré 10 minutos más tarde y cuando suba te quiero encontrar de rodillas sobre el sillón y con el cinturón que hay en mi maleta, preparado sobre la cama, para continuar tu castigo ¿Está claro?

Suspiró, le di un beso y en ese momento se abrió la puerta del ascensor.

Nada más abrirse se fue hasta recepción y habló con el chico que nos hizo el registro de entrada, después fuimos hasta el comedor pero no vimos a la señora que había sido parte del conflicto. Al sentarnos en la mesa ya estaban Sergio y María y también les pidió disculpas, aunque le dieron la razón.

Cenamos tranquilamente, aunque ella estuvo algo ausente durante toda la cena, al terminar, Sergio le preguntó si estaba bien y ella aprovechó y le contestó que estaba muy cansada y que se iba a ir para la habitación, yo estuve un cuarto de hora más con la pareja y también me disculpé y me retiré. 

Me fui para la habitación, entré estaba medio a oscuras, encendí la luz y allí estaba, de rodillas sobre el sillón, desnuda de cintura para abajo. Mi cinturón negro estaba doblado sobre la cama, lo cogí y me fui para el sillón. 

- Tengo que reconocer, que tú actitud con el culo rojo, ha mejorado mucho a la anterior, así que para asegurarme, le voy a dar un poco más de color. Ahora saca bien el culo.

Arqueó más la espalda y separó las piernas.

Dejé el cinturón sobre la parte baja de su espalda y llevé toda mi mano a su sexo desde atrás, ninguna sorpresa, estaba empapada y sonreí a la vez que cogía el cinturón. 

- Te voy a dar dos docenas de azotes, entre docena y docena haremos un descanso. Los vas a contar y tras cada número dirás "gracias por enseñarme que si pierdo las formas pierdo la razón" ¿Está claro?

No le di tiempo a contestar, cuando el cuerpo del cinturón golpeó su piel... esperé un instante, hasta escuchar con un tono de voz decente:

- Uno, gracias por enseñarme que si pierdo las formas, pierdo la razón

Los azotes con el cinturón fueron cayendo lenta pero implacablemente, al decir el número 12 seguido de la frase, la ayudé a levantarse y la llevé hasta la puerta, las manos sobre la cabeza y a sentir el ardor de los azotes unos 5 minutos, hasta que volví a llamarla. De nuevo de rodillas sobre el sillón, con el culo bien expuesto para recibir los restantes 12 azotes. Siguiendo el mismo ritual de número seguido de frase. Al terminar la segunda docena, la dejé en posición y le dije que no se moviera. Lo primero que hice fue desnudarme y después fui a por la crema hidratante y el lubricante a la maleta.

Estuve un ratito aplicándole crema en las nalgas castigadas. Al terminar, empecé a jugar con mis dedos en su sexo, por fuera y por dentro, pero sin acabar. Entonces cogí el lubricante, dejé caer un chorro abundante entre sus nalgas y empecé a extenderlo bien, en especial por fuera de su estrecho agujero, haciendole un pequeño masaje con mi dedo y el lubricante, hasta que metí el dedo bien profundo. 

- No creerás que mereces un premio ¿Verdad?  En cambio mi paciencia si merece un premio y lo voy a tener.

Con paciencia preparé bien su entrada trasera, mucho lubricante y mis dedos, hasta que estuvo a punto para mí polla, y empecé a follarle el culo, en la misma posición donde la acababa de castigar y con el culo en llamas. Despacio entraba y salía de ella y ella empezaba a jadear, entonces le dije...

- Si quieres correrte, te vas a tener que espabilar sola, sino cuando yo acabe a la cama.

Dudó un momento, hasta que sentí una de sus manos que empezaba a frotarse a la vez que yo entraba y salía.


domingo, 30 de marzo de 2025

Café+portátil: mala combinación

 



Sábado por la mañana acabando de desayunar.

- ¿Entonces lo hacemos así no? Yo voy a hacer la compra, mientras tú adelantas eso que tienes y cuando vuelva, mientras acabas ordenó un poco la casa y luego nos vamos a comer por ahí.

- Perfecto!!!

