sábado, 9 de noviembre de 2019

Perdidos en el bosque.






Era un fin de semana diferente, para empezar habíamos invertido los papeles, había sido ella la que había venido y no al revés, y aprovechamos para hacer algo diferente.

El sábado decidimos madrugar, a los dos nos gustaba más aprovechar el día y dejar la noche para otras cosas. Desayunamos en casa tranquilamente y nos preparamos, el plan era irnos a pasar el día al bosque caminar, hacer unas fotos otoñales, cuando muchos árboles empiezan a cambiar la hoja y medio bosque cambia el verde, por el amarillo, el rojo y el ocre. Al terminar de desayunar nos repartimos tareas, mientras yo hacía unos bocatas para comer algo, ella preparaba mochilas. Con todo listo nos vestimos, botas de monte y algo de abrigo por si acaso y nos pusimos en marcha.

El lugar donde quería ir son unas suaves montañas cerca del mar, pero que tienen un microclima especial, que no concuerda mucho con lo típico del mediterráneo. A unos 40 km más o menos de mi casa. Ya todo equipados, nos montamos en el coche y rumbo a nuestro destino, de camino paramos en una gasolinera a comprar algo de bebida, justo antes de empezar a subir por la estrecha y sinuosa carretera tras la cual quedaba atrás la civilización. Unos 8 kilómetros de curvas hasta ascender a la parte más alta de la suave montaña y aparcamos el coche en la explanada de la ermita de Sant Llorenç, justo cuando una niebla densa cubría los bosques y le daba a todo un aspecto si cabe más otoñal aun.

-Te gusta?
-Es precioso, que paz
-Pues lo mejor está por venir.

Abrí el maletero cogimos las mochilas y empezamos a caminar por un camino de tierra que se adentraba en el bosque, a medida que ibamos penetrando en el fuimos cogiendo diversos cruces en el camino hacía caminos más estrechos y que se adentraban más, charlando tranquilamente, haciendo alguna foto y disfrutando del paisaje, yo me conocía aquello como la palma de la mano y conforme buen avanzado el día la niebla se fue diluyendo. Tras un par de horas de caminata con algún parón, decidimos parar, ya era mediodía y sentados en un margen improvisamos un vermut en la naturaleza. Un par de latas de cerveza, una de aceitunas rellenas y una bolsa de patatas fritas. Mientras estábamos allí de relax , ella estaba sorprendentemente silenciosa y le dije.

-¿Te pasa algo?

Me miró sorprendida

-Que me va a pasar, estoy en la gloria, que paz, necesitaba algo así.
-Entonces genial

Respiró prufundo a la vez que se estiraba.

-Es una pasada
-Me alegro

Seguimos con el improvisado vermut, mi idea era reponer algo de fuerzas y seguir hasta una zona de bosque de castaños que nos quedaba a unos 20 minutos más o menos y luego ya si comer allí, hacer fotos y descansar antes de volver. Me puse la mochila y me dijo.

-Espera, espera...que antes tengo que hacer un pis...
-Pues ya sabes aquí no hay muchas opciones
-Ya se, pero como entenderás aquí en mitad del camino no me voy poner.
-Tampoco creo que pase nadie
-Es igual, ahora vengo
-Vale  pero no te salgas mucho del camino
-Que si papá, no creo que me coma el lobo jajajja

Me encendí un cigarrito y esperé, mientras terminaba de recoger, cuando me lo terminé no había vuelto y me extrañó, la llamé y no me contestó, así que cogí las dos mochilas y andé en la dirección que había marchado, a unos cien metros había un camino que se adentraba en el bosque allí la llamé dos veces la segunda ya con fuerza y escuché su voz lejos dentro del bosque, le dije que no se moviera y que me contestase conforme le fuera hablando, a base de oído y por medio del bosque cerrado di con ella. Al verme suspiró aliviada.

-Joder tio que susto, no sabía salir.
-Es que ya te vale, como te has metido aquí
-Pues no se, me metí por el caminito y al intentar salir creo que me he liado.
-Mira que te he dicho que no te muevas del camino principal.
-Ya....pero me daba corte.
-Bueno va vamos a salir de aquí

Tras un esfuerzo considerable salimos al pequeño sendero, por donde se había metido y empezamos a caminar por el, tras un rato el camino era cada vez más estrecho hasta convertirse en una especie de sendero entre el bosque y entonces ella me dijo.

