martes, 27 de septiembre de 2022

¿Y si hablamos de música?

 



Hoy me apatece hablar de música, ya sé que no es el tema de este blog, pero ya veréis si seguís leyendo, cómo algún nexo en común se puede encontrar. 


De un tiempo hacía aquí hay un género musical que arrasa mundialmente y despierta por igual simpatías y odios: el reguetón y variantes. Todas tienen diversos puntos en común; sus orígenes latinos, el español cómo idioma y unas letras y puesta en la cual la sensualidad y sexualidad aparecen sin tapujos. Tanto en el estética cómo en el mensaje.


Precisamente esa carga sexual innegable ha sido el principal objeto de crítica a este género musical. Se ha sido muy crítico, con letras acusadas de frívolas y de hipersexualizar a la mujer.


Para juzgar un movimiento sea del tipo que sea, es necesario conocer sus orígenes. Los orígenes del reguetón están en los suburbios de Puerto Rico y Panamá, en esos lugares la única posesión real que tienen los jóvenes es su propio cuerpo, la marginación y la pobreza hacen que lo único realmente suyo, gratis y fuente de placer sea su cuerpo. Disfrutar de su cuerpo y las sensaciones que produce, no cuesta dinero. De ahí que la inmensa mayoría de letras de reguetón suelen conectar dos temas: el cuerpo y por extensión la sexualidad cómo fuente de diversión y el anhelo del éxito que permite el acceso a bienes materiales (coches, ropa de marca, lujos...) .


El reguetón es políticamente incorrecto, en un tiempo dónde la mojigatería sexual en forma de supuesto feminismo, es el mensaje oficial, el reguetón reinvidica lo contrario, la mujer objeto por su propia elección y el poder sexual femenino, tal vez el mayor de los poderes que existen. 


Esto es innegable más allá de gustos musicales personales, no es mi intención juzgar el reguetón musicalmente, no soy precisamente un fan, pero eso no quiere decir que no pueda analizarlo cómo fenómeno cultural de masas. Además con un añadido por primera vez desde que la música es un fenómeno de masas, un género musical que no tiene el inglés como idioma madre, se ha convertido en un fenómeno global.


Y para terminar el enlace con el tema principal del blog. El reguetón ha cambiado el tótem de la feminidad. La mujer tiene los genitales internos, a diferencia del hombre, los genitales femeninos no "sobresalen" de ahí que la función del falo como símbolo, en la mujer se haya proyectado a otras partes del cuerpo. De la cultura anglosajona nos llegó la adoración al pecho, la moda de la silicona, aquellas vigilantes de la playa con flotadores delanteros. La explosión de los ritmos latinos y del reguetón en particular ha derivado ese tótem a las caderas y el culo desbancando al pecho, cómo el símbolo totémico de la sexualidad y sensualidad femenina. 

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