sábado, 4 de marzo de 2017

Los vaqueros ajustados (Diario de unos jugadores XVIII)




Hay una actitud muy llamativa, que lo llamo la tontería. No se muy bien como definirla, podríamos decir que es como  una especie de ganas de jugar latente. Algo que percibes en el ambiente y que te dices a ti mismo: "ufffff esta tiene ganas hoy de pillar cacho", como toda intuición tiene un margen de error y a veces no es más que eso; un error de percepción. Pero son las menos de las veces, la mayoría de ellas, la intuición se termina por confirmar.

Habrá quien piense que igual sería más lógico y normal si tienes ganas de algo decirlo directamente y no andarse con rodeos que pueden llevar a la confusión. Pero quienes sabemos lo que es esto, sabemos que así perdería la gracia. No me imagino a nadie llegando a casa y diciéndote.

-Cariño, hoy tengo ganas que me pongas el culo como un tomate, así que espabila, deja el partido y la cervecita y al lío.

Vamos a mi me produciría el mismo efecto, que si me dijeran.

-Cariño ya ha terminado la lavadora y hay que tender la colada.

Resumiendo que ese juego previo, es tan o más importante que la acción en si, no se trata de hacer, sino de crear en el otro ganas de hacer y en eso el juego de insinuaciones veladas, de pistas de reto inminente hacen mucho, para crear esas ganas.

Así que os voy a contar un historia, en la que se representa creo que muy bien, eso que yo llamo tontería, osea ganas de jugar latentes, que pueden ser queriendo o no y que siempre empiezan con una pista, que en principio suele ser eso juguetona, pero que después puede ir mutando a actitudes digamos que  más descaradas. La cosa fue así más o menos.

Era Jueves de una semana monótona y aburrida. Una de tantas en las que no pasa nada especial. Y aquella mañana ahí aburrido entre presupuestos y cuentas recordé una conversación del fin de semana. Bueno más que una conversación fue una declaración de intenciones de su parte, que incluía una lista de cosas variadas que se había propuesto hacer esa misma semana. El discurso fue algo así.
-Puffff de esta semana no pasa, me estoy poniendo fofa y tengo que empezar a entrenar, a parte quiero recuperar hábitos como leer, que me estoy dejando mucho.

Entre nosotros no le hice excesivo caso, el tema del estado de forma, es un tema recurrente y se por experiencia que muchas veces, no pasa a mayores, salvo el momento de cabreo ese de verse algo de más o que creen de más y en cuanto a lo demás soy de los que piensa que cuando las cosas se dicen...se busca más que alguien externo cargue de razones que de convicción propia. Total, que a Jueves, nada de lo prometido había sucedido aún y como de costumbre a media mañana la busqué para hacer el café virtualmente juntos. La noté eufórica y eso suele ser un síntoma de esa tontería que comentaba antes. Y en un momento de la conversación tira la caña a ver que pasaba.

-Sabes a que día estamos hoy ¿no?.
-Como?
-Dia de la semana
-Si claro Jueves ¿por?.
-Porque mañana es Viernes.
-Pues menos mal que me lo dices, porque sola nunca lo hubiera imaginado...
-Jajajaajaj que graciosa, no sabes porque de lo digo?
-Ni idea, pero si pruebas a decírmelo, igual sacamos algo en claro.
-Pues eso que se termina la semana
-Otra revelación  por tu parte ¿y?.
-No era esta semana, la que tenias que hacer tantas cosas, entrenar, leer......
-........

Esa respuesta, esos puntos suspensivos en  un mensaje de whatsapp, que pueden parecer insignificantes, a mi me supusieron todo un síntoma.

-Sin palabras?
-......
-Traduce que no me entero.
-A veces es mejor estar callada
-Jajajaj no cuela eso conmigo, que si te muerdes la lengua te envenenas.
-Pues he cambiado de idea, ademas hoy llevo esos vaqueros ajustados que me hacen un culo perfecto, así que ya veremos...
-Ya, ya, vamos que mucho lerele....
-Como te lo digo para que me entiendas, así creo que me entenderás...........................................

