jueves, 4 de marzo de 2021

Empacho.

 



Una vez hace años ya, le decía a alguien, que una vez lo has probado y te ha gustado. Vamos una vez has roto la barrera que separa fantasía y deseo, no hay marcha atrás. En las fantasías todo sale perfecto, en la realidad a veces no, pero por mi experiencia diría que las más, es mucho mejor aún, que la fantasía y eso a veces puede ser contraproducente.

Recuerdo que cuando yo hice realidad mi fantasía, cuando tropecé con alguien con quién compartirla por primera vez, todo era nuevo y el ansía y las ganas muchas veces nos pudieron, demasiadas cosas que probar. En nuestro caso fueron los instrumentos y aquello se convirtió por momentos en  una especie de competición haber quién de los dos descubría un nuevo instrumento. Al final descubrimos que los instrumentos básicamente tienden a tener dos tipos de sensación y que más que nada la diferencia está en la superficie que cubre un instrumento. Que el juego tenía muchas más posibilidades y variaciones más allá de los instrumentos, hasta el punto que acabamos por renunciar a casi todos y quedarnos, en aquel caso con básicamente 3 y sólo muy de vez en cuando introdujimos alguna variante al respecto. 

Pero para llegar a esa conclusión, fue necesario un parón y descanso, nos obsesionamos tanto con el tema, que realmente acabamos empachados.

Esta entrada en base a ese ejemplo, es un poco un consejo que me permito en base a la experiencia. Considerando que hay dos tipos de relaciones de spanking, una sería una relación de pareja al uso que incluye los juegos y la otra sería una relación exclusivamente de juegos, en la que puede y debe haber un relación íntima, pero su razón de ser son los juegos. En el primer caso, el spanking está presente siempre, es como algo que revolotea alrededor de la relación y puedes coger cuando quieras. En el segundo caso, las citas son para jugar ese es el objetivo, aunque puedan darse otras cosas. En ambos casos y a mi entender la parte mental del juego, debe estar presente siempre, de hecho está inconscientemente pero está. En cambio la parte de acción en mi forma de verlo se debe racionar. Este es un juego, en el cual se puede hacer un símil con la comida o la droga. A ti te  pueden encantar los macarrones,  pero si cada día comes macarrones con tomate, tarde o temprano vas a necesitar un descanso, comer otras cosas y muy probablemente cuando vuelvas a comer macarrones, probarás distintas salsas y disfrutarás de lo mismo de otro modo. Con esto pasa un poco igual, sé que cuando descubres algo y te resulta tan excitante contenerte o creer que has perdido mucho tiempo, te puede llevar a querer disfrutar al máximo, es un error, este es un plato especial, para saborear despacio y disfrutar así de cada matiz.

2 comentarios:

  1. Estoy totalmente de acuerdo contigo en esto y no creo que pueda mejor expresalo. Pensé durante mucho tiempo que se debía a mi carácter apasionado, cerebral, excesiva y entera.
    Me doy cuenta de que esta "bulimia" de instrumentos, azotes ...
    Probablemente se deba a la novedad finalmente la fantasía se hace realidad.
    Es físico, emocional, psicológico, terriblemente perturbador, intenso, desestabilizador y poderosamente excitante ...
    Puede ser muy diferente a la fantasía porque es real pero también
    se trata del deseo, la necesidad y seguramente la fantasía de la pareja.
    Pero esto puede dar lugar a una rutina, un deseo/necesidad y una fantasía común de compartir un momento o más...
    Creo que es necesario saber de antemano si esta fantasía es una de las que realmente queremos experimentar, por mi parte es el caso, pero no es lo mismo para todos.

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  2. Sí, yo también estoy de acuerdo con dosificar el gusto y los juegos, como toda droga hay que saber tomarla fuera de la ansiedad que pueda provocar. Cuando se juega desde otro estado resulta más gratificante, más consciente y el disfrute es mayor, o por lo menos así lo siento yo también desde mi experiencia en ambos lados.

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