domingo, 28 de abril de 2019
Pataletas a ciertas edades.
Nunca pensé que en principio un buen plan terminaría como terminó, hay veces que lo intuyes, pero no aquella ni era mi intención. Todo empezó con un mensaje el viernes.
-Hola nena!!!!, como llegaré un poco tarde, te apetece si nos vamos al cine del centro comercial, vemos una peli y cenamos algo allí ya?
-Genial!!!!
-Pues nada llego sobre las 8, estate preparada y ya ni subo, te bajas y nos vamos.
-Ok perfecto
-Coges tu las entradas? Así no hacemos cola en taquillas?
-Cógelas mejor.
-Ok, pues ya está hablado.
Seguí el plan previsto compré las entradas por adelantado y 5 minutos antes de pasar a recogerla la avise para que bajase, un par de minutos de espera y apareció arreglada y a punto, nos dimos un beso y nos fuimos para el centro comercial, charlando tranquila y animadamente. Llegamos aparcamos el coche y nos fuimos directos en busca del multisalas, íbamos un poco justos de tiempo, así que sin entretenernos directos y ahí fue cuando noté algo raro por primera vez, al entrar, ella iba hacia la sala 2 y le dije.
-Nena, nosotros vamos a la 3.
Me miró como extrañada pero no dijo nada, nos acomodamos en la sala y a ver la peli, pero algo había cambiado, le hice algún comentario y ni me contestó es más en algún momento le quise meter mano y me apartó la mano con ese carácter tan suyo, en aquel momento no le di más importancia igual estaba absorta con la peli pensé. Cuando terminó y salimos le dije.
-¿Donde te apetece cenar?
Me respondió seca.
-La verdad es que se me ha quitado el hambre, yo me iría a casa ya.
-Joder, ya que hemos venido cenamos y hacemos la gracia completa
-Pues eso, donde tu quieras me da igual
Ahí si empecé a sospechar que algo pasaba. Al final terminamos en uno de esos fast foods con algo más de glamour que el típico McDonalds, pero fast food de cadena al fin y al cabo, cogimos mesa fuera, porque tenían de aquellas estufas en forma de seta. Yo me miraba la carta y cuando levanté la vista la vi de brazos cruzados con la mirada perdida, piernas cruzadas también, en lenguaje no verbal eso significa "ahora mismo soy un muro para ti" y le dije por primera vez.
-¿Te pasa algo?
-No nada, estoy cansada.
-Vas a comer no?
-Si algo comeré.
-Pues decide y pido
-Lo que tu quieras
Le propuse algo de la carta y me dijo fría y seca.
-Vale
Fui a pedir y mientras esperaba, intenté conversar con ella, en plan "buen rollo" sus respuestas se limitaron a monosílabos y lo peor a veces indiferencia, estuve a punto de saltar, pero en ese momento nos servían y empecé a comer. Ella ni se miró el plato.
-No vas a comer?
-Ya te he dicho que no tenía mucha hambre
Ahí si que no pude más y le dije.
-Se puede saber que cojones te pasa?
-Pschtttttt no la lies que no estamos solos y no me pasa nada.
En la terraza de unas 20 mesas, solo habían 3 ocupadas contando la nuestra
-No lio nada nena, pero no entiendo esta actitud la verdad, has estado bien hasta que hemos entrado y de repente de un borde que no hay quien te aguante
-Pues ya sabes, si no quieres aguantar, ya sabes
-Puffffff igual si hablas, lo puedo entender, pero así en plan coraza imposible.
-Da igual lo que te pueda decir ya no tiene arreglo, así que para que hablar.
-Por respeto tal vez?
-Pues el mismo que has tenido tu al elegir la peli
-¿Como?
-Ya me has escuchado.
-¿Querías ver otra peli?
-Si
-Joder te dije coge las entradas tu y me dijiste que no
-Ya, pero podías haber preguntado
-A ver que me aclare, toda esta pataleta de niña pequeña enfurruñada es por la puta peli?
-A ti te parecerá una tontería pero a mi no
-Nena, cuantas veces has elegido tu y no pasa nada, a mi me gusta estar contigo.
-Si, si muy romántico todo
Y soltó esa carcajada irónica que tanto me enciende y ahí no pude más.
