sábado, 7 de enero de 2017

Vaciladas las justas. (Diario de unos jugadores XXI).






Ya he comentado muchas veces, que los juegos con normas, son una fantástica manera de iniciarse en estos mundos. No dan lugar al equívoco, eso si siempre y cuando se acepten las consecuencias. Yo eso sigo la máxima de: pocas, asumibles pero inflexible cuando hay desacato y eso incluye la posibilidad, de que en algún momento no haya premeditación en el incumplimiento, aunque en este caso yo al menos soy partidario de aplicar aquella frase de: "es lo que hay".

Dicho esto la experiencia me dice, que esas normas terminan por diluirse, uno no puede estar pendiente toda la vida de hacer de policía y somos ya todos mayorcitos para ser responsable de nuestros actos y decisiones, aunque entiendo que haya quien se sienta a gusto manteniendo una estructura, que eso aporte seguridad a la vez que relajación porque te puedes descuidar que sabes que en ese caso alguien de fuera te pondrá otra vez en el camino recto. Así que muchas veces esas normas se limitan a eso a crear  una estructura que incluye la aceptación de un figura de autoridad, que entre otras cosas permite la  posibilidad de rebelarse y poner a prueba por un parte y  por la otra la de ejercer como tal.

Eso y no las normas es lo que termina de provocar la inmensa mayoría de juegos, una especie de juego del gato y el ratón que a diferencia de las normas si suele ser permanente, explícito en ocasiones, implícito y sibilino en otras. Aquello de la tensión erótica permanente. La experiencia (siento repetirme) me dice que ese proceso lo ves venir con antelación, como un presagio, algo un gesto, una palabra mas alta que otra, te dice: "uy esta no va a parar hoy  hasta que le ponga el culo como un camión de bomberos". Y aunque es cierto que el final profetizado termina por cumplirse, el juego es mucho más que es, no pocas veces es un juego por el control. Lo que busca ella no es solo que le pongas el culo rojo, sino sentir el descontrol. Busca a reacción a su acción, eso está claro, pero volviendo a lo de antes, una vez desplegado el tablero quien pone las reglas eres tú y tu tienes que hacer que ella juegue bajo tus reglas, porque eso es o que quiere. Pero para explicarme que mejor que narraros un historia, que creo que explica muy bien todo esto.

Llegué tarde a casa, después de un día de aquellos horribles, además ya metido de lleno, en la incomodidad navideña. Solo me apetecía apalancarme, con una cervecita y olvidarme del día. Enseguida me di cuenta, que el suyo no había sido  muy diferente al mio, la cara es el espejo del alma y la suya especialmente. Y una buena forma de olvidarme de mi dia, es que me contase el suyo, escucharla. Aunque encima de la mesa, ya había una lata de cerveza vacía , cuando fui a buscar una para mi, me pidió que le trajese otra. Se la dí y me senté ella puso sus pies encima de mi regazo y instintivamente empecé a acariciárselos, mientras me empezaba a contar su dia estresante, entonces hizo algo que me encendió las alarmas, un desfogue "inturruptus". Osea me empezó a contar su dia y de repente paró para decirme.

-En fin no quiero pensar mas y tú día?...

Yo también quería olvidar, así que le dije lo mismo, que ya se había terminado y mañana sería otro día. Empezamos a charlar de otras cosas y la verdad es que nos sentó bien, yo me levanté a por otra cerveza  y ella me pidió otra. Era la tercera....pero no hice caso y se la traje. Nos bebimos segunda y tercera cerveza, echándonos unas risas y me entró el hambre.

-Venga va que te apetece cenar?....
-Pufff no tengo nada de hambre
-Venga va cena algo...
-Que no...
-De que quieres el bocata?
-De lo que te salga de la....

La tiré una miradita que esquivó y me fui para la cocina de camino me dijo.

-No me hagas nada
-No tranquila.

Me preparé un bocata y cuando salia de la cocina me dijo.

-Tráeme otra cervecita porfa...

Cogí una cerveza más y me fui para el comedor, me senté en el sofá y le di la cerveza, eso si soltando un tirito.

-Es la cuarta ya...
-Joder tio, no me rayes, no eres mi padre!!!!!!!

