domingo, 2 de junio de 2019

Una muy gorda.





-Mmmm que guapa!!!!
-Gracias, te gusta?
-Me encanta
-Pues bueno me voy a ir ya, que me acaban de enviar whatsapp que ya están abajo.
-Muy bien, disfruta
-Gracias, no te aburras  mucho tu.
-Bueno ya sabes en cero como frito. Ahhh y pilla un taxi para volver.
-Que siiiiii "papa".

Se acercó me dio un beso y se fue. Tenía una cena con los compañeros de trabajo ademas era en un restaurante especial, lo único que me mosqueaba es que el lugar. Un polígono bastante aislado y mal comunicado, de ahí mi insistencia en que volviera en taxi en ese inevitable punto paternalista que  nos sale a todos.

En teoría tampoco iba a ser una celebración hasta altas horas, era entre semana  en día laborable, así que tampoco se alargaría en exceso. Yo como tenía que madrugar y estaba solo aprovecharía para hacer cura de sueño y así fue antes de las 11 ya estaba en la cama en un plácido sueño que vino a romper el móvil y cuando medio adormilado vi su nombre iluminado en la pantalla me desperté de golpe y descolgué además en vez de algún tipo de saludo, lo primero que me salió inconscientemente fue:

-Que pasa? estás bien?
-Si tranquilo no te preocupes.
-Que susto me acabas de dar
-Bueno verás algo si pasa pero no es nada grave. ¿Puedes venir a buscarnos a María y a mi?
-Pero a ver no podéis pillar un taxi.
-No, estamos en la rotonda del poligono la que da a la autovia y aquí no hay taxis
-Y porque no habéis llamado uno antes de salir?
-Puffff Santi ven y ahora te cuento.

No entendía nada, eran casi las 2 de la madrugada de un Jueves, me vestí fui a por el coche y me dirigí al lugar sin entender nada. Cuando llegué enseguida la distinguí apoyada en un coche, con otra chica en aquel momento no vi nada especial, pero al parar y bajar del coche vi que el coche tenía puesto el cepo y empecé a entender todo a la vez que un enfado importante empezaba a entrar en ebullición.

-¿Que ha pasado?.

Contestó ella.

-Pues que nos ha parado la policia y Maria ha dado positivo, por unas décimas, pero nos han inmovilizado el coche.

Entonces se puso hablar su compañera.

-Si es que por dos copas de vino que me he tomado

Yo fui seco un tajante.

-Venga va que es tarde y estamos aquí en medio.

Se montaron las dos en el coche, sin hablar mucho fuimos a dejar a Maria a su casa. Me dio las gracias y tal y se fue, en cuanto lo hizo arranqué el coche y nos fuimos para casa en todo el camino no dije nada, ella tampoco imagino que consciente que la metida de pata era importante. Cuando llegamos me fui a la cocina, me encendí un cigarrillo y al poco vino ella con el pijama puesto y me dijo.

-¿Estás enfadado?
-No, estoy decepecionado eso si.
-Lo siento de verdad, no pensé que pasaría nada, además de verdad que María no había bebido.
-Si había bebido, de todas maneras dejalo ahora no es momento de hablar, ya hablaremos mañana con calma.

Lo cierto es que era tarde, que madrugábamos los dos al día siguiente y que en aquel momento mi enfado necesitaba reposar y también que ella reflexionara.

Cuando me metí en la cama ella ya estaba metida y simplemente me tumbé hacía mi lado y a intentar dormir, lo consegui pero el despertador sonó demasiado pronto y con esa sensación de haber dormido poco y mal me fui a trabajar. Si soy sincero esperaba algún mensaje de tanteo y no tardó en llegar sobre las 9  y media de la mañana me llegó un whatsapp de ella.

-Hola. ¿Como estás?
-Aquí intentando engañar al sueño a base de café.
-Yo estoy igual
-Imagino
-Sigues con la misma sensación de ayer
-¿Que sensación?
-Ya sabes.....decepcionado.
-Mira nena ahora no puedo estar por ti, que bastante jaleo tengo, luego lo hablamos en casa con calma ¿vale?
-Vale (esto iba acompañado de un montón de emoticonos de besos)

Pasó el día lento, como pasan los días con falta de sueño, pero por fin llegó la hora y me fui para casa. Abrí la puerta y me fui directo al comedor, ella estaba en el sofá hacía cara de haber dormido.

