Sin
darnos cuanta ya habían pasado más de dos meses, desde que iniciamos
esta aventura. Tiempo suficiente para que se terminaran de fundir esas
pequeñas dudas. La convivencia no estaba suponiendo un excesivo
problema, yo soy bastante adaptable y de alguna manera estaba en su
terreno así que inconscientemente me salía mi parte mas servicial.
Ninguno de los dos somos personas fáciles, pero esos pequeños roces y
diferencias en vez de ser un problema, aportaban ese punto de picante a
la convivencia. Lo cierto es que a los dos no es bastante divertido,
"picar" al otro y aprovechamos la más mínima oportunidad para jugar a
tocar hablando claro los cojones.
También
es cierto que con el tipo de vida que llevamos hoy en día, ambos nos
pasábamos la mayoría del dia fuera de casa, pero aún los dos nos
esforzábamos por mantener la tensión y tenernos ganas cada día. En
cuanto a las normas pactadas, las que hacían referencia a tareas ningún
problema, las que eran relativas a cosas relacionadas con el carácter,
costaban más, pero es básico tener mano izquierda. Y yo sabia
perfectamente que sus cambios de humor no siempre obedecían a una
lógica, ni no que eran parte de una globalidad y que no dejan de ser
también parte de su encanto. Las personas planas y lineales acaban por
aburrir o al menos no son estimulantes para mi masoquismo mental.
Una
de las cosas que mas juego me estaba dando para picarla un poco y
divertirme, era que desde hacía unas semanas se había puesto a
dieta.Algo que por otra parte era un constante desde que la había
conocido. Me era realmente gracioso ver el proceso de auto convicción de
los días previos a empezar, y como iba retrasando el día de inicio.
Hasta que de repente un dia le entraba el puntazo, y se auto imponía una
estricta dieta, entonces era cuestión de ponerse a contar tic, tac,
hasta ver cuando podía la tentación y la posterior pataleta.
En
esas estábamos osea en periodo de auto disciplina oriental, cuando
llegué aquella tarde a casa al salir de trabajar. Me la encontré con el
portátil en el sofá haciendo algo para el trabajo. Era bastante tarde
aquel día, después de estar un rato charlando con ella, me di una ducha,
me puse cómodo y al salir como era tarde y ella seguía trabajando con
el ordenador, le dije.
-Voy a hacer algo de cenar, que tengo hambre, que te apetece?
-Lo de siempre....
-Seguro? no quieres otra cosa por un día?
-No, no
-Vale pues yo me voy a hacer algo mas contundente que tengo hambre.
-Muy bien.
Me
fui a la cocina, me preparé yo algo para mi y a ella le hice la
ensalada que llevaba cenando desde hacía una semana. Cuando terminé
puse, la mesa y nos sentamos a cenar. Como estaba muerto de hambre, me
puse a comer si percatarme mucho de lo que hacia, hasta que me di cuenta
que llevaba un rato dando vueltas con el tenedor el plato sin llevarse
nada a la boca. La miré con expresión de extrañeza imagino, por que me
contestó sin preguntar nada.
-Es que no tengo hambre.
-Desde la dos sin comer y no tienes hambre???
Se
hizo un silencio muy sospechoso de repente, y sus dos ojos esquivaban
los míos, a la vez que su cara iba cogiendo un gracioso color rojo,
vamos exactamente los mismos síntomas que tendría una niña, cuando está a
punto de ser descubierta tras haber hecho una travesura...
-Es que....cuando he llegado estaba muerta de hambre joder!!!!!
-Y?
-Pues que me "zampado" un bocata de media barra con jamón...y....un trozo de chocolate.
-Jajajajajajajajajjaajjajaj -me salio una carcajada involuntaria-
-No te rías idiota!!!!!!!!!, que me siento fatal.
-A ver tenias hambre, no hagas un drama.
-Joder pero esto no es serio, todos estos días de sacrifica y por mi falta de voluntad a tomar por .....en un tarde.
-Venga va relaja, que no pasa nada.
-Pues de vaya ayuda eres
-Ya te dije que eso era cosa tuya, que yo no metía a mi me da exactamente igual...
-No, dijiste que me ayudarías
-Si
claro, mas bien te dije que apoyaría si es lo que querías, te parece
poco ser comprensivo tu bordería cuando te pones insoportable, con el
mono o como ahora aguantar que me eches en cara que no te ayudo.
-Es que no me ayudas
-Es que si crees que te voy a echar la bronca por comerte un bocata de jamón lo llevas claro.