- Muy bien, pues voy a vestirme y así voy prontito que hay menos gente 

- Vale, yo me voy a poner ya también.

Fui al baño y después a la habitación, cuando salí, en la mesa del comedor estaba su portátil abierto y ella en la cocina. Me fui para allá y le di un beso. 

- Me preparó un café y me pongo a eso.

- Muy bien, yo me voy ya, en el coche hay bolsas no? 

- Si.

- Pues voy para allá. 

Salí y me metí en el ascensor camino del parking. Ella estaba liada en la elaboración de un podcast de trabajo, llevaba una racha con bastante trabajo en casa, aunque muchas veces eran cosas voluntarias.

Cuando llegué al supermercado acababan de abrir así que no había mucha gente y pude hacer la compra tranquilo y rápido, como imaginaba que aún estaría trabajando, antes de ir a casa fui a desayunar a un bar tranquilamente, al terminar ahora sí fui para casa. Por no hacer dos viajes, subí toda la compra de golpe y al llegar a la puerta o dejaba todo en el suelo o imposible sacar las llaves, así que con la nariz toqué el timbre, al poco se abrió la puerta. 

- Te has dejado las llaves despistado!!! 

- Eso parece 

Entre y dejé las bolsas en la encimera . 

- Y tú cómo llevas el podcast?

- Ya tengo el guión con toda la documentación casi terminando, en media horita lo tengo y ya mañana tranquilamente lo grabo.

- Muy bien, pues voy a colocar esto.

Ella volvió para la mesa y justo cuando abría la puerta de frigorífico escuché una serie de improperios y gritos. Fui a ver qué había pasado.

- ¿Que pasa Baby? 

- ¿Que que pasa? Que al sentarme he tirado el café en el teclado del portátil joder!!! Y es por tu culpa , si te hubieras llevado las llaves!!!

La miré muy serio sacando mis llaves del bolsillo y se puso roja al instante.

- Perdona...es que menudo fastidio ahora.

- No funciona?

- No ves la pantalla en negro?

- Déjalo igual cuando se seca funciona.

- Es que tengo que acabar mañana!!!

- Coge el mío 

- Lo tengo todo en este 

- No has hecho copia de seguridad?

- No.

- Baby, ya hemos hablado de esto y del riesgo de tener líquidos cerca de portátil... además compramos las botellas aquellas con cierre de seguridad por lo mismo, pero no hay manera.

La estaba empezando a regañar, pero siempre muy calmado y tranquilo y sabía que eso la enervaba más aún.


- Joder Daddy, que morro, si te hubieras llevado las llaves esto no hubiera pasado y ahora que se supone debo hacer, empezar de cero!!!! Pfffff y sólo faltaría que no pidiera tomar café mientras trabajo, pero bueno la que tiene que hacer el trabajo soy yo, porque tú no vas a ayudarme, así que vete a colocar la compra que aquí pasmado me pones nerviosa.

Baby, me lo parece o hoy es un día de aquellos que te mueres de ganas de irte a la cama con el culo ardiendo? Y algo te tiene que quedar muy claro, aquí la que eligió rendir cuentas eres tú, así que el truco ese del ataque preventivo y la inversión de roles conmigo no funciona. Coge mi portátil, conecta un cable USB del mío al tuyo y aunque no vaya el tuyo, el mío lo detectará como disco duro externo y podrás acceder a la información y termina, yo voy a colocar la compra y luego hablaremos.

Me fui para la cocina y me puse a colocar la compra, al acabar me puse a fregar cuatro cacharros que había en la fregadera y apareció ella, me abrazó por detrás y me dio un beso en el cuello.

- Daddy...siento mucho haberme puesto así, ya he podido acabar y solo falta grabar.

- Baby ¿Cuantas veces te he dicho que eres una impaciente impulsiva? ¿Mil? Mira Baby, hay dos tipos de problemas los que no tienen solución y por eso no vale la pena perder un segundo y los que si tienen y créeme que esos no se arreglan con pataletas de niña caprichosa. Venga va si ya estás empieza a arreglarte que cuando termine nos vamos, eso sí esta tarde ya hablaremos de lo que ha pasado.

