sábado, 1 de octubre de 2016

Nuevos retos (Diario de unos jugadores VII).







Sin darnos cuanta ya habían pasado más de dos meses, desde que iniciamos esta aventura. Tiempo suficiente para que se terminaran de fundir esas pequeñas dudas. La convivencia no estaba suponiendo un excesivo problema, yo soy bastante adaptable y de alguna manera estaba en su terreno así que inconscientemente me salía mi parte  mas servicial. Ninguno de los dos somos personas fáciles, pero esos pequeños roces y diferencias en vez de ser un problema, aportaban ese punto de picante a la convivencia. Lo cierto es que a los dos no es bastante divertido, "picar" al otro y aprovechamos la más mínima oportunidad para jugar a tocar hablando claro los cojones.

También es cierto que con el tipo de vida que llevamos  hoy en día, ambos nos pasábamos la mayoría del dia fuera de casa, pero aún los dos nos esforzábamos por mantener la tensión y tenernos ganas cada día. En cuanto a las normas pactadas, las que hacían referencia a tareas ningún problema, las que eran relativas a cosas relacionadas con el carácter, costaban más, pero es básico tener mano izquierda. Y yo sabia perfectamente que sus cambios de humor no siempre obedecían a una lógica, ni no que eran parte de una globalidad y que no dejan de ser también parte de su encanto. Las personas planas y lineales acaban por aburrir o al menos  no son estimulantes para mi masoquismo mental.

Una de las cosas que mas juego me estaba dando para picarla un  poco y divertirme, era que desde hacía unas semanas se había puesto a dieta.Algo que por otra parte era un constante desde que la había conocido. Me era realmente gracioso ver el proceso de auto convicción de los días previos a empezar, y como iba retrasando el día de inicio. Hasta que de repente un dia le entraba el puntazo, y se auto imponía una estricta dieta, entonces era cuestión de ponerse a contar tic, tac, hasta ver cuando podía la tentación y la posterior pataleta.

En esas estábamos osea en periodo de auto disciplina oriental, cuando llegué aquella tarde a casa al salir de trabajar. Me la encontré con el portátil en el sofá haciendo algo para el trabajo. Era bastante tarde aquel día, después de estar un rato charlando con ella, me di una ducha, me puse cómodo y al salir como era tarde y ella seguía trabajando con el ordenador, le dije.

-Voy a hacer algo de cenar, que tengo hambre, que te apetece?
-Lo de siempre....
-Seguro? no quieres otra cosa por un día?
-No, no
-Vale pues yo me voy a hacer algo mas contundente que tengo  hambre.
-Muy bien.

Me fui a la cocina, me preparé yo algo para mi y a ella le hice la ensalada que llevaba cenando desde  hacía una semana. Cuando terminé puse, la mesa y nos sentamos a cenar. Como estaba muerto de hambre, me  puse a comer si percatarme mucho de lo que hacia, hasta que me di cuenta que llevaba un rato dando vueltas con el tenedor el plato sin llevarse nada a la boca. La miré con expresión de extrañeza imagino, por que me contestó sin preguntar nada.

-Es que no tengo hambre.
-Desde la dos sin comer y no tienes hambre???

Se hizo un silencio muy sospechoso de repente, y sus dos ojos esquivaban los míos, a la vez que su cara iba cogiendo un gracioso color rojo, vamos exactamente los mismos síntomas que tendría una niña, cuando está a punto de ser descubierta tras haber hecho una travesura...

-Es que....cuando he llegado estaba muerta de hambre joder!!!!!
-Y?
-Pues que me "zampado" un bocata de media barra con jamón...y....un trozo de chocolate.
-Jajajajajajajajajjaajjajaj -me salio una carcajada involuntaria-
-No te rías idiota!!!!!!!!!, que me siento fatal.
-A ver tenias hambre, no hagas un drama.
-Joder pero esto no es serio, todos estos días de sacrifica y por mi falta de voluntad a tomar por .....en un tarde.
-Venga va relaja, que no pasa nada.
-Pues de vaya ayuda eres
-Ya te dije que eso era cosa tuya, que yo no metía a mi me da exactamente igual...
-No, dijiste que me ayudarías
-Si claro, mas bien te dije que apoyaría si es lo que querías, te parece poco ser comprensivo tu bordería cuando te pones insoportable, con el mono o como ahora aguantar que me eches en cara que no te ayudo.
-Es que no me ayudas
-Es que si crees que te voy a echar la bronca por comerte un bocata de jamón lo llevas claro.
-Pues vaya mierda de spanker

Le fijé la mirada, en modo advertencia.

