Tarde de sopor de un sábado caluroso de Agosto. Acababa de abrir los ojos tras una siesta de esas largas y al abrir los ojos estaba ella allí, jugueteando con el móvil.
-¿Que haces?
-Anda el abuelo se ha despertado ya....
-Bueno yo se de una que se durmió antes.
-¿Sabes? quiero cambiarme la foto de perfil, pero no encuentro ninguna que me acabe de gustar.
Una frase inocente como esa me despertó de golpe miré la hora, nos daba tiempo y le dije.
-¿Por que no te pones aquel vestido negro que me gusta tanto y nos vamos a hacer una sesión de fotos por ahí y luego ya cenamos algo?
-Jajajaa y porque ese vestido
-Porque me gusta
-Mmmmm y donde las vamos a hacer?
-Ya buscaremos algún sitio
-A veces tienes ideas geniales, voy a vestirme.
No esperaba que aceptase mi idea así de primeras, de hecho pensé que su reacción sería en plan poner alguna pega. "Que pereza ahora con este calor" algo por estilo de ahí mi sorpresa al aceptar tan rápido y sin nada que objetar, aunque alguna sospecha se me vino a la cabeza.
Yo me metí en la ducha antes que ocupase el baño, porque sabía que una sesión de fotos iba a tener sus preparativos, cuando yo salía ella entraba. Me senté a esperarla sabía que tenía para un rato, pero cuando salió y se presentó en el comedor la espera había valido la pena. Llevaba aquel vestido negro, con un poco de estampado floral, los hombros completamente al aire, sujeto por dos minúsculos tirantes, ya que lo que supuestamente eran los tirantes le quedaban avolantados a medio brazo, me encantan sus hombros, me parecen muy sensuales y más con el colorcito de piel del sol de verano, no era muy corto, un poco por encima de la rodillas, pero con bastante vuelo y muy fino, se había puesto una sandalias rojas de tela y con cuña de esparto, que hacía que las piernas se estilizaran a la vez que marcaba culo, algo de maquillaje no mucho, me miró, sonreí.
-¿Lista, nos vamos?
-Venga van a salir unas fotos geniales.
Nos montamos en el coche y salimos pese a que hacía bastante calor aun, no sabíamos muy bien donde ir y de camino a la ciudad, vimos un campo de girasoles, me pareció un buen lugar, vamos un buen enclave e hicimos unas cuantas, pero el resultado no nos convenció, la protagonista debía ser ella, y los girasoles estaban ya muy altos, apenas se la veía, así que volvimos al coche pensando en algún otro lugar. De camino estuvimos barajando diversas opciones de localización de las fotos, pero a todas les encontrábamos algún inconveniente, que si demasiada gente, que si demasiado lejos hasta que finalmente dimos con uno que nos pareció ideal, es un parque cerca del centro que supusimos no muy transitado a esas horas y que además solo atravesándolo ya nos quedaba una zona de bares para ir a cenar algo después y para allá que nos fuimos.
Fue una elección acertada, en efecto no había mucha gente y encontramos un banco de piedra que detrás tenía un montón de rosales ideal para nuestro objetivo. Nos pusimos manos a la obra, además echándonos unas risas, en plan ahora mirada perdida, ahora tócate un hombro, ahora cruza las piernas en el otro sentido, más incorporada, más relajada, haz como si te pusieras bien el pelo con la mano, total unas 30 fotos, entre risas. Terminada la sesión nos fuimos caminando hasta la zona de terracitas a tomar algo y picar. Nos sentamos en una mesa y mientras nos servían empezamos a ver las fotos como habían quedado, a mi me gustaban todas, la verdad es que en todas estaba impresionante, pero claro ella mucho más crítica fue descartando alguna. Al final nos quedamos con cinco, para elegir. Ella descartó dos más, una porque se veía demasiado escote y la otra, porque demasiada pierna, ya que lo toma era frontal, el vestido colgaba un poco del banco y casi se veía el inicio del culo. Finalmente tras un intenso debate nos quedamos con una, en la que salía especialmente sonriente y parecía más espontánea y menos posado.
Objetivo cumplido, pero entre una cosa y otra habíamos cenado ya. Entonces me dijo.
