lunes, 6 de marzo de 2017

Ni masoquista, ni sumisa (Por Isabelle).




Esta semana repetimos protagonista: Isabelle. El post traducido de está semana es de hace algún tiempo y creo que vale la pena rescatar. Se titula: "ni soumise, ni masochiste" (Ni sumisa, ni masoquista) y toca el siempre polémico tema de la distinción o las etiquetas. Os dejo con Isabelle y luego doy mi punto de vista.

"Ni sumisa, ni masoquista, sin embargo llevo el spanking debajo de mi piel. No puedo decir si la fantasía del spanking y más en concreto de la disciplina doméstica atrae a muchas mujeres. En realidad me importa más bien poco. Mi objetivo no es  hacer proselitismo hacia esta práctica, aunque si me gustaría ayudar a desculpabilizar a quienes tienen inclinaciones como la mía. Y de paso señalar que se puede tener este gusto, sin tener inclinaciones sumisas o masoquistas. Es cierto que hay "bienpensantes"  de toda clase y eso incluye el BDSM, que tratan de incluirnos en algún tipo de etiqueta con el peso de los argumentos en apariencia concluyentes. Ambos enfoques la sumisión y el masoquismo, son actitudes mentales. Lo que ha llevado al psicoanálisis a interesarse mucho por el tema, sin embargo creo que cae en un error. El de "diagnosticar" generalizando, sin tener en cuenta la individualidad, si negamos la individualidad de cada persona, estamos negando uno de los principios del psicoanalisis: la construcción de nuestro narcisimos en las relaciones con los demás.  Un ejemplo de ello podría ser la respuesta a una pregunta del estilo: "¿Por que me da vergüenza contarle a mi pareja mi fantasía con el spanking?".

Ahí vemos como esa fantasía es un  construcción personal, única, parte de nuestra singularidad. El problema es que hemos aprendido que para designar esa construcción, hemos creado un vocabulario propio, que nos habla de "alienación", o "desviación de la normalidad". En consecuencia es comprensible, que toda esa idea impregne la construcción y que puede provocar profundas contradicciones dependiendo mucho de la fuerza del narcisismo particular de cada persona. Ya que es posible pensar, que es algo que pueda ser utilizado, para dañar, humillar, controlar, intimidar, manipular...

Diría que no somos capaces de liberarnos de la etiqueta de sumisión y masoquismo dificílmente podremos hacer un análisis objetivo del spanking y la disciplina doméstica. Viéndolo como una estructura entre dos personas que permiten satisfacer necesidades de castigo, perdón, protección, seguridad..... Que no lo entendamos no significa que estemos equivocados. Lo cual no significa que no haya lugar en el spanking y la disciplina doméstica, para la sumisión y el masoquismo. Sin embargo estas no son condiciones indispensable para disfrutar de estos juegos.  Y para terminar me gustaría citar a Simone de Beauvoir:

"El dolor adquiere una significación masoquista cuando se acepta y se desea como la manifestación de una servidumbre..."

"Asignar un valor al dolor erótico no es en absoluto una linea de sumisión pasiva. A menudo el dolor se utiliza para elevar el tono de la persona que lo sufre. Para despertar una sensibilidad adormecida, agrandada por la violencia y el placer...."

"El masoquismo aparece cuando alguien elige convertirse en pura cosa para el otro, representarse a si mismo como cosa y jugar a ser cosa...."

En esta ocasión discrepo bastante con Isabelle. Creo que en el intento de desvincularse, con la sumisión y el masoquismo, niega la evidencia de que en los juegos de spanking y o disciplina doméstica hay sumisión y masoquismo. Entiendo lo que quiere decir y que básicamente es, que ni la sumisión, ni el disfrute del dolor, son los  objetivos del spanking, como lo son en otros juegos de eso que conocemos como BDSM. Pero sin embargo no se puede  obviar, que aunque no sean el objetivo de los juegos si se requiere de su presencia en ellos para conseguir esos objetivos reales. Nadie puede negar que en los juegos de spanking hay momentos de sumisión y el dolor forma parte indispensable del placer del juego. Que no se entiende el spanking sin esas dos características, y que sin esos dos componentes, esos otros objetivos que ella misma define como: necesidad de castigo, perdón , protección y seguridad no se obtendrían.

Yo soy el primero que creo que una spankee no es ni sumisa, ni masoquista, pero que necesita de momentos de sumisión y de una asociación entre dolor y placer, para ser spankee.

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