sábado, 11 de febrero de 2017

La cura (Diario de unos jugadores XXVI)





Una de las cosas que  más suele preocupar, es en que momentos, es preferible cancelar un juego, osea guardarlos para momentos mejores y sin duda uno de esos momentos más justificados es por motivos de salud. Vamos cuando uno de los dos se encuentra mal o está convaleciente de lo que sea, es de sentido común que ese mejor no jugar. Pero y como en todo hay un pero a veces se puede dar una excepción. No creo que haya nadie que a 38 de fiebre le apetezca ya no jugar, sino tener cualquier tipo de sexo, sin embargo si estas con el  pie entablillado por un esguince de tobillo, pese a que puedas tener alguna limitación y a que quizás se deba tomar alguna precaución, pero pasado unos días la líbido queda intacta. Así que os voy a contar una historia, como ejemplo a eso.

Todo empezó a raíz de un pequeño accidente doméstico, cuyo resultado fue un herida que preciso de cuatro puntos de sutura en la zona de debajo de las costillas, nada grave aunque si algo aparatoso. Eso si pasado el primer impacto, empezaron las quejas y el malestar, comprensible por la zona, que es bastante  molesta y además en continuo movimiento por la respiración, por los que los puntos tiran y la sensación es bastante desagradable. Así que me armé de paciencia ante las continuas quejas y requerimientos tipo: "me traes un vaso de agua..", aprovechando la situación, pero bueno sarna no gusto no pica. Al día siguiente ya fue a trabajar con normalidad, aunque cada vez que le preguntaba cómo iba, sus respuestas eran emoticonos con caritas de pena. Ya en casa aquella tarde tuvimos la primera llamemos "enganchada", estaba poniendo la mesa para cenar, cuando se encendió un cigarrito que la hizo toser, con las consiguientes quejas y me salio el regaño paternal.

-No fumes y no toserás.

Y la respuesta fue una salida de tono, que en otra situación hubiera terminado en el rincón con el culo rojo seguro. Pero no era el momento, así que me tragué la bordería. Al día siguiente tocaba la segunda cura, que había que hacerla en casa, vamos que  me tocaba a mi, en cambio cuando llegué a casa y se lo dije su respuesta fue.

-Puffff me he dejado el kit en el trabajo, mañana ye me lo hará alguna compi no te preocupes.

Y la cosa se quedó ahí. Al día siguiente me interesé un par de veces por la cura, las respuestas fueron del tipo.

-Aun no....pesado no te preocupes cuando tengamos un rato...

No insistí más, pero por si acaso antes de ir a casa, me pasé por una farmacia y compré un kit de curas, vamos gasas,suero y betadine, más que nada es que tenía una premonición que confirmé al llegar a casa. Ella estaba en el sofá con el pijama puesto y quejándose nada más entrar, ni se percató de la bolsa de la farmacia que dejé encima de la mesa, mientras me quitaba  la chaqueta...

-Venga va relaja, es normal que te molesta y mas si te han hecho la cura esta tarde.

De repente se hizo el silencio muy sospechoso.

-Vamos que tampoco ha habido cura esta tarde ¿no?.
-No....es que lo he intentado pero la gasa está muy pegada y me da "tiricia"...así que no la he dejado.
-Bueno ya te la hago yo ahora...
-Es que.....me he vuelto a dejar el kit.
-No te preocupes

Cogí la bolsa de la farmacia y me fui hacia el sofá.....ella me miraba con cara de entre sorpresa y resignación. Me senté en la punta del asiento de centro del sofá, dejé la bolsa en el suelo y le dije:

-Túmbate boca arriba y levántate la camiseta del pijama.

Me hizo caso, antes de coger nada, levanté un poco la gasa que cubría la herida y vi que efecto estaba bastante adherida, ella se quejó y me dió un golpe en la mano. La miré serio.

-Esto es lo que pasa por no hacer las cosas cuando tocan....
-Puffff es que me va a doler....
-No si me dejas hacer y estás tranquila
-Seguro?
-Confía en mi.

Saqué el bote de suero de la bolsa, lo destape y empapé bien con el toda la zona, en especial la gasa, y despacio empecé a separarla, con la ayuda del suero. Ella estaba tensa y movía los pies.