-Ha sido divertido
-Si la verdad, a veces las cosas no planificadas son las más divertidas.
-Y más que pueden serlo, pero creo que no te has dado ni cuenta
-¿Como?
En ese momento se pegó a mi, cogió mi mano la puso en su muslo y descruzó las piernas, me sonrió y me dijo.
-Si no tienes vista, igual al tacto te percatas.
La miré extrañado, pero casi inconscientemente mi mano empezó a subir por su muslo por debajo del vestido y subiendo, subiendo llego a su entrepierna, allí solo encontré piel suave y ligeramente húmeda, no pude evitar pasar despacio dedo índice entre sus labios, ella cerró los ojos un momento y suspiró, entonces los volvió a abrir luminosos y me susurró.
-¿Tu crees que las "señoritas" deben salir a la calle sin ropa interior?
-¿Estás juguetona?
Le respondí mientras seguía pasando el dedo entre sus labios cada vez más mojados.
-No me has respondido
-¿ A que?
-A si crees que las niñas buenas van por la vida sin nada debajo.
-Hombre es un riesgo
-Ahhh si? y cual es riesgo?
-Jugar siempre tiene riesgos
-Mmmmm a veces es divertido asumir el riesgo ¿no crees?
-Si claro, pero luego no quiero quejas.
-Tu me ves cara de quejarme ¿Ahora?
Sonreí saqué la cartera deje un billete suficiente para cubrir el importe de la cuenta, saqué la mano de debajo de su vestido, me levanté y le dije.
-Vamos, eso sí no quiero quejas.
Sonrió se levantó la cogí de la mano y empezamos a caminar rápido, nerviosos y excitados nos metimos por el parque que debíamos atravesar para llegar al coche, caminando por la calle central más iluminado, cruzándonos con varias personas, entonces llegamos un pequeño desvío que llevaba directamente al banco donde habíamos hecho las fotos tiré de ella para que me siguiera y llegamos al banco, yo me senté y ella de pie frente a mi.
-Me quieres hacer más fotos o que?
-Quiero no, te las voy a hacer pero van a ser diferentes.
-Ahhhh si y como van a ser?
En ese momento metí las manos por debajo del vestido y empecé a acariciarle el culo con las dos manos.
-Joder, no se como puedes ponerme tan cachonda solo sobándome el culo
-Bueno hoy voy a hacer algo más que sobártelo, lo sabes ¿no?
-Imagino he sido mala
Me sonrió con picardía, entonces de un movimiento rápido la hice caer sobre mis rodillas, no dijo nada, pareció no importarle, ni tan siquiera cuando despacio le levanté el vestido, dejando su culo al aire allí en el parque es cierto, que de venir alguien de frente me percataría, por detrás no podía venir nadie, pero había un bloque de pisos a unos doscientos metros detrás y todo lleno de balcones algunos con luz, otro día hubiera protestado, me hubiera dicho que nos podían ver, aquel día no dijo nada, le agarré con fuerza una nalga y la solté.
-Jugar es lo que tiene señorita, uno sabe cuando empieza pero no como acaba.
Ya no dije nada más empecé a azotarle el culo con la mano en aquel banco del parque, el sonido de los azotes en plena noche me parecía que podía oírse por todo el parque, además sin miramientos, empezando con ganas desde el primero, por suerte el tráfico seguramente debía amortiguar bastante el sonido de la ruidosa azotaina, estuve un buen rato dándole con ganas, ella ni se quejó al revés parecía gemir de placer a medida que le iba calentando el culo, lástima que por la poca luz no podía ver como se iba enrojeciendo a causa de mis azotes continuos. Cuando paré, la agarré con fuerza de un muslo lo separé un poco y empecé a frotarle desde atrás con ímpetu todo el coño con toda la mano.
-Así te pones de mojada cuando te azoto? si eres una chica traviesa si.
En aquel momento empecé a darle unas palmaditas desde atrás entre las piernas, y en determinado momento le metí el pulgar y empecé a moverlo dentro de su coño apretando con yema y haciendo círculos ahí en la zona rugosa de dentro del coño, ella suspiró y dijo
-Joder......