Segunda mirada, ella abrió la lata sin mirarme y le dio un trago, la estaba viendo venir. Mientras cenaba se relajó otra vez el ambiente y volvimos a las risas, cuando terminé de cenar recogí y seguimos a los nuestro, buen rollo y distendido un rato. Entonces ella de repente se levantó y me dijo

-Voy al baño

Al salir vi que iba para la cocina y desde allí me dijo

-Quieras otra?
-Otra que?
-Otra cerveza
-No, no paso.
-Pues yo me voy a beber otra.

Apareció por el salón con la lata en la mano y sonriendo con picardía, supongo que esperaba el toque, pero me hice el loco, no dije ni pio. Entre una cosa y la otra eran casi las doce y le dije.

-Y si nos vamos a la cama, yo estoy ko...
-Me queda media aún.
-Que si la dejas tampoco pasa nada..
-Si hombre, ve tirando tu si quieres que ahora iré...
-No tardes que mañana te quejarás.
-Voy a hacer como que no he escuchado nada, que luego tengo fama de borde...

Me levanté y me metí en la cama, realmente estaba cansado, porque mi me enteré cuando se metió ella, vamos ni nada más en toda la noche hasta que sonó el despertador...Nos costó levantarnos y con prisas, así que no nos dio tiempo de mucho aquella mañana.
En contra de lo esperado, nada más llegar tenía un hora tonta así que le puse un mensaje.

-Buenos dias!!!! que tal?
-Mal.....hoy a las 10 estoy en la cama...
-Pero te pasa?
-Tengo sueño, me duele la cabeza y encima presiento que me van a tocar los cojones mucho hoy...
-Vaya y en todo eso no habrán influido las 5 cervezas de ayer?.
-Pues si lo más seguro, tal vez si alguien me hubiera dicho...ya vale.
-Lo dices por mí?
-No por el vecino del tercero...
-Ya eres mayorcita no?....Como era, ahhhhh si "joder tío no me rayes, no eres mi padre" (eso poniendo voz femenina)...

La repuesta fueron  unos puntos suspensivos y decidí que era el momento de tomar el control.

-De todo esto ya hablaremos esta tarde, que lo sepas.
-De que tenemos que hablar?
-De muchas cosas. Te dejo que viene el cliente.....pero espérame con el uniforme puesto.

Ella sabía perfectamente que significaba eso, el espérame con el uniforme puesto, era un grado por encima de esperame con el pijama. El uniforme era algo mas que un vestuario era un ritual en si mismo. Era muy simple, pero con unas normas muy claras. Faldita de cuadros escoceses, un polo blanco sin sujetador y una ropa interior muy concreta y exclusiva de ese ritual. Además eran las 9 de la mañana y para las 7 de la tarde quedaban muchas horas, para pensar e imaginar. Aunque algo tenía claro su día no iba a ser como el anterior, su cabeza estaría ocupada en otras cosas....

Cuando por fin terminó el día antes de montarme en el coche de regreso a casa, le puse un mensaje.

-Hola estás en casa ya?
-Hola si.
-Ok, en un cuarto de hora estoy allí. Y cuando llegue te quiero vestida y en el rincón del comedor. Hasta ahora.

No volví a mirar más el teléfono, estaba convencido de que me la encontraría vestida y en el rincón. Todo el día pensando en ese momento....que no llega nunca, es lo que tiene.

Cuando metía la llave en la cerradura, intentaba imaginar lo que sentiría ella en ese momento. Entre tranquilamente, pero fui directamente al comedor. Tal y como había previsto estaba allí en el rincón vestida. Dejé las llaves encima de la mesa, la miré no se movía, el silencio era brutal. Salí del salón un momento, fui a buscar algo que deje en el sofá. Luego en silencio, encendí la lampara de pie, que había en el rincón del sofá y apague la luz del techo, la luz de pie tan solo iluminaba el sofá. Me senté en el sofa y entonces la llamé de una forma muy curiosa, diciendo señorita seguido de su apellido. Ella se dio la vuelta justo a tiempo para ver como me remangaba despacio las mangas mientras la miraba, mientras se acercaba despacio a mi. Cuando se paró frente a mi la mire fijamente sin decir nada, unos segundos...entonces le dije.

-Aunque al final siempre te salgas con la tuya, no te acostumbres a que siempre será como tu quieras y cuando tu quieras.

