sábado, 12 de noviembre de 2016

Una proposición indecente (Diario de unos jugadores XIII).







Era una tarde de un domingo gris y lluvioso de otoño. Tanto que ni tan siquiera nos habíamos quitado el pijama, ni habiamos salido de casa para nada. Un domingo de aquellos de perrear y no hacer nada, bueno como mucho rendirse ante las tentaciones del placer. Hacía un rato que nos habíamos levantado de una larga siesta y no con algún que otro esfuerzo había conseguido que se sentara a estudiar un rato, siguiendo a rajatabla nuestro acuerdo. Ella estaba sentada en la mesa y yo mientras leía un libro en el sofá. Pese a estar concentrado en la lectura me vino esa sensación de que alguien me miraba, levanté la vista del libro y en efecto ella me miraba y al verme sonrió.

-Que pasa? hay algo que no entiendes?
-No solo te miraba
-Muy bien, pero se trata de estudiar, no de mirarme
-Ya, pero estas muy gracioso y sexy cuando te pones tan serio y concentrado
-Venga va zalamera, déjate de rollos y ponte a estudiar que de eso se trata.
-Mmmmmm lo ves, me provocas

La mire y me puse de nuevo con el libro. Aunque ya sin concentrarme en el, la escuchaba suspirar y moverse inquieta, miré el reloj apenas llevaba 20 minutos,  pero sabia lo que le costaba permanecer 20 minutos quieta y más cuando no hay ningún estímulo para encantarse. Escuché como se levantaba y pensé que iba al baño aunque fue hasta la cocina, abría la nevera y se servía un vaso de agua. Cerré el libro y vi como volvía llevaba consigo una lata de cerveza, que al acercarse me dio.

-Muchas gracias!!!
-He pensado que igual te apetecía

Se sentó a mi lado, mientras yo abría la cerveza y le daba un trago...para después quedarme mirándola serio..

-Habiamos quedado que una hora y llevas media
-Pffff es que necesito un descanso....

En ese momento metía sus manos por debajo de mi camiseta.

-Joder las tienes heladas
-Seguro que se calientan enseguida.

Entonces empezó a darme besos muy suaves en el cuello y en la mejilla, en la oreja, sintiendo su respiración, mientras me susurraba.

-Estoy aburrida de estudiar y he pensado que tal vez, podemos hacer algo mas divertido, entonces me beso y de forma automática mis manos buscaron por debajo de su camiseta hasta encontrar sus pechos, mientras seguíamos besándonos empece a notar sus fríos dedos aun colarse por debajo de mi pantalón del pijama y una vez dentro toda su mano empezó a frotar mi sexo por encima de la ropa interior, provocando de inmediato un reacción física, mientras me volvía a susurrar al oído.
-Parece que tu cuerpo también está de acuerdo en hacer una pausa.

Seguí el mismo camino que su mano, con la mía, metiéndosela dentro del pantalón del pijama, buscando la piel suave de su pubis totalmente depilado, buscando las protuberancias de sus labios y pasando un dedo por la ranura húmeda de su sexo. Pero entonces se empezó a manifestar el duendecillo de mi conciencia , que me decía: "tío te camela como y cuando le da la gana" a lo que respondía la tentación: "Venga tío si te mueres de ganas, si estas como una moto, aprovecha...". A todo eso yo ya tenía un dedo dentro de su sexo y ella había metido ya la mano por dentro de lo bóxer, para cogerme la polla, cuando se impuso en el debate mi conciencia.

-Para.
-Pufff porque
-Porque lo digo yo, para!!!

No me hizo ni caso, así que yo bruscamente me aparté.

-Joder que haces?
-Te queda media hora, así que ya sabes.
-Lo esas diciendo en serio?
-Me ves cara de estar de broma?

Me miro con cara de traviesa, se puso a cuatro patas encima del sofá como una gatita acercándose entre mis piernas y cogiéndome de la cintura de los pantalones con intención de bajármelos...

-Si no hace falta que hagas nada tu relájate que ya lo hago yo.
-Nena, he dicho que vale? lo tengo que repetir?.

Ni caso, empezó a intentar bajarme los pantalones, le cogí las manos para impedírselo, pero ella seguía intentándolo riendo, en una especie de forcejeo.

-Nena no estoy bromeando. Para.
-No se cortas rollo, como tu me dices a mi déjate llevar...jijiji.
-QUIERES PARAR DE UNA VEZ!!!!!!!!!!.

Entonces le cambió la cara, se levantó toda orgullosa y enfiló el camino hacia la puerta del salón.

-Donde vas?
-A la habitación, no quiero molestarte, sigue leyendo esa mierda de libro.
-Ven aquí y siéntate a estudiar.

Su única respuesta fue una risita burlona acompañado de un:

-Si, si lo que te digas.