Al vez que empezó a mover las caderas, pero entonces se lo saqué y le dije.
-Muy pronto para premios "señorita".
La hice levantarse, la cogí de la mano y salimos de ahí, me la imaginaba notando como le chorreaban los muslos mientras caminábamos y cuando llegamos al coche la solté y le dije.
-Te quiero sentada, con el vestido levantado, que el culo te toqué directamente la tapicería.
Le di al botón de la llave, se abrieron la puertas entré, ella también al sentarse se levantó el vestido y al apoyar el culo directamente el tapicería hizo un pequeño gesto de dolor. La miré y antes de arrancar le dije.
-Así que te has levantado de la siesta juguetona, bien pero ya sabes que jugar conmigo tiene un pequeño inconveniente, que soy yo quien decide como son las reglas del juego, ¿Lo tienes claro no?
No dijo nada, entonces le levanté yo la parte de delante del vestido y le dije.
-Las piernas abiertas, todo el camino.
Cerró los ojos y lo hizo despacio con cierto descaro, salí del parking, mentalmente pensé en la salida más rápida de la ciudad, los coches bajos no podían vernos, pero si los autobuses o coches más alto a ella parecía darle igual, en ningún momento se tapó, ni en los semáforos y pillamos varios, cuando ya cogimos la autovía, llevé mi mano a sus entrepierna, estaba muy mojada tanto que me dijo.
-Te voy a manchar la tapicería del coche...luego no me eches la culpa
La miré un momento y sonreí, entonces empecé a masturbarla, ella echó el cuerpo ligeramente hacia delante, en un determinado momento puso el pie sobre la guantera, con los ojos cerrados y gimiendo mientras mis dedos seguían jugando en su coño que parecía una fuente, pero cuando más a punto estaba, llegamos a la salida y tuve que coger el volante con las dos manos y dejar de darle "atenciones", cuando me di cuenta había sustituido mi mano por la suya, que se movía freneticamente entre jadeos y gemidos y justo cuando se abría la puerta del parking y entraba el coche, se corrió con su mano, un orgasmos intenso si tenemos en cuenta sus gritos y gemidos.
Dejé el coche en la plaza, ella bajó la pierna que tenía sobre el salpicadero, y echada hacia atrás abrió los ojos me miró y me dijo.
-Pufffff ha sido genial, hacia tiempo que no tenía uno así.
Yo la miré.
-¿Quien te ha dado permiso para tocarte?
-Nadie, he vuelto a ser mala?
-Si, pero ahora lo solucionamos. Baja
Nos bajamos, cogí de la mano y fuimos a buscar el ascensor. Subimos al piso, entramos, en un ambiente de tensión y expectación, cuando llegamos al salón la cogí del brazo fuerte, justo de debajo de la axila.
-¿Que te dije antes?
-Uffff no se me has dicho muchas cosas.
-Te dije que en los juegos quien ponía las reglas soy yo y te lo voy a dejar muy claro.
Cogida así del brazo la llevé hasta el rincón. Una vez allí le dije.
-Quiero ver la nariz tocando la pared y las manos detrás de la espalda aguantando el vestido levantado.
Lo hizo, fui a por el móvil, tenía el culo ligeramente enrojecido, le hice una foto. Me acerqué por detrás y empecé a acariciarle las nalgas, ella suspiró al sentir el contacto de mi mano en su culo desnudo.
-Te sigue poniendo cachonda que te sobe el culo?
-Puffff siempre ya lo sabes.
-Pues habrá que sensibilizarlo más.
Dejé de acariciarla, la cogí del brazo, la saqué a la fuerza casi del rincón, la llevé hasta el sofá, la puse de nuevo en mis rodillas, le levanté el vestido y vuelta a empezar con la lluvia de azotes, ahora ya protegido por la intimidad de casa, no paré de darle hasta ponérselo incandescente, hasta dejárselo de un tono que con la luz apagada estoy seguro que se hubiera distinguido igual, pero la luz estaba encendida como yo, y fue acabar hacer que se levantara y llevarla del brazo otra vez a la pared, solo que ahora la dejé y poco apartada y le dije.
-Piernas abiertas, las manos detrás de espalda sujetando el vestido levantado y la nariz rozando la pared.
