sábado, 28 de enero de 2017

Ver venir (Diario de unos jugadores XXIV).






La expresión "ver venir", es una expresión que me gusta y que irremediablemente creo que voy a asociar con los juegos los restos. Es que además creo que esos dos verbos juntos describen muy bien, de forma eficaz y sencilla la esencia de los juegos.

Siempre voy a recordar que en ese periodo llamamos de "tanteo", cuando empiezas a "tontear" con alguien y se plantea la posibilidad de pasar de la imaginación a la realidad se crean unas expectativas o incluso se juega a crear conjuntamente un juego y además de divertido creo que ayuda mucho tanto a conocerse como desinhibirse y aumentar el deseo. Pero también se que por más que se comparta una fantasía mientras esta es sólo eso fantasía, en realidad son dos fantasías, la que cada uno tiene en su cabeza. Por esa razón cuando se pasa a lo tangible, a las sensaciones reales, nunca es igual que el dibujo que tenías en tu mente. El tiempo y la experiencia me dice que es mejor así y que es parte de la gracia del juego, al final la escena prevista jamás se cumple, siempre es distinta y creo que mala señal el día que se cumpla lo previsto, que puedas anticipar antes de vivir, creo que si eso pasa es el principio del fin. Por eso me gusta "ver venir", los juegos son siempre un "ver venir" y os voy a contar una anécdota para ilustrar mejor ese "ver venir".

Era Sábado  por la tarde de un fin de semana, ambos teníamos  muy claro que habría juego durante aquel fin de semana. Habíamos estado el día de excursión todo el día, pese a ser principios de Enero, nos había sorprendido un día precioso y soleado, hasta el punto de poder tomarnos unas cervecitas a la  hora del aperitivo en una terraza. Después decidimos cambiar de ubicación para ir a comer, visitando un encantador pueblecito medieval, con la mala suerte de elegir un mal sitio para comer, no por la comida que se podía comer, sino por el servicio, lento, hasta el punto de terminar comiendo dentro del local en vez de la terraza, porque había caído la sombra ya y refrescaba.

De vuelta al apartamento paramos a comprar provisiones, cuando llegamos ya caía la tarde y el frío, así que al llegar encendimos la calefacción, nos pusimos cómodos y nos apalancamos en el sofá, pusimos la tele de fondo y animados compartimos unas cervezas, confesiones y risas durante un largo rato. Fue durante ese momento de desenfado cuando se empezó a gestar el juego no previsto, la culpa la tuvo  una frase de ella.

-Debería darme un ducha

En principio es una frase inocente, sin más connotación, pero a veces ese tipo de situaciones inocentes terminan en un tórrido juego. No recuerdo que contesté la primera vez que lo dijo, seguimos a lo nuestro, risas, caricias y cayó alguna cervecita más y entonces la frase se volvió a repetir.

-Pufff debería darme una ducha
-Pues va tira y mientras si quieres preparo algo de cenar...

Se hizo la remolona, total que seguimos en el mismo plan, cayeron un par de cervezas más y la frase se volvió a repetir varias veces, pero siempre quedando en eso en la intención, demasiado cómodo se estaba en aquel sofá y entonces entendí que estaba jugando conmigo, vamos que la idea era ir a ducharse si, o más bien que la obligara a ir a ducharse, pero como os decía antes "ver venir", así que me hice el despistado y decidí esperar un poco más, hasta que llegado un momento fui yo quien decidió tomar la iniciativa y le dije algo así.

-Bueno que piensas darte ese ducha o no?

Como respuesta obtuve una risa y un:

-Si, si ahora iré....

Volví a hacerme el despistado un par de minutos, como si no pasara nada, hasta que de imprevisto cuando imaginé que no esperaba ya reacción, saqué el Mister Jekyll. Me incorporé repentinamente (estaba tumbado detrás de su espalda) y cogiéndola de la cintura la coloqué en mis rodillas y mientras le levantaba el vestido que llevaba para estar por casa, le dije:

-No me gusta repetir las cosas tantas veces, ya me has vacilado bastante con el tema.
-No joder que ahora voy...
-Si ya se que vas a ir, pero con el culo rojo.

