Intuición.

Hay días que sabes que si o si, la cosa pinta a final esperado, lo bueno es que lo ves venir y a veces te queda la duda si debiste haberlo cortado antes o no.

Todo empezó el día antes, viernes semana dura, el mejor plan duchita, cena y sofá eso hicimos, los dos cansados, pues tardamos poco en caer, de hecho ella estaba dormida cuando le propuse irnos a la cama, pero esa cabezonería/orgullo hizo que me dijera que fuera tirando que estaba terminando de ver lo que hacían en la tele. Yo me fui y no recuerdo más hasta el día siguiente, de hecho me despertó ella debían ser las 7 o así.

-¿Que haces levantada tan pronto?
-¿Levantada? me dejaste durmiendo en el sofá ahora me he despertado, gracias.

Se metió en la cama toda digna y yo me quedé flipando, solo que un sábado a las 7 de la mañana, como que no me apetecía discutir.

Nos quedamos un rato más en la cama, pero cuando nos levantamos, tenía aquel carácter insoportable, la excusa: que había dormido fatal en el sofá y según ella por mi culpa. No entré, pero la soporté todo el día buscándole la vuelta a todo, del mal humor y perezosa, le propuse varios planes, pero los rechazó todos. Hasta que a media tarde agobiado de estar encerrado y de aguantar su humor, le dije que me iba a dar una vuelta y me fui ante su total indiferencia.

Bajé dando un paseo a una terracita que había a unos diez minutos andando de casa, alargué el paseo un poco más, me tomé un par de cañas y decidí coger unas pizzas haber si así se le pasaba.

Al llegar a casa, dejé las pizzas en la cocina y entonces la vi salir de la habitación, solo con una camiseta y descalza.

-Iba a llamarte ahora, voy a arreglarme un poco que hemos quedado a las 10 con Maria y Sergio

No me lo podía creer, ¿en serio?. Después de todo el día de negativas y la cara hasta el suelo ahora cuando yo ya había desistido la "señorita" quería salir.

-¿Ahora quieres salir? ¿Ya no estás cansada?
-Venga va....un día malo lo tiene cualquiera.
-Lo sé pero ahora no vamos a ninguna parte. Así que ya puedes llamar a María y Sergio y decirle que no vamos.

Entonces tiró de la estrategia "no he roto un plato" me puso morritos y carita y me dijo.

-Vaaa que llevo todo el día encerrada.
-Porqué te ha dado la gana
-Pero es que estaba cansada....vaaaa que te cuesta.

No dije nada simplemente me saqué el móvil del bolsillo, lo trasteé y me lo llevé a la oreja y con ella mirándome desde la puerta del baño, dije algo.

-Hola Sergio que tal? Oye que al final no vamos, yo no estoy muy fino lo siento.

La conversación se alargó un poco más, y colgué. Su cara había cambiado, ahora era de enfado "pataletero". No dijo nada, simplemente se fue a la habitación y cerró de un portazo. Cogí aire profundamente conté hasta 10 o hasta 100, me fui para la  habitación, allí estaba tirada en la cama trasteando el móvil como una adolescente y le dije con mucha calma pero firmeza.

-He cogido pizzas para cenar, deben estar frías, así que les doy un golpe de horno, en 10 minutos cenamos.

Y cerré la puerta despacio, era mi forma de decir, hasta aquí.

Me fui a la cocina encendí el horno, calenté la pizzas, puse la mesa y para mi sorpresa escuché abrirse la puerta de la habitación y apareció en el comedor, se sentó eso si seria y sin decir nada, nos pusimos a cenar, a medio cenar el silencio me estaba poniendo de los nervios y le dije:

-Piensas estar así toda la noche?
-A ver si ahora voy a tener que estar sonriente y feliz, si estoy enfadada estoy enfadada punto y si no te gusta ya sabes, con no dirigirme la palabra....
-Buffffff vigila esos modales y ya no te aviso más.

No me contestó se puso a trastear el móvil que había dejado en la mesa y ya no me habló más el resto de la cena, al terminar le dije.

-He preparado yo, recoges tú.

Dejó el móvil y recogió, cuando terminó yo estaba sentado en el sofá, viendo que hacían e hice un intento más.

-Te apetece ver alguna peli?
-No, pon lo que quieras no voy a tardar en irme a la cama.

Y siguió con el móvil, vi que daban y la dejé en un documental histórico que me pareció interesante, no tardó ni 5 minutos en protestar.

