sábado, 11 de marzo de 2017

Un plan de domingo (Diario de unos jugadores XXIX)



Hace unos días en  una de las entradas, comentaba como los juegos podían clasificarse en dos tipos, los previstos. Osea aquellos en los cuales hay conciencia que van a suceder y los efectos sorpresa. Osea aquellos que sin ser buscados, se desencadenan. Y que ambos tienen sus ventajas. En los primeros hay una carga de tensión de lo previsible, que hace que la cabeza se adelante a imaginar lo que va a suceder y en los segundos la sorpresa, el sobresalto de aquello que no está planificado.

Sin embargo se me olvidó mencionar, que hay un especie de juego mixto, en el cual se entremezclan ambos conceptos. La sorpresa y también la previsión, creo que la mejor manera de explicarlo es compartiendo una historia, en la cual muestro como se pueden dar ambos tipos de juegos dentro de un mismo y único juego global.

Era un domingo por la mañana, de finales de invierno ya. El día se presentaba casi primaveral, un dia de aquellos que levanta el ánimo después del largo invierno, cuando la primavera empieza a enseñar la patita. Nos levantamos relativamente pronto, sin madrugar, pero sin tampoco regalarnos excesivamente en la cama. Además había un motivo para ello, ella había quedado con una amiga para ir a dar un paseo y yo me quedaba a hacer cosas en casa y cocinar, en principio nada parecía preveer que se pudiera dar un juego con aquel plan.

Estábamos desayunando tranquilamente y sin prisa, ella había quedado a las 11 y apenas eran las 9, así que nos lo tomamos con mucha calma, saboreando esa paz y tranquilidad propias del día. Pero ya se sabe lo que dice el dicho marinero: "la calma es la madre de la tempestad"...aunque no te la esperes. El resultado de aquella paz es que el desayuno se fue alargando, risas, tonteos, hasta que ella se dio cuenta de la hora y dijo:

-Tendría que empezar a hacer un pensamiento, empieza a ser tarde...
-Muy bien pues yo voy a empezar a recoger.
-Ok, que vas a hacer de comer?
-Mmmm sopresa, ya lo verás...
-No me lo vas a decir?
-Pues no....supongo que iréis a tomar algo y picaréis también
-A tomar algo seguro...
-Entonces intuyo poca hambre?
-No te creas vamos a andar...
-Ok, bueno sobre la marcha.

Me levanté y me fui a la habitación a hacer la cama, para empezar. Concentrado no me fije que hacia ella, esta que pasado un cuarto de hora más o menos, me acerqué al salón y allí seguía tan pancha en el sofá.

-No vas a llegar tarde?
-Pufff que vagancia tengo...venga va me fumo un cigarrito y me pongo....

Se encendió el cigarro con la misma parsimonia que llevaba toda la mañana y tras la primera calada, se estiró como un gato. Yo seguí a lo mio y después de hacer un par de cosas más y otros diez minutos asomé de nuevo por el comedor y allí seguía, ahora jugueteando con el teléfono. En ese momento se me activó el sexto sentido spanker, que es aquel que te dice aquí parece que se está gestando algo y más cuando ella me miró y me dijo, con cierta ironía

-Ya voyyyyyyy

Entonces se levantó, se volvió a estirar y con paso lento, se fue para la habitación y empezó a vestirse. Yo me metí en el baño, y al poco llamó a la puerta.

-Necesito entrar....

Mi sorpresa fue al abrir la puerta, cuando me dijo.

-Joder tio, sabes que me tengo que ir y te metes en el baño?
-A ver chica llevas tres cuartos de hora diciendo que te tienes que ir, y ahora te entran las prisas!!!!!!!!!....yo cuando digo algo lo hago y punto.
-Que si, que tu eres perfecto, pero no es momento de discutir que tengo prisa y además lo sabes, te podías esperar, que no tienes nada que hacer en toda la mañana, cinco minutos y todo tuyo

Por un momento no salía de mi asombro analizando la situación, vamos que me estaba llevando yo la bronca, cuando llevaba tres cuartos de hora perreando en el sofá y ahora me venía con prisas, y ya terminó de activarse del todo el modo spanker´. No había llegado al lavabo aún cuando la cogí del brazo con fuerza por debajo del hombro.

-Acompañame que vamos a hablar tu y yo muy seriamente.
-Joder ahora no que voy a llegar tarde.
-Ahora

Sin soltarla y pese a sus quejas la saqué del baño y la llevé de vuelta a la habitación, allí la solté , yo me senté en la cama y ella se quedó de pie, frotándose el brazo por el que la había agarrado con la otra mano.

-Te parece ni medio normal, la forma de tratarme?
-Joder, es que tengo prisa, he quedado a las 11 lo recuerdas?
-Ya, y también recuerdo que llevas tan ancha en el sofá tres cuartos de horas desde la primera vez que me has dicho, tendría que ir preparándome.
-Bueno vale, tienes razón, ya está? porque paso de perder el tiempo más.

Esa respuesta era lo que me faltaba ya por oír aquella mañana. Así que tirón y de cabezas a mis rodillas, pese a sus quejas e intentos por librarse apelando a que iba a llegar tarde.