-Pues vaya mierda de spanker
Le fijé la mirada, en modo advertencia.
-Que has dicho?.
Lo
volvió a repetir en voz baja entre dientes. Me levanté y se echó para
atrás en posición defensiva, sin embargo me puse a recoger la mesa como
si no hubiera pasado nada. Ya recogido, fregué los platos
tranquilamente como si no hubiera pasado nada. Al terminar antes de ir
al salón pasé primero por la habitación, saque del armario un pantalón
corto de deporte, una camiseta tipo nadadora, unos calcetines tobilleros
y las zapatillas de deporte, todo suyo. Y con eso me presenté en el
salón ella estaba enfurruñada y ofendida en la esquina de sofá con los
pies encima del asiento. Al dejar yo las cosas que llevaba en la
mesilla, me miró y me dijo
-Eso para que es.
No respondí, la cogí de los brazos y la levanté del sofá.
-Que haces?.
-Que
hagas la dieta o no, me es absolutamente indiferente, pero esos ataques
de carácter, conmigo no, ahora te contaré para que es eso.
Hubo
un ligero forcejeo, entre el sofá y la mesita, empezó a decirme que
ella no estaba jugando, que la dejará en paz bla, bla, bla. Tres o
cuatro azotes le cayeron durante el forcejeo y al final terminó tumbada
boca abajo sobre mi pierna izquierda, lo cual me permitía bloquear sus
piernas con mis pierna derecha, con bastante brusquedad, le sujeté las
dos manos con la mano izquierda contra su espalda y empecé a azotarla
con ganas, porque había conseguido que le tuviera ganas. Entre que aun
seguía intentado liberarse y protestando, esa primera tanda de azotes
fue bastante caótica y con mucha mas intensidad de lo que hubiera sido
digamos que un calentamiento, hasta que se rindió. Entonces paré un
momento y le dije.
-Ahora te voy a ir explicando, lo que va a pasar estar noche.
Le
baje despacio el pantalón del pijama y después la ropa interior. Al
descubrir su culo empecé a acariciarlo con la mano derecha y a hablar.
-Así que soy un spanker blandengue...no te preocupes que eso se puede arreglar.
Empecé
a azotarla de nuevo, en esta segunda tanda con el culo al aire, y ya
quieta, empecé de forma mas metódica como me gusta a mi. De menos a mas,
tanto en intensidad como en rapidez, primero despacio y mas suave para
ir aumentando la fuerza y la rapidez, hasta que me cansaba y hacia un
pequeña pausa de caricias y discurso, recordándole que el motivo de la
zurra no era la dieta sino la pataleta derivada de ello. Y vuelta a
empezar con la azotaina con el mismo sistema. Al terminar la tercera
tanda, cuando se tenia el culo como un tomate, en vez de discurso le
hice una pregunta.
-Te voy a hacer una pregunta y piénsalo antes de responder. ¿Quieres que me meta en el tema de la dieta?...
Se hizo el silencio, yo seguía acariciándole el culo, pasando mis dedos como si fueran un rastrillo por su piel roja y caliente.
-Pfffff
-Eso que significa?
-Que si
-De acuerdo, pero te aviso que esto no será un juego ¿estas segura?.
-Si
-Bien pues ahora te vas a levantar, te vas a poner la ropa que hay en la mesilla, y vas a salir a correr media hora
-Como?
-Lo que has oído, vamos si quieres que te ayude claro, será según mis normas.
-Joder ahora? es que es de noche y....
-Mejor, mas agradable la temperatura y que el culo te queme mejor así no tienes que calentar.
Le di un par de azotes acompañado de un.
-Venga que se hace tarde.
Mientras se terminaba de vestir, me pregunto
-Y tu que vas a hacer?
-Esperarte
Terminó de vestirse y se fue por el pasillo caminando, mientras con una mano se frotaba el culo.
Media hora después escuché abrirse la puerta del pasillo, me levanté hasta la puerta del salón, era ella jadeante aun y sudando.
-Me voy a dar una ducha..
-Muy bien, te espero aquí.
Se
metió en el baño, escuche abrirse el grifo de la ducha, esperé hasta
que escuché como se paraba el grifo, un minuto más tarde me levanté y
abrí la puerta del baño, estaba desnuda terminando de secarse.
-Cuando
termines, no hace falta que te vistas, coge el cepillo y la traes al
salón contigo allí te espero.
Por cierto el cuadrado.
Sin
decir nada mas cerré la puerta y volví a sentarme en el sofá a esperar,
al poco apareció ella recién duchada, con el cepillo en la mano y un
albornoz encima.
