jueves, 6 de abril de 2017

Castigada (Por A.).




-¿A. alguna vez te has sentido castigada en los juegos?
-Si claro, ¿y esa pregunta?
-Ya, pero me refería si alguna vez has tenido, la impresión que ese castigo buscaba una corrección de verdad
-Alguna vez sí.
-Joder, pues eso me lo tienes que contar en una entrada.
-Eso es muy difícil.
- Te espabilas, para el jueves la quiero.
Así mas o menos fue una conversación de la semana pasada con el "jefe", a veces no se como puedo ser tan inocente y meterme yo solita en la boca del lobo. He estado haciendo varios borradores de lo que quiero contar y no me acaban de convencer, ya que me pongo a hacerlo me gustaría que se me entendiera y la mejor manera para conseguirlo que se me ocurre, es contar una anécdota real, que aunque me da mucha vergüenza, creo que es la manera en que me vais a entender mejor.

Estaba de rodillas en el rincón, la posición es ya de por si incomoda cuando llevas un rato, y mas aun cuando tienes que estar con las manos encima del cabeza, ademas de incomoda es humillante y todavía mas, cuando tienes la falda enrollada sobre ella misma y las medias y las braguitas bajadas, pero en aquel momento no sentía ninguna de esas sensaciones, ni la incomodidad de la posición, ni la vergüenza de estar como estaba, la sensación que mas sentía era el quemor en mi culo insoportable, tanto que ni sentía el juguete que se alojaba en su interior, en aquel momento solo tenia ganas de aliviar ese quemor, todo lo demás me daba igual.

Toda esa situación, había empezado unas semanas antes, un día sin esperarlo, el apareció con un nuevo juguete: una paleta de las grandes y con agujeros. Habíamos hablado en algún ocasión de aquel juguete, a mi me resultaba muy morboso, pero claro no me esperaba tenerlo un día encima de la mesa de mi comedor, me puse hasta blanca, aunque el enseguida me dijo que no tenia intención de usarla...de momento, que quería que la guardara yo y que la usaríamos solo en "circunstancias especiales", tal vez fue eso, lo que aun le dio mas misterio e intriga al juguetito. Ademas me hizo dejarla en un lugar visible, "para que recordara que estaba ahí dispuesta a ser usada si hacia falta".

Pasaron los días y las semanas, la paleta seguía allí en su sitio, cada día lo veía y no podía evitar sentir una extraña mezcla de morbo y miedo al fijarme en ella, algún día incluso la cogí, la toque, fría y dura, sabia de sus efectos, había visto unos cuantos vídeos y eso aumentaba mi extraña contradicción deseo/miedo. Durante aquella semana hubo alguna amenaza de uso incumplida, hubo algún juego, pero sin que usara la amenazante paleta. Lo cual reconozco que alguna vez me creo cierta frustración.

Hasta que llego el día, y como suele pasar en estos casos, no me lo esperaba. Por aquel entonces yo colaboraba con una asociación dando clases para adultos, uno de los días las clases las daba en un local situado en un barrio conflictivo, tanto que incluso nos dieron instrucciones de seguridad, algunas me parecieron muy exageradas, como la de usar pantalones desde el principio, otras me parecieron sensatas, pero como suele pasar, después de varios días asistiendo, me relaje y me pareció todo exageradisimo, es mas el se lo comente en alguna ocasión, con cierta chulería toda sea dicho, y el sentencio "nunca pasa nada hasta que pasa", como un premonición. Un día al salir del curso, me encontré el vidrio trasero de mi coche reventado, me había dejado la chaqueta y una mochila en el asiento de atrás, lo gracioso es que hacia un par de días había "alardeado" de ello y no que no había pasado ante el.

Me asuste había cristales por todas partes, y lo primero que se me ocurrió fue llamarle, el me tranquilizo, sin echarme la bronca, me dijo lo que tenia hacer, llamé a la policía y a la asistencia del seguro, hice la denuncia y los del seguro me limpiaron el coche. Luego ya en casa tranquila, me volvió a llamar, sin darle importancia al asunto y quedamos para vernos al día siguiente.

Al vernos todo transcurrió con normalidad hasta que salio el tema, que encima saque yo, volviendolo a contar la historia, cuando termine dijo algo que me revoluciono: "Ahora me toca hablar a mi" y fue entonces cuando vi que estaba perdida, me toco tragarme un bronca, de las tranquilas pero que escuecen, porque en todos momento sabes que tiene razón, me hizo pequeña muy pequeña, a la vez que me excitaba y entonces me volvió a decir algo que me paralizo: "Te has ganado estrenar la paleta". No hubo como otras veces resistencia ni demasiado intento de justificación por mi parte, el tímido intento fue cortado enseguida, con una serie de azotes con la mano, que a la vez hicieron de único calentamiento. Dos minutos después estaba apoyada en la mesa, con la falda levantada y las medias y las braguitas por las rodillas, esperando que el apareciera con la paleta en la mano, con las pulsaciones a mil, entre asustada y excitada.

El primer azote me pilló de imprevisto, en el momento después del impacto, no sentía nada, respire aliviada no era para tanto, pero un instante después empece a sentir un quemor en aumento, que parecía no parar de subir, y aun me quedaban 14 pensé resoplando. Fue todo muy ritual, incluso diría que algo frío, me dio los 15 azotes anunciados, cuando termino me dijo que no me moviera, se fue a guardar la paleta y al volver lo hizo con un extra, un plug anal, que ya podéis imaginar donde terminó.

Después al rincón de rodillas, que es como empezaba la narración. Estando allí, fue cuando tome conciencia de todo, el quemor del culo, fue bajando de intensidad y eso me hizo sentir el resto de sensaciones,  la sensación de estar castigada de verdad, por algo que había hecho de verdad, que me hacia sentir avergonzada y arrepentida de mi soberbia y mi falta de responsabilidad, y también la sensación de hormigueo y humedad que tenia por toda mi entrepierna, es muy difícil de explicar, pero me sentía a la vez mal por lo que había pasado y también muy pero que muy excitada por la situación.

Cuando ya me levantó el "castigo" ocurrió algo que nunca antes me había pasado, le pedí perdón, hablamos y terminamos en la cama, donde tuve una experiencia nueva, la de echar un polvo, con el culo incandescente rozando las sabanas en cada embestida, molesto pero a la vez muy excitante, aunque bueno de eso igual escribo otro dia y al terminar de manera espontanea en el mimos post juegos, le volví a pedir perdón.

No se si era su intención, creo que no, pero lo cierto es que aquella vez el juego si resulto correctivo, nunca mas volví a dejarme nada en el coche cuando me tocaba ir allí, ademas hice caso del resto de precauciones que nos habían recomendado lo que duro el curso. Se que parece no tener lógica, si en el fondo reconozco haberme excitado mucho con aquel juego, quizá sea una cuestión de orgullo, de no ponérselo fácil, para repetir un juego así, no se, lo único que se, es que aquella vez funciono.
No espero que nadie me entienda a veces no me entiendo ni yo.

1 comentario:

  1. Es difícil entender cómo algo que se sabe que es un juego, puede ser tomado en serio.
    La mente engañando a la mente. Quizá sea posible.

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