-Si te estás quieta, será  mucho más fácil....

Con paciencia y  mucho tiento le quité la gasa, pese a sus quejas, la herida tenía muy buena pinta.

-Sabes que tendrías que hacer darte un ducha...
-Puffff que pocas ganas, tú sabes que es ducharse sin poder mojarte ahí.
-No pasa nada mójate hoy, que luego te seco bien, va tira...

Se levantó y se fue para la ducha, cuando se estaba secando entré.

-Ahi no me doy que me da grima
-Jajajajaja dios que quejica, termina de secarte, ponte las braguitas y ven para la habitación que ya te la seco yo y termino la cura anda.

Me fui para la habitación con todo lo necesario, al poco rato apareció ella, vestida solo con unas braguitas, le dije que se tumbara  en la cama boca arriba y una vez en posición cogí el secador y muy suavemente empecé a secarle la herida, ella seguía pese a todo tensa...Una vez bien seca la herida, un poco de betadine y le puse una gasa nueva.

-Terminado, quejica, ves como no había para tanto....
-Ya....pero es que me da mucho mal rollo  joder...
-Ya, ya...y que pensabas estar sin curarte....o peor aun que me la ibas a dar?
-Jajajaja tenía que intentarlo.
-Ya pero a mi no me hace ninguna gracia....
-Jooooo no te pongas tan serio que estoy malita.
-Tu lo que tienes es mucho cuento cuando te interesa. Cuando te toca cura otra vez?
-Es cada dos días...
-Pues sabes que vamos a hacer?....
-Mimarme?...
-Mas o menos, asegurarme que la próxima cura cumple el plazo. Date la vuelta
-Como?
-Que te pongas boca abajo

Me miró con cara de sorpresa...

-Va a que esperas.

Muy despacio y a regañadientes se dio la vuelta. Entonces cogí las dos almohadas de la cama.

-Levanta el culo...
-Me van a tirar los puntos.
-No te preocupes, que un rato ni los vas a sentir.

Arqueó un poco la espalda, lo suficiente para que pudiera poner las dos almohadas debajo del pubis, que levantaban ligeramente el culo, me senté en la cama y empecé a pasar el dedo por el borde de las braguitas....mientras le decía.

-Que pensabas que ibas a salir sin consecuencias de esto?....
-Joooo que estoy herida no te doy penita...
.- Y que pasa que no te cuido bien, tienes alguna queja?

En ese momento le empezaba a bajar las braguitas, por la forma de respirar, no parecía muy disconforme con ello.

-Fíjate si te cuido, que me voy a asegurar que no vuelvas a saltarte una cura más.

En esos momentos le acariciaba ya, las nalgas desnudas con toda la palma de la mano, agarré con fuera una, después la otra y empecé a darle unos azotes con la mano. Personalmente tengo un fetiche, solo  uso la mano en la posición otk, pero aquel día y con la herida, la posición sobre las rodillas no hubiera sido nada cómoda y  había que calentar bien, así que hice la excepción a mi regla y fueron cayendo los azotes lenta y progresivamente empezando despacio y suaves y poco a poco aumentando velocidad y fuerza, para que su piel fuera cogiendo color y calor. Hice un parón, para volver a acariciarle el culo, los muslos, en especial la cara interna hasta rozar su sexo pero sin llegar, ella ya no se quejaba de los puntos, al revés respondió a mi estímulo separando un poco sus piernas, mensaje subliminal, invitando a llevar mis caricias más allá. Pero todavía no era momento de caricias lascivas, y volví a ocuparme de su culo, con las contundentes caricias de mis azotes.  Una vez calentado en condiciones, la intención era ya que picaran y a ello me puse, con azotes mas contudentes, usando la técnica del 1+1=1. Osea azote en  una nalga y despues en la otra, contado como un único azote, conté hasta cincuenta mentalmente siguiendo esa máxima, antes de volver a parar y a las caricias...

-¿Notas los puntos ahora?....

