sábado, 6 de marzo de 2021

Tele, sofá, móvil

 




 Un domingo gris, ventoso y desapacible de Febrero ¿dónde se está mejor que en casa?. Todo el día en pijama y más cuando ya lo tienes todo hecho. Levantarse lo justo, para ir al baño, para ir a buscar algo de picar o beber...vamos lo que se dice un día de sofá, manta y peli. 

Y eso hicimos, aún por la mañana hicimos algo, lo justo e indispensable para poder vivir, pero después de comer, de cabezas al sofá, yo sentado con los pies encima de la mesilla y ella tumbada usando mis piernas de almohada, lo cual no me molesta lo más mínimo, así relajada, se vuelve menos arisca. Así que cuando estuvo relajada del todo, metí mi mano caliente por dentro del pijama buscando la piel dulce y fina de su culo. Me dijo que quería ver una peli en no se que plataforma, a mi me daba igual, verla así calmada, relajada, sin defenderse, ya es suficiente satisfacción.

-Pon lo que quieras nena.

-Pero no te duermas que te conozco y la manita que no pase de ahí que quiero ver la peli.

-Jjajajaja si no gruñes un poco, no te quedas a gusto

-¿Te extraña?

Le di o más bien intenté darle un pellizco en el culo. Total que sesión doble de cine, al fina cayeron dos pelis. Cuando terminó la segunda, cogí el mando de la tele.

-¿ Que hora es?

-Las 7....¿por?

-Justo a tiempo, ahora empieza la final de copa de baloncesto.

Busqué el canal y lo puse.

-¿Ahora vas a ver esto?

-Si claro ¿por?

-Pfffffffff que palo ¿no?

-Nena me  he tragado dos pelis de llorar....

-Pues yo paso....

Se incorporó, después de tres horas quietecita y tranquila, se puso en su rincón del sofá y cogió el móvil enfurruñada. La reacción en plan niña, me hizo gracia, incluso la creí un poco sobreactuada, en plan hazme "casito", pero me concentré con el partido, el primer cuarto aún lo vi bien, pero entonces la escuché resoplar.

-Buffff falta mucho, me aburro.

La miré.

-Nena acaba de empezar

-Pues me aburro.

Y entonces inició una guerra fría, ahora una patadita, mirada seria, sonrisa y un.

-Ayy perdona.

Luego se puso a jugar con el móvil con el volumen a tope, otro toque de atención, otra queja, luego empezó a levantarse, que si ahora tengo pis, que si ahora voy a buscar algo de beber, que si ahora algo de picar y ya vi venir que aquello tenía pinta de acabar como tenía que acabar. A la cuarta vez que se levantó, al volver de no sé que hacer, se plantó frente a la tele.

-Nena ¿que haces?

-Joder que me aburro

-Pues si te aburres, podrías preparar la cena y que luego quiere ver lo de las elecciones de allí.

-Jajajajajaaja esa si que es buena. Ni hablar, que luego hacen la serie

-La serie la puedes ver todos los días

-Ya pero me apetece hoy.

-Y a mi ser millonario ¿te quieres apartar?

-No, hasta que me prometas, que no vamos a ver el puñetero programa de las elecciones.

-Nena....

-Nene.

El que resopló ahora fui yo, y ahí estaba la tia plantada de brazos cruzados frente a la tele y ya le dí el ultimátum

-Cuento a tres, si cuando termine, sigues ahí, te vas a pasar la noche con el culo al aire, de lo caliente que te lo voy a poner, uno, dos.....tres.

Me levanté de golpe, entonces se apartó.

-Vale.....aburrido, ya me voy.

-Tarde ya te has quemado.

Me fui a por ella, que se había refugiado en la esquina, la cogí del brazo.

-Joder si ya me he quitado es lo que querías ¿no?

-No se porque me da en la nariz, que tu también buscabas algo, pues enhorabuena, acabas de ganar el premio.

La medio arrastré hasta el sofá, tampoco puso demasiada resistencia, yo creo que en su cabeza, imaginaba, unos azotitos en plan jugueteo y que eso llevara a otras cosas, así que no me costó tener que imponerme mucho para ponerla en mis rodillas sentado en el sofá. Sólo una tímida queja cuando le bajé el pantalón del pijama.

-¿Ya? ¿sin calentar?

-A ver si te has pensado que voy a seguir tus indicaciones. La próxima vez que quieras provocar, piensa que no siempre va a salir como tú quieres.

Le acaricié tiernamente el culo desnudo, me encanta su tacto y ahí en  mis rodillas, bien expuesto, redondo, ligeramente tensionado, me parece tan sumamente erótico, que a veces da hasta pena tener que ponerlo bien rojo, pero si es lo que había buscado, para eso estamos para complacer. Cambié las caricias por una serie corta, de palmadas secas alternando nalga y nalga, inesperadas por su reacción, tal vez esperaba algo más progresivo. No duró mucho como un minuto seguido e hice una pausa, la piel ya estaba bastante rosada, con el brazo izquierdo la agarré con fuerza de la cintura, aprentándola contra mi. Entonces me dijo:

-Te vas a perder el partido y parece interesante.

