jueves, 22 de agosto de 2019

Vergüenza.




Hace unas semanas hablaba con alguien que me decía que la parte que aun le costaba más de todo esto, era la de la vergüenza.

Cuando alguien te dice eso, lo primero que debes preguntarte es a que se refiere, porque con el nombre genérico de vergüenza solemos incluir otra sensación que percibimos como idéntica pero no lo es: el pudor. El pudor es una sensación propia que tiene que ver con lo sexual y la vergüenza es una sensación introyectada que tiene que ver con lo que nosotros pensamos que transmitimos a los demás, lo que pasa que situaciones idénticas pueden  producir ambas.

Por ejemplo la desnudez frente a desconocidos va a producir pudor, es un aprendizaje, pero también vergüenza por el juicio que podamos imaginar de los demás hacia nuestro cuerpo.

En los juegos no pocas veces pasa exactamente lo mismo, pudor y vergüenza aparecen mezcladas, en una misma situación que provoca ambas sensaciones aunque su percepción sea la de vergüenza, sensaciones por otra parte buscadas y potenciadas durante los juegos.

La experiencia es lo que al final te descubre cosas, recuerdo el caso de alguien que tenía mucha vergüenza a leer en voz alta, lo curioso es que era una persona acostumbrada a exponer en público, pero ahí se sentía segura, sabía de que hablaba, lo llevaba preparado y la audiencia siempre era cómoda y del ramo. En cambio en una situación en la cual no había nada preparado, la audiencia era yo solo y el tema era aleatorio, le resultaba un mundo hacerlo. En  un caso así puede parecer cruel "obligar" a alguien a pasar ese mal rato, incluso sádico, hasta que te haces la pregunta ¿Por que le da vergüenza? y entonces descubres, que lo que realmente le da vergüenza es que le guste o que le resulte excitante pasar esa vergüenza, osea que de alguna manera la vergüenza actúa como de barrera que impide reconocer que algo te excita. En cuanto fui consciente de eso, no solo la hacía leerme a menudo texto en voz alta, sino que se lo hacia hacer por ejemplo con la ropa interior en los tobillos, con lo cual le sumaba el pudor y aun le resultaba más excitante.

Jugar con la humillación y la vergüenza dentro de un concepto espacio y tiempo confinado estás de alguna manera facilitando la oportunidad de desahogo a unas inseguridades que pueden ser asfixiantes. Jugar con la vergüenza puede ser una magnífica manera de confrontar a alguien con sus miedos y hacer que los comprenda mejor y esto sucede porque hay un ambiente de confianza, intimidad y seguridad, aliñado siempre con un toque de excitación sexual y a sabiendas que es una situación temporal y pasajera.

Desde mi lado del juego es muy gratificante, es más si me dices que algo te da vergüenza muy probablemente maquine fórmulas de potenciar la vergüenza cada vez un poco más, al final tiene resultado y aunque el pudor sigue estando presente, la vergüenza y la inseguridad desaparecen y esto es algo que si tengo perfectamente comprobado. Jugar con la vergüenza gratuita, la humillación porque si no me convence, para gustos los colores, ahora recrear escenas de las cuales se me ha expresado un deseo con todas las consecuencias y estirarlas lo más posible si me parece especialmente morboso. A fin de cuentas a través de la inversión de la vergüenza lo sagrado puede volverse profano y viceversa. La vergüenza es un aviso, de que se está incumpliendo lo socialmente correcto, y el sexo y el erotismo tienen que tener un punto de fechoría para ser disfrutados del todo.

¿Que es pasar un poco de vergüenza si a cambio obtenemos el goce de permitirnos por un momentos transgredir todas las normas de la decencia impuestas?.


2 comentarios:

  1. Es un tema interesante y que puede dar mucho que discutir. Pero no estoy de acuerdo en que la vergüenza y el pudor sean cosas distintas. De hecho, la palabra pudor no tiene traducción al inglés (Google translate lo traduce como "modesty"). El sexo da vergüenza en los seres humanos, lo que es un fenómeno de difícil explicación. Para la mayor parte de la gente, aparecer en público desnudos o en una postura sexualmente explícita es la mayor vergüenza que pueden concebir. Por otro lado, la vergüenza es un fenómeno fisiológico bien definido que puede llevar incluso al suicidio. Está bien jugar con ella, pero hay que tener en cuenta que es una de las emociones más violentas que tenemos.

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  2. Si no estás de acuerdo en que vergúüenza y pudor sean cosas distintas, deberías hacer una teoría, sustentarle con una base ciéntifica y presentarla a la comunidad internacional. En psicología se consideran cosas disintas aunque la sensación sea parecida. El pudor tiene que ver con lo sexual, osea es una sensación para con uno mismo, desde el punto de vista de la psicología evolutiva se cree que el pudor es un mecanismo de protección psiquica que protege contra abusos sexuales. La vergüenza tiene que ver con la percepción que tu crees que transmites a los demás, así que es una proyección. Y si incluso en inglés se distinguen shame y embarrasing.

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