No respondió, pero estaba claro que no, que la sensación se había trasladado a otra zona de su cuerpo, esta vez las caricias fueron un poco más allá, rozando su sexo por fuera sin  profundizar en el, aumentando el deseo, pero sin culminar aún, cuando esperaba tal vez algo más, cesé en las caricias, y me levanté. Abrí la puerta del armario, de los juguetes, un par de paletas de madera, una grande y otra pequeña, dos cinturones, un tawse, una regla de madera de 60 cm, un par de cepillos uno cuadrado y ancho pero liviano y otro más pequeño ovalado pero macizo y pesado, pero mi vista se fue enseguida al juguete ideal para aquella ocasión, que además estaba sin estrenar. Era un sacudidor de alfombras de mimbre, perfecto para esa posición, pica pero no excesivamente, es ligero y flexible. Lo cogí me acerqué  la cama esta vez de pie, puse la parte ancha encima de sus nalgas rojas, lo deslice por ellas suavemente y le dije.

-Yo creo que con una treintena, bastará para que tengas presente la próxima cura.

Al terminar de decirlo levanté el sacudidor y le dí el primer golpe seco de arriba hacia abajo, un pequeño suspiro y un ligera contracción involuntaria de sus músculos al sentir el picor del azote, repetí ritualmente el mismo gesto, mientras contaba mentalmente. 2, 5, 9, 13, 18, 21, 27....uno a uno hasta llegar a los 30 prometidos. Al terminar el color de la piel de sus nalgas era rojo purpura, me volví a sentar en la cama, y empecé a darle besos por toda la piel sensible, rozando a cada beso con mi barba, haciendo que se le pusiera la piel de gallina, mientras seguía repartiendo besos por todo su culo, mi mano buscó desesperadamente entre sus piernas, esta vez si caricias obscenas, buscando encontrar lo que esperaba, su sexo jugosito, caliente e hinchado invitándome a entrar en el con un dedo, primero el índice y después tomó el relevo el pulgar, buscando esa parte de clitorís tan desconocida a la que se puede acceder a estimular desde dentro si se sabe como hacerlo. De los puntos ya ni se acordaba, al contrario arqueó aún más la espalda para ofrecerse más, mientras empezaba a mover sus caderas. Entonces decidí alargar la agonía un poco más...

-Señorita, se que es una putada ahora, pero las curas primero.

Me levanté de la cama, guarde el recién estrenado sacudidor de alfombras en su sitio, y saqué la crema y un juguete que pensé ideal para aquel momento. Antes de volver a hacer de "enfermero" me desnudé, me subí en la cama situándome entre sus piernas, echando un chorrito de crema en cada nalga y empezándola a extender delicadamente al principio y mas en plan masaje después y culminado poniéndome un gota de crema en mi dedo, para dedicarme con el a masajearle despacio el ano, metiendo la puntita del dedo. Entonces cogí el juguete, que era una precioso plug colita de zorra, con la parte para introducir metálica, bien lubricado con la crema, lo puse en el sitio a ocupar, apretando a la vez que hacia pequeño giros a derecha e izquierda fue abriéndose pase, hasta que superada la parte mas ancha desapareció dentro de su culo, quedando fuera solo la suave cola con la que empece a jugar a acariciar sus nalgas aun sensibles, solo rozándolas con los suaves pelos de la colita, mientras con la otra mano volvía a la carga en su sexo, jugando mis dedos para terminar volviendo al pulgar, buscando otra vez la cara oculta del iceberg, y no parar hasta hacer que se corriera. Cumplido ese objetivo fui a por el siguiente, terminar de llenarla, con mi polla, que apunté directamente a su sexo y penetré con facilidad, acomodado dentro, agarré la cola con la mano izquierda como punto de apoyo para empezar a embestirla desde atrás,entrando y saliendo de su sexo, ella empezó a acompañarme también moviendo las caderas al mismo ritmo, cada vez con mas ganas los dos y ya no dejamos de hacerlo hasta corrernos los dos.

Exhausto y satisfecho me tumbé a su lado, quité las almohadas de debajo de su culo y mientras jugueteaba con la colita que salia de dentro de su cuerpo, a la vez que ella se frotaba las nalgas

-A que ni te acuerdas de los puntos....

Continuará.....

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