En ese momento ya había levanto él vestido lo suficiente, debajo de el había unas bonitas y pequeñas braguitas blancas, que dejaban al descubierto más de la mitad de sus preciosas nalgas  y sin más explicación empecé a azotarla con la mano, encima de las braguitas, una tanda corta a lo sumo una veintena de azotes de mero calentamiento. Entonces busqué la cinturilla de las braguitas y lentamente las baje, los calentadores de lana que le cubrían las piernas hasta medio muslo, me indicaron el lugar exacto donde dejar las braguitas, le acaricié brevemente las nalgas ya desnudas del todo, antes de empezar a azotarla con la mano, piel con piel, con ganas con muchas ganas, quería que sintiera  como  spankee a lo que mas debe temer en realidad es a la mano, que bien usada pica y pica bien y que sobre todo, genera mucha menos compasión en mi que los instrumentos, vamos que si me lo propongo no se me acaban las pilas.

 Lo debí hacer bien, porque tras una corta tanda de no más de 20 buenos azotes, se removía en mi regazo, así que le di el primer respiro, unas caricias suaves por toda la zona enrojecida, antes de separar ligeramente sus muslos para tener acceso a comprobar que me decía su cuerpo, si las quejas de su boca se correspondían y su sexo recibieron mis dedos con una sonrisa de  humedad. Signo de que podía seguir "enseñandole" lo que pasa, cuando no sabemos parar de jugar a tiempo. Empecé de nuevo con la azotaina, palmadas secas y duras alternando nalga y nalga, pero intentando apuntar sobre todo en la parte mas baja, justo por encima de los muslos, en una nueva tanda corta pero intensa, cuando hice la siguiente pausa su culo empezaba a tener ya el color que me gusta, de nuevo caricias y comprobación antes de continuar la azotaina, en  una nueva tanda, que tuve que parar, porque se movía , para recolocarla en la posición ideal y continuar, al terminar, tenia el culo muy rojo, incluso con algunos puntitos rojo oscuro, sin decir nada la volví a acariciar o más bien a poner mi abierta sobre una nalga y después la otra como queriéndolas agarrar pero sin apretar, notando el calor de la azotaina en su piel...hasta que le dije, dándole un último azote

-Levanta!!!

Se levantó y sentando aun el sofá, la cogí de la mano y la miré, tenía marcada en la cara la costura del apoyabrazos del sofá de hacer fuerza, me levanté yo sin soltarla:

-Ahora un ratito al rincón a pensar.

Se quejó, pero me siguió hasta el rincón, allí le levante el vestido otra vez, con las braguitas a medio muslo y el culo bien rojo, la dejé para sentarme y encenderme un cigarrito mientras la miraba, no me lo terminé cuando le dije.

-Tira a la ducha, cuando salgas hablamos..

Lo primero que hizo fue subirse las braguitas, antes de darse la vuelta y pasó por delante de la mesilla, mirándome de reojo ruborizada de camino al cuarto de baño. Me terminé el cigarro tranquilo. Cuando escuché el ruido del agua de la ducha me levanté, recogí todo lo que había en la mesa y me fui para la habitación, en busca de dos cosas, la primera una paleta pequeña de madera, del tamaño de un cepillo, pero mas ligera, menos pesada. Después me debatí ente dos de mis cinturones, pero acabé eligiendo uno negro algo mas estrecho de la medida estándar, pero también mas grueso y denso. Me fui de nuevo al salón puse ambos "juguetes" encima de la mesa y me senté a esperar. Aún tardó un buen rato en salir de la ducha, cuando la vi aparecer por el salón de nuevo, la miré cuando se quedó parada frente a la mesilla y le dije.

-Ya te avisé que no habíamos terminado, de las dos cosas que hay en la mesa, elige una.

Me puso alguna excusa, el típico bla, bla, bla.....y sentencié

-Bien si no sabes cual elegir es que igual necesitas probar los dos.

Entonces se calló pensó un instante le volví a preguntar y me contestó

-El cinturón

Me levanté extendí la mano reclamándole el cinturón, lo cogió y me lo dio, lo doblé y con la otra mano tomé la suya para llevarla a la habitación, allí la solté, estire el edredón entero hacia atrás, puse las dos almohadas en el centro de la cama.

-Túmbate, boca abajo.

Esta vez no tuve que repetirlo, ni hubo excusas, se tumbó justo en el centro de la cama, las dos almohadas le levantaban el culo,  me incline para levantarle el vestido, debajo unas braguitas nuevas, que le bajé hasta justo encima de las rodillas, aun tenia el culo bien rojo de la azotaina del salón, medí la longitud exacta que tenia que tener el cinturón doblado para abarcar todo el culo, poniéndolo encima de sus nalgas desnudas, empuñándolo justo por encima de la hebilla, daba la longitud ideal y sin mas comprobaciones, le di seguidos los tres primeros azotes desde el lado derecho de la cama, rápidos y contundentes, se estremeció, enseguida mi mano izquierda busco entre sus piernas, pasando los dedos entre sus labios, sonreí seguía mojada y me cambié de lado de la cama, al lado izquierdo, calculé la distancia ideal y otros tres azotes seguidos le cayeron desde el otro lado, el ultimo se movió hacia mi lado, con lo el impacto del lado contrario fue en la parte alta del muslo, otra vez volví a comprobar su estado con mis dedos y me cambié de lado otra vez y otros tres nuevos azotes desde el lado derecho y de nuevo a comprobar aunque esta vez mas exhaustivamente, no me limité a pasar los dedos entre sus labios, sino que empece a jugar con mas profundidad metiendo un dedo frotando con el otro mientras le decía...