-Que has dicho?.

Lo volvió a repetir en voz baja entre dientes. Me levanté y se echó para atrás en posición defensiva, sin embargo me  puse a recoger la mesa como si no hubiera pasado nada. Ya recogido, fregué los platos tranquilamente como si no hubiera pasado nada. Al terminar antes de ir al salón pasé primero por la habitación, saque del armario un pantalón corto de deporte, una camiseta tipo nadadora, unos calcetines tobilleros y las zapatillas de deporte, todo suyo. Y con eso me presenté en el salón ella estaba enfurruñada y ofendida en la esquina de sofá con los pies encima del asiento. Al dejar yo las cosas que llevaba en la mesilla, me miró y me dijo

-Eso para que es.

No respondí, la cogí de los brazos y la levanté del sofá.

-Que haces?.
-Que hagas la dieta o no, me es absolutamente indiferente, pero esos ataques de carácter, conmigo no, ahora te contaré para que es eso.

Hubo un ligero forcejeo, entre el sofá y la mesita, empezó a decirme que ella no estaba jugando, que la dejará en paz bla, bla, bla. Tres o cuatro azotes le cayeron durante el forcejeo y al final terminó tumbada boca abajo sobre mi pierna izquierda, lo cual me permitía bloquear sus piernas con mis pierna derecha, con bastante brusquedad, le sujeté las dos manos con la mano izquierda contra su espalda y empecé a azotarla con ganas, porque había conseguido que le tuviera ganas. Entre que aun seguía intentado liberarse y protestando, esa primera tanda de azotes fue bastante caótica y con mucha mas intensidad de lo que hubiera sido digamos que un calentamiento, hasta que se rindió. Entonces paré un momento y le dije.

-Ahora te voy a ir explicando, lo que va a pasar estar noche.

Le baje despacio el pantalón del pijama y después la ropa interior. Al descubrir su culo empecé a acariciarlo con la mano derecha y a hablar.

-Así que soy un spanker blandengue...no te preocupes que eso se puede arreglar.

Empecé a azotarla de nuevo, en esta segunda tanda con el culo al aire, y ya quieta, empecé de forma mas metódica como me gusta a mi. De menos a mas, tanto en intensidad como en rapidez, primero despacio y mas suave para ir aumentando la fuerza y la rapidez, hasta que me cansaba y hacia un pequeña pausa de caricias y discurso, recordándole que el motivo de la zurra no era la dieta sino la pataleta derivada de ello. Y vuelta a empezar con la azotaina con el mismo sistema. Al terminar la tercera tanda, cuando se tenia el culo como un tomate, en vez de discurso le hice una pregunta.

-Te voy a hacer una pregunta y piénsalo antes de responder. ¿Quieres que me meta en el tema de la dieta?...

Se hizo el silencio, yo seguía acariciándole el culo, pasando mis dedos como si fueran un rastrillo por su piel roja y caliente.

-Pfffff
-Eso que significa?
-Que si
-De acuerdo, pero te aviso que esto no será un juego ¿estas segura?.
-Si
-Bien pues ahora te vas a levantar, te vas a poner la ropa que hay en la mesilla, y vas a salir a correr media hora
-Como?
-Lo que has oído, vamos si quieres que te ayude claro, será según mis normas.
-Joder ahora? es que es de noche y....
-Mejor, mas agradable la temperatura y que el culo te queme mejor así no tienes que calentar.

Le di un par de azotes acompañado de un.

-Venga que se hace tarde.

Mientras se terminaba de vestir, me pregunto

-Y tu que vas a hacer?
-Esperarte

Terminó de vestirse y se fue por el pasillo caminando, mientras con  una mano se frotaba el culo.
Media hora después escuché abrirse la puerta del pasillo, me levanté hasta la puerta del salón, era ella jadeante aun y sudando.

-Me voy a dar una ducha..
-Muy bien, te espero aquí.

Se metió en el baño, escuche abrirse el grifo de la ducha, esperé hasta que escuché como se paraba el grifo, un minuto más tarde me levanté y abrí la puerta del baño, estaba desnuda terminando de secarse.

-Cuando termines, no hace falta que te vistas, coge el cepillo y la traes al salón contigo allí te espero.
 Por cierto el cuadrado.

Sin decir nada mas cerré la puerta y volví a sentarme en el sofá a esperar, al poco apareció ella recién duchada, con el cepillo en la mano y un albornoz encima.

