La cabaña de la playa I (Los relatos de Silvia)

Llevaba una temporada bastante tranquila y relajada, demasiado para ella sin protestar haciendo las tareas, irreconocible vamos.

Salvo pequeños detallitos  como dejar la ropa en el suelo del baño, pero era decírselo y aún no había acabado y ya iba a recogerla. Y el tema de andar descalza, que me molestaba mucho. Era una manía muy suya. Lo puse en la libreta en el apartado de cosas a corregir. Pero bueno tampoco le daba mayor importancia, cuando la veía descalza le caía la bronca y un par de azotes sonoros, y la promesa de que la próxima vez la castigaría. Aunque nunca lo había hecho, siempre me parecía tener motivos más serios y contundentes que ese.

Ella siempre prometía acordarse...

Coincidía de que por fin los dos teníamos un unos cuantos días en el trabajo con el finde semana el festivo y el puente. A media mañana me mandó un whtasapp; me pregunto que me apetecía y le dije descansar.  Me contestó con emoticonos de tristeza. Dos horas más tarde me llamó, es así , sabía que me llamaría

_ Hola guapo
_ Hola hoy no me llamabas precisamente guapo cuando te desperté
_  Es que esa no es forma de despertar a nadie
_ Muy bien la próxima te dejó a ver a qué hora llegas al trabajo, en el tema del horario voy a tener que tomar medidas
_ Bueno te llamaba por otro asunto es que había pensado en hacer algo, algo tranquilo pero nos vendrá bien, hace que no hacemos nada.
_ Bueno mira y luego lo hablamos...
_Jo, nunca pones entusiasmo
_ Que lo mires y ya me cuentas.

 Tenía razón llevábamos una temporadita parada. Nos vendría genial fuera lo que fuera que pensará. Pero no me gusta decirle que si así de entrada, sobretodo me encanta que se esfuerce en convencerme.

Cuando llegue el orden absoluto reinaba en casa y olía de muerte, estaba en la cocina con delantal ( hasta con el estaba sexy). Un par de besos y un par de cachetes cariñosos.

_ Has venido pronto
_ Jajaja no querías verme o que?
_ Que si tonto pero a esto aún le quedan como 10 minutos
_ No te preocupes voy poniendo la mesa
_ Dúchate ya la pongo yo...

Como la seda. Me duche. Cenamos. Y recogí.

Ella estaba en el salón, ya no llevaba el delantal. Estaba tirada en el sofá en tanga y camiseta, su forma de estar en casa, nunca llevaba pijama. Sobre sus rodillas tenía el portátil.

_ Mira!! ( me dijo con la ilusión de una niña)

Era una página de un complejo de cabañas individuales de madera en a costa da morte.

_ Pinta bien, lo conoces?
_ Pues las cabañas no. El pueblo si es en Lires. Te encantará es un pueblo súper tranquilo, súper pequeño, de construcciónes tradicionales que se abren a la ría. Que es la ría más pequeña de Galicia.
 La playa es preciosa.
_Vale me has convencido.
_Que bien

Miramos fotos de la zona y un poco de tele y casi era hora de acostarse.

_ Pásame el mando a ver si hay otra cosa
_ No
_ Si no te gusta lo que dan
_ Si pero hay que irse a la cama que luego...
_ Si hombre y que más? Es tempranísimo, cada día antes
_Mmmm deberías portarte bien... O me pienso lo de las cabañas. Tira!!!!

Salió de la sala refunfuñando y directa a la habitación. Me acabé el cigarro y al poco rato fuí.
Se había cambiado el tanga, por uno demasiado sexy para dormir y un brillo especial lucía en su cara. Al entrar en cama se me pegó a mi comenzó a acariciarme no caricias normal, no!

_ Para anda,  te dije que a dormir

Pero ella nada seguía. La agarré fuerte de la muñeca y se la aparté
Y volvió ufff me estaba crispando

_Reina te lo he dicho que no es el momento, que mañana madrugo y tengo mucho lío, ya me encargaré de ti en la playa.
_Y cuando es el momento. Porque no sé es que últimamente nunca es el momento.
_ Ya !!! Te estás pasando. Te aviso.
_ Claro para amenazar si es el momento.

Ufff mira que tenía pensado no entrarle a trapo y dormirme pero está última frase me hizo saltar...
Me levanté de la cama y cogí el cinturón del pantalón que me acababa de sacar. Su cara cambio en segundos. Sus ojos pasaron del vicio al pánico en tiempo récord, en ese preciso instante se dio cuenta de la que acababa de liar .

Yo estaba excesivamente cansado y tremendamente enfadado le descargaría unos buenos azotes con toda mi fuerza para que durmiera bien caliente, en tiempo récord, después me encargaría de ella con tiempo.

_ A cuatro sobre la cama ya
_ No es para tanto... Sólo tenía ganas de ti
_ Que no es para tanto ahora lo verá tu culo. Siempre igual. Hoy no será un juego hoy te castigaré. Colócate ya no estás en condiciones de empeorar más las cosas.
_ No irás a empezar así? Me preguntó mirando al cinturón en mi mano.
_ Por supuesto, así aprenderás a no tensar la cuerda cuando no se debe.

Se colocó no le dije nada empecé a azotarla con fuerza, sin ninguna contemplación, sin ningún calentamiento, y por primera vez no le golpeaba las nalgas si no los muslos. Ella gemía desde el principio bajito. Le tenía que doler mucho pero no sé quejaba No le dije un número. No tenía ni idea de lo que podría aguantar con esa intensidad. La vi al límite, le daría un par más y pararía pero ya no le dí más.