-¿No deberíamos estar ya en el camino principal?
-Si deberíamos pero ya ves que no
-Me estás asustando, no decías que te conocías esto como la palma de la mano
-Si, como yo te dije que no te apartases del camino
-Joder si no me aparté creo que me equivoqué de dirección al volver.
-Pero te metiste por el camino pequeño ¿no?
-Si claro
-Pues a eso me refiero.
-Entonces estamos perdidos?
-No, pero deja que encuentre alguna referencia.

Finalmente llegamos a un pequeño riachuelo donde había un pequelo claro de bosques y unos chopos que seguían el riachuelo, uno de ellos en el suelo, me senté en el , la niebla se había vuelto a posar, densa.

Ella me miró con cara de angustia. Yo abrí la mochila y saqué el bocata.

-¿Te vas a poner a comer ahora?
-Si claro tengo hambre y ya es hora ¿no?
-Joder tio, aquí perdidos y tan tranquilo.
-Ahora ya no, solo tenemos que seguir el río
-Joder cabrón, estaba agobiada ya, podías haberlo dicho.

La miré con cara de aquellas que dicen sin decir "calladita estás más guapa" y lo entendió porque se sentó a comer, en silencio.

-No hay mal que por bien no venga, el sitio es bonito y no lo conocía
-Si eso si

Lo cierto es que el paisaje era idílico, el pequeño riachuelo tenia todo su curso dibujado por chopos con las hojas amarillas, entre medías algún otro árbol de tonos más rojizos y la niebla no muy densa, pero si hacía unos efectos muy bonitos. Ella se comió medio bocata y se levantó a hacer fotos, estuvo un rato echando fotos planos generales, detalles, cuando volvía hacía mi, yo seguía sentado en el chopo caído, había abierto el termo de café, me había servido uno y me había encendido un cigarro.

-Ya verás que bonitas luego te las paso

Se quedó de pie frente a mi, llevaba, unas mallas de ir a la montaña,  una camiseta y el jersey anudado a la cintura. Yo la miré le di una calada al cigarro y le dije.

-¿Sabes que tu travesura del día nos ha podido salir muy cara?

Por el tono de voz intuyó que iba en serio.

-No ha sido queriendo Santi...no es una travesura.
-Lo es desde el momento que te dije que no te apartases del camino y ni puto caso.
-Joder!!!!!!!!! que no me aparté fue al volver
-Nena, no te estoy pidiendo opinión, ni tan siquiera estoy debatiendo contigo, solo quiero que pienses que hubiera pasado, en otro lugar, simplemente desconocido.
-Para algo está el gps del móvil no.

Cogí el móvil y lo levanté como queriéndoselo enseñar.

-Ahora mismo cero cobertura, así que no hay gps.

En ese momento no supo que decir.

-¿Lo ves como habría podido ser más grave?
-Bueno pero no ha pasado nada ¿no?
-No, pero ya sabes que no hay acto sin consecuencias y más cuando es un acto irresponsable. Quítate el jersey de la cintura.
-Joder Santi.
-Ni joder Santi ni hostias!!!!!!!!

Supongo que me vio muy serio o que pensó que tal vez tenía razón y que la podía haber liado gorda, se quitó el jersey y me lo dio se quedó de brazos cruzados delante de mi. Cogí mi mochila la tiré al suelo a la izquierda de mis piernas, yo apoyé las dos en el suelo sentado en el árbol caído, la miré y le dije.

-No se a que estás esperando quiero ver tu culo en mi regazo ya.

Resopló, el tronco quedaba a la altura de un taburete pequeño y la mochila es para que apoyase las manos en algo que no fuera el suelo. Se colocó en aquella posición, como una niña traviesa que se ha portado mal, le acaricié el culo por encima de las mayas, era de montaña, por lo tanto gruesas.

-Cuando no me contestaste me diste un susto de muerte, pero lo peor es que estabas avisada y ni caso.

Ya no dije nada más, empecé a azotarla por encima de las mayas, como eran bastante gruesas, empecé fuerte, aquello debía amortiguar bastante, enseguida me cansé y la hice levantarse, otra vez de pie frente a mi, sin mirarme.

-Son de gore-tex o que? me pica la mano, bajátelas.
-¿Que?!!!!!!!!!
-Ya me has oido, ba-ja-te-las

Yo sabía perfectamente, que tener que hacerlo ella y frente a mi le deba especial vergüenza.

