viernes, 17 de marzo de 2017

Quien mucho abarca.....(Relato F/f por D.)



Muchas veces sin darnos cuenta, abarcamos más cosas de las que podemos hacer y luego nos sentimos culpables cuando procrastinamos. Conozco una persona que es experta en eso y cuando me dijo que iba a empezar en el gimnasio otra vez y que esta vez sería en serio, supe que solo era cuestión de tiempo para que llegara el día…

 - Hora de salir rubia - Ppffff…déjame un ratito más que estoy cansada
 - Como te deje un rato más, no vas y ya van dos veces
 - Es que tengo sueño y me duelen las piernas
 - Ya te dije que salir de fiesta entre semana no era buena idea. Levanta y tira al gimnasio que luego te quejas…
 - Que pesadita eres a veces ¿no?
 - Señorita, esa boca porque si no aparte de dolerte las piernas te irás con el culo caliente
 - Voyyyy
 Mientras ella iba al gimnasio yo iba a aprovechar la tarde para visitar una tienda de artículos de cuero que hacía mucho tiempo que quería ver. Estuve un par de horas entre que iba, miraba y compraba. Me pasé por el super y compré algo para cenar, cuando me llegó un mensaje
 - ¿Puedes venir a buscarme?
 - Claro, ¿dónde estás?
 - En la puerta del gimnasio
 - Voy

 El gimnasio estaba a unos 20 minutos de la tienda, cuando llegué se subió al coche y me dio un beso, me pareció extraño que no estuviera duchada y que iba con la misma ropa que había salido.

 - Nena, ¿no te has duchado hoy?
 - Eeemmm…no exactamente…
 - O te duchas o no te duchas, no hay término medio.
 - Es que cuando iba a entrar al gym ha pasado Marta y como hacía tanto que no la veía…pues…
 …pues… Nos hemos ido a la cafetería que hay al lado a ponernos al día. Pero no te enfades, mañana haré dos clases para compensar la de hoy.  … ¿Vale?
 - Tu misma. Creo que cuando lleguemos a casa, vas a saber qué es lo que he estado haciendo yo esta tarde.

 Durante todo el viaje a casa intentó sacarme alguna información sobre lo que había estado haciendo, jugando para sacarme una sonrisa e intentar rebajar mi mal humor. Lo que ella no sabía era que no estaba de mal humor, sabía perfectamente que no iría al gimnasio aquella tarde, simplemente la dejé hacer para tener la excusa perfecta. Llegamos a casa y la escuché decirme desde la habitación, que iba a ducharse antes de cenar y ahí entré yo.

 - Ven un momento por favor
 - En un rato voy que estoy ya con la toalla
 - ¿Tengo que ir a buscarte?
 - Ya voooyyy
 La cara que puso al entrar al salón era para enmarcar, sobre la mesa había 3 cosas que había comprado aquella tarde. Una fusta, un rebenque y un plug metálico. Le dije que se pusiera sobre la mesa, que iba a jugar un poco antes de que se fuera a la ducha. Le dije que no podía ser que faltara tantos días al gimnasio, que luego se quejaba de que tenía que tomárselo enserio y que si me pedía que le ayudara a no faltar, tenía que aceptar las consecuencias de no hacerlo. Mientras cogía el lubricante iba explicándole paso a paso lo que iba a hacerle. Embadurné el plug de lubricante e hice lo mismo con su culo, poco a poco fui introduciendo el plug dentro. Ella movía las piernas incitándome a tocarla, pero le dije que no iba a colar

 - Ponte cara a la pared, bien pegada, que las tetas toquen la pared.
 - Está fría…
 - No te quejes porque si no vas a tumbarte en el suelo que está más frío

 (Hizo la señal de cerrarse la boca con cremallera y se puso como le había dicho) Cogí la fusta y la doble un poco. Era artesanal y necesitaría que la reblandeciera un poco, pero por hoy funcionaría. Empecé a explicarle que había hecho mal, a azotarla con la mano un poco para que cogiera color. Me gusta mucho coger un trazo de su culo con la mano izquierda y darle hacia arriba con la derecha así que en poco tiempo tenía el culo bien rojo. Pasé la fusta por sus nalgas para que sintiera la piel fría en el culo caliente y echó el culo hacia atrás incitando a darle cosa que hice, pero más fuerte de lo que ella esperaba y pegó un respingo mientras soltaba un gritito.

 - ¿Pensabas que esto iba a ser un juego ligero?

 Empecé de nuevo y le dije que contara hasta 20, el restallido del cuero en su piel era maravilloso, las marcas iban apareciendo al cabo de medio segundo del golpe, sabía perfectamente dónde le había dado, 13, 14, 15, la escuchaba quejarse entre golpes, pero también gemía, así que seguí. 18, 19, 20. Me acerqué desde atrás y acaricié sus nalgas con las dos manos, metí mi mano entre ellas y noté lo que sabía que iba a encontrar, estaba empapada. Abrió las piernas para que tuviera mejor acceso y yo lo aproveché. Metí dos dedos en su sexo mientras le susurraba al oído que iba a darle 10 más con el rebenque y luego me la follaría. Cogí el rebenque y empecé a darle una y otra vez, le pedí que se doblara un poco, separándose de la pared, abriendo las piernas y mostrándome bien el culo que lo llevaba lleno con el plug y una buena panorámica de su sexo mojado. Como el rebenque tenía una tira bien larga de cuero, ésta al restallar, daba entre sus piernas vi como quedaba marca en sus labios y sabía que eso la estaba volviendo loca y que si seguía podría correrse. 8, 9,10. Cuando acabé, estaba tan cachonda que solo me hizo falta hundir mis dedos en su cuerpo y coger el plug, mientras le decía que decía que se corriera empujaba el plug hacia dentro y lo movía al ritmo de mis dedos. Llena por delante y por detrás no tardé ni medio minuto en correrse. Cayó de rodillas y me miraba desde el suelo pidiendo clemencia con esa cara de felicidad, pero yo le cogí la mano y le dije

 - Nena, ahora te toca a ti.

 Continuará…

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