Aquello me sonó ya a provocación máxima y mi respuesta fue empezar a cocinar ahora a fuego más lento y constante su culo desnudo. Al ritmo de 4 o 5 palmadas alternando cachete y cachete, igual no tan fuertes como la primera, pero mucho más larga y concienzuda, a medida que el rojo de su piel iba subiendo de tono, me imaginaba también que ese calor se irradiaba a otras zonas cercanas de su cuerpo, además que importancia tiene un partido, cuando tienes en tus rodillas un culo que necesita aprender a no comportarse caprichosamente. Tras un largo rato de azotaina constante paré, su culo tenía ese rojo brillante y uniforme de una buena zurra a mano y a pelo. Terminé de bajarle el pantalón del pijama hasta los tobillos, la hice levantarse, la cogí del brazo y la puse mirando a la pared al lado de la tele, con el pantalón en los tobillos, las manos en la cabeza y el culo rojo. El tiempo justo de ver los dos últimos minutos de partido, aunque realmente mis ojos estaban más pendientes de ella. Cuando terminó el partido me levanté, dejándola allí, fui al baño y vine de vuelta con el cepillo en la mano. Me senté y la llamé.

Cuando vio el cepillo en el brazo del sofá, la cara le cambió ¿error del cálculo? Tal vez, esta vez si se resistió algo a ponerse en mis rodillas, pero la amenaza de alargar la ración de cepillo, suele ser bastante efectiva, y ahí la tenía de nuevo tumbada en mis rodillas, ahora ya con el culo rojo y caliente, preparado para darle un punto más de cocción. Cogí el cepillo, pasé muy suavemente la parte de las púas por la cara interna de sus muslos primero y por la piel enrojecida de su culo después, el roce con los muslos le puso la piel de gallina, hasta que volví a agarrarla firmemente de la cintura con el brazo izquierdo, le di la vuelta al cepillo y empecé a "castigar" su culo de nuevo, con el cepillo de madera dura, no es necesario dar fuerte, sólo la insistencia es suficiente para dejárselo ardiendo y me puse a trabajarlo a conciencia, alternando mejilla y mejilla a ritmo constante. No se trata de llegar al límite enseguida, se trata de alargar y para eso a veces es necesario hacer sus ratos de pausas, jugar con otros estímulos como las caricias, en el culo y en otras partes, pero de momento sin llegar a las más sensibles. Ya me diría ella cuando tenía que parar, cuando estaba llegado a ese límite. Es cuestión de observar, sobre todo la tensión de los músculos o cuando trata de evitar a toda costa el siguiente azote, tensando los glúteos o tratando inútilmente de esconderlos. Cuando llegué a ese punto, lo tenía ya rojo oscuro, dos grandes círculos escarlata en su piel. Decidí que era el momento de parar, dejé el cepillo en el brazo del sofá y empecé a acariciarle la espalda, los muslos, pero no el culo, quería que sintiera el calor, aún subiendo, siempre sube un poco más en el momento que paras. Luego si apreté con mis dedos las zonas más oscuras de su piel, allí donde al día siguiente habrían unos preciosos moratones. Mientras pensaba el siguiente paso. 

Pero en aquel momento, empezaba el especial "eleccciones", así que el siguiente paso, fue vuelta a mirar la pared un rato. Allí mientras yo escuchaba, ver o mirar, miraba otra cosa, las primeras estimaciones, me imaginaba como el calor de su culo, se extendía por todo su cuerpo, como se sentía observada y castigada, inmóvil, mostrando los efectos de su castigo con el pantalón enrollado en sus tobillos, no aguanté ni diez minutos, me levanté fui a buscar la crema, la llamé. 

Se acercó ruborizada y sin mirarme, le dije que su tumbara cómodamente en mis rodillas o, sea totalmente estirada boca abajo en el sofá con el culo encima de mis rodillas. Le hice una pequeña revisión del estado de su culo con mis dedos y luego simplemente con la crema y mis manos empecé a sobárselo, me puedo pasar horas y ella también se deja hacer. Lo malo es que tarde o temprano las caricias y las comprobaciones acaban por ir más allá, y mis dedos acabaron investigando si el calor de su culo, se manifestaba en forma de calor húmedo entre sus piernas y entonces la volví a sujetar de la cintura de nuevo, sólo que esta vez no para azotarla, esta vez para hacerla gemir de placer con mis dedos, pocas cosas me gustan más que hacerla correrse en mis rodillas, en la misma posición en la que hacía un rato le estaba poniendo el culo como un tomate y cambiar el dolor por el placer o más bien solaparlos.

Obviamente ni vi la final, ni vi el programa electoral, tras ese primer orgasmo forzado en mis rodillas, vinieron otros, de otras maneras y mútuos. Aunque antes de seguir cogí su móvil y le hice unas cuantas fotos de como le había quedado el culo.

¿Quién ganó la partida?





1 comentario:

  1. Hola, personalmente creo que ambos ganan cada vez que no necesariamente lo mismo pero o que nos gustaría mas cada uno ...
    Incluso podemos sentirnos más vivaces o derrotados dependiendo de cuándo y qué lado estamos (spankee o spanker) y por la provocación es terriblemente aleatorio y rara vez exactamente exactamente lo que quieres... Estos son los riesgos del "trabajo" o por querer jugar demasiado con el fuego terminas Quemadura. Es terrible y delicioso al mismo tiempo y necesariamente mismos momentos en otros lugares.
    Gracias por compartir emocionante, caliente e inquietante ...😊

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