-Voy a empezar a contar, si llego a diez, igual no te las puedes volver a subir...uno, dos, tres....

Al llegar al cinco empezó a bajarse las mallas aquellas gruesas de montaña, cuando las tuvo justo por encima de las rodillas le dije.

-El tanga también.
-Joder y que más te da
-Nena el tanga abajo
-Puffffffffffffff

Lo hizo, algo enfurruñada, allí estaba en mitad del bosque, con las mayas y el tanga bajados frente a mi.

-Vuelve a poner el culo en su sitio.

Lo hizo pero de forma lenta y algo desesperante, así que en cuanto se puso al lado correspondiente de un tirón la puse en mis rodillas.

-Espabila que tengo un rato con tu culo y no quiero que nos pille el atardecer aquí.

Ya no dije nada más me puse a azotarla, sobre la piel desnuda y algo calentada ya de su culo, en mitad del bosque las palmadas continuas parecían atronar aun más, incluso los pájaros dejaron de cantar.

-La próxima vez que te de un "consejo" no tendrás ninguna duda.

Seguí un buen rato azotándola, a veces aceleraba el ritmo, de repente lo ralentizaba como recreándome más en cada palmada y de repente volvía a cambiar el ritmo acelerando y aplicándome con ganas, a pesar de la humedad y la niebla hacía bochorno y se notaba en las respectivas pieles. Paré la zurra y casi inconscientemente metí la mano entre sus muslos, sin llegar a su sexo, ya noté la humedad que fluia por los muslos....

-Vaya, está cachonda la señorita....

Subí un poco más hasta llegar al coño y si no había duda, lo estaba y no precisamente poco, le metí dos dedos en el coño, pero solo meter y sacar, mientras seguía en mis rodillas con el culo rojo. Le dí una palmada.

-Levanta

Se levantó, yo también.

-Siéntate (le dije indicando el tronco del árbol caido).

Me quedé a ver como se sentaba con el culo bien caliente y sensible sobre la áspera corteza de aquel tronco, lo hizo con mucho cuidado y suavidad, con la cara casi más roja que el culo.

-No te muevas.

Andé unos pasos hasta casi el riachuelo, allí seleccioné uno de los chopos, del que arranqué un par de ramas finas y verdes, con ellas en la mano me fui hacía ella que seguía sentada visiblemente incómoda y más cuando vio las dos ramas, se las dí y le dije.

-Ve quitando las hojas y date prisa.
-Puffff Santi....
-¿Quieres que vaya a por un par más?

No hizo falta se puso a quitarle las hojas sentada, cuando terminó la primera perfectamente limpia, me la dio, la agité, silbaba al romper el aire.

-Sigue

Mientras seguía con la segunda, yo agitaba de vez en cuando la ramita verde y limpia. Terminó la segunda se la pedí y me la dio.

-En pie

Se levantó quedando frente a mi

-Media vuelta

Resopló, pero lo hizo, se dio media vuelta ahora estaba de espaldas, con la parte de abajo de la ropa por encima de las rodillas.

-Apoya las manos en el tronco, quiero ver ese culo bien expuesto.
-En serio?

La respuesta fue un silbido en el aire que se convirtió en un restrallear, al chocar con la piel de sus muslos. Mensaje que captó a la primera, a la vez que una pequeña linea roja se dibujaba atravesando sus muslos. Al instante la tenía con las manos apoyadas en el tronco y el culo bien expuesto. Le acaricié la piel roja del culo y le dije.

-Esto va a picar, pero peor hubiera sido que te hubieras perdido, espero que sirva de lección.