Ella empezó a hablar, pero la corté en seco.

-Silencio y ponte en mis rodillas.

Bajó la mirada, para tumbarse encima de mis rodillas. El cuerpo encima del sofá, pero los pies en el suelo, juntos. Lo primero que hice nada más tumbarse fue levantarle la faldita de cuadros y deleitarme la vista, el inocente diseño de las braguitas sin embargo dejaba ver los dos globos carnosos de sus nalgas, que parecían querer escapar, no pude evitar empezar la yema de mi dedo indice por todo el borde de las braguitas apenas rozando, aunque solo una vez, hasta que me puse a colocar bien la falda alargando la agonía unos instantes más. Hasta que empecé a azotarla despacio y sin demasiada fuerza, las palmadas caían mitad en  piel y mitad en tela, muy despacio fui aumentando el ritmo y la fuerza, quería un buen calentamiento, ver la parte de piel que estaba a la vista coger color, que estuviera al punto, para pasar a acciones mas fuertes, cuando estuvo a mi gusto paré, y me pese a pasarle los dedos suavemente por la parte de atrás de sus muslos, fue cuando mi di cuenta, que tenia una tremenda erección, que seguro ella notaba en su cuerpo sobre mi regazo. Era el momento del siguiente paso.

Mis manos buscaron la cintura de las pequeñas braguitas y muy despacio empezaron a bajarlas, lo justo apenas cuatro dedos por debajo de sus nalgas las dejé  y le dí un azote seguido de una orden.

-Echa el cuerpo un poco mas para delante, lo quiero bien levantado y expuesto.

Se movió ligeramente frotándose con mi cuerpo, la sujeté por la cintura con la mano izquierda y empece a azotarla con el culo desnudo, con bastante más ganas que antes. El sonido de los azotes, de piel de la mano chocando con la del culo a un ritmo constante, me excitaba aún mas, así como el color cada vez más vivo que iba cogiendo su piel, me empezaba a picar la mano, por lo que decidí una pausa. Con la agitación del momento me di cuanta que las braguitas  habían caído hasta las rodillas y las cogí  para volver a subirlas hasta justo debajo de sus nalgas, entonces otra palmada y otra orden.

-Separa las piernas!!!!

Las separó lo que dieron de si las braguitas y sin pensar llevé las dos manos a la parte baja de sus nalgas, sepárandolas, para exponer toda su intimidad, buscando eso que se sintiera expuesta y observada. Tenia los labios hinchados y enrojecidos de la excitación y entre los labios la carne roja, brillante y mojada...

-Eres incorregible, te estoy zurrando y estas como una gata en celo...

Solté sus nalgas y con la mano derecha le di una serie rápida de una docena de azotes, en su sexo desde atrás, la oí gemir por primera vez aquella tarde. Al terminar fui directamente a comprobar lo jugosa que estaba, pero solo lo justo, para volver a empezar a azotarle el culo otra vez con ritmo y fuerza un buen rato continuo sin pausas, hasta que volví a sentir el picor en la palma de mi mano y me detuve, para repetir el mismo ritual, de máxima exposición separándole otra vez las nalgas con las dos manos, solo está vez antes de soltarla le di un par de azotes en la cara interna de las nalgas, que debieron picarle por sus quejas.........ahogas cuando puse mi mano en su sexo empapado, jugué a frotarlo un poco, a que  mis dedos resbalasen entre sus labios, hasta que el pulgar acabo dentro de su sexo, mientras corazón e indice le pellizcaban suavemente el clítoris haciendo pequeños movimientos de arriba a abajo, ella comenzó a jadear y entonces a la vez que seguía jugando con la derecha usé la izquierda para seguir azotándola,  por sus gemidos y por como empezó a moverse sabía que el orgasmo era inminente y le advertí.

-Ni se te ocurra aun.....que no hemos acabado...

Pero ni puto caso, aunque todo sea dicho yo tampoco paré y se corrió irremisiblemente, entonces dejé de mover los dedos, sin sacar el pulgar de dentro, con la mano izquierda le cogí con fuerza del pelo, haciendo que echara la cabeza hacia detrás, mientras le decía.

-Te acabo de decir que no siempre van a ser las cosas, cuando tú quieras y como te quieras, voy a tener que enseñarte auto control señorita.

