domingo, 18 de agosto de 2019

Un paseo por el lago.





Aquel fin de semana habíamos decidido cambiar de papeles y ella venía a mi territorio. Como hacía un fin de semana bochornoso y caluroso, decidí un cambio de planes y en vez de irnos directamente a la playa que estaría repleta y aun más bochornosa reservé habitación en un hotelito a las orillas del lago de Bañolas. Total si algún día queríamos ir a la playa media horita de coche y ya y allí al menos por las noches estaríamos más fresquitos.

Fui a buscarla a la estación del AVE, cuando aun el sol abrasaba, el tren llegó puntual, la recogí y nos fuimos para el hotel, habitación con terracita con vistas al lago, lugar idílico para desconectar un fin de semana. Dejamos las cosas y nos apalancamos un rato en la terraza a ver el brillo del sol del atardecer reflejado sobre la lisa agua del lago, charlando tranquilamente, hasta que le dije.

-Tengo mesa reservada a las 10, deberíamos movernos algo.
-Puffff tu primero, así termino de ver la puesta de sol.

No dije nada, la dejé en la terraza y me fui a la ducha. Cuando salí solo con la ropa interior fresco me fui a la terraza, ella seguía allí sentada, aun clareaba pero el solo se había escondido ya tras las montañas que rodean el lago, me encendí un cigarrillo, no le dije nada, pero ella misma me dijo.

-Que si!!! que ya voy...

Se levantó y entró en la habitación, yo me senté el aire estaba en absoluta calma, era un aire pesado, cargado de humedad y caliente que hacía que mi frente se humedeciera de sudor. Tras un rato y cuando ya era la hora de bajar, me fui a verla, estaba aun en el baño.

-Aun estás así?
-Que hora es?
-Ya tendríamos que estas en la mesa?
-Pues me queda un ratito aun. Ve tirando tu y ocupa mesa, que me espabilo.
-Valeee, pero espabila.
-Que si pesado.

Me vestí y bajé, el restaurante del hotel también estaba en un terraza con vistas al lago, me senté en la mesa y pedí una cervecita para hacer tiempo y refrescarme algo de aquel bochorno que se podía cortar a cuchillo. Y empezó a pasar el tiempo, 5 minutos, 10 minutos, 15 minutos, y justo cuando pedía la segunda caña la vi aparecer. Al verla de cerca pensé que igual la espera había valido la pena, llevaba un vestido que le quedaba genial, la parte de arriba era como de punto con tirantes y escotada de color marrón chocolate y justo donde empezaba la cintura se convertía en un falda larga y fina amarilla potente pero tan fina que casi era transparente.

-Que guapa...
-Te gusta?
-Me encanta
-Lo compré ayer, para ti
-Me siento halagado

Empezamos con un tonteo evidente incluso cuando pedimos, no dejamos de jugar, nos sirvieron el primer plato y noté su pie desnudo sobando mi entrepierna mientras me miraba sonriendo...

-¿Estás juguetona?
-Uffff la calor me pone tonta
-A mi depende
-¿De que depende?
-A veces me pasa como a  ti otras me pone de muy mala hostia.
-Jajajajajaaj pues por lo que noto, no parece que esta vez te enfade mucho.

Sonreí y seguimos cenando entre juegos y tonteos, aunque yo estaba en inferioridad de condiciones en aquel momento. Terminamos de cenar y aun con los cafés seguía jugueteando por debajo de la mesa con sus pies, entonces le lancé la primera mirada.....


-Jjajajajaaj venga voy a ser buena, porque si quiero no te levantas.
-Tu misma sigue si quieres, pero te recuerdo que de la habitación es difícil escapar...
-Mmmmmmm igual lo que quiero es eso
-Lo dejo en tus manos o en tus pies en este caso.

Sonrió pero paró, era más de medianoche cuando terminamos de cenar, el ambiente seguía siendo bochornoso y le propuse dar un paseo por el lago, para bajar la cena y refrescarnos un poco, me dijo que sí, nos levantamos y empezamos a caminar por el camino que bordea todo el lago, entre árboles y con el reflejo de la luna lanzándonos destellos plateados.  Conforme avanzábamos en el paseo, y dejábamos atrás la zona de terrazas, el camino se volvía más solitario, alguna pareja de vez en cuando, algún grupo ruidoso de jóvenes haciendo botellón en un banco, hasta que llega un punto, que el paseo se aparta ligeramente de la orilla del lago y se adentra en un pequeño bosquecito de ribera cruzando un puente de madera hay como una zona de picnic totalmente vacía a esas horas.