Con la primera ramita en mi mano y la otra sujeta entre mis piernas me puse un poco de lado apunté y empecé a azotarla, sin imprimir mucha fuerza solo el golpe seco del codo, quería más un efecto mental que físico, aun así, tras cada azote una linea roja destacaba en su piel a pesar del fondo totalmente rojo, yo sabia que las ramas no durarían mucho 5 o 6 azotes cada rama no más, pero mi intención no eran tanto el dolor como la sensación de castigo por la travesura. Y así fue la primera duró media docena de azotes, la segunda aun duró uno menos antes de romperse. Cuando se rompió la segunda me acerqué, empecé a sobarle el culo, bueno más bien a reseguir todas las lineas que habían dejado las ramas en su piel, tenían un ligero relieve, aquello me excitó mucho, pasar la yema de los dedos por las marcas recién hechas es algo que me excita mucho, además con ella totalmente rendida y notando la erección apretando el pantalón, me baje la cremallera solo, me la saqué y allí en medio del bosque con ella apoyada sobre el tronco llevé la punta de mi polla a su coño chorreando, entró sin problema, la agarré de la cintura y empecé a bombear con todas mis ganas, sin miramientos ni dulzuras, ya no paré hasta correrme en ese momento la saqué y eyaculé en sus nalgas rojas y marcadas, al terminar y aun jadeante le dije mientras empezaba a extender mi semen por sus nalgas...

-En el bosque hay que improvisar y aquí esta es la única crema que puedo encontrar...

Recuperamos un rato, ella se incorporó nos abrazamos, pero había que volver así que le dije que se vistiera y nos pusiéramos en camino que había un rato, en cuanto salimos del bosque, ella me cogió por el hombro y yo por cintura, el camino estaba desierto, la niebla era cada vez más densa, en un determinado momento me dijo:

-¿Nos queda mucho?
-Unos 20 minutos más o menos
-Pufff
-Que pasa.
-Me hago pis otra vez...
-Pues ya sabes o te esperas o aquí

Se lo pensó y finalmente decidió que entre lo que faltaba de camino y despues de coche....y se puso allí en el camino.

-Lo que te hubieras ahorrado
-Cabrón...

Finalmente llegamos al coche atardecia ya, bajamos la carretera de curvas en la niebla, finalmente salimos al autovia y de alli a casa. Nada más llegar una ducha, larga y caliente, ducha con premio, puesto que allí con el agua cayendo y el vapor inundando todo, la puse otra vez contra la pared y la volví a poseer, solo que esta vez, primando su placer sobre el mio, cuando terminé yo me salí y la dejé, aun estuvo un rato más.

Encendí la chimenea mientras iba a sacar unas cervecitas, pero antes entré en el baño, estaba desnuda cepillándose el pelo, le miré el culo, ya apenas tenía nada, ella se giró.

-¿Ya estás?
-Si dejo que el suavizante me haga efecto y luego me seco.

Entonces vi que sujetaba el cepillo con la mano izquierda, sin pensarlo le cogí la derecha...

-¿Que haces?
-Improvisar tiene muchas cosas malas, siempre es mejor las cosas bien hechas.

Tiré de ella hasta el sofá, totalmente desnuda y descalza, no hacía frío, me senté le quité el cepillo, la tumbé otra vez en mis rodillas y empecé a zurrarla con el cepillo, ya apenas tenía alguna de las rayas que habían dejado en su piel las ramitas, otras habían desaparecido,  pero si es cierto que a los pocos azotes con el cepillo enseguida  volvió el color a su piel.

-Esto es por tozuda, porque al final todo se podía haber evitado, como me has demostrado antes de llegar al coche.

Seguí un rato azotándola con el cepillo, quería que volviera a notar el calor en la piel del culo aquella noche y cuando vi que en ambos cachetes había un gran círculo rojo bien intenso paré. La acaricié volvía a estar inundada...sonreí y la envié al rincón desnuda, algo no muy habitual, yo fui a por la crema y el plug de cristal azul...de vuelta, la hice ponerse de nuevo en mis rodillas y me puse con el ritual de la crema un largo rato sin prisa, crema, caricias, masajes culminado con la operación de meterle el plug, una vez dentro la seguí acariciando el culo, ella se  podría pasar horas así, hasta que mis dedos fueron a su sexo y eso ya cambió su estado de relajación a la sensación, a estado activo, entonces le dije...

-Parece que quieres algo
-Tu que crees?
-Mmmmm a ver si adivino, con el culo caliente y chorreando yo creo que quieres sentirte llena....una parte ya lo está...
-Adivinas bien.
-Pues hazlo.

Se levantó, me bajó el pantalón del pijama me cogío la polla con la mano, empezó a masturbarme un poco lo justo para terminar de conseguir la erección completa, entonces simplemente se sentó sobre  mi haciendo que mi polla se clavase hasta el fondo de su coño....ahora estaba llena el plug en el culo, mi polla en su coño y el culo bien rojo y caliente....

Continuará.

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