lunes, 27 de marzo de 2017

Cambio de ritual (Por Isabelle).



Después de la excepción de la semana  pasada, volvemos a  una de nuestras protagonistas de cabecera de esta sección: Isabelle. La entrada de hoy que se titula: "Changement de rituel" (Cambio de ritual), es la narración de una "juego" con introspección. La utilización del juego para conseguir un objetivo, teóricamente, aunque ya veremos que detrás de esa apariencia hay un trasfondo, que se convierte en el objetivo principal. Veamos que nos cuenta Isabelle.

-"¿Me estás escuchando Isabelle?"

Me pregunta mientras me sermonea con el culo al aire.

-"En realidad no....."

No me jacto de ello no. Lejos de querer cuestionar su autoridad o mostrarme insolente, al contrario es su autoridad (junto con otras actitudes) y su forma de aplicarla lo que me resulta tan atractivo de el. Puede que ser que se deba a que mis irracionalidades encuentran calma en esa mezcla entre moral y excitación. Me contesto a mi misma en voz baja , hay algo en mi que encuentra en esta escena en el despacho de mi pareja un aroma infantil. Aquí estoy con la falda levantada, mis braguitas en los tobillos y arrodillada encima de un cojín, mirando la esquina. Y no es por la chimenea no me gusta su olor. Soy un firme adepta al confort  moderno. Es más bien su elocuencia al hablar.

Rara cualidad, que hace que considere su sermón con justo. En el cual el revela sin equivocarse todos mis pequeños errores que despiertan en mi, es necesidad de castigo. Que hermosa es la vida con esa sensación de ardor en mi culo rojo, mientras una voz tranquilizadora me dice que tengo que hacer para mejorar mi actitud. No estamos en un registro psicoanalítico, clerical, filosófico ni muchos menos místico. Es más bien una situación paternal que me recuerda que en nuestra casa reina una disciplina estricta. 

No quiero repetir una excursión clandestina a la nevera. Se lo pedí yo. En realidad soy yo quien le da el "coñazo" durante todo el día con mis problemas de peso. Debe estar harto y en lugar de perder el interés por mi preocupación, me escucha con paciencia, esta pendiente y me sabe dar la mano. Por eso utiliza un buen "martinet" de mango amarillo, para demostrarme que a pesar de toda mi parafernalia seductora, a pesar de mi edad, todavía tengo necesidad de recibir disciplina tradicional. 

-¿Te acuerdas de tu última azotaina Isabelle?.

Me sonrojo, la salsa empieza a cuajar. El aire surrealista de la escena es discreto y esa pequeña voz interior tentada siempre a la rebeldía empieza a callarse y empieza a reconocer que tiene razón.
Si, no hay duda que tiene razón y se la doy. No es consecuencia de la azotaina severa, es por su atención. Ni una sola palabra burlona por mi sobrepeso, ni una sola devaluacion de mi, ni de mi debilidad compulsiva por el exceso. Al contrario me hace sentir cómoda con mi cuerpo y fue precisamente ver mi malestar lo que le hizo intervenir de manera efectiva. Con un corsé nuevo de mi talla, de rodillas en el cojín de cuero regalo de San Valentín. A pesar de o mas bien debido a la vergüenza que me provoca el sermón, me traiciona mi entrepierna, para regocijo del "señor" al comprobar y me dice:

-¿Este me recuerda a tu última masturbación, Isabelle?

Me sonrojo profundamente, al recordar que después de mi última corrección, hice algo que no debía en la esquina, un momento en el que me quede sola, lo cual me costó uno corrección extra. Sin embargo esta vez es el quien me acerca un masajeador íntimo

-Quiero ver y escuchar a una verdadera niña traviesa en el esquina

Y es que nada le gusta más, que cuando me dejo ir..."

Me ha parecido muy interesante el artículo/narración de Isabelle. Pero sobre todo hay un par de cosas que creo que hay que destacar.
Lo primero, es algo de lo que  hemos hablado mucho: el juego por si mismo no corrije nada, pero la atención, la involucración y la implicación de tu pareja si. Me parece muy interesante la actitud de el, ella se siente culpable y el sabe como quitarle ese sentimiento, por lo que no hurga más en la herida, lo cual solo haría que ella se sintiese más culpable aún. Simplemente actúa de una manera que sabe, que da resultado para eliminar esa culpa.
Lo segundo que quiero destacar es el final, me gusta. Me gusta ese cambio de ritual, ese tipo de cosas ayudan a mantener la tensión y sobre todo, a la sensación de control en un lado y descontrol en el otro. Lo que un día, te cuesta más azotes, otro día quiero que lo hagas para mí.

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