-Ven acompáñame-le dije

Cruzamos la zona de  pic nic y subimos unas escaleras de madera que dan como a una especie de pasarela mirador que se adentra unos metros en el lago. Ella se apoyó en la baranda de madera, yo la cogí de la cintura por detrás, se sentía un ligero frescor aliviante.

-Que bonito, que sitio más bonito.
-¿Verdad que si?
-Si, mucho es genial.
-Pues te voy a dejar un momento a solas disfrutando, que necesito aliviarme, ya que alguien ha estado jugando todo el rato en el restaurante y me hago pis.
-Jajajajajaj que romántico, anda tira abuelo que habrá que ir vigilando la próstata ya

Me separé y le di un cachete en el culo...

-Oye!!!!! que pasa que las verdades ofenden?
-Luego te enseño yo lo de abuelo
-Anda tira "machote" jajajajaja

Me metí de nuevo en la zona de picnic en busca de un árbol donde aliviar la necesidad vital, terminado el asunto volví a la pasarela y el corazón me dio un vuelco no estaba. No se porqué pero instintivamente miré al agua, saqué el teléfono del bolsillo lo puse en modo linterna mirando al agua, dije su nombre en voz alta varias veces mirando para todas partes, en esos momentos me vinieron a la cabeza toda las leyendas urbanas sobre el lago que se lo tragaba todo, fueron unos instantes angustiosos de aquellos en los que no atinas a dar con la solución más normal, pero de repente me llego la inspiración simplemente marqué su número y en el silencio de la calma pude escuchar perfectamente la alarma de su teléfono y acto seguido su risa, estaba escondida a un lado de las escaleras tras un árbol

-Jajajaajajaj ¿te has asustado?

Dijo mientras subía de nuevo las escaleras riendo, pero yo no me reía al revés estaba serio muy serio, pero a oscuras igual no distinguió mi rictus, hasta que estuvo a tiro, entonces la cogí de la mano y de un tirón rápido y seco la empujé contra la barandilla de madera.

-Esto no lo me lo vuelvas a hacer le dije.

La baranda tenía tres travesaños, sobre el superior su cuerpo inclinado, en medio otro y a modo de rodapies el tercero.

-Agárrate del palo del medio

Le dije con voz firme.

-Que poco sentido del humor

Intentó levantarse pero poniéndome detrás con mi cuerpo se lo impedí.

-Te he dicho que te agarres.

-Va que solo era un juego, además aquí puede venir alguien
-Haberlo pensado antes.

Entonces sin más le levanté el vestido por encima de la cintura y casi a oscuras empecé a acariciarle las nalgas desnudas, ya que solo llevaba un tanga debajo como ya me había percatado en el restaurante.

-Me has dado un susto de muerte, espero que te hayas divertido, porque ahora me toca a mi.

Y comencé a azotarla, puse mi mano izquierda en su espalda, para evitar que se levantase y para que medio a oscuras me sirviera de guía para acertar los azotes en pleno culo, en el silencio de la noche estoy seguro que desde el camino se podían escuchar las continuas y repetitivas palmadas de piel contra piel. No se el rato que estuve pero no menos de 5 minutos de azotaina ininterrumpida, cuando paré, acaricié un poco su piel, a oscuras el tacto de mi mano y el calor que desprendían sus nalgas era la única guía, por el calor imaginé que lo debía tener ya rojito y entonces las caricias pasaron a ser apretones a pasar libidinosamente el canto de mi dedo por encima del tanga entre sus piernas, hasta que apartándolo ligeramente comprobé que entre sus piernas también había un lago, jugué con mis dedos por toda la zona, acabé con el índice y el corazón metidos en su coño mientras el pulgar acababa también dentro de su cuerpo, pero por otro agujero el de su culo, ella gemía muy excitada y yo que me había retenido durante toda la cena también, me bajé la cremallera del pantalón, me saqué la polla, con una mano la guié hasta la entrada de su coño, mientras con la otra mantenía el tanga apartado y se la metí, empecé a follármela allí contra la baranda de la pasarela, diría que con furia, ella jadeaba y se añadió a la fiesta moviéndose también, de repente un ruido, unas voces se acercaban, cortada de rollo, la saqué de golpe, ella se incorporó el vestido volvió a caerle sobre los tobillos y salimos, era el mismo grupo de chavales que hacían antes botellón en un banco, pasamos por delante de ellos rápido y sin mirarlos, cuando nos alejamos unos metros respiramos, ella me dijo.

