martes, 11 de abril de 2017

Control.





Siempre he dicho que la principal cualidad que debe tener un spanker, es la de un momento determinado saber hacerse con el control de la situación. La entrada de ayer de Nadia, a su manera es lo que nos viene a contar, cuando nos habla de la desobediencia para llegar a la obediencia, lo que realmente nos está diciendo es que desea descontrolar o lo que es lo mismo, no tener el control de la situación.

Esa parte, creo que es más fácil de entender y que ya se ha escrito mucho de ella. El tipo de vida que llevamos, las obligaciones y responsabilidades del día a día, nos obligan a mantener constantemente el control. Dudo mucho que encontréis por aquí muchas personas que en su vida pública son caóticas desordenadas o irresponsables, más bien al contrario, encontrareis personas meticulosas, responsables y todo sea dicho que cierto miedo al juicio de terceros, lo que toda la vida se ha llamado una persona cumplidora. Aunque suele haber una excepción todo esa corrección de puertas hacia fuera, se suele tornar caos, en lo que respecta a aquellas cosas que solo afectan a si mismas. Vamos esa típica personalidad que a la hora de las obligaciones y las responsabilidades, van siempre por delante las que son para con los demás y ellas son las últimas de la lista.

En teoría eso es descontrol y podríamos pensar que si es lo que se pretende debería aliviar. Pues todo lo contrario ese es un descontrol molesto y frustrante. Por ahí nace una de las demandas de muchas personas a las que les gusta ese juego. Que alguien externo, ponga orden, por lo tanto control en ese caos. Eso explica el porque tiene tanto éxito, esa fantasía del spanker, que por llamarlo de algún modo, ponga "una lista de tareas".

Pero el control es mucha más cosas y aunque sea una palabra que a primera vista pueda indicar una invasión o falta de libertad a veces es todo lo contrario. Por ejemplo, el control puede ayudar a crear un marco de seguridad una zona de confort. Cuando nunca nadie te ha dicho que no, en especial en épocas digamos de crianza, esto puede generar sensación de estar perdido en la inmensidad, de nos saber bien, bien hasta donde puedes llegar y o bien autoregularte o bien vivir con esa angustia. Por eso tal y como nos contaba Nadia ayer, a veces lo que se busca en  un juego es tan simple como alguien que te diga que un no, una hasta aquí o un para. Esto último es muy importante en especial en aquellas personas que determinadas obligaciones se las toman de forma obsesiva, que haya quien sea capaz de hacerlas parar y mañana será otro día, puede ser un placentero.

Y es que como os decía antes control, no significa siempre normas, reglas, orden, a veces es algo tan agradable, como que alguien sea capaz de invertir un mal día para convertirlo en un momento divertido, que te haga olvidar ese mal día, eso también es control

Hecha esta introducción vamos a entrar en materia. ¿Como se vive el control desde el lado spanker?. ¿Que nos aporta?. ¿Somos unos irresponsables, desordenados, que compensamos eso jugando?. Pues no, somos realmente muy parecidos o al menos en mi caso es así. Solo que por norma general, no obtenemos recompensa, al revés se supone que es lo que tenemos que hacer  y de no hacerlo, seriamos golpeados con el látigo de la decepción. Ejerciendo el control conseguimos dos cosas:

Una controlando, nos controlamos, osea nos centramos en algo que nos es placentero y gratificante a nosotros y a la vez creamos una zona confort que es compartida, por lo tanto también para nosotros mismos.

Y la segunda, es que obtenemos una recompensa, por ese acto de control.

Cada vez estoy más convencido, que los juegos son una forma de erotización de una necesidad común a todos: la necesidad de atención y que la diferencia es como se consigue. Mientras desde un lado del juego, ceder el control implica además de una liberación, que existe alguien para quien tus cosas, incluso aquellas que digamos no te gustan de ti misma, son importantes y se implica en ellas. Desde el otro lado, el mio, controlar te hace sentir también importante y tenido en cuenta, hasta el punto de dejarte a ti la capacidad de decidir.

Una vez alguien me decía que le fascinaba, sentir como siempre yo parecía ir un paso por delante. Esta claro que esa sensación es la que pretendía, la de descontrol y en contrapunto a mi fascina la sensación de control, de ser capaz de anticiparme siempre, es un reto conmigo nosotros mismos, que compartimos de distinta manera, por eso empastamos tan bien.

Volviendo a Nadia y a la experiencia que nos contaba. Estoy absolutamente convencido, que esa misma escena final, en frío, no hubiera tenido nada de excitante, sin embargo ella misma reconoce que a partir de un determinado momento salta un resorte y eso se debe, a que ese momento le hizo sentir que no tenía nada de control y algo desagradable y nada erótico se transformó en algo excitante, tanto que solo pudo que rendirse sin condiciones. Pues ese es el reto del spanker, la rendición incondicional, el control absoluto de la situación.

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