-No vendrá ahora de 5 minutos.

Con la mano izquierda le sujeté ambas muñecas detrás de la espalda y con la derecha empecé a dar buena cuenta de su culo protegido por el pantalón del pijama. Al principio pataleaba y se movía intentando librarse, pero lo único que consiguió es que me dedicara con mas ganas aún a su culo, cuando por fin se quedó quieta, le bajé el pantalón del pijama que como de costumbre no llevaba nada debajo más que piel. En el momento de bajárselo hubo alguna queja y tímido intento de liberarse, pero no pasó de ahí y continué la azotaina a culo desnudo y con ganas. La idea era que se fuera con su amiga con el culo rojo y caliente, y así fue bastan 5 minutos y ganas para conseguir el efecto deseado. Al terminar, lo único que hice fue decirle.

-Espabila que vas a llegar tarde.

Se levantó toda digna se subió el pantalón del pijama y se metió en el baño. Yo seguí a la mio y apenas 5 minutos más tarde ya estaba preparada, mayas, sudadera, zapatillas de deporte y mochila, yo andaba por la cocina y salí para despedirme de ella, que me miró con morritos de enfadada.

-Me voy ya vendré
-Muy bien aquí te espero....
-Ok, hasta luego
-No me vas a dar un beso?
-No..
-Tu misma, pero que sepas, que luego ya hablaremos tu y yo.

´Sin decir nada abrió la puerta, salió y cerró dando un pequeño portazo.

Ahí en ese momento terminó la primera parte del juego, la parte sorpresa y no planificada y a la vez empezaba la segunda parte la de la previsión. Yo sabía que mis últimas palabras, decían claramente que había un después y que al menos durante un rato los efectos de la azotaina rápida en la habitación estarían muy presentes en su piel. Así que me tendría muy presente aquella mañana además de pensar en lo que vendría después en casa.

Yo hice las cosas que quería hacer y me puse a cocinar esperándola. Cuando llegó a casa, digamos que la actitud era un poco distinta a la forma en que había marchado. Me dio un beso, y como la comida estaba a punto nos sentamos a comer. Comiendo me estuvo contando que tal había ido la mañana, que habían estado haciendo etc, etc...Yo por su parte me hacia el loco, como si no recordara ya el incidente de la mañana, pura estrategia, para alargar la tensión, para hacer que su cabeza trabajase sin saber en que momento iba a sacar de nuevo el tema. Terminamos de comer, yo recogí la mesa y aproveché para fregar los cacharros. Al terminar desde la cocina le dije se quería café, me dijo que si y puse una cafetera. Cuando estuvo el café preparé dos,  para ella con leche, para mi solo y con su bandeja y todo, lo llevé hasta el salón. Ella estaba apalancada en el sofá, se había descalzado y tenía los pies encima. Puse la bandeja en la mesilla y  me senté, ella puso sus pies encima de mi regazo y nos tomamos el café, tranquilamente, ella de vez en cuando me miraba con media sonrisa...

-Te pasa algo?
-Por?
-No se me miras y sonríes
-Que pasa, no puedo mirarte y sonreír
-Si claro, pero no se, está mañana no te fuiste muy sonriente que digamos.

Yo imaginaba los efectos de esa frase en su estómago.

-Esta mañana, era esta mañana
-Ya, ya....entonces estás de mejor humor
-Si me ha sentado bien salir
-Solo salir te ha sentado bien?

El rubor en su cara, al hacerle esa pregunta, era otra pista de la tensión en aumento.

-Si, solo salir...
-Vaya, tendré que mejorar mi técnica de amansar fieras...
-Jajajajaja que idiota. Voy al baño un momento.

Se levantó y desapareció del salón de vuelta la esperaba sentado pero incorporado, para ir a su sitio debía pasar entre mis piernas y la mesilla, no quedaba espacio lo cual estaba hecho con toda la intención del mundo para detenerla....

-Me dejas pasar...
-Mmmmm si, pero antes tenemos que hablar no crees?

Se volvió a poner roja al instante...Entonces la cogí de las caderas, para ponerla justo enfrente entre mis piernas y con malicia me remangué ambos brazos y mientras me frotaba las manos le dije.

-Bueno, supongo que eres consciente de tu "comportamiento" de esta mañana ¿no?.

Empezó a hablar, a contar una serie de justificaciones sin mucha convicción, ante lo que sentencié.

-En fin...excusas sin más.

Y sin decir nada más, busque la cintura elástica de las mallas de deporte, metí los dedos y tiré de ellas hacía abajo, en acto reflejo intento evitarlo, pero un sonoro y fuerte azote, le dejó muy claro que mejor no volverlo a intentar, las mallas se quedaron a medio muslo y entonces empecé a pasar un dedo suave por el borde superior del triángulo de tela del tanga, mientras le decía.

-Ya deberías saber, que no digo las cosas por decir...

Entonces mirándola desde abajo, agarré con las dos manos, las tiras laterales del tanga y de un gesto seco lo bajé hasta justo por encima de las mallas. Lo siguiente que hice fue meter la mano entre los muslos juntos, haciendo que los separara ligeramente y acto seguido empecé a pasar el dorso de la mano por su pubis suave...

