sábado, 24 de febrero de 2018

Quien siembra recoge (La libreta IX)






Aquel fin de semana no nos podíamos ver, yo tenia un viaje relámpago, un palizón de carretera por un asunto personal, así que nada, había que esperar unos días. Salía el viernes y retornaba el domingo y el viernes por la tarde cuando ya estaba en ruta, en una parada me llamó.

-Hola como va el viaje?
-Hola bien....ya queda  menos y tú que tal? ya has salido?
-Si hace un rato, por cierto he quedado con Alicia esta noche para ir a un concierto de unos amigos de ella, que tocan en un bar.
-Pues genial, pasadlo muy bien que envidia.
-Y no te preocupes, que me quedo a dormir en su casa
-Asi me gusta chica responsable
-Como siempre papá.
-Tenéis pensado volver muy tarde?
-Ya veremos...según vaya la noche.
-Muy bien, si vais a volver muy tarde cogeros un taxi, que Alicia vive en el quinto carajo y de la parada de bus a su casa hay un trozo.
-Que siiii papa
-Pues nada ya me contarás.
-Tu tambien cuidado con la carretera y que te sea leve
-Gracias guapa pasadlo muy bien.

Me puse en marcha otra vez, en parte contento que saliera un poco y despejara. Cuando llegué a mi destino le puse un mensaje para avisarla. Me contestó diciéndome que ya estaban cenando algo antes de ir al concierto y me envió una foto. Yo estuve un rato viendo la tele en la fría habitación de hotel y me quedé dormido. Al levantarme me di una ducha y mientras terminaba de vestirme cogí el móvil y vi que tenía varios mensajes de ella. Eran de pasadas las 3 de la mañana y decían.

-Ya nos vamos para casita. Lo hemos pasado genial, me he acordado mucho de ti, te hubiera gustado mucho. Por cierto nos acabamos de bajar del bus, hace un frio que no veas y nos queda un trocito andando, espero que no esté por aquí el hombre del saco jajajajajaja.

Al leerlo me reí pensé que debía ir contentita cuando lo escribió y no le di más importancia, pero desayunando ya despejado empecé a pensar, me releí el mensaje y comencé a darle otro contexto, me estaba provocando descaradamente, le había dicho que si volvían tarde cogiesen un taxi y no solo no lo había hecho, lo cual se podía haber callado perfectamente, sino que me escribía a las tres de la mañana para decírmelo y encima chichando...

Me fui a hacer las cosas que tenía que hacer sin contestar, imaginé que a esas horas aún estaría durmiendo y para hacer tiempo sobre mediodía aburrido en una ciudad desconocida entré a una tienda de estas de cosas del hogar, en plan franquicia y dando un vuelta vi algo que llamó mi atención era una tabla de estas de cortar quesos o embutidos, pero cuya forma tamaño y peso eran idénticos al de una paleta de madera, incluso el mango tenía un agujero para poder colgarla en la pared a imagen y semejanza de las palmetas que colgaban en las antiguas escuelas. Le hice una foto y se la envié acompañada de un texto.

-Ya he visto esta mañana, que no solo no me haces caso, sino que además te regodeas en ello, pues nada he encontrado algo que igual te hace cambiar de idea y que vas a probar proximamente.

Me contestó enseguida.

-Eso en tu mano, hace pinta peligrosa jajajajajajaja.
-Bueno pronto lo descubrirás y podrás opinar por ti misma.
-Joooo, que lo de ayer era una broma tampoco te pongas así.

Tarde unos diez minutos en contestar.

-Perdona que estaba pasando por caja, ¿entonces estabas de broma ayer?
-Siiiii
-Pues yo no....ya hablaremos de esto, pero hazte a la idea que el próximo fin de semana te voy a castigar. Te dejo que llego tarde a comer y me esperan, luego hablamos.

El resto del fin de semana ya no comentamos más el incidente, es más me preguntó alguna vez, pero cambié de tema, ya estaba todo dicho e ignorando el incidente sabía que provocaba que su cabeza fuera por libre.

La semana también transcurrió con normalidad sin mencionar para nada más la travesura del Viernes en el concierto, aunque estaba convencido que conforme se acercaba el día ella si debía tenerlo cada vez más presente y sobre todo mi silencio al respecto, no era tonta y sabía que ese silencio significaba que tenía algo maquinado.

La primera pista se la di el mismo día de reencontrarnos, apenas dos horas antes, cuando le puse un mensaje que decía:

-Te acuerdas de tu travesura del fin de semana pasado ¿verdad?. Pues como te dije va a ser castigada severamente para que no se vuelva a repetir. Así que cuando llegue te quiero vestida con la ropa de los castigos (osea con el uniforme) que es lo primero que vamos a hacer.