-Hola, puffff hace 5 minutos que he abierto los ojos.
-Que suerte.
-Sigues igual ¿verdad?
-Tu ¿que crees?
-Lo siento de verdad, pero no sabía que hacer
-Crees que lo que me molesta es tener que ir a buscaros? en serio?
-Se que es un putada.
-¿Me tomas el pelo?
-¿Como?
-Pues que lo que menos me importa de todo lo que pasó es eso. Lo que me decepciona es que te dije y estuviste de acuerdo que pillaras un taxi, me decepciona la puta irresponsabilidad de montarte en un coche con alguien que ha bebido.
-No había bebido tanto de verdad.
-No quiero escucharte así que no me interrumpas más ¿estamos?. Si fueras una adolescente mira ser irresponsable va con esa etapa, pero a ti te queda ya atrás esa etapa y lo de ayer fue una irresponsabilidad y muy gorda, mejor dicho varias, desde el hecho de no cogerte un taxi tal y como habíamos quedado, a montarte en el coche con María e incluso no decirle a Maria que mejor dejar el coche y volver las dos en taxi, osea es que no me entra en la cabeza ese comportamiento impropio de tu edad y de alguien como tu. ¿en que estabas pensando?

En aquel momento se había hecho pequeña y no sabía donde mirar

-Ahora si puedes hablar ¿tienes algo que decir?
-Que tienes razón fuimos unas inconscientes, pero igual exageras un poco, no es para tanto.
-Bueno María ya va a pagar por ello y barato no le va a salir precisamente, pero me parece injusto que siendo tu tan responsable de la travesura como ella no vayas a pagar nada por ello ¿no crees?

Ahí ya estaba de todos los colores y no dijo nada.

-¿Sabes que voy a hacer? es muy sencillo como te comportas como una adolescente malcriada e irresponsable de 15 años así te voy a tratar, hasta que me demuestres que eres una mujer.

No decía nada ruborizada y con la mirada baja.

-Necesito una ducha y ponerme cómodo, tu mientras vas a reflexionar sobre tu comportamiento y no solo eso, sino que lo vas a plasmar por escrito. Así que ya puedes levantarte del sofá coge papel y bolígrafo y empieza a escribir una hoja por las dos caras con una reflexión sobre lo que pasó ayer y tienes media  hora no más.

Resignada pero sin poder alegar nada en su favor, se levantó cogió una libreta del armario, un bolígrafo y se sentó. Ahí la dejé fui a la habitación a buscar la ropa para ducharme, pero antes de meterme en la ducha pasé por el comedor a ver que estaba haciendo y en efecto escribía, entonces le dije.

-Deja de escribir un momento y levanta.

Lo hizo

-Bájate el pantalón del pijama y lo que lleves debajo si llevas algo, así vas intuyendo la que te espera después.

Resopló, le clavé la mirada y muy avergonzada, se bajó el pantalón del pijama que cayó hasta los tobillos debajo no llevaba nada.

-Me voy a la ducha continua.

Se sentó con el culo desnudo y continuó escribiendo. Yo ya la dejé y me fui a la ducha, mientras me caía el relajante agua caliente pensaba, que aquello merecía un castigo especial, que realmente fuera preventivo, que la hiciera pensar, pero también que le quitase el sentimiento de culpa que percibía y que yo había jugado a potenciar. Me lo tomé con calma, es más cuando salí de la ducha ni fui a verla, me fui a la cocina a fumar y ya con todo hecho si me fui al comedor. Ya había dejado de escribir y esperaba con los brazos cruzados, me acerqué miré por encima lo que había escrito y cogiéndola del brazo la hice levantarse la llevé hasta el sofá me senté, puse un par de cojines en mi regazo y la hice tumbarse en el con el culo bien expuesto. Ni una caricia nada más ponerse empecé la azotaina monótona y larga con la mano, lo hice como todo muy mecánico, ni variaciones de ritmo, ni pausas, ni caricias, solo azotes alternando cachete y cachete al mismo ritmo, su piel empezó a coger un tono rosado pero no paré hasta que tenía el culo realmente encendido. Entonces sin más la hice levantarse e ir a buscar el cepillo, en concreto el "especial" de los dos que había uno era cuadrado de madera blanca y mas ligero, que era el que usaba habitualmente para las "correcciones" digamos que más rutinarias, después había otro ovalado de madera de caoba, mas denso y pesado que ese estaba reservado para los castigos serios. Así que el mero hecho de pedirle el especial ya indicaba algo, no protestó ni se quejo, lo fue a buscar con el pantalón en los tobillos, de vuelta me lo entregó y sin decirle nada se puso otra vez en mis rodillas, donde había añadido un cojín más.

