martes, 24 de enero de 2023

Introducción a la Disciplina Doméstica XI

 



Las reglas I parte.


" Cada vez que se establece una nueva regla, se crea una especial kinesis, entre los jugadores" Jillian Keenan. Sex with Shakespeare.

Podria decir, que este va a ser un capítulo específico dentro de esta serie de artículos sobre la Disciplina Doméstica. Las reglas son la base del juego, pero a la vez también pueden ser su talón de Aquiles, así que vamos a intentar, que sean lo primero.

Vivimos en sociedad y para que esto no sea la jungla, ni la ley del más fuerte, toda sociedad necesita de reglas, normas, jerarquías y orden. Tomamos contacto con ellas desde antes de tener recuerdos conscientes, el proceso educativo es en parte la introducción a un mundo de códigos y normas. Podemos afirmar que el ser humano no es nunca libre, que siempre hay límites que preservar y respetar. Tal vez por eso las reglas y las normas, nos resulten tan fascinantes a veces, cómo odiosas. Siempre ambivalentes. Pero las reglas también son excitantes. Nos excita flirtear con ellas, buscarles el límite y también nos tienta la transgresión, por ello existe la figura del castigo. La sanción a quien incumple las reglas, que tiene un doble efecto. Por un lado persuadir al infractor de reincidir y por otro reforzar a los que cumplen las normas, poniendo al infractor como ejemplo de lo que sucede a quien "se porta mal". Y es que sin consecuencias a la infracción, tampoco existiría la tentación a la transgresión, perdería emoción y excitación.

Si os fijáis en la cultura hay dos tipos de héroes y están íntimamente asociados a las reglas.

El héroe 1, es aquel que burla las normas y las convenciones, o bien por considerarlas injustas o bien tipo rebelde sin causa.

En el lado opuesto está el héroe tipo 2. Que es el opuesto, aquel que hace cumplir las normas y las reglas y que somete severamente a los infractores.

Y ambos tipos de héroes no resultan fascinantes, el que burla al poder y el que tiene el poder. 

Los juegos, no son más que una "comedia" de esta realidad, pervertida y erotizada. Personalmente creo que la organización social, es tan necesaria cómo agobiante, por lo que necesita formas de transgresión que nos permitan escapar de su exigencia. Y no parece mala solución hacerlo a través de su perversión y erotización, como mecanismo defensivo. 

En la sociedad está todo sujeto a normas y reglas, pero hay espacios que están más sujetos a ello que otros. Uno especialmente del que no se libra nadie. Y es que pasamos como mínimo más de una década sometidos a la disciplina escolar. A diferencia de la familiar, allí somos uno más y el trato no es individualizado, el impacto de esa introducción a los normas es tan grande, que estoy convencido que es la causa de que muchas fantasías tiendan a repetir esa idea de "tutor/alumno" aún cuando los juegos no sean de rol y la inmensa mayoría ya nos hayamos educado en una escuela, dónde la disciplina ya no era la disciplina férrea de la escuela antigua. Pero aún así seguimos importando a nuestros juegos, escenas que serían perfectamente extrapolables a una escuela de los años 50 del siglo pasado.

Y de momento lo dejamos aquí, hasta la próxima entrada, en la que ahondaremos más en las reglas.

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