-Te dije que no hacia falta que te pusieras nada y nada es nada, deja el albornoz en su sitio y vuelve.
Un gesto de queja se dibujo en su cara, pero obediente dio media vuelta y volvió a aparecer completamente desnuda en el salón.
-Acércate.
Extendí
la mano para que me diera el cepillo, lo hizo, lo cogí y lo deje al
lado de mi pierna, la cogi de la mano para acercarla mas a mi, ella
quedó de pie entre mis piernas, entonces mis dos manos la rodearon
buscando su culo desnudo y las dos manos empezaron a frotarlo despacio
mientras mirándola hacia arriba le decía.
-Así que un spanker blandengue....habrá que cambiar eso no? porque antes decías que no te servia....
-Ya sabes como soy me pierde la boca
-Ya
pues solo se me ocurren dos cosas para eso, lavártela con jabón es una,
pero eso es muy aburrido y ademas ya tengo en mente la otra.
Me di un
par de golpes en mi pierna izquierda, no había nada mas que decir, era
una orden clara y la entendió perfectamente. Se tumbó sobre mi rodilla
izquierda, con los codos clavados en el sofá y los pies en el suelo.
Con el brazo izquierdo rodee su cintura, tirando un poco hacia arriba,
para que el culo le quedará perfectamente expuesto y levantado, mientras
con la derecha le acariciaba toda la piel de sus muslos y sus nalgas,
en la que aun eran bien visibles el enrojecimiento de la zurra de antes
de ir a correr. Sujetándola aun mas fuerte de la cintura tomé el cepillo
y empecé a pasárselo por la piel, por la cara lisa de madera rozando
su piel, escuchándola respirar.
Hasta
que empecé a azotarla con el cepillo, primero centrando los azotes, en
el centro de sus nalgas, a la vez que con el brazo con que la sujetaba
por la cintura tiraba ligeramente hacia arriba. Al incidir siempre sobre
el mismo lugar, tras uno decena de azotes en cada nalga, ya había
dibujado dos círculos de color rojo intenso en ellas. Dejé el cepillo un
instante, para recorrer con mis dedos esos círculos de color rojos, con
puntitos morados. Satisfecho tomé de nuevo el cepillo y empece, de
nuevo esta vez en la parte mas baja, en el nacimiento de las nalgas una
zona más sensible, algo que enseguida me hizo saber, por sus gemidos y
por la tensión con la que esperaba cada azote, ahí me dediqué mas a
fondo, es la zona de asiento y quería que al día siguiente se acordara
de mi y de su carácter. Cuando vi que ya estaba empezando a costarle
aguantar el picor, paré y volví a dejar el cepillo, para acariciar un
rato más, esa zona en especial la arruga que hace de frontera entre
muslos y nalgas. Ella se habia dejado caer ya en el sofá, entonces cogí
el cepillo para la traca final. Con la mano izquierda separé su nalga
izquierda y le di un corta tanda de azotes en esa fina y sensible para
interna, que hicieron que se retorciera. Le di un respiro e hice lo
mismo en la cara interna de la otra nalga, tras la cual dejé el cepillo y
volví a las caricias escuchando como se calmaba su respiración.
Ya
calmada tomé de nuevo el cepillo esta vez por la cara B, que empece a
pasar despacio por la zona, pasando por la piel roza y palpitante las
ásperas cerdas del cepillo muy muy lentamente y mientras un dedo de la
otra mano rozaba la cara interna de sus muslos, haciendo que se le
erizara toda la piel, camino de sus labios, hinchados y enrojecidos y
eso que no los había tocado aun. Al abrirme paso entre ellos, me sumergí
en un charco caliente y algo pegajoso. Todo en orden pensé, entonces le
di la vuelta al cepillo sujetándolo de la cabeza para tener el mango
libre, que empece a por su zona mas íntima, mientras usaba el mango como
improvisado juguete que frotaba ritmícamente entre sus labios le dije.
-No
se porque, tengo la sensación, que el cepillo va a terminar dentro de
ti, pero aun no tengo claro donde, de todas formas donde no entre el
cepillo, ya buscaremos alternativa, que seguro que después de correr te
ha entrado hambre.
Seguí
con el juego y mi predicción fue acertada, el mango del cepillo terminó
alojado en su sexo y luego mas tarde, ya buscamos distintas
alternativas y variantes, para llenar todos lo huecos, pero no voy a
contarlo todo.
En cuanto a como enfocamos la dieta a partir de aquel día, en próximos capítulos lo sabréis.
Continuará
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