Lo hizo, eso hacía que tuviera que inclinar la espalda, exponiendo el culo rojo. Fui a por el móvil, le hice varias fotos, de lejos perspectiva general, de cerca que se viera bien el culo rojo y el coño mojado, incluso le hice una separándole los labios con mis dedos.
-Querías una sesión de fotos, pues la vas a tener doble.
Me senté y la dejé un rato así, no se quejó para nada, aquel día le podía más la excitación. Hasta que le dije.
-Sal del rincón, te quiero ver con el cuerpo doblado sobre la mesa y el culo bien expuesto, voy a por la regla, para que ella te enseñe quien pone las reglas en los juegos.
Me levanté y fui a la habitación a por la regla de madera de 60 cm, cuando entré de nuevo en el salón estaba en la posición exactamente como le había dicho, me puse detrás y empecé a acariciarle el culo con la regla.
-Te he dicho que tienes un culo precioso?, ideal para azotarlo.
Le seguía acariciando el culo y los muslos con la regla y también de vez en cuando le pasaba el canto por entre los labios del coño, así estuve un rato. Hasta que empecé a azotarla, bueno más bien fue un azote seco y duro, tras el cual volví a empezar a acariciarla con la regla unos segundos y otro azote repentino, los primeros diez ni se inmutó, solo a partir de la docena empezó a moverse y dar algún síntoma de incomodidad, al que hizo veinte paré, puse la regla en su espalda, y empecé a pasarle los dedos suavemente por el culo, por las marcas y le dije.
-Empiezas a tener claro, quien marca las reglas en el juego o tengo que hacer que la regla marqué tu culo?
Dijo algo que entendí como un si.
Dejé de acariciarla y fui a por la cámara, le hice otra tirada de fotos sobre la mesa, con el vestido levantado y el culo marcado. La ayudé a levantarse, la cogí de la mano, el vestido cayó a su sitio, en todo momento iba vestido como las fotos, la acompañé hasta la cama, allí la hice tumbarse boca abajo en la cama, cuando estuvo, le levanté otra vez el vestido por encima de la cintura, fui a por crema hidratante y empecé a ponérsela despacio por todas las nalgas extendiéndola con mis dedos hasta que se quedaron secas y volví a ponerle otra vez y ahí me dijo.
-Te he dicho que me encanta que me sobes el culo?
-Si y te vas a hartar hoy.
Entonces le separé las nalgas y también le puse crema entre las nalgas, con el índice empecé a hacerle un masaje muy suave alrededor de ano, rozando con la yema del dedo la piel rugosa, eso hizo que se le erizara la piel...
-Vaya no parece molestarte mucho ¿verdad?
-Tu que crees?
No contesté le metí el dedo en el culito, gimió y dijo algo
-Cabrón...
-Si te gusta
Empecé a mover el dedo dentro de su culo, girándolo, metiendo y sacándolo, hasta que se relajó del todo, quiso llevar su mano al coño, pero se la quité.
-Todo a su momento señorita, las reglas las pongo yo.
Le saqué el dedo, abrí el cajón de la mesilla y cogí de el algo que lubriqué bien de crema, eran unas bolas anales de silicona, 5 en total de menor grosor a mayor, pero sin tener excesivo grosor, le separé de nuevo las nalgas rojas le metí la primera bola, suspiro, la segunda, la tercera, con tres dentro de su culo ya, jugué un poco con ellas dándole golpecitos con la mano y entonces le dije:
-Relaja
Y despacio le metí las dos últimas las más gruesas, con ellas dentro comprobé como estaba de excitada y le dije:
-Date la vuelta
Lo hizo.
-Piernas bien abiertas.
Cogí el móvil una nueva sesión de fotos, desde delante con las piernas bien abiertas. Entonces fui al armario cogí el micro, el hitachi, se lo di y le dije:
-Ahora si quiero que te corras es más voy a grabarlo para mi....
Ella cogió el hitachi lo puso entre sus piernas y le dio a la vibración, yo me puse a grabar, enseguida empezó a gemir, cerró los ojos y apretó más el hitachi contra su coño al vez que movía sus caderas, hasta que se corrió....
Continuará.
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