-Piensas dejar eso ?
-Si por?
-Porque es un coñazo.
-Haberlo pensado antes, te pregunté y dijiste que daba igual, pues decido yo.
-Vale.

Siguió con el movil, pero a los dos minutos se levantó, volvió con un refresco, lo dejó encima de la mesilla y se quedó de pie tecleando con el móvil tapándome la tele. Me la quedé mirando y se percató, levantó la vista del móvil y dijo ya poniendo sonrisa de traviesa.

-Upsss perdón

Y se apartó, pero siguió de pie, empezaba a ponerme nervioso.

-Te puedes sentar por favor?
-A ti que más te da...
-Tienes que estar de pie chateando.
-Llevo todo el día tumbada y además tengo que tragarme el puto coñazo que estás viendo.
-Nena esa boca...

Siguió con el móvil y ya entonces no pude más, me levanté la arranqué el móvil de las manos lo dejé en la mesilla, la cogí de la mano le di la vuelta y le solté un par de azotes que debieron escucharse en todo el edificio, además como se movía el segundo le cayó en el muslo.

-Ya me has cansado, es más me arrepiento de no haberlo hecho antes.

Se había soltado y se había quedado contra la pared, frotándose el muslo y la nalga y mirando al suelo.

-Ahora no dices nada?, llevas todo el santo día dando por saco y ahora te vas a quedar callada?, pues nada a pensar.

Como estaba ya en la pared, la cogí le di la vuelta la puse mirando a la pared, las manos encima de la cabeza y le dije.

-Voy a terminar de ver tranquilo el documental, pobre de ti que vuelvas a incordiar y cuando termine vamos a tener una conversación tu y yo.

Me senté y me puse a ver la tele. Los 20 minutos de documental que faltaban, de vez en cuando le echaba una mirada, así con las manos encima de la cabeza la camiseta ya corta de por si, se levantaba un poco mas y dejaba ver el nacimiento de sus nalgas y en uno de sus muslos mis dedos marcados. Cuando acabo el documental (esperé hasta que terminaron los créditos) la llamé.

-Ven aquí.

Se acercó  y se quedó tras la mesilla.

-He dicho aquí (le dije señalando mis piernas) a diez centímetros de aquí. Y no me hagas ir a buscarte.

Se acercó, la miré muy serio y le dije.

-Llevas todo el puñetero día buscando una zurra, pues enhorabuena. Objetivo cumplido.
-Santi.....estaba cansada de verdad
-Llevas sujetador?

Me miró con cara de extrañeza.

-Si por?
-Quitátelo y dámelo

Lo hizo por debajo de la camiseta, se lo quitó y me lo dio. Lo dejé en la mesilla.

-El tanga o las braguitas lo quiero ver en las rodillas.
-Pufffff

Su queja fue replicada con un par de azotes que no esperaba.

-No tengo toda la noche.

Metió las manos por debajo de la camiseta y se bajó la ropa interior hasta por encima de las rodillas, ya ruborizada.

-Ahora a mis rodillas.
-Joder Santi...

Tirón y a mis rodillas.

-Levanta la camiseta quiero ver ese culo para ponértelo como un tomate.

Como tardaba algo en cumplir la "orden" unos rápidos azotes en los muslos totalmente descubiertos bastaron para que "entendiese" que no estaba de bromas. Llevó las manos al final de la camiseta y la levantó descubriendo su culo a la vez que se quejaba como imitando un sollozo.

-Guárdate los pucheritos para dentro de un rato que entonces igual tienen razón de ser.

Entonces apagué la tele, yo sabía que el ruido, que la posibilidad de que pudieran oírnos los vecinos la perturbaba mucho.

-Pon la tele "por fa" que nos van a oír los vecinos.
-Mejor, así sabrán que tienen una vecina, que se porta como una cría y de vez en cuando hay que ponerle el culo rojo.

Y entonces si empecé a azotarla con la mano sobre el culo desnudo, con la tele apagada y en silencio, el escándalo de los azotes constantes era bastante aparatoso, pero formaba parte del castigo. Y además aquel día me tenía calentito así que no tuve muchos miramientos y desde el principio le di con ganas y así estuve varios minutos sin parar, hasta ponerle el culo bien rojo y entonces jadeante detener la zurra, la tuve como un minuto en mis rodillas aún mirando su culo bien rojo antes de decirle.