Reconozco que mi coletilla final, iba con cierta maldad, sabía perfectamente que aquella frase final resonaria en su cabeza toda la tarde. 

Terminé de recoger y yo también me fui a vestir, los dos muy informales, en plan vaqueros y camiseta y nos fuimos a comer, al final nos decantamos por un italiano que nos gustaba a los dos y se comía genial. El incidente parecía olvidado, comimos entre risas y bromas. Yo no pedí postre y ella si, simplemente un café y ahí se hizo un extraño silencio, la cogí de la barbilla y le levanté la cara .

- Baby ¿Pasa algo? Cuéntame. 

Suspiró profundamente 

- Siento mucho haberte hablado así antes, estaba enfadada y frustrada y lo he pagado contigo...

Volvió a coger aire y a la que vez que se ruborizaba me dijo.

- ¿Me vas a castigar cuando lleguemos a casa?

- Baby...si por mi fuera, ahora mismo te ponía en mis rodillas, te bajaba los vaqueros y las braguitas y te ponía el culo el doble de rojo que tienes ahora la cara, pero creo que el resto de la gente no lo entendería. Así que mejor en casa, eso sí cuando lleguemos, te vas a ir derecha a la habitación, te pones el pijama y me esperas cara a la pared, a qué vaya a calentarte el culo cómo te mereces¿Entendido?

Asintió con la cabeza pero en silencio. 

Un rato después me levanté , fui a pagar y al volver la cogí de la mano y salimos. El camino de vuelta fue totalmente silencioso. Nada más entrar a casa, la miré y agachando la cabeza se fue para la habitación. 

Esperé 5 minutos y entré a la habitación yo también a cambiarme, allí estaba con el pijama de cuadros, de pie frente a la pared. Me puse yo también el pijama y antes de salir le dije.

- Tenemos toda la tarde noche para arreglar esto, así que no hay ninguna prisa , cuando tengas algo que decir te espero en el comedor. 

Salí dejando la puerta abierta, lo primero que hice fue sacar una silla y dejarla en el centro del salón, frente a la TV, después puse una lista de reproducción de música relajante y me senté en el sofá a esperar.

Hasta que apareció de repente, despacio, con las manos en la espalda y mirando al suelo, se quedó de pie frente a mí. 

- Anda mira quién tenemos aquí ¿ahora que toca la versión adulta o la niña?

En ese momento murmuró algo.

- Baby!!! Mírame cuando te hablo y si dices algo que sea de manera entendible ¿Está claro? 

- Si Daddy.

- ¿Y bien?

- Siento mucho mi comportamiento de antes, la verdad es que no estaba enfadada contigo, estaba frustrada de la situación y no he sabido gestionarlo adecuadamente .

- Y yo me pregunto ¿No sería más propio de una adulta y más civilizado llegar a esa conclusión de buen principio, en vez de gestionarlo a través de una pataleta infantil y caprichosa?

- Si...

- Pues ya sabes que les pasa en esta casa a las adultas que se compartan como niñas caprichosas ¿Verdad?

- Si...

- ¿Que les pasa? 

- Que Daddy las castiga.

- Exacto, Daddy les pone el culo bien rojo y caliente.

En ese momento me levanté y me fui para la silla que había puesto en el centro del salón, me senté y con un gesto le dije que se acercará. Lo hizo y al estar a mi altura , me dijo.

- Daddy...he reconocido mi error y tampoco creo que sea tan grave. 

No le contesté, de un tirón seco le bajé el pantalón del pijama y después las braguitas.

- Así mucho mejor. Y Baby el chantaje emocional tampoco funciona conmigo, y menos cuando he tomado una decisión. Pero si quieres hablar, hablamos, así que crees que no hay para tanto. 

- Ya te he pedido perdón varias veces y he reconocido que me he equivocado.

- Es cierto, pero un recordatorio en la piel te irá muy bien, al menos por una temporada, ya sabes lo que tienes que hacer ahora, quiero ver ese culo bien presentado en mi regazo. 

Se cruzó de brazos en un último intento ma llevado, ya que de inmediato atronaron dos fuertes cachetes que dejaron mis dedos grabados en su piel.