Tomé el cepillo y sin ningún tipo de tonteo empecé a azotarla con el, me gusta el cepillo en estos casos, porque ni es necesario aplicar mucha fuerza para que sea efectivo y además es muy preciso, das donde quieres dar y en este caso sobre todo quería dar donde más pica, osea entre el final de los muslos y el principio de las nalgas. Quería que fuera una azotaina larga y sabía que para conseguirlo, debía ir haciendo pausas, es aquello de lo difícil no es provocar dolor sino mantenerlo, mantener la sensación viva sin llegar al límite del umbral nunca. A medida que avanzaba la zurra, las pausas eran más largas y las tandas más cortas, pero en ese intervalo de tiempo, ni caricias ni palabras, solo escuchar su respiración, sus gemidos de queja y el color de su piel cada vez más tirando al morado en especial en esa zona de la parte baja del culo. Sin duda aquel día fue la azotaina físicamente más exigente que le había dado nunca y las marcas la iban a acompañar unos cuantos días.

Llegó un momento en el que decidí que era suficiente, que había llegado a ese punto en el que ir más allá es crueldad gratuita. La dejé unos minutos en mis rodillas que notase bien los efectos de su comportamiento en forma de ese palpitar que escuece a cada latido, hasta que se transforma en un escozor sordo pero constante. Entonces simplemente la ayudé a levantarse, la cogí del brazo sin decirle nada la lleve hasta la pared y la dejé ahí aunque no tan pegada como otras veces, yo fui a buscar algo un simple goma de borrar y volví hacia ella la puse a la altura de la nariz contra la pared y le dije.

-Aguántala con la nariz, las manos en la espalda y como se te caiga voy a seguir "cepillando" tu culo.

Tener que aguantar la goma de borrar con la nariz hacia, que tuviera que inclinar ligeramente la espalda con lo cual el culo castigado con severidad aun quedaba más expuesto, además de la incomodidad de tener que sujetar la goma en esa posición tan humillante. Yo simplemente me senté a mirar la escena, la visión de su culo aun era más espectacular que unos minutos antes en mis rodillas.

Como la posición es muy incómoda física y aun más mentalmente no la tuve mucho rato, unos pocos minutos después me levanté, me fui hacia la pared, le quité la goma y la cogí del brazo de nuevo al pasar por la mesa le hice coger el papel que había escrito mientras estaba en la ducha. Me senté en el sofá, la dejé de pie frente a mi siempre con el pantalón en los tobillos y le dije.

-Empieza a leer lo que has escrito.

Con la voz entrecortada y temblorosa empezó a leer:

"El dia 14 de Abril tenía una cena con las compañeras de trabajo y sucedió algo que no debía haber sucedido...."

El texto que leía continuaba con un alegato a la responsabilidad, pero no terminó de leerlo, a mitad del reverso empezo a caerle alguna lágrima mientras leía y paró, fue mirarla y romper a llorar, en un momento intentó retomar la lectura pero ya no pudo, la dejé expulsar todo y cuando entre suspiros paró, me levanté, le di un abrazo y le dije al oído, mientras le secaba las lágrimas.

-Ve a buscar la crema anda.

Fue, la puse de nuevo en mis rodillas, pero esta vez para ponerle una ración de refrescante crema que buena falta le hacía. Tampoco me estuve mucho rato, solo el suficiente para calmar algo ese escozor. Cuando terminé, la volví a poner roja cuando le pedí que fuese a buscar el plug y el portátil, lo hizo,  le hice poner el portátil en la mesa y después apoyarse en ella exponiendo bien el culo marcado de la azotaina, y allí apoyada en la mesa le puse el plug en el culito. Con el plug dentro le dije.

-Ahora siéntate abre el portátil entra a tu Facebook y copia el texto que has escrito en tu muro, mientras yo hago la cena.

Ahí si se quejó un poco, bastó una mirada, para que abriera el portátil y se sentase a escribir con bastante dificultad. Preparé la cena y vi como el texto salía publicado en su muro. Cenando le comuniqué que además había decidido que durante una semana iba a estar castigada sin placer. Aceptó el castigo y al terminar de cenar como estábamos muertos nos fuimos a la cama, allí le di una nueva sesión de crema y un masajito en el culo, pero nada más.

Continuará....





1 comentario:

  1. Walaaaaa!! Me ha encantado!! Genial relato y además con un castigo que se merecía de todas, todas!! Me hubiera encantado poder leer lo que escribió en su muro. Genial para hacerla reflexionar. Y a la amiga, qué castigo le habría tocado?

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