El que se levantó entonces fui yo detrás de ella y la alcancé en el pasillo, cogiéndola de la oreja.

-Ya me has hartado, te queda media hora de estudiar.
-Ahhh suelta joder que tengo ganas de ir la baño.
-Ya iras cuando termines.

De la oreja la llevé hasta la silla de la mesa donde estaban los apuntes.

-Sientáte y no levantes la vista de los apuntes, en la próxima media hora y después ya hablaremos, está claro?.

No me contestó.

Cogí el libro y me puse a leer, pese el considerable calentón que llevaba, empecé a leer pero tampoco podía concentrarme levanté la vista y estaba apoyada en el respaldo con los brazos cruzados  mirando al vacío. Cerré el libro de golpe, haciendo que sonara un golpe, seco que hizo que la despertó de su trance.

-Se puede saber que haces?
-Nada, no me concentro.
-Tu misma tenemos toda la tarde.
-Joder solo quería jugar un poco...
-Hemos estado tonteando todo el día, el viernes me liaste para no estudiar, ayer también y acepté a cambio de que hoy te pusieras un hora y por mis....que vas a hacer la hora.
-Yo no he dicho en ningún momento de no hacerla...
-Nena...
-Que!!!!!
-Que te conozco y después hubiera sido otra excusa
-Da igual,no se puede hablar contigo.
-Si es que en esto no hay nada que hablar lo haces y punto.
-Pues me declaro en huelga

Se me escapó un risa al escuchar eso, que le supo a victoria, pero el contraataque fue instantáneo.

-Si quieres que te ponga el culo rojo, estás a nada de conseguirlo, avisada quedas.

Volví a coger el libro y me puse a leer de nuevo, intentando no mirar, pero levanté la mirada y seguía igual orgullosa de brazos cruzados mirando la  pared, resoplé dando a entender que estaba empezando a llegar a la zona roja de mi paciencia. Seguí a lo mío y una segunda mirada con el mismo panorama y ya  no pude reprimir ponerme filosófico.

-Sabes hay momentos, en los que creo que mas que provocar para jugar, lo que necesitas es una buena azotaina de verdad, pero vamos más que respirar y creo que ahora tienes uno de esos momentos, así que para que esperar  más.

Cerré el libro de nuevo de golpe, me levanté y me fui para ella. Que al ver como me levantaba y la seriedad en mi cara se lo pensó mejor.

-Valeeee, ya me pongo.
-Tarde vas muy tarde ya.

La cogí del brazo, tiré de ella hacia arriba.

-Levanta.

Se levantó y nada más levantarse le cayeron los primeros azotes mientras la sujetaba por el brazo y le decía.

-Si parte de la culpa es mía, por haberte seguido el juego antes, pero si te digo que pares, paras y punto, sin que tenga que repetirlo 50 veces, eso por un parte, por la otra teníamos un trato que has incumplido y no solo eso sino que encima tengo que aguantarte una pataleta y  un desafío y por ahí si que no paso, ¿sabes lo que va a pasar ahora  no?.

Todo el discurso lo solté a la vez que le iba dando azotes sujentándola del brazo por todo el comedor, que ella trataba de evitar si conseguirlo. Hasta que me detuve para sentarme en el sofá , mientras ella de pie delante de mi se frotaba el culo.

-Te he hecho un  pregunta, responde.
-Que pregunta?.
-Si sabes que pasar ahora?

Se puso roja  mientras seguía frotándose  y me esquivaba la mirada, para balbucear tímidamente:

-Si...

La cogí por el brazo otra vez, la puse en el lado derecho de mis piernas y la forcé a tumbarse encima de mis rodillas, con las dos manos la cogí de la cintura para colocarla bien y le dije.

-Levanta el culo un momento.

Se quejó porque sabia que significaba eso, que es que iba a proceder  a bajarle el pantalón del pijama, tal y como hice despacio,  hasta que ellos mismos terminaron en sus tobillos.

-Tu y tu manía de ponerte nada debajo del pijama, peor para ti.

Terminada la operación pijama en los tobillos, le puse la mano izquierda en la parte baja de la espalda y empece a azotarla con la mano. Una primera tanda de intensidad media de calentamiento dio paso a una segunda y mas intensa tanda ya de "castigo" que alargué hasta ver ya su culo de color rojo brillante, tras la cual mientras le acariciaba suavemente le dije.

-Es esto lo que querías verdad? es lo que estabas buscando?, pero si crees que te vas a librar de estudiar lo llevas claro.

.Al terminar empecé de nuevo a ocuparme de su culo, otra larga tanda de azotes rápidos y fuertes, a mitad de la cual empezó a gemir y a moverse, intento llevar la mano hacia detrás, que rápidamente inmovilice sujetándola con la mano izquierda en la espalda, mientras seguía con la rítmica azotaina, un rato más. Al parar me  puse a pasarle los cuatro dedos de la mano a modo rastrillo desde el final de los muslos recorriendo suavemente sus nalgas hasta el principio de su espalda varias veces por las dos nalgas.