Saqué mi mano de su sexo le solté el pelo y cogí el cepillo, se lo pase por las nalgas y los muslos varias veces hasta que empecé a usarlo, como ya tenía el culo bastante rojo, aguantó bien las primeras picaduras de cepillo, pero pronto empezó a hacer efecto la seca y lisa madera , su cuerpo cada vez más tenso y los gemidos con un tono diferente a los de placer, me hacían ver, que el dolor empezaba a ser intenso, paré. Otra vez me deleite observando el tono de su culo, sin tocarlo primero y pasando suavemente los dedos otra vez, mientras le decía:

-Señorita vamos a ver si ha aprendido la lección.

Llevé la mano otra vez a su sexo, seguía estando muy, muy mojado, aunque esta vez el pulgar buscó otra ubicación mas arriba, haciendo un pequeño masaje alrededor de su ano, a la vez que indice y corazón volvían a entrar en sexo con toda la facilidad del mundo, empecé a apretar el pulgar para que fuese entrando en su culo y una vez ubicado con los otros dedos empecé a juguetear en su coño, entrando saliendo, recorriendo los pliegues, dando golpecitos en el clítoris, ella empezó a moverse de nuevo, y le dije:

-Voy a tener que coger el cepillo de nuevo?.

Estuve un rato, viendo sus intentos desesperados para no correrse, hasta que decidí en uno de los momentos álgidos que de haber seguido, me hubiera desobedecido, que era suficiente tortura y paré, me puse a acariciarle el culo precioso que le había dejado y al cabo de un rato le dije.

-Levanta va..

Se levantó , la miré y sin decir nada le subí las braguitas, a su ubicación original, me miró extrañada.
-Vete a la habitación, espérame tumbada en la cama.

Salió extrañada, incluso diría que con cierto enfado del comedor. Yo me levanté tranquilamente y me fui a fumarme un cigarrito a la cocina. Al terminar entre en la habitación estaba tumbada boca arriba en la cama, con las manos detrás de la cabeza y las piernas cruzadas sin decir nada me subí en la cama, la miré a los ojos a la vez que metía las  manos por debajo de su polo, en busca de sus pechos, que empecé a magrear por debajo de del polo, hasta que me decidí a subírselo para dejarlos al descubierto y seguir un rato con el magreo estimulando los pezones, que se pusieron erectos y duros. Entonces me bajé un poco y metí las dos manos debajo de su falda, buscando otra vez sus braguitas, pero esta vez las quité del todo y al llevar mis manos entre sus piernas, casi en acto reflejo las separo, la miré con sonrisa de malvado empecé a frotar su coño con mis dedos, otra vez mojado si se había secado en algún momento, suave sin prisa, excitándome con el sonido a mojado cuando frotaba con algo más de fuerza. Sin dejar de frotar le metí el dedo corazón que empecé a entrar y sacar despacio, ella cerró los ojos y empezó a mover la cabeza a lado y lado, cuando le metí también el anular y empecé a meterlos y sacarlos despacio, escuchando su respiración y sus jadeos, que me impulsaban a aumentar el ritmo de mi brazo, entrando y saliendo cada vez mas rápido levantando la palma de la mano, para que chocara cada vez mas rápido contra su sexo, con ese sonido de piel mojada contra piel tan excitante, sus gemidos eran cada vez más fuertes y su respiración más agitada, mi movimiento mas rápido hasta que volvió a estallar en un orgasmo durante el que no dejé de entrar y salir con mis dedos con todas las ganas del mundo...y lentamente invertir el proceso mientras ella se recuperaba, de mas o menos, hasta parar. Entonces se dio media vuelta, abriendo los ojos me miró, nos miramos en silencio un rato sin decir nada mientras le acariciaba el culo. Sin decir nada tambien se incorporó de rodillas entre mis piernas se inclinó y buscó con desespero, mi pantalón para desabrocharlo y bajármelo, puso la mano encima del bóxer frotándome la polla y mirándome me dijo.

-Tengo un capricho y me lo voy  a dar.

Le sonreí de medio lado, mientras ella metía la mano dentro de los bóxers, me la cogía y la sacaba, para inclinarse y empezar a chupármela, cosa que no dejó de hacer hasta que me corrí.

Continuará....



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