Quienes me seguís desde el principio, si es que queda alguien imagino que os habréis dado cuenta que mi enfoque ha ido cambiando con el tiempo, son casi 9 años, el tiempo pasa y te cambia y lo que antes te parecían prioridades, ahora lo ves desde una perspectiva distinta , que te dan los años y la experiencia.
Cada vez estoy más convencido, que la parte sexual de estos juegos, tiene menos peso en ellos, ahí está eso es innegable y muy probablemente sea la puerta de entrada a ellos para todos, pero hay algo más, incluso diría que nos atrae más que la gratificación sexual pura, que por cierto podemos conseguir de otros muchos modos.
En lo primero que me baso para afirmar esto, es que aun con la misma persona, no hay dos juegos iguales. Cada nuevo juego se adapta a unas circunstancias de ese preciso momento y en el tienen que caber intereses, deseos y fetiches de ese momento que pueden ser muy distintos a otro momento. Hay juegos en los que la carga erótica y sexual es muy potente, llegando incluso el juego a ser una forma de romper barreras en ese campo y en cambio hay otros juegos en los cuales el erotismo y la sexualidad, quedan aplastados por la carga emocional, que más parecen una especie de ejercicio de meditación que un juego erótico. He escrito muchas veces de la importancia de la puesta en escena, pero no de la escena en si y dentro de la escena hay muchas diferencias, en unos juegos cobra más importancia la voz por ejemplo, en otros los gestos y acciones, lo que seria comunicación no verbal, pero al final creo que en todos se pretende llegar a una especie de compromiso para cultivar la apertura al otro, la vulnerabilidad sin miedo, el control, la rendición, el placer y el dolor.
En el fondo un juego es una negociación continua, ya que toda acción necesita de un confirmación y consentimiento, esto hace que los juegos sean un espacio ideal para fomentar la comunicación, es como un trabajo ritual, en el que se aprende a pedir lo que se quiere a estructurar el deseo y a ponerlo en práctica. Dígamos que sin saberlo en todo ese ritual estamos trabajando la confianza, confianza que rara vez encontramos en otro tipo de relaciones interpersonales. Vivimos en una sociedad en la que constatemente nos sentimos impotentes y estresados, por lo cual, ceder el control a una persona en absoluta confianza es como darse permiso a uno mismo para rendirse, relajarse y olvidar por un momento todo los límites que nos impone la sociedad y eso a su vez hace que se de permiso a esa persona elegida para acceder a zonas de nuestros pensamientos prohibidas para el resto.
Solo hay que observar que vivimos en una sociedad que cada vez es más binaria con respecto a la relaciones, todo es "si" o "no", pero las relaciones son mucho más complejas que el binarismo de si o no. El consentimiento por ejemplo es muy variable y lo que en día puede ser si otro día puede ser no, nunca hay un consentimiento absoluto, ni una negación total dentro de la dinámica de una pareja, si fuera así por el camino nos perderíamos gran parte del juego de una pareja, como son la seducción, la persuasión o incluso cuando se establecen unas dinámicas de cesión de control, la coerción consentida, aunque suene contradictorio. De hecho en el juego se da la paradoja de que un si afirmativo busca como respuesta un no firme, es como te doy permiso para que me digas que no.
Otra idea que hay que erradicar es la de crear un espacio 100% seguro, seria muy poco humilde por parte de alguien que tiene el rol de control, afirmar que es capaz de dar la seguridad absoluta. La misma persona en circunstancias distintas puede tener "topes" diferentes y no me estoy refiriendo al dolor físico que ese da muchas pistas, me refiero a que una persona puede desmoronarse por una mirada, por un gesto, por unas palabras, por la distancia física, por pedirle que exprese algo en voz alta...y el problema no es que suceda, es tener claro que puede suceder por si sucede saber como actuar y minimizar el impacto. Explorar y experimentar nunca es un espacio 100% seguro, eso es algo que conviene tener claro. Estos juegos son un experimento de exploración conjunta y tienen sus riesgos, en la medida de lo posible hay que minimizarlos, pero sabiendo que están, que puede suceder y tener siempre a punto un plan B por si pasa.
En definitiva y a modo conclusión creo que nuestros juegos, por su propio desarrollo nos "obligan" a prestar atención al detalle, a escuchar, compartir, expresar y negociar no con el ánimo de ganar de la negociación sinó de encontrar el punto de equilibrio exacto en cada momento, ese punto donde los dos nos sintamos cómodos y estemos preparados para explorar y experimentar.
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