Se lo envié y no volví a contestar más aunque ella me envió algún mensaje. ¿Quería  jugar? pues muy bien íbamos a jugar solo que ahora con mis reglas.

Cuando llegué y abrí la puerta salió a recibirme, el primer objetivo cumplido, pues iba vestida con el uniforme completo incluidos los calcetines, me dio un abrazo al verme, y yo le dije.

-Te he dicho alguna vez que estás monísima vestida así?
-Entonces se te ha pasado el enfado?
-Yo no me enfado nunca, ya lo sabes, pero si me provocas eso tiene consecuencias ya lo sabes también o al menos deberías, así que mientras voy a dejar mis cosas y preparar otras, tu ya  puedes ir tirando al rincón. Va!!!!!

Ese va fue acompañado de un cachete entre el muslo y la nalga, que dejaba muy claras mis intenciones, para que no hubiera ningún tipo de duda.

Y lo entendió, yo me tomé todo mi tiempo, estuvo bien bien unos 20 minutos de reloj en el rincón, mientras yo preparaba todo lo necesario para el castigo que tenía pensado. Con todo preparado pero sin que se viera nada. Me fui hacía donde estaba. Cogí una silla y me senté en el centro de la estancia y entonces la llamé.

Salió del rincón debía estar ya aburrida, aunque estoy convencido que si hubiera metido las manos por debajo de la falda del uniforme me hubiera encontrado con las braguitas mojadas de la impaciencia y la incertidumbre. La hice acercarse hasta mi, justo hasta delante de mis rodillas, yo sentado y ella de pie.

-Supongo que te reíste mucho el viernes cuando me enviaste el mensaje ¿verdad?. Yo también me reí en un primer momento, pero luego empecé a pensar y ya no me hizo tanta gracia, por dos motivos. El primero es que evidentemente me estabas desobedeciendo y no solo eso sino que además te cachondeabas de eso. Y el segundo es que por hacer la gracia corriste un riesgo innecesario. ¿Tienes algo que decir?.

Tras alguna vacilación se arrancó y ruborizada dijo.

-Tampoco hay para tanto solo jugaba un poco...
-Ya es lo que tienen los juegos arriesgados que tienen riesgo, como va a descubrir ahora tu culo. Colócate tu  misma en mis rodillas, como te resulte  más cómodo porque vas a estar un buen rato.

Despacio se puso en mis rodillas, podía haber elegido la cama o el sofá donde hubiera estado más cómoda pero quería que aquel día se sintiese castigada y así en la silla como una niña traviesa daba más esa sensación de castigo. Una vez estuvo puesta en la posición empecé la azotaina, los primeros azotes fueron encima de la falda del uniforme, pero al tener vuelo enseguida coge aire y amortigua, así que a los pocos azotes se la levanté y continúe por encima de las braguitas, no tenía prisa fui haciendo, cuando me picaba la mano, hacia una pausa y le acariciaba los muslos, hasta que decidí que era el momento de bajarle las braguitas, lo hice ordenándole que colobarara levantando el culo y se las bajé los justo, hasta la mitad de lo muslos, no quería que entendiera un componente sexual en el castigo, no era necesario bajarlas más. Entonces seguí la azotaina a mano, larga muy larga, tuve que parar tres o cuatro veces porque a mi me picaba la mano y eso que cuando le bajé las braguitas ya tenía el culo bastante rojo, después de un largo rato insistiendo con la mano en el culo desnudo, si hubiera apagado la luz, creo que el rojo de su culo se hubiera visto. Entonces paré la azotaina y le dije

-Vuelve a rincón ahora de rodillas.

Lo hizo, aunque tuve que levantarme a enrollarle la falda del uniforme en su propia cintura, para que en todo momento mostrase su culo enrojecido por los azotes a causa de su travesura. Al querer darle ese componente de castigo, la tuve allí en esa incómoda y humillante posición más rato del habitual, otro cuarto de hora más o menos, en absoluto silencio. Pasado el tiempo me levanté con un cojín en la mano que puse encima de la mesa.

-Ven aquí.

Se levantó del  rincón suspirando aliviada. Antes le había advertido que bajo ningún concepto podía frotarse el culo y tuvo la tentación pero una mirada hizo que se quedara en eso.

-Inclínate sobre la mesa, quiero que las tetas toquen la mesa, puede usar el cojín para la cabeza.