-Levántate
-¿Que?
-Que te levantes o te levanto yo
-Puffff porque paso de numeritos, que quieres ketchup?
Se levantó y tal y como lo hizo le solté dos azotes en el culo que se sintieron en toda la terraza de hecho una de las mesas nos miró.
-Siéntate cena como una adulta y del color del ketchup te voy a dejar el culo cuando lleguemos a casa.
Supongo que no se lo esperaba y se sentó avergonzada, mirando la mesa que nos había mirado de reojo y empezó a comer algo. Se hizo un silencio repentino, yo me terminé la cena tranquilamente y ella algo comió cuando terminé me fui a pagar, todo esto en silencio, vamos sin hablarnos, de vuelta le dije.
-¿Vas a cenar más?
-No ya estoy
-Pues andando para casa
-Tengo que ir al baño antes
-Llevas aquí una hora de morros y te acuerdas ahora de que tienes que ir al baño, hay un cuarto hasta casa, así que marchando.
Yo mismo cogí el bolso y me siguió, ella llevaba un vestido como de punto negro, medias negras de las tupidas y unas botas marrones. La cogí de la mano con fuerza y cuando estábamos llegando al coche me dijo.
-Puffff tengo que volver me hago pis en serio
La cogí de la mano la llevé entre dos coches y le dije.
-Te portas como una niña caprichosa, pues como tal te voy a tratar, tienes ganas de mear, pues hala
-Aquí?
-No hay nadie, no te tienes tanta urgencia?
Se lo pensó, lo cual quería decir que si, pero no le iba a permitir volver al centro comercial. Y rechistando cedió se levantó el vestido, se bajó las medias y la ropa interior, se agachó entre los dos coches e hizo pis mientras yo vigilaba. Al terminar se volvió a vestir y en cuanto estuvo, la cogí de la mano otra vez y para el coche. Nada más montarnos, creo que empezó a entender y me dijo
-¿Estás enfadado?
-Yo nunca me enfado ya lo sabes.
-Vale lo siento, me he pasado, no era para tanto, pero he reaccionado así.
-Me parece muy bien, cada cual es como es
-Si estás enfadado
-No, ya te lo he dicho.
-De verdad que lo siento, me portado como una niña caprichosa.
-Vale es un avance, pero no le demos más vueltas
-Vale Total que llegamos a casa y se podía apreciar un cambio de actitud en ella, pero fue abrir la puerta y me dijo algo.
-Lo de ponerme el culo como el ketchup ¿iba en serio?
No contesté, cerré la puerta le quité el bolso lo dejé en el suelo, la cogí del brazo la puse por delante de mi y la llevé a azotes hasta el comedor, vamos todo el pasillo y todo el comedor dándole a la vez que ella intentaba evitar, hasta llegar al rincón.
-Al igual que yo conozco tu carácter, tu deberías saber ya, que no amenazo en balde. Así que ni se te ocurra moverte de aquí, hasta que te llame y el ketchup es demasiado claro para como te voy a poner el culo esta noche.
Ahí la dejé en el rincón, yo me fui al baño a por el cepillo, me senté y le dije.
-¿Sabes? he estado pensando y enfadado no estoy, solo que te voy a pagar con la misma moneda pèro a mi manera a ver que te parece y la misma oportunidad que me has dado tu, para intentar reconducir una noche que pretendía diferente, pero que tu pataleta me ha desmontado, es la misma que te voy a dar yo ahora, así que ya puedes empezar a levantarte el vestido y bajarte las medias y lo que lleves debajo, quiero ver ese culito blanco en el rincón, porque ya te ti digo que blanco va a estar poco rato.
Probablemente en otra circunstancia, se hubiera negado, resistido o al menos protestado, aquella vez lo hizo, se levantó el vestido, se bajó las medias y la ropa interior y esperó allí quieta en el rincón. Yo de vez en cuando en unos largos minutos hacia sonar el cepillo contra mi mano, porque aunuqe no viera, pudiera saber lo que le esperaba. Hasta que la llamé, salió del rincón y vino hacía mi con cara de preocupación. No le dije nada, como ella antes, con un gesto le indiqué mis rodillas, rechistó algo, pero se puso, además sabía porque tenía el cepillo en la mano que no habria calentamiento. Solo tuve una pequeña concesión aquel día y fue empezar a usar el cepillo de manera muy muy progresiva, flojito y lento, hasta que el culo sin protección le cogió color y entonces ya si empecé a usarlo con la intención que picara y bien, vamos de ponerle el culo al rojo vivo, que además se que teme especialmente la "mordedura" del cepillo.