-Te dije que no hacia falta que te pusieras nada y nada es nada, deja el albornoz en su sitio y vuelve.

Un gesto de queja se dibujo en su cara, pero obediente dio media vuelta y volvió a aparecer completamente desnuda en el salón.

-Acércate.

Extendí la mano para que me diera el cepillo, lo hizo, lo cogí y lo deje al lado de mi pierna, la cogi de la mano para acercarla mas a mi, ella quedó de pie entre mis piernas, entonces mis dos manos la rodearon buscando su culo desnudo y las dos manos empezaron a frotarlo despacio mientras mirándola hacia arriba le decía.

-Así que un spanker blandengue....habrá que cambiar eso no? porque antes decías que no te servia....
-Ya sabes como soy me pierde la boca
-Ya pues solo se me ocurren dos cosas para eso, lavártela con jabón es una, pero eso es muy aburrido y ademas ya tengo en mente la otra.

 Me di un par de golpes en mi pierna izquierda, no había nada mas que decir, era una orden clara y la entendió perfectamente. Se tumbó sobre  mi rodilla izquierda,  con los codos clavados en el sofá y los pies en el suelo. Con el brazo izquierdo rodee su cintura, tirando un poco hacia arriba, para que el culo le quedará perfectamente expuesto y levantado, mientras con la derecha le acariciaba toda la piel de sus muslos y sus nalgas, en la que aun eran bien visibles el enrojecimiento de la zurra de antes de ir a correr. Sujetándola aun mas fuerte de la cintura tomé el cepillo y empecé a  pasárselo por la piel, por la cara lisa de madera rozando su piel, escuchándola respirar.

Hasta que empecé a azotarla con el cepillo, primero centrando los azotes, en el centro de sus nalgas, a la vez que con el brazo con que la sujetaba por la cintura tiraba ligeramente hacia arriba. Al incidir siempre sobre el mismo lugar, tras uno decena de azotes en cada nalga, ya había dibujado dos círculos de color rojo intenso en ellas. Dejé el cepillo un instante, para recorrer con mis dedos esos círculos de color rojos, con puntitos morados. Satisfecho tomé de nuevo el cepillo y empece, de nuevo esta vez en la parte mas baja, en el nacimiento de las nalgas una zona más sensible, algo que enseguida me hizo saber, por sus gemidos y por la tensión con la que esperaba cada azote, ahí me dediqué mas a fondo, es la zona de asiento y quería que al día siguiente se acordara de mi y de su carácter. Cuando vi que ya estaba empezando a costarle aguantar el picor, paré y volví a dejar el cepillo, para acariciar un rato más, esa zona en especial la arruga que hace de frontera entre muslos y nalgas. Ella se habia dejado caer ya en el sofá, entonces cogí el cepillo para la traca final. Con la mano izquierda separé su nalga izquierda y le di un corta tanda de azotes en esa fina y sensible para interna, que hicieron que se retorciera. Le di un respiro e hice lo mismo en la cara interna de la otra nalga, tras la cual dejé el cepillo y volví a las caricias escuchando como se calmaba su respiración.

Ya calmada tomé de nuevo el cepillo esta vez por la cara B,  que empece a pasar despacio por la zona, pasando por la  piel roza y palpitante las ásperas cerdas del cepillo muy muy lentamente y mientras un dedo de la otra mano rozaba la cara interna de sus muslos, haciendo que se le erizara toda la piel, camino de sus labios, hinchados y enrojecidos y eso que no los había tocado aun. Al abrirme paso entre ellos, me sumergí en un charco caliente y algo pegajoso. Todo en orden pensé, entonces le di la vuelta al cepillo sujetándolo de la cabeza para tener el mango libre, que empece a por su zona mas íntima, mientras usaba el mango como improvisado juguete que frotaba ritmícamente entre sus labios le dije.

-No se porque, tengo la sensación, que el cepillo va a terminar dentro de ti, pero aun no tengo claro donde, de todas formas donde no entre el cepillo, ya buscaremos alternativa, que seguro que después de correr te ha entrado hambre.

Seguí con el juego y mi predicción fue acertada, el mango del cepillo terminó alojado en su sexo y luego mas tarde, ya buscamos distintas alternativas y variantes, para llenar todos lo huecos, pero no voy a contarlo todo.

En cuanto a como enfocamos la dieta a partir de aquel día, en próximos capítulos lo sabréis.
Continuará

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