Me tuve que reír con la respuesta, pero sabía perfectamente, que le había tocado esa parte tan sensible que se llama orgullo y que si había mordido el anzuelo, ahora solo se trataba de recoger y soltar hasta que se rindiera. La conversación terminó y seguimos cada uno a lo nuestro ya no nos volvimos a hablar hasta la tarde.

Al llegar a casa ella ya había llegado, me la encontré en el sofá descansando, no debía hacer mucho que había llegado, porque llevaba ropa de calle, solo se había descalzado. Lo primero que hice fue fijarme en los vaqueros, eran los que pensaba unos de color rojo descolorido elásticos y muy ajustados. Saludo protocolario y me dejé caer a su lado en el sofá.

-Que tal?
-Acabo de llegar día chungo. Y tú?
-Sin comentarios, pero ya está
-Quieres un cervecita?
-Venga

Se levantó del sofá y la seguí con la mirada, hasta que se perdió por el pasillo. De vuelta me dio la cerveza, como llevaba mirándola desde lejos, me preguntó

-Que miras?
-Pues que tienes razón
-Razón?
-Si esos vaqueros te hacen un culo muy bonito
-Ya te lo dije, lo malo es que cuando me los quite,  se ve la realidad
-Y que tiene de malo la realidad.

No tuve respuesta, pero el gesto se podría interpretar como unos puntos suspensivos, en una conversación escrita. Me tocaba a mi, pero antes le di un trago largo a la cerveza.

-Es que a veces me cuesta entenderte, osea te quejas o más bien te lamentas, cuando te da el ataque haces mogollón de promesas y luego no se porque extraño proceso, se las lleva el viento. Cuanto menos es curioso ¿no crees?.

Mi discursito sabía que era toda una carga de profundidad a su orgullo, ya era esa la intención y ahora faltaba por ver su reacción.

-Se lo que pretendes pero no voy a entrar.
-Y que pretendo?
-Que te envié a algún sitio...
-Vaya y porque crees que puedo pretender eso, me ves masoquista?
-Puffffff
-No voy a entrar, mira que sabía que ibas intentarlo.
-Vaya a mi me pasa lo mismo, sabía que las promesas se iban a ir por la ventana.

Se estaba empezando a poner roja a la vez que sonreía nerviosa evitando mi mirada. Es un efecto curioso de la "tontería", osea juguetear, desafiar y cuando llega el momento clave, se produce muchas veces una especia de curiosa marcha atrás y eso hace que a veces no quede más remedio que coger el toro por los cuernos y decir aquí estoy yo.

-Si crees que espero una reacción, para cargarme de razones, te equivocas.
-Lo que es seguro es que no te voy a dar el gusto.
-Es que tampoco lo necesito....señorita.

No me contestó se limitó a dar a coger el mando de la tele y ponerla en marcha. Una vez puesta le dije.

-Dejamelo un momento.

Me dio el mando y subí el volumen. Me miró extrañada, pero sin tiempo a reaccionar la cogí de las muñecas y aunque se quejó no ofreció mucha resistencia antes de terminar en mis rodillas.

-Ya te he dicho que no necesitaba de ninguna reacción cuando tengo las ideas claras.

Le empecé a acariciar el culo, encima de los vaqueros ceñidísimos y mas aún en esa posición, parecían una segunda piel.

-Además sabes que tengo razón....

Empecé a soltar palmadas en su culo rítmicamente, alternando lado y lado...

-El desafio no ha sido ahora señorita fue está mañana y lo sabes.

Aunque los vaqueros protegían algo su piel, la idea era calentar y ya después pasar a mayores, me apliqué con ganas y sin quitar ninguna capa de momento, mientras seguía la azotaina rítmica improvisé una idea, era el dia ideal para probar algo, así que cuando consideré que el calentamiento ya era suficiente y mi mano daba fe pues también empezaba a notar un calorcito y hormigueo en ella me detuve. Pensando un ratito el siguiente paso, mientras la acariciaba y enseguida me vino a la cabeza algo, algo que estaba guardado y me apetecía probar.

-Levanta

Se levantó además haciendo un gesto muy divertido, al levantarse, ajustándose los vaqueros.

-Ya te dije que yo no necesito de excusas. Ahora ve a la habitación y en armario hay algo que no hemos usado nunca, traémelo.