Fue una azotaina dura eso si sin resistencia, de aquellas que llega un punto que a cada azote la piel se pone blanca un instante y enseguida se enrojece cada vez más oscura. Cuando paré sabía que aquello tenía que quemarle y para que bajara un poco otro ratito al rincón. Sin frotarse claro y aguantando el vestido levantado. Un poco más de tiempo del normal sobre 10 minutos. Mientras preparé el apoyabrazos del sofá, me encanta esa posición, pero además es que puse un cojín encima para que aun al colocarse el culo le quedase más levantado. La llamé y antes de hacer que se pusiera le dije.
-Uno de tus problemas es que a veces muerdes primero y luego preguntas, a ver como te sienta que te lo hagan a ti. Ya sabes en posición culo bien levantado.
Lo hizo se colocó sobre el reposabrazos, que con el cojín aun hacía que le quedase más expuesto el ya de por si culo magullado del cepillo. Nada más ponerse me desabroché el cinturón de cuero negro, lo saqué del pantalón, lo doblé y lo dejé un momento sobre su espalda para remangarme, cuando lo volví a coger, no dije ni tan siquiera un número, simplemente empecé a zurrarle el culo desnudo con el. Despacio no había prisa, de azote en azote para que los sintiera bien. Tras unos cuantos paré, solo para terminar de bajarle todo justo hasta las botas y empezar de nuevo, el sonido del cinturón de cuero impactando con la piel desnuda es muy especial y poco a poco se fueron dibujando en su piel unas franjas rectangulares de color granate alli donde impactaba el cinturón y si aquel día busqué agotarla, llegar a ese punto de límite de aguante, de rendición absoluta, eso se percibe y cuando lo percibí paré. Me senté en el pequeño hueco que quedaba en el sofá, ella seguía en la posición, le acaricié el pelo y la cara sin decir nada, pero a la vez dejando que sintiera el culo palpitar de la azotaina severa que le acababa de dar.
Cuando ya la noté más tranquila, la ayudé a levantarse, le di un abrazo y por primera vez le empecé a pasar suavemente las manos una en por cada nalga, sabía que debían quemarle y que esas caricias seguro le sabían a gloria. Así estuvimos un rato en absoluto silencio hasta que le dije. -Vete para la habitación desnúdate y espera boca abajo en la cama. Ella se fue para la habitación y yo para el baño. De vuelta llevaba conmigo las cremas, ella tumbada boca abajo me esperaba, para ese alivio, suspiro al notar los dos chorreones de crema fresquita caer en sus nalgas marcadas, empecé a exténderselos despacio y con mimo y empezamos a hablar. Me reconoció que había cogido una pataleta tonta, yo seguí sobándole el culo un largo rato y claro tarde o temprano acabé "comprobando" su coño, también caliente, rojo y húmedo pero por otros motivos y entonces me dijo.
-Llevo así desde que me hiciste levantar en el restaurante y me diste aquel par de azotes allí, me dio mucha vergüenza pero me excitó tanto....luego ya para rematar cuando me pusiste a hacer pis entre los dos coches y me dijiste aquello de "si te portas como una niña, te trataré como una niña....pufffff"
-Pues vas a tener que aguantar al menos hasta mañana, es más vas a dormir con compañía en tu cuerpo.
En aquel momento, cogí un plug pequeño metálico, le separé las nalgas y se lo metí en el culo.
-Mañana por la mañana te lo quitaré e igual entonces me lo pienso y te trato como a una mujer, hoy no te lo has ganado.
No dijo nada, y seguí sobándole el culo, hasta que se quedo dormida.
Continuará.
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Me encanta el erotismo de esta historia. El arco de la tension que crea la amenaza de castigo y su cumplimiento es muy eficaz.
ResponderEliminarYo amo a ese hombre. Me fascinan todos los relatos.
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