martes, 28 de marzo de 2017

Mi fetichismo.




Hace unos días, D. nos escribía una entrada muy interesante en la que nos contaba un fetichismo muy personal, del que voy a rescatar una frase:

"La piel tiene que oler. Supongo que alguna vez habréis entrado en una marroquinería o en una tienda de hípica o de botas camperas, ese olor a cuero es lo que me gusta. "

D. se está refiriendo al cuero, a su fetichismo personal por el cuero y en concreto por un instrumento muy concreto: la fusta. También hace algunas semanas, en esta misma sección, escribía una entrada, en la cual os contaba mi preferencia por dos instrumentos: cepillo y cinturón, sin embargo preferencia no esta en la categoría de fetiche. En el caso concreto de los instrumentos, tengo preferencias, pero no fetiches. Más bien al contrario, me gusta saber cual es el fetiche de la otra persona y usar todo el poder que puede tener sobre alguien ese fetiche, para provocar sensaciones. Un fetiche es un objeto al cual otorgamos un poder sagrado, que provoca excitación el mero hecho de verlo y la excitación puede ser desde la anticipación del placer, hasta la rendición por terror. Pero los objetos son inertes por lo tanto su capacidad de perturbar va íntimamente  ligada al manejo que pueda hacer de eso objeto la persona que lo va a manipular. Resumiendo con respecto a esos objetos no tengo fetiches, me adapto a los fetiches de la otra persona e intento ser esa persona que le da vida a al objeto manejándolo,  usándolo, dándole poder.

Mi gran fetichismo, también huele a piel, pero otro tipo de piel, no una piel muerta y curtida, sino un piel viva y reactiva. Mi fetichismo es la piel humana y en mi caso en particular la femenina. Desde que se despertó mi sexualidad siempre me ha atraído esa piel, tan distinta a la más áspera y dura piel de los hombres. Tal vez ahí resida una de las claves de mi gran fetichismo: el spanking. Y es que el spanking es un canto a la piel, a la piel como ese gran órgano sexual, el mas grande y extenso de todos, todo un inmenso país por explorar de norte a sur y de este a oeste.

En este juego la piel es protagonista absoluta, esa piel que habla, que se estremece, que cambia de color y de temperatura, que informa, hablando cuando no hay palabras, dando pistas, cuando el cerebro y el cuerpo no están en la misma onda, la piel dicta sentencia. Esa misma piel que llevas al límite, que palpita  y pide clemencia, para después cuidarla y mimarla con la dedicación de quien tiene un tesoro. Que esas mismas manos que la maltratan y la golpean, minutos despues sean capaz de erizarla y arrancar un gemido de placer con un leve roce, sobre un piel hiper estimulada. Quizás por eso el objeto de mi deseo sea una piel muy concreta, oculta y misteriosa, fina y sensible. Aunque en el fondo no sea más que una puerta de entrada, a ese inmenso país recubierto de piel.

A diferencia de esa otra piel muerta y alterada. Mi fetiche en forma de piel es inconfundible, no hay dos pieles que huelan igual, no hay dos pieles que reaccionen igual, no hay dos pieles que comuniquen igual. Cada una de ellas es única, tiene sus secretos, sus zonas sensibles ocultas, sus puntos débiles, sus límites, en definitiva su forma de expresarse única e intransferible. Cuando hablamos de conocer, como fundamento del juego, tal vez asociamos ese conocer solo al carácter de esa persona, al bagaje vital, pero al menos yo también me refiero a conocer su cuerpo y la única forma de conocerlo es a través de la piel, a través de dialogar con ella, para así conocer que nos dice en cada momento, en esos momentos donde la única referencia que tienes es la piel.

Por eso, para mi es tan importante tocar y mirar. Para mucha gente un culo rojo no es mas que el resultado previsible de una determinada actividad, para mi es el resultado de un diálogo complejo, morboso y excitante, en el cual juega toda una gama de estímulos y reacciones, donde la única manera de salir de dudas, es tocando, osea dialogando con la piel y como decía antes, muchas veces es la puerta de entrada a una exploración mucho mas profunda, el pasaporte que te permite entrar y explorar ese territorio mucho más extenso y siempre por descubrir que es la piel....Donde mucha gente solo ve un culo rojo, yo veo un horizonte de piel por explorar, ese es mi fetichismo.

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