_ Por favor para

Y paré al momento...
Hoy no tendría crema ni caricias

_A ver  ahora calentita la señorita está dispuesta a dormir y dejarme descansar?
_ Si , dijo casi inaudible y con la mirada clavada en el edredón
_ Sí que? Y mírame cuando me hablas

Tardó y no contestaba, de golpe me soltó

_ Si con la zurra que me has dado me voy a dormir y dejarte descansar, me lo dijo con orgullo, con enfado.

Esperaba verle otra sumisión pero está claro que su orgullo es altísimo. Y hoy solo le había castigado la piel no el carácter.
 Nos metimos los dos en cama con todo mi mente perversa y cabrona no sé quedaba tranquila y le solté

_ Otra cosa mira date la vuelta! Quiero que duermas boca arriba
_ ¿Queeeee?
_ Lo que has oído
_ Eso es demasiado hasta para ti
_ No lo vuelvo a repetir o te colocas o cojo de nuevo el cinturón.
_ Ya me pongo

Dormí toda la noche pesé a lo empalmadísimo que estaba, estás semanas en el trabajo habían sido muy duras y tenía mucho cansancio acumulado.  Cuando sonó el despertador aún dormía pero me desperté rápido. La miré y dormía profundamente seguro que le costó mucho quedarse, estaba enfadada, tensa, humillada, azotada y encima boca arriba. En este momento tenía la cara más angelical del mundo, parecía no haber roto un plato en su vida. La desperté brusco destapándola, cosa que odia.

Ella hoy entraba una hora después con lo cual  le llegaba con levantarse a las 8, yo en cambio tenía que levantarme a las 7 de todas formas había puesto el despertador para media hora antes.

 _ Que haces?
_ Despertarte!
_ estás loco! Es tempranísimo, duérmete!
_ Despierta
_ Que me dejes, que parte de que me dejes no entiendes,  quiero dormir
_ Mira que casualidad jajaja jajaja yo ayer también quería y creo que a la señorita le importaba poco, lo mismo que ahora me va a importar a mi.
_ Ufff es eso.... Ya me has castigado
_ Pues resulta que creo que aún no has comprendido todo 

Me senté en la cama y la llamé a mis rodillas, protestó , la volví a llamar

_ Voy a buscarte?
_ Ya voy

Me dijo y ahí fue la primera vez que el orgullo y el enfado desapareció de su voz. Al contrario me lo dijo tranquila y obediente. Camino hacía a mí con la cabeza baja y despacio. Al llegar se colocó sobre mis rodillas. Ahí si la acaricié con calma pasando la yema de mis dedos por cada milímetro de sus nalgas y luego en los muslos apretando un poquito más en las zonas más marcadas, ahí emitía algún quejido.

_ No te ibas a librar sin mi mano

Y ahí comencé a darle. Fuerte y firme pero sin apuro ninguno. Al contrario que ayer. Los espaciaba, le acariciaba y volvía a azotarla cuando ya tenía demasiado color y ella se removía mucho paré. La mandé al rincón de la habitación.

_ Ufff
_ nada de Uff ahora mismo y piensa en tu comportamiento de ayer cuando tengas algo que decirme vienes.

Fuí a la ducha, salí y pasé a vigilarla, estaba manteniendo la postura aunque a estás alturas los brazos le tenían que doler o entumecerse, es impresionante su aguante cuando se empeña en algo, fuí a poner café.
Volví me acerque pegado a ella.

 _Bien ¿has reflexionado sobre tu comportamiento?

Hizo como si fuera a decir algo... Pero no pronunció palabra. El gesto era de estar perturbada.
Cogí mi mano y empecé a acariciarle los muslos, luego el vientre, luego bajando hasta llegar al gran lago

_ Ufff como estás
_Empapada desde ayer

Seguí acariciándola. Quiso apoyarse en la pared.

_ Noo!!!! las manos en la cabeza, estás en el rincón, sino volverás sobre mis rodillas.

Recolocó la postura. Le metí un dedo de golpe, empecé a friccionar rápido. Tanto como su excitación crecía. Paré de golpe.

_ Que haces no pares
_ Así no se piden las cosas
_ Jo, está bien porfa continua
_ Continuaré cuando te  escuche responderme a lo que te pregunte.

Se quedó callada un rato, ahí era el pulso mental entre orgullo, pudor y deseo y ella tenía cantidades de los tres.

_ Pues que ayer me comporté de manera muy infantil, pero lo único que tenía era deseo de ti hay volví a tocarla al principio suave y iba aumentando el ritmo

_ Bien sigue
_Que ya sé que tengo que aprender a controlarme y que las cosas no tienen que ser siempre cuando yo quiero.  Que siempre tenso demasiado la cuerda y al final siempre acabo con el culo ardiendo.

Y ahí por fin explotó en un orgasmo de campeonato, le tapé la boca con la mano que me quedaba libre.  Cuando acabo de gemir la abracé y ella siguió hablando.

_Sabes lo necesitaba que me castigaras.
_ Lo sé a desayunar

En la cocina le acerque la banqueta (su banqueta, solo era para sus castigos  era de madera) el resto de las sillas eran acolchadas. Comenzamos a desayunar pero la veía como concentrada.

_ En que piensas en que yo también debería encargarme de tí...

Se levantó y comenzó a acariciarme la polla

_ Sigue desayunado que aún no te dará tiempo y llevaré la culpa

Ella seguía acariciándome con la mano pero por poco tiempo, ya que decidió seguir con la boca y que manera. Me la comía con más lujuria que nunca. No tardé mucho en eyacular en su boca.

_ Que rico sabes
_ Que manera de empezar el día princesa.