-Te quejas mucho , pero tu cuerpo no me dice que estés sufriendo precisamente...
-Me acabo de duchar te lo recuerdo.
-Pues hay que secarse bien señorita...ademas sabes no me gustan los números impares voy a tener que parear y tres mas suman doce.

Dejé de tocarla para dar de nuevo la vuelta a la cama, se quejaba medio sollozando, pero no se libro de los tres últimos azotes con el cinturón. Al terminar otra vez al lado derecho, dejé el cinturón en su sitio y me fui a por la crema de áloe vera, que había en la mesita, antes de nada terminé de quitarle las braguitas del todo, separé sus piernas para arrodillarme detrás, entre las piernas encima de la cama, le eché dos goterones de la espesa crema uno en cada nalga, que extendí con mucho mimo por toda la zona castigada, haciendo que quedase mojada de crema, mientras extendía mi mano derecha trasteaba ya su sexo, resiguiendo los labios exteriores, pinzándolos desde abajo para hacer salir a los interiores que frotaba suavemente con la yema de un dedo, no dejándome ni un solo rinconcito de su coño cada vez más mojado, hasta que el pulgar de mi mano derecha acabo dentro de su sexo, mientras el indice de la izquierda le acariciaba la hendidura que separa las nalgas, de abajo a arriba varias veces,  para terminar haciéndole un suave masaje en el ano, mientras el pulgar con la yema  hacia abajo buscaba esa zona rugosita de dentro de la vagina y la frotaba despacio a la vez el dedo corazón frotaba su clítoris, empecé a mover el pulgar mas rápido y apretando más, notando como se hinchaba por dentro a la vez que empezaba a gemir, entonces el indice entró en su culo y empecé a mover las dos manos al unisono en un movimiento rítmico sacar sin salir y meter, buscando las pistas en sus movimientos y respiración, cuando empezó a mover las caderas, entonces me centré solo en el pulgar, apretando mas fuerte y centrando el recorrido a esos escasos dos centímetros de placer interno....no se cuanto tiempo, estuve, se que hubo más de un orgasmo seguro, hasta dejarla descansar.

Luego continuamos jugando en la cama un rato, hasta que le pregunte si le apetecía un cigarrito me dijo que si, me levante a por tabaco y el cenicero y como en una corazonada me traje la pequeña paleta que se había quedado en la mesilla, nos encendimos dos pitis, tonteando empezó a morderme en el costado, en uno de los mordiscos me hizo daño, le dije que parara, pero  como me temía eso solo consiguió que siguiera en el empeño, la volví a avisar varias veces, con idéntico éxito,hasta que en uno de ellos, dije hasta aquí, le di la vuelta, boca abajo de nuevo, destapé la cama y alargué la mano para coger la pequeña paleta.

-Es la segunda vez hoy que te tengo que repetir algo, voy a tener que enseñarte a autorregularte.
Pese a que aún tenia el culo marcado, le dí 10 azotes con la pequeña paleta...y al terminar puse la paleta justo al lado de su cara y le dije:

-Tu decides, si crees que es suficiente y has aprendido a parar cuando se te dice, coge la paleta y ponla debajo de la almohada, sino, dámela otra vez.

Dudó un momento, hasta que la cogió y la levantó para dármela. La cogí y le di otros diez azotes más y volví a dejar la paleta al lado de su cara y que decidiera. Me la devolvió otras dos veces, lo que sumaron 40 azotes en total, hasta que metió la paleta debajo de la almohada. Entre lo que le había caído por la ducha y los 40 por morder, su culo tenia un aspecto impactante, pero bonito....repetí el ritual de la crema, esta vez mas tiempo y con masaje, repetimos juegos después y todo terminó con un final especial.

Yo tumbado boca arriba en la cama, ella de rodillas con las piernas abiertas justo encima de mi cara, mientras yo le comía el coño con todas mis ganas.

Continuará.....

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