- Tengo que repetirlo

 No hizo falta, diez segundos después la tenía en mi regazo, mi mano izquierda apoyada en su cadera y mi mano derecha la acariciaba suavemente el culo, en aquella posición tenía una perfecta visión de su contradicción interna, por una parte esa resistencia hasta el final y por la otra lo que veía entre sus piernas, los labios hinchados y la rajita brillante, y así debía llevar rato. Ahí empezó a hablar mi mano, empecé a azotarla con un ritmo constante y alternando nalga y nalga tratando de cubrir toda la piel de las mismas , no hubieron pausas, así estuve unos largos minutos, sólo algún cambio de velocidad y no paré hasta que a mí me empezó a picar la mano y la sentía palpitante. En ese momento ya tenía el culo al rojo vivo y la tuve un rato en mi regazo, acariciándole los muslos y la espalda pero dejando que sintiera el calor vivo de los azotes en el culo. 

No sé cuánto tiempo estuvimos así, pero bastante , hasta que le dije.

- Ahora te vas a levantar y vas a ir a buscar la zapatilla de los castigos y me la traes.

Resopló. Yo le había cogido gusto a aquella zapatilla, era muy efectiva, sonaba muy bien y podía aplicársela perfectamente sobre mis rodillas y esa era la posición que usaba el 90% de las veces, además la hacía sentir muy pequeña y castigada. Se levantó y fue a la habitación, la escuché abrir el armario y de vuelta caminó hacia mi y me dio la zapatilla.

- ¿Y esto para que es?

Se puso roja, casi como tenía ya el culo.

- Para caminar creo que no.

Me hizo sonreír.

- Pues según lo interpretes, si te puede ayudar a caminar en un futuro si más no a no tropezar otra vez con la misma piedra, así que voy a ver si soy capaz de hacértelo ver.

La cogí de la mano y la puse de nuevo en mis rodillas. No dije números, ni tampoco más sermones, sólo el sonido de aquella zapatilla golpeando una y otra vez la piel de su culo, tenía que ser una lección bien cocinada y a eso me dediqué a cocinarla a fuego lento que ablanda más. No paré hasta asegurarme el punto de cocción correcto. 

Al detenerme tenía el culo incandescente, otro descubrimiento del a veces tan menospreciado instrumento, es que es terriblemente efectivo, pero mucho menos propenso a dejar moratones o tonos más elevados que el rojo intenso, si que ello significa que no pueda hacer retorcerse a su víctima. 

Allí en mi regazo la tuve un rato, aun más largo que el anterior, hasta que la envié un rato a pensar cara a la pared. Yo guardé la silla en su lugar y me senté en el sofá observándola. Hasta que la llamé. De nuevo frente a mí, me pidió perdón y me prometió esforzarse en no reproducir ese comportamiento, al terminar le dije que fuera al baño a por la crema. 

Cuando volvió, antes de volver a mis rodillas, le hice quitarse del todo el pantalón y las braguitas y abrir las piernas al colocarse.

Empecé con un masaje muy suave y con mucha crema en el culo, el alivio de la crema hizo que se relajara al instante. Un rato después empecé a investigar entre sus piernas primero por la parte externa y después metiendo un dedo y dos que entraron casi absorbidos..empecé a jugar con ellos a meterlos y sacarlos rítmicamente, ella empezó a suspirar primero y después a jadear y mover a la vez de forma lasciva las caderas..entonces paré.

- Que niña más cochina tengo, te acabo de poner el culo ardiendo y chorreas...no sé si te mereces premio, voy a seguir intentándolo a ver si me convences.


Fin

miércoles, 26 de marzo de 2025

Indios y vaqueros (video)

 



En este video se puede ver en otras cosas, lo efectiva que puede llegar a ser la mano, que es la protagonista del vídeo menos al final. 



domingo, 23 de marzo de 2025

Cambio de rutinas




- ¿Aún no te has puesto las zapatillas?

- Pffff es que no me apetece nada y además tiene pinta de llover.

- No vendrá de un día, lleva toda la semana lloviendo Baby, venga va.

- Es que a mí me gusta ir al gimnasio!!!

- Baby...te te dijo el médico.

- Ya lo sabes

- Pues parece que tú no ¿Que te dijo?