-Nos habrán visto?
-No creo

La cogí de la mano y caminamos a paso ligero hasta el hotel. Eso de quedarnos a medias hizo que caminásemos más rápido, llegamos entramos en al habitación y nada más entrar ella se abalanzó sobre mi, caímos en la cama, y por un momento caí en la tentación pero entonces recordé la broma pesada de antes y me incorporé sentándome en la cama.

-¿Que te pasa me? - me dijo

La miré, sin decir nada, la cogí y la puse a la fuerza en mis rodillas, le levanté el vestido y dije.

-Señorita esto merece estar mucho más rojo de lo que está y  hasta que no esté no hay fiesta.

Le bajé el tanga hasta las rodillas y sin decir nada empecé a azotarla otra vez con la mano, ella no solo no dijo nada, sino que por un momento parecía disfrutar de los azotes por como se movía y respiraba, aquella reacción hizo que empezara a darle con más ganas y que su culo empezase a coger color de verdad, entonces paró de moverse y su jadeos ya no parecían tan lascivos sino más bien de una ligera queja. No paré hasta que me picaba la mano y su culo estaba como un pimiento maduro, entonces paré, le separé un poco las piernas y empecé a acariciarle la cara interna de los muslos, antes de llegar a sus labios ya estaba mojada.

-Así es como reaccionas a los castigos? Creo que voy a tener que ponerme más serio. Levanta!!!!!

Se levantó el vestido volvio a caerle y tapar, la miré realmente estaba preciosa con aquel vestido, enseguida me levanté yo, saqué las dos almohadas de la cama y las puse en el centro del colchón.

-Te quiero tumbada boca abajo sobre las almohadas con ese culo travieso bien levantado, para que pueda castigarlo bien.

Me puso morritos, hasta que la cogí del brazo y le dije.

-Te pongo yo?

Ahí lo entendió, se tumbó sobre las almohadas que elevaban un poco su culo, le levanté el vestido de nuevo por encima de la cintura y entonces me desabroché el cinturón de cuero marrón que llevaba, me lo quité del pantalón los doblé, lo dejé sobre su culo rojo, mientras que quitaba la camiseta sudorosa, lo volví a coger y le dije.

-Seguro que el cinturón te quita las ganas de hacer bromas pesadas al menos por un tiempo.

Levanté el brazo empuñando el cinturón y lo dejé caer de un golpe seco sobre su culo desnudo, suspiró levemente, y vuelta a repetir así una docena de veces, entonces paré un momento, pasé mis dedos por su culo marcado y me puse al otro lado de la cama dejando de nuevo el cinturón sobre su culo, lo volví a coger y recibió una docena más de azotes desde el otro lado de la cama a mano cambiada, pero es la única forma de conseguir que ambos cachetes queden igualados, cuando terminé cogí el cinturón y me lo volví a colocar aunque si abrochar, le quité el tanga del todo, la ayudé a levantarse, la cogí de la mano y salimos a la terraza, yo me senté en una de las dos sillas que había junto a una mesa, pero a ella la hice ponerse en la baranda mirando al lago, y allí le levanté el vestido por detrás protestó me dijo que alguien la podía ver, pero no era cierto, con las habitaciones contiguas había unos separadores opacos y ningún piso encima, así que fui inflexible, manos detrás de la espalda sujetando el vestido levantado, mientras yo le recordaba que un poco de aire fresco en el culo no le iría nada mal.

Me senté y mientras ella permanecía inmóvil y avergonzada, mis dedos empezaron a jugar otra vez entre sus piernas, le advertí:

-Prohibido moverse, prohibido correrse y le recordé que mi cinturón permanecía desabrochado.

Así la tuve un rato inmóvil, avergonzada mostrándome el culo marcado al aire libre de la terraza de la habitación mientras mis dedos la masturbaban. Hasta que decidí que era suficiente entramos en la habitación, le dije que se quitase el vestido y se volviese a tumbar boca abajo sobre las almohadas, fui a por la crema hidratante, antes de empezar a ponérsela me desnudé yo también, le di una primera ración de crema con masaje de nalgas incluido, antes de darle la segunda, fui a buscar un plug de mi maleta, separé sus nalgas y despacio se lo metí en el culito, entonces empecé a aplicarle la segunda ración de crema esta mucho más rápida y con las nalgas aun húmedas de la crema me puse entre sus piernas de rodillas y le dije.

-Ahora si vamos a acabar lo de antes, además así con el culo rojo y bien llena....

Y así tumbada boca abajo con el culo rojo empecé a follármela desde atrás, con el plug metido osea bien  llena, la noche dio mucho de si, pero eso ya es otra historia.

Continuará....




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