martes, 29 de mayo de 2018

Quiero y no quiero.




En este juego se dan muchas contradicciones, muchos sentimientos encontrados, que muchas veces tienen son una especie de extraño enlace entre lo sexual y lo emocional. Hace años leí un relato en francés que explica muy bien eso en forma de narración de experiencia real y por fin me he acordado de traducirlo y compartirlo con todos.

 "Estoy sentada en el sofá todavía no se porque he puesto la tele, ni la escucho. Se que es cuestión de minutos que el esté aquí. Me lo prometió hace un par de dias.

 -Quieres que te castigue de verdad ¿no? pues lo tendrás. Y de aquí al domingo ya puedes hacer tantas tonterías como se te ocurra que habrá un antes y un después del domingo.

 La espera me impacienta, dos días son muchos para hacerme preguntas ¿Estará bromeando?, bah seguro que dos días se le pasa y si no lo seduciré y acabará por perdonarme y haciendo otras cosas, además y esa amenaza con el martinet (especie de látigo de tiras de cuero cortas con magos de madera que era el instrumento tradicional para impartir disciplina en las escuelas y hogares franceses), pero si no nosotros no tenemos martinet seguro que quiere asustarme y reconozco que acertó, solo escuchar la palabra paledecí y se me aflojaron las piernas.

 El spanking es lo mio es mi fantasía, pero a el no le acaba de convencer del todo; se teme. Tengo que provocarle mucho para que reaccione y a un así suele darme unos azotitos más eróticos que otra cosa y se le nota como forzado. Nada que ver con algo que pudieramos llamar disciplina doméstica unos pocos azotes y enseguida caricias o masaje como preeliminar hacía otras cosas, lejos de lo que yo necesito para dejarme ir. En mi fantasía necesito llorar, llorar para liberar tensiones, para dejar de ser esa chica ahogada en responsabilidades de mi día a día, por un momento solo ser sensación sin nada que pensar. Fantasía poderosa y necesidad imperiosa.

 Aquí estoy sentada en el sofá y sigo preguntandome. ¿Realmente deseas tanto vivir algo así? No es que lo desee, es que lo necesito. Necesito sentirme protegida, enmarcada, corregida. La espera se me hace angustiosa, no dejo de pensar que necesito una buena azotaina con el culo desnudo y entonces escucho abrirse la puerta, aprieto los muslos, empieza la cuenta atrás e instantáneamente mojo mis bragas. El se para frente a mi me mira con ojos severos y empiezo a sentir muchas contradicciones, me levantaría y le besaría, por un momento aparece el miedo, ¿miedo a que? ¿a algo que deseo? es todo muy extraño.

 Soy dura rara vez derramo un lágrima, igual es miedo a la humillación, miedo a que esa necesidad de soltar haga salir cosas que ni yo se, aunque también miedo a la decepción a que mis expectativas se queden en papel mojado.

 -Ven aquí

 Al oirlo mi cabeza va a mil, pasan cientos de pensamientos, necesito que se atreva, que no le pueda la compasión, necesito llegar al borde, al borde de mi tolerancia, purgar cosas del pasado y ser corregida pero desde el amor, no desde la indiferencia. De repente sin decir nada me suelta un azote encima de los vaqueros, no hace falta decir nada más emprendo el camino a la habitación con la mirada baja. Al llegar a la habitación no se donde ponerme, ni que hacer, me gustaria esconderme debajo del edredón. Sin embargo, soy yo la que queria que actuara con esa firmeza. Respiro despacio, intento disimular mi inquietud, es más intento manipularle, orgullosa, demasiado orgullosa como de costumbre. El abre un cajón y saca un cepillo que sostiene en la mano amenazante y entonces le digo algo de lo que enseguida me arrepiento.

 -!No me das miedo, no eres capaz!!!.

 Al instante me agarra con fuerza y tira de mi hasta la silla se sienta y sin pensárselo empieza a desabrocharme los vaqueros, en otras ocasiones me hubiera reido, incluso hubiera hecho mofa y comentar lo que iba a suceder, pero extrañamente me estoy quieta y en silencio mientras hace toda la operacion, empieza a bajarme los vaqueros y ahí tengo un pequeño acto de rebeldía, al intentar impedirselo llevando mis mano a atrás, un golpe seco en la mano me hace desistir, es más me gira fírmemente hacia un lado me da tres fuertes azotes sobre las braguitas y sin tiempo a reaccionar estoy tumbada en su regazo y empieza a azotarme, por experiencia se que todo quedará saldado con una veintena de azotes y empiezo a contar mentalmente, 17, 18, 19, 20......pero no se detiene al revés empieza a golpear más fuerte, sorprendida intento girar la cabeza y protesto

 -Ni se te ocurra moverte.

 Entonces con especial furia tira de mi bragas hacia abajo, empiezo a estar en territorio desconocido y sorprendida los azotes son más duros y sin ninguna protección, pero no pienso doblegarme, los azotes siguen cayendo de forma continua intento relajarme, pero empiezo a notar mi culo ardiendo y cada nuevo azote va sumando, en un determinado momento intento llevar mi mano atrás para protegerme, pero lo único que consigo es que me la sujete contra la espalda y una tanda de azotes más rápidos y fuertes, ahora si empiezo a creerme que va en serio, el ardor que siento en mi culo es una prueba irrefutable, no se cuantos lleva ya mas de un centenar seguro sin contar lo que ya me dio encima de las braguitas. Entonces se detiene, su mano me acaricia, me habla con suavidad, siento un enorme alivio, a pesar que me esta diciendo que a partir de ahora tendré que control mis crisis de carácter, mi comportamiento infantil y mi soberbia me siento avergonzada aunque también noto que estoy tan mojada que he mojado hasta sus pantalones, hasta que dice algo que me hace estremecer.

 -Voy a seguir con el cepillo, necesitas aprender la lección.

 No me da tiempo a reaccionar cuando siento el primer azote punzante del cepillo en mi piel desnuda, protesto, pero no sirve de nada sigue impasible, la lluvia de azotes es incesante, no puedo moverme apenas, me tiene sujeta por la cintura, hay un momento que tengo la impresión que si sigue voy a hacerme pis entonces para, todo se detiene, se hace el silencio, me acaricia suavemente, duele, arde, pero creo que voy a ganar o perder según se mire, cojo algo de aire, el me acaricia y entonces algo inesperado vuelvo a sentir la picadura constante del cepillo bastan una docena de azotes para que se nublen los ojos húmedos de unas lágrimas silenciosas mi cabeza no termina de dejarse llevar, las lágrimas caen silenciosas por mis mejillas, pero no pienso darle el placer de verme llorar (en el fondo lo deseo) vuelve a detenerse, me pregunta algo pero no contesto, se que si lo hago se dará cuenta y entonces me dice.

 -Tengo que asegurarme que aprendas la lección

 Y vuelve a empezar 1, 2, 3, 4, 5 , 6....y mis lágrimas silenciosas se convierten en llanto, no puedo evitarlo, todo se detiene de golpe, no puedo parar de llorar sin consuelo, estoy un rato asi y poco a poco el llanto se detiene, me siento dolorida, avergonzada, pero increiblemente bien, feliz, como si me hubiera quitado un peso de encima, entonces el me ayuda a levantarme, de pie con los vaqueros y las bragas en las rodillas le abrazo, nos besamos y le doy las gracias.

 Otros juegos van a comenzar"

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