-Y deberías saber lo que va a pasar ahora.

Di la vuelta a mi mano y deslice un dedo entre los labios de su sexo.

-Esto es una reacción de ahora o lleva así desde que saliste esta mañana?

No me contestó, cerró los ojos y suspiró profundamente ante mi descarada caricia...

-Sería divertido si, pero la obligación va siempre antes que el placer.

Cesé en la caricia y extendí ambas manos para que me cogiera con las suyas, lo hizo y lenta y suavemente la empujé hasta hacerla posarse encima de mis rodillas boca abajo...Le acaricié despacio el culo, no había rastro ya de la azotaina de la mañana, es lo que tienen las prisas (pensé), pero ahora no había prisas y de las caricias pasé a los azotes, sin prisa, empezando lento y suave, subiendo progresivamente en ritmo y fuerza, procurando repartir bien, enrojecer toda la zona. De vez en cuando hacia una pequeña pausa, caricias, desde el final de la espalda, hasta la mitad de los muslos, haciendo una pequeña parada en su sexo, comprobando que seguía "jugoso" y vuelta a la azotaina, deleitándome como a base de insistencia su piel se iba tornando más roja. Me detuve y lo único que le dije es que se levantara, cuando lo hizo, la cogí de la mano y la acompañé hasta el rincón.

-Aquí quietecita hasta que yo te diga.

Yo me fui hasta el dormitorio, directo al armario al cajón de los juguetes, estuve un rato decidiéndome, al final obté por el más pequeño de un juego de tres plugs de distinto tamaño y grosor y cogí también el lubricante. De vuelta al salón la imagen de ella en el rincón con el culo rojo, nada mas entrar era muy apetecible, me acerqué por detrás solo para acariciárselo de nuevo sin decir nada y me aparté para preparar la nueva escena, dejé los juguetes encima de la mesa, puse un cojín encima del  reposabrazos del sofá y entonces la llamé. Se dio la vuelta y vio el escenario perfectamente preparado. Me volví a acercar, la cogí de la mano y la llevé hasta el lugar que debía ocupar o más bien la posición una vez allí, la empuje suavemente de la espalda, para que se colocara en posición.
 Los pies en el suelo la cabeza en el sofá, en esa posición el culo queda especialmente expuesto. Nada más colocada en la posición, lo primero que hice fue terminar de bajarle mallas y tanga hasta los tobillos, haciendo después que separara aun mas las piernas. Lo siguiente fue pasar la mano por su sexo desde atrás, jugando un poco con mis dedos, uno de ellos entro en su sexo...entonces cogí el lubricante y deje caer un chorrito que resbalara entre sus nalgas enrojecidas, las separé con una mano, mientras con un dedo de la otra extendía bien el líquido por la zona, luego cogí el plug dejé caer unas gotas en la punta y con los dedos lo empapé bien de lubricante, el siguiente paso fue introducirle el plug en el culo despacio hasta que entró todo. Una vez terminado el ritual del plug, me separé, me desabroché el cinturón, tiré de el para sacarlo de las presillas, lo doblé por la mitad y me puse en el lado libre, con el cinturón empuñado la acaricié varias veces con el.

 Hasta que un momento determinado empecé a azotarla. 5 azotes seguidos y pausa, para comprobar que el plug seguía en su sitio y que la humedad iba en aumento. Otra tanda de cinco más, y las marcas del cinturón resaltaban entre la piel roja, de nuevo comprobaciones más largas en intensas y una nueva racha de cinco azotes. El culo debía arderle, así que las comprobaciones fueran más largas, y eróticas, casi una masturbación pero sin llegar al final, para volver a coger el cinturón y repetir otros cinco azotes más. Al terminar esta última antes de nada pase suavemente mis dedos por las marcas, sin tocar nada más, un rato largo, después pase a su sexo, los labios y busqué el clítoris hinchado, le di unos golpecitos con el dedo y empecé a frotarlo a la vez que topermente con la izquierda me desabrochaba los botones de los vaqueros, hasta que conseguí desabrocharlos todos y que por la gravedad estos terminaran en mis tobillos, mientras seguía jugando con mis dedos en su sexo, con la mano libre, sacaba mi polla de la opresión de los bóxer y entonces quité mi mano de su sexo, froté mi polla varias veces entre sus labios y entonces la agarré con ambas manos de la cintura y de un golpe de riñones, mi polla entró en su sexo. Con la mano derecha la agarré fuerte de la  cintura mientras puse la izquierda al final de su espalda, con los cuatro dedos mirando hacia arriba y el pulgar apretando el plug hacia dentro, empecé a moverme, mi piel chocaba con la roja y marcada de su culo en cada movimiento, movimiento que no se detuvo ya, hasta llegar al final, hasta el orgasmo de los dos.

Ahí no terminó la cosa, después hubo el ritual de cremas, cuidados y desahogos varios. Pero así fue aquel día, en el que en  un mismo juego se dieron ambas variantes. La sorpresa y lo previsto.

Continuará.

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