-Vete la rincón un rato más y que se te vea el culo rojo.

Se levantó y obediente se fue al rincón, una vez allí suspiró y poniendo las manos en la espalda sujetó la camiseta levantada.

-Has visto que dócil te vuelves cuando tienes el culo rojo?

No contestó, y ahí la dejé solo que mucho menos tiempo que antes. Ni cinco minutos y la fui a buscar. La cogí de la mano y tiré de ella, casí arrastrando ya que caminaba con el tanga a media pierna, del comedor al baño, sin soltarla cogí el cepillo de madera cuadrado de detrás de la puerta, con el cepillo en una mano y tirando de ella con la otra entramos en la habitación, alli la solté y le dije gesticulando con el cepillo amenazador en mi mano.

-Desde que te has levantado hoy, sabía que esto iba a acabar así, lo que no sabía es que ibas a ser tan insistente, pues nada "señorita" ya me encargo yo que otro día "suavices" ese orgullo antes. Siéntate en el borde de la cama.

Lo hizo aunque descolocada.

-Tumbada boca arriba.

Me miró extrañada, suavemente le empujé un hombro y dejó caer la  espalda. Entonces le dije.

-Levanta las piernas.

Y ahí ató cabos, nunca la había zurrado en esa posición, pero aquel día merecía algo "especial" sonrojada levantó las piernas, que enseguida sujeté, con la otra mano. Aquella posición era muy humillante, por la exposición, podía ver perfectamente su sexo por delante, también el ano y al quedar la piel estirada, los azotes picaban más y tenía muy accesible la zona baja del culo y los muslos.

- Donde se habrá quedado ahora ese carácter...

Empecé a darle con el cepillo, sujetandola fuerte por los tobillos, el cepillo impactaba todo el rato en la zona de frontera entre muslos y culo, que es especialmente dolorosa y más tras un buen rato de insistir y empezó a quejarse en cada azote, pero también en esa posición podía ver su sexo hinchado y jugoso de la excitación, seguí una veintena más de azotes para asegurarme bien que iba a dormir boca abajo aquella noche y paré, cogí el cepillo al revés y empecé a pasarle el mango entre los labios.

-¿Has aprendido la lección o tengo que seguir un rato más con el cepillo?

Dijo un "si" suave pero convincente entre jadeos, tiré el cepillo en la cama.

-¿Como acaban en esta casa los días tontos?

En ese momento le separaba con el pulgar y el índice los labios del sexo....

-Conmigo con el culo rojo...
-Con el culo rojo y cachonda...

Estaba tan mojada, que cuando llevé un par de dedos la entrada del coño, se podría decir que resbalaron hacía dentro y enseguida empecé un mete-saca con ellos (corazón e indice) mientras el pulgar le frotaba el clítoris. Tras unos segundos empezó a gemir y aumenté la velocidad, sonaba ese sonido a sexo húmedo tan caracteristico como una especie de chapoteo al ritmo de mis dedos...

-Crees que te mereces el premio?

No dijo nada y entonces bajé la velocidad hasta casi cero y le dije.

-No estaría mal teniendo en cuenta como te has portado hoy, que pidieras permiso, es más como te corras sin pedirlo, cogeré el cepillo otra vez.

Entonces aumenté la velocidad de nuevo, unos segundos después con la voz entrecortado la escuché decir.

-Santi...dame permiso para correrme por favor...

Entonces paré, le saqué los dedos y dejé caer las piernas.

-No te muevas.

Salí de la habitación, me fui al baño, y volví con la crema hidratante, me puse un buen chorro sobre la mano derecha, le hice levantar las piernas de nuevo, las sujeté con la izquierda y le puse cremita fresca en todo el culo, al terminar separé de nuevo sus labios...

-Crees que te lo mereces?

No dijo nada, le di unos azotitos en el sexo, que en el fondo aun la pusieron más cachonda, abrí el cajón de la mesilla de noche y cogí un plug pequeño de los tipo joya, lo pasé entre sus labios, le metí en el coño un par de veces, pero su destino era otro y ahí fue a su culo, con la lubricación natural suya, entró despacio cuando pasó la zona más ancha,  un empujoncito y todo dentro acompañado de un gemido mitad placer, mitad molestia.....con el plug en el culo, le separé de nuevo los labios y le dije:

-Hoy estás castigada, a ver si mañana tienes mejor humor, es tarde ya así que a dormir.

Continuará...