martes, 30 de abril de 2019

Cuatro dedos por encima de las rodillas.





Hoy mas que hablar de una sensación propia, voy a escribir sobre como vivo y analizo yo una sensación percibida, se que es arriesgado pero me parece interesante.

Si hiciéramos una encuesta sobre el momento más perturbador de un juego y pertubardor puede ser excitante, aunque no la principal. El mas perturbador de forma mayoritaria por spankers y spankees seria el momento concreto de bajar la ropa interior. Esta idea ya nos da una pista de por donde va la entrada.

Bajar las bragas en un juego de spanking es algo mas que acto necesario para tener acceso directo a lo que se quiere, es todo un ritual encaminado a provocar toda un serie de sensaciones y efectos secundarios. Y os pongo un ejemplo ese mismo acto es inevitable o casi, para tener sexo, sin embargo ahí no tiene ese efecto perturbador,  son distintas urgencias. Ya he contado en alguna ocasión, la sorpresa que me ha causado descubrir como la desnudez total, en la intimidad y la confianza no causa pudor y sin embargo esas mismas personas si me han expresado pudor en el momento concreto de bajar la ropa interior . Vamos a intentar ver porque perturba tanto ese gesto, esa acción.

En primer lugar como os decía antes, el acto de bajar la ropa interior en el spanking es todo un ritual y como tal tiene varios frentes. Para empezar rara vez quitamos la ropa interior del todo, simplemente la bajamos y hasta donde las dejamos, puede crear distintas perturbaciones. En caso por ejemplo, considero que la zona ideal para dejarla es siempre por encima de las rodillas al menos inicialmente, osea destapando lo justo. Eso crea un marco de visión, dos lineas de ropa, que delimitan una espacio de piel desnuda muy concreto y que dentro de ese marco queda expuesto. Eso puede explicar porque da mas pudor que la desnudez completa. En la desnudez completa la atención de quien mira, esta repartida por todo el cuerpo, en el marco de ropa que crean las braguitas bajadas y la prenda que cubre la espalda, el centro de atención son las nalgas, que ya de por si son zona pudorosa y encima resaltada. La forma de bajarla y el lugar donde de dejarlas, también pueden dar pistas sobre el tipo de juego que viene. Por ejemplo una bajada lenta y dejándolas perfectamente colocadas encima de las rodillas pueden sugerir un juego más erótico y una brusca y hasta los tobillos una azotaina mas dura por ejemplo.

Así que ya tenemos que ese ritual de bajar la ropa interior lleva asociadas unas sensaciones: pudor, exposición y también que puede sugerir o anticipar como va a ser el juego, pero hay mas. Recuerdo una vez que leí una confesión en un blog de fuera, en la cual una spankee definiendo que sentía en ese momento concreto decía: "el descontrol mas absoluto, el hecho de ser consciente que no tienes ni el control ni de tus propias bragas". Descontrol y también la vulnerabilidad de saber que va a seguir a ese acto. También está claro que hay un componente de infantilización, pero no es mas que lo mismo, lo niños no tienen el control, lo tienen los adultos.

Para entender todo esto, tenemos que hacernos una pregunta curiosa, ¿en que otras ocasiones se baja la ropa interior pero no se quita?. La respuesta en muy sencilla, para aliviar las necesidades fisiológicas nada más. Habrá quien diga que para tener sexo, pero cuando eso pasa es más una cuestión de urgencia o falta de espacio que algo común, para tener sexo nos desnudamos. Eso crea una curiosa asociación que se expresa en los juegos, estoy convencido de ello.

Tenemos que remontar muy atrás en el tiempo, cuando apenas había ropa a lo sumo  unas pieles de animal para protegernos del frío. En aquellos tiempos el acto de aliviar las necesidades fisiológicas era uno de los momentos de mayor peligro ante posibles ataques de depredadores, por lo tanto el acto va asociado a la vulnerabilidad. Con la evolución, vinieron los ropajes cada vez más elaborados, sin embargo el agua corriente y los baños en casa son algo muy reciente y la  inmensa mayoría de la población durante siglos ha salido de la protección de las casas a aliviar sus necesidades fisiologicas, lo que iba asociado al peligro de ser sorprendido en digamos que tan vergonzante e intima actitud. Es muy probable que la sensación de vulnerabilidad  tenga mucho que ver con lo que acabo de contar. Pero no es la única, el alivio de las necesidades fisiológicas, es una forma de placer arcaica, una de las primeras formas de placer que conocemos en nuestra vida y que esta asociado precisamente a eso, al control y a la disciplina. En el momento en que nos introducen que hay un lugar para eso y que ademas tenemos que aprender a aguantarnos a veces. De ahí lo mas seguro nazca el porque casan tan bien y son tan habituales entre quienes practicamos el spanking introducir en los juegos anales. Ya sean sexualmente anales, (juguetes, penetración....) o psiquícamente anales, en forma de retención, de aguantar al máximo la excitación, hasta no poder mas prácticamente y descontrolar. Y es que te bajen las bragas va asociado a la vez a dos conceptos que parecen antagónicos, es nuestro primer contacto con la disciplina a la vez que con el placer. Además ese primer contacto tiene  un añadido, el del adulto que impone las normas y que se hace con el control del propio cuerpo.

No hay ninguna necesidad de bajar un tanga para dar unos azotes, sin embargo todos lo hacemos ¿ o no?.

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