- Que tenía que descansar una temporada del gimnasio.

- ¿Y por qué?

- Por qué tengo una fisura en el cartílago de la tibia

- Correcto y que te dijo que debías hacer .

- Caminar sin forzar un rato cada día.

- Pues ya sabes, ponte las zapatillas que nos vamos.

- Pffff es que es muy aburrido!!! Es de viejos!!!

- ¿Quieres ir a caminar con el culo rojo?! Porque si es lo que quieres estás a nada de conseguirlo, ponte las zapatillas es la última vez que lo digo. 

A regañadientes se calzó y por fin salimos.

- ¿Dónde vamos?

- Al parque 

- Al parque!!! Eso sí es ya de viejos totales, has cogido pan para echarle a los patos, vamos al menos por la calle no?

- Baby, si callejeamos vamos a ver tiendas y como te conozco se que vamos a parar cada tres pasos, así que para el parte y punto.

La cogí de la mano, ya con energía, empezaba a estar cansado de esa actitud infantil y caprichosa. 

Entonces me soltó de la mano y entrelazó si brazo con el mío.

- ¿Que haces? 

- Ser más realista, así cogiditos cómo dos abuelos. 

Me solté y sin pensarlo el solté un par de cachetes en el culo.

- Se acabó la tontería ¿Está claro? 

Bajó la mirada y caminó un rato en silencio, mensaje entendido pensé. Bordeamos el estanque del parque un par de veces hasta completar la hora de caminata diaria que le había aconsejado el traumatólogo. E iniciamos la vuelta a casa. 

- ¿Sabes? Me ha entrado hambre...

- Y a mí sed Baby, ahora de camino nos paramos a tomar algo.

- Vale!!!

Callejeamos unos metros y me senté en una terraza de un bar del barrio que ya conocía. Enseguida nos atendió un camarero y yo pedí una caña y un pincho de tortilla doble para compartir. Ella pidió un botellín de agua. Nos trajeron la comanda y mientras yo troceaba la tortilla, le pregunté.

- Bueno, tampoco ha sido para tanto ¿No?

- Es aburrido, en cuanto pueda vuelvo al gimnasio.

- Eso lo tendrá que decidir el médico¿No?

- Si ya no me duele...

- De momento dijo 3 semanas así y pase lo que pase así va a ser y como no me fío y a mí también me viene bien lo haremos juntos.

- A veces me tratas cómo a una niña pequeña.

- Pues pregúntate el motivo. O ¿A caso crees que hace un rato actuabas como un adulta? Que bien hace la tortilla aquí, no vas a comer nada? Tanta hambre que tenías. 

- Se me ha pasado. 

- Vaya que cosas más raras te pasan.

- Es que me apetecía dulce, pero como ni has preguntado.

- Dulce un rato antes de cenar? Ya sabes que no. 

- Bueno es igual disfruta la tortilla 

Entonces se puso el agua en un vaso y empezó a juguetear con el, en aquel momento vi, que era cuestión de tiempo que la liara y le advertí.

- Para, vas a acabar derramando el vaso, Baby.

- Es que en aburro, tengo hambre, estoy cansada...vámonos a casa va!!

No sé cómo lo hizo pero al retirar la silla como para levantarse vaso de agua sobre la mesa, enseguida apareció el camarero para limpiar y no me dio tiempo a reaccionar. Cuando se fue la miré muy serio e hizo la intención de volver a sentarse. 

- Ve tirando para casa, cuando llegues te pones el pijama y me esperar cara a la pared en el salón ¿Serás capaz de hacerlo tú sola o te tengo que llevar de la oreja? 

Su rostro se enrojeció, bajo la mirada y sin decir nada cogió la chaqueta y la mochila y empezó a caminar. Yo me pedí otra cerveza para acabar de pasar lo que quedaba de tortilla, no pensaba dejarla allí. 

Además estaba convencidisimo que me haría caso, había estado toda la tarde tirando de la cuerda hasta que la rompió y eso siempre tenía consecuencias. Es más tan seguro estaba de eso, cómo también que al llegar a casa no sólo se cambiaría la ropa de calle por el pijama, también se pondría unas braguitas limpias. Me lo tomé con calma, terminé la tortilla y la cerveza y fui tranquilamente para casa. Al llegar comprobé con cierta satisfacción que estaba con el pijama puesto, mirando la pared, con las manos sobre la cabeza. 