-No creas que hemos acabado, no vas a salir de está tan cómodamente. Levanta.

Se levantó, yo también, fui hasta la mesa cogí los apuntes, se los entregué y le dije.

-De rodillas delante de la tele, lo podías haber hecho cómodamente sentada pero no has preferido hacerlo así y yo de ti estudiara que igual me da por preguntarte.

Cogió los apuntes y con el pantalón del pijama en los tobillos se fue hasta delante de la tele, se arrodilló y empezó a leer los apuntes. Yo me senté de nuevo, estuve un instante admirando la escena, el culo rojo medio tapado por la camiseta y ella estudiando o al menos sujetando los apuntes mientras hacia ver que leía. Y me puse a leer el libro de nuevo con una paz y silencio que se podía cortar. Terminé el capítulo que tenía a medias y cerré el libro de nuevo de golpe.

-Como lo llevas?...
-No puedo concentrarme.
-Ya lo imagino, osea que al final te has salido con la tuya....
-Paso palabra.
-Sigue estudiando.

Me levanté y fui a buscar un par de cosas, con las que me volví a sentar una de ellas, la escondí debajo de un cojín y con la otra, que era un cepillo de madera, empecé a hacerla sonar contra mi mano.

-Deja los apuntes en su sitio y ven.

Se levantó dejó los apuntes encima de la mesa, me miró yo me eché hacia atrás y sin decirle nada ella misma se puso de nuevo en mis rodillas.

-Veo que lo has entendido a la primera.

Le pasé el cepillo varias veces por las nalgas enrojecidas y empecé a azotarla con el, primero alternando una nalga y la otra y después cambiando el ritmo para darle de tres en tres, que fue cuando empezó a tensar los músculos y a apretar el culo, me detuve un momento.

-Que te dije la última vez?
-Joder lo hago sin querer es que pica...
-Te dije que tomaría medidas no me obligues a tomarlas.

Empecé de nuevo con el mismo ritmo, pero otra vez volvió a apretar los glúteos y paré de nuevo.

-Con un vez que te avise es suficiente, así que vamos a probar algo a ver si funciona.

Levante el cojín que tapaba el segundo objeto que había ido a buscar a la habitación. Era un gancho de acero, solo que la punta del gancho habían tres bolas seguidas, la primera de 2 cm de diámetro, la segunda de 3 y la tercera de cuatro. Y empecé a pasar las bolas por su entrepierna entre sus labios, ella suspiró al notar el frío del acero en su sexo, dejé un momento el gancho y comprobé con mis dedos, estaba exactamente como quería caliente y mojado, y aproveché su propia lubricación para lubricar su ano y prepararlo bien, con un dedo, entonces volví a coger el gancho y empece a introducir las tres bolas metálicas de menor a mayor, cuando estuvieron las tres dentro de su culo, volví a comprobar su sexo, mucho mas mojado aun, mientras le decía, creo que el nuevo juguete será eficaz, entonces deje de tocarla con la mano derecha cogí el cepillo y con la izquierda sujeté el gancho, estirando de el un poco hacia arriba obligándola a levantar el culo. Y empece a azotarla con el cepillo mientras mantenía la tensión con el gancho, con el juguete solo podía golpear la zona mas baja de sus nalgas, donde mas pica, así que no lo hice excesivamente fuerte, pero  si rápido y seguido, con lo que pronto la piel de la zona quedo cubierta de dos grandes círculo rojo oscuro y sus gemidos me hicieron ver que empezaba a picar de verdad. Era el momento de parar y también de liberar la tensión del gancho, aunque el invento funcionó a la perfección. Seguí acariciando muy suavemente esa zona baja de su culo, especialmente perjudicada, aunque por cercanía con su sexo a poco que iba mas allá, notaba su humedad chorreando ya por la parte mas alta de la cara interna de sus muslos. Quise comprobar el origen de esa humedad, y estaba mas mojado que nunca, hasta el punto que entraron dos dedos deslizándose perfectamente....

-Vaya veo que el nuevo juguete, te ha gustado...

Su contestación fue un gemido invitándome a seguir jugando en su sexo y eso hice, hasta hacerla gritar un par de veces. Después seguí acariciándola mientras se recuperaba, hasta que empecé a manipular el gancho de nuevo, esta vez para sacarlo y al sacarlo le dije.

-Donde nos habíamos quedado antes?

No respondió se levantó de mis rodillas, se arrodilló entre mis piernas y metió las dos manos en la cintura de mi pantalón de pijama con la intención de bajármelo y está vez si me dejé.

Continuará....

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