Sin decir nada lo hizo, la mesa quedaba a la altura ideal, las piernas quedaban rectas y todo el tronco doblado sobre la mesa, exponian su culo. Una vez en la posición le levanté la falda por detrás y me fui a buscar la paleta. Con ella en la mano entré otra vez en la estancia, donde me esperaba en posición para recibir la segunda parte del castigo.

-Hoy no te voy a decir un número simplemente yo decidiré cuando es suficiente, eso si los vas a contar, así para otra vez sabré donde puedo llegar. ¿Esta claro?

Hizo un gesto afirmativo con la cabeza y yo me situé detrás, pasé la paleta varias veces como acariciando su culo rojo con ella y de repente cuando no se lo esperaba, le cayó el primer paletazo, con aquella paleta densa y pesada. Ella soltó una pequeña queja y contó

-Uno....

Conté mentalmente unos diez segundos, para que sintiera bien el azote y le apliqué el segundo azote. Siguiendo la misma técnica seguí, los 5 primeros los aguantó bien sin inmutarse, a partir del sexto, empezó a arquear un poco la espalda despues de cada azote y quejarse más, cuando llegué a la docena hice una pequeña pausa, dejé la paleta en la mesa y me fui a  observar como tenía el culo, dos grande círculos de color granate decoraban la p iel de la parte baja de su culo y el inicio de los muslos, le pasé suavemente la yema de los dedos por la zona y volvi a coger la paleta. Apunté y disparé esta vez si saltó levántandose incluso un poco y resoplando, le di unos segundos hasta que tajante le dije.

-Vuelve a la posición que aun no estamos.

Como pudo aguantó tres más sin moverse y eso que cada vez espaciaba más el tiempo entre azote y azote, pero a partir del que hacía 17 en cada azote no pudo evitar el levantarse y quejarse, fueron 5 más en total 22 azotes con la paleta, cuando decidí parar, deje la paleta encima de la mesa y simplemente miré los efectos del castigo, iba a estar unos días acordándose de las consecuencias de su provocación.

-Voy a guardar la paleta no te muevas, ni por supuesto te toques.

La tuve en la posición de castigo más rato del que hubiera tardado, con la idea que sintiera bien el picor y el escozor de castigo. De vuelta creo que imaginaba que llevaría conmigo algún tipo de alivio, en forma de toalla húmeda, crema....pero nada de eso aún, llevaba algo que pronto sabria que era. Me puse de nuevo detrás de ella con la mano izquierda separé sus nalgas palpitantes aun y con la derecha empecé a frotarle suave y despacio haciendo circulitos el ano con un plug de jengibre que había construido mientras estaba en el rincón al principio, empujando con el pulgar fui metiéndole el plug de jengibre, hasta dejar fuera el pequeño anillo sin pelar. Una vez dentro sin decir nada, la ayudé a levantarse y la puse otra vez en el rincón. Le puse las manos encima de la cabeza y le volví a enrollar la falda para que volviera a exponer su culo castigado y con una clara advertencia.

-Si se te cae el jengibre volverás a mis rodillas un rato.

Me senté a observar la escena, yo sabía que el jengibre le provocaba escozor, pero a la vez muchas ganas de sexo y que el castigo había sido duro y además tenía que estar pendiente de gestionar el dolor del azotaina, el escozor del  jengibre, además apretando para que no se cayera y la excitación que le chorreaba entre las piernas...demasiadas cosas que gestionar para alargarlo mucho, pero también quería darle a aquel juego, la perspectiva de lección, me quedé en el termino medio hasta que finalmente la llamé.

Yo estaba sentado en el sofa, con las piernas abiertas. Nada más llegar enfrente de mi, vi que llevaba su mano atrás evidentemente para sujetar el jengibre y evitar que cayera. Le quité la mano y lo hice yo momento en el que aproveché para comprobar lo excitada que estaba y le dije.

-Esto es un castigo, por lo que placer de mi parte de momento no vas a recibir, según te portes el resto de fin de semana te levanto el castigo, pero yo no estoy castigado y necesito desahogo, así que ya sabes.

No tuve que decirle nada más se arrodilló en el suelo, buscó mi cinturón, los desbrachó, después los vaqueros, sacó mi polla y me regaló una mamada con final feliz.

Cuando terminó, fui al baño y de vuelta si llevaba conmigo el kit de alivio, toalla húmeda y crema hidratante que la necesitaba, tras un largo masaje en su "castigado" culo volví a comprobar y seguía tan mojada como antes y entonces le dije.

-Voy a ser bueno, pero si quieres lo vas a hacer tu sola y el rincón...o eso o te va a tocar esperar que te levante el castigo.

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