Me fui a cambiar de ropa y volví, ya con el pijama yo también. Me senté en el sofá y la llamé, se dio la vuelta y ya de camino empezó a hablar.

- Daddy, he sido un poco cría hoy lo siento, pero es que ya sabes que el gimnasio no es sólo deporte, casi es mejor por lo que dejo allí de carga.

- Baby...me traes un vaso de agua por favor, tengo sed. 

No dijo nada vas, aunque la reacción inicial fue como de enfado, en plan: no me escucha.

Volvió y me ofreció el vaso, se lo cogí,  le di un trago y lo dejé sobre la mesita. 

 No sé qué me estabas diciendo antes, cuando no tienes el uso de la palabra no te escucho y las conversaciones cuando estás castigada y ahora lo estás, son de otra manera ¿Ya sabes cómo no?

- Si...

- Cómo 

Cogió aire profundamente. 

- Con la ropa bajada.

- Exacto y eso es porque cuando te comportas cómo hoy pierdes todos tus privilegios, incluso el de taparte.

Alargué los brazos y deshice el nudo del pantalón del pijama que cayó encima de sus pies , acto seguido metiendo dos dedos por la cinturilla de las braguitas y despacio se las baje hasta por encima de las rodillas. 

- Ahora podemos hablar metidos en contexto. Y voy a empezar yo. Ni que decir tiene que ya sólo la actitud general de la tarde, se merecía un ajuste, pero para acabar de rematar el numerito de niña caprichosa en público que no soporto y lo sabes, así que sumando ambas cosas, el pequeño ajuste se convierte en un severo correctivo que es lo que te espera. En cuanto a tus motivaciones las puedo entender, siempre y cuando vengan desde una actitud adulta y constructiva, no desde una pataleta infantil. En el primer caso lo puedo tener en cuenta, en el segundo lo único que puedo hacer es cortar por lo sano la pataleta de la manera más efectiva que conozco en ti ¿Ya sabes cuál es no? 

Se hizo el silencio y ni si quiera me miraba.

- Me gusta que respondas a mis preguntas, así que responde.

- Unos azotes...

- Unos? Yo creo que van a ser más, pues a qué esperas a ponerte en posición. Suspiró y despacio se acomodó como pudo en mis rodillas. Bajo mis ojos aquel culo travieso y blanco, que llevaba tiempo sin poner rojo, había llegado el día de volverlo a hacer. Con mi mano izquierda sujeté sus muñecas en la espalda, para tener más control. Entonces cogí el vaso de agua y dejé caer un pequeño chorro en cada cachete al sentir el agua fría, se retorció un poco.

- No te preocupes que enseguida te doy calor.

Dejé el vaso en la mesa y empecé a cumplir mi promesa de darle calor y secarla...a los dos minutos ya estaba completamente seca y más nalgas blancas se habían vuelto rosaditas, pero aún seguí unos minutos más, hasta ponerselaa rojas como un tomate maduro. Después de observar un instante el colorido que tenían ahora sus nalgas, la envié de vuelta a mirar la pared. Mientras hacía una llamada y de paso se enfriaba un poco ese culo tan impertinente a veces. 

Terminé la llamada. Me levanté el sofá, saqué una silla y me senté. 

- Baby...ve a buscar tu cepillo, ya sabes cuál.

Escuché un resoplido.

- Ahhh y trae también una toalla pequeña. 

Esperé a que entrara de nuevo, me dio la toalla, la puse encima de mis piernas, el cepillo en el suelo y le pedí que me acercara el vaso de agua. Lo hizo, lo sujeté en la mano a la vez que le indicaba que se volviera a colocar en posición, está vez en la silla era más incómodo y más de castigo. No tenía que sujetarle las manos, que apoyaba en el suelo. Así que volví a regarle las nalgas, imagino que está vez sintió algo de alivio engañoso, en cuanto cogiera el cepillo, lo único que haría el agua es aumentar el picor de los azotes.