Sabía perfectamente que no necesitaba darle más información y que no tenía ninguna duda de a que me refería. Salió del salón, la escuché abrir la puerta del armario. Tardó  un poco más de lo que sería normal, pero cuando apareció llevaba consigo lo que le había pedido. Era la inmaculada hasta aquel día, gran paleta de madera, con sus agujeros. Me levanté extendí la mano para que me la entregara, me la dio y sin soltarla le dije:

-Apoyada en la mesa, con la espalda totalmente doblada y las piernas separadas. Vamos que las tetas te toquen la mesa.

Me quedé mirando el ritual de colocación, una vez en la posición me acerqué a comprobar, todo estaba tal y como yo quería la posición hacia que los vaqueros aun si cabe quedarán mas ceñidos a su piel. Todo en orden era el momento de pasar a la acción. Puse la gran paleta en su culo, le di unos pequeños golpecitos cuatro o cinco y entonces solté el primer azote, apretó los puños pese a llevar puestos aun los vaqueros. Me tomé mi tiempo, antes del segundo 20 o 30 segundos, que parece poco, pueden ser muy, muy largos. Esta vez no hubo aviso en forma de golpecitos, un golpe de paleta seco e inesperado. La escena se repitió diez veces en total, más que suficiente para sentir bien los efectos de la gran paleta. Al terminar sin soltar la paleta, simplemente pasé mi mano izquierda por entre sus piernas, por encima del vaquero pero apretando mientras la froté varias veces. Después dejé la paleta en la mesilla del sofá y me senté, ella seguía inmóvil en la misma posición tomando aliento o esperando tal vez que yo dijese algo.

-Ven acércate

Se levantó despacio se dio lo vuelta y mientras se acercaba se frotaba el culo con ambas manos. Se quedó de pie entre mis piernas y mirándola llevé mis manos directamente a los botones de los vaqueros, que uno a uno desabroché, entonces empezó la tarea complicada, la de empezar a bajar los vaqueros, como imaginaba, al bajarlos también arrastré la ropa interior, pero bueno es algo que pensaba hacer igual, pasar de la mitad de los muslos se antojaba tarea imposible, pero de momento era mas que suficiente. Si dejar en ningún momento de mirarla así de pie enfrente de mi, pase un dedo entre los labios de su sexo, algo mojado tal vez menos de los que esperaba, aunque reaccionó enseguida a mi estímulo, la tentación de seguir en aquella misma postura era muy grande, ademas la sensación de humillación y de entrega debía ser muy potente, de pie, con los vaqueros y la ropa interior bajada a medio muslo, el dedo hizo una fugaz incursión dentro de su sexo, me debatía entre si seguir o parar, pero había algo que tambien estaba deseando comprobar y me decidí por lo segundo, así que paré esa extraña masturbación.

-Túmbate en mis rodillas....

Nada mas ponerse vi, el recuerdo que había dejado la paleta en su culo....dos grandes círculos rojos cubrían ambas nalgas, que se oscurecían hasta llegar al morado en el centro. Le empecé a pasar la yema de los dedos muy suavemente recorriendo primero el contorno de los dos circulos y después apenas rozando llegando a la zona más perjudicada, las caricias suaves se fueron haciendo más intensas , con apretones incluidos, intenté bajarle mas los vaqueros, pero era imposible, había que darles la vuelta como un calcetín para sacar aquellos vaqueros, decidí continuar tal cual y terminar lo que había empezado estando de pie, al comprobar vi que mis caricias habían surgido efecto y su excitación se había mantenido o incluso subido. Luego ya fue cuestión de habilidad de dedos jugando en su sexo para conseguir el orgasmo que se habia quedado interrumpido cuando estaba de pie.
Aquella fue la primera y probablemente única vez, que la azoté vestida, cosa que le recordé mientras la masturbaba, con la clara advertencia que eso no se iba a repetir y que si volvía a utilizar la paleta, seria directamente sobre la piel. Cuando ya cumplí mi objetivo, le pedí que se diera la vuelta y si pude por fin quitarle los vaqueros y seguir jugando, crema y otros juegos se sucedieron aquella tarde y la promesa de cumplir la semana siguiente con todos aquellos propósitos.

Continuará.........



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