Y eso me puse a hacer a trabajar con el cepillo baja humos, una docena de azores más o menos y volvía a tenerlo seco, así que otro poquito de agua y vuelta a empezar, en total repetí ritual 4 veces, procurando igualar todo el culo, menos la última que esa fue exclusiva a la parte donde el culo se une con los muslos. Al acabar lo tenía todo de un bonito rojo brillante con algún puntito algo más oscuro. 

- Bueno según te portes igual acabamos aquí. Mientras yo hago algo de cenar, tú recoge y pon la mesa. Puedes acabar de quitarte la parte de abajo que hoy ya no la vas a necesitar. 

Me fui para la cocina, prepare algo de cenar rápido y ligero y nos sentamos a cenar en completo silencio, suave como el terciopelo. 

Al terminar recogí la mesa y dije: el postre en el sofá.

Ya con todo recogido fui para el sofá con un plato cubierto con una servilleta de papel. Cogí una silla y la puse mirando a la pared.

-Daddy quería ver Yellowstone hoy.

- Baby, hoy no hay Yellowstone 

- Pfffff 

- Siéntate en la silla y prepara tu postre , cuando estés avisa. 

A regañadientes se sentó en la silla, allí le di el platito, además de la servilleta contenía un cuchillo y un trozo de jengibre sin pelar.

- Ya sabes como tienes que hacerlo.

Me senté y  empecé a hacer zapping, daban un partido de Euroliga de baloncesto y me puse a verlo. De vez en cuando la miraba ocupada en su "postre". 

Hasta que escuché un tímido 

- Ya estoy 

Me levanté y fui hacia ella. Lo primero que hice fue revisar la talla de jengibre. 

- Muy bien, creo que a partir d ahora este postre lo vas a hacer tú siempre. Levanta.

Se levantó retiré la silla y el plato. 

- Manos sobre la pared, piernas abiertas y el culete bien sacado. Cuando lo hizo puse mi mano izquierda en la parte baja de sus espalda, aún tenía el culo muy rojo, la bajé un poco más para separarle los cachetes, entonces llevé el plug de jengibre que ella misma había preparado a su culo, jugué un poco haciendo círculitos alrededor, hasta que despacio pero firme empecé a meterse lo, hasta llegar donde quería.

Ponte recta brazos pegados al cuerpo. Lo hizo, fui a por un par de libros y los puse sobre su cabeza. 

- El efecto ya sabes que dura unos 15/20 minutos. Cada vez que se te caiga un libro, si se caen te daré 12 más con el cepillo y si se cae el jengibre 24 y volveremos a empezar. Le di un beso en el cuello y allí le dejé. Lo primero que hice fue ir al baño a por el cepillo y el paquete de toallitas húmedas y me senté, ni que decir tiene que no presté atención al partido, solo podía mirarla a ella con el culo rojo, castigada y concentrada en evitar que se le cayera nada a pesar del efecto del jengibre. 

Un rato después le dije.

- Deja los libros en su sitio y ven.

Lo hizo se acercó hasta quedarse parada frente a mí de nuevo.

- Baby te he tenido unos meses muy descuidada y esto se va d madre, así que a partir de hoy y espero que haya servido para sentar bases, va a volver la disciplina, las rutinas y evidentemente en caso de necesidad los castigos. Así que una hora para dormir, si tienes algún trabajo pendiente no esperes a última hora que luego sufres tú y de rebote me haces sufrir a mi, y todas esas cosas que ya sabes ¿Está claro?

- Si Daddy...

Le di una toallita y el dije que se quitase el jengibre.

-Ahhhh y otra cosa, por cada día como hoy, en qué te comportes como una niña caprichosa, estarás tres días sin placer adulto. 

En ese momento cogí otra toallitas y a conciencia le sequé la fiebre que tenía entre las piernas.

- Ahora dame un beso, vete a lavar los dientes y me esperas en la cama.


Me dio el beso y se perdió. Un rato después entré en la habitación, cerré la puerta me desnude y antes de meterme cogí el bote de crema hidratante, le di un largo masaje en el culo por fuera pero también con el dedito un poco por dentro al terminar le di un beso en cada cachete y a dormir.




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