sábado, 29 de junio de 2024

Así no vas a salir

 



- ¿Dónde crees que vas vestida así? Ya puedes ir a cambiarte y te pones un vestidito de niña buena.

- Pero ¿Por qué?

- Ya sabes porqué 

- Pffff...

Hacía un rato que había llegado a casa, antes me había pedido permiso, para ir al centro comercial a acompañar a una amiga, que tenía que devolver unas cosas, le había dado permiso a pesar de que estaba castigada, por esa manía de dejar las cosas para el último momento, así que le había levantado el castigo pero en condicional, es decir con limitaciones. Así que cuando se presentó con aquellos shorts vaqueros cortitos, no me pareció el vestuario más adecuado para su comportamiento.  Se fue enfurruñada para la habitación protestando. Cuándo volvió a aparecer, casi me da la risa, se había puesto otros shorts vaqueros aún más cortos.

- ¿Me estás tomando el pelo?

- Me has dicho que me cambie ¿No? Pues ya me he cambiado.

- Te he dicho que te pusieras un vestido 

- Joder Santi, que no soy un cría!!!!

Me levanté y me fui para ella, la cogí del brazo y le di un par de azotes.

- A veces me parece que sólo entiendes un idioma ¿Te has encabezonado en ir con los shorts? Pues muy bien.

Tiré de ella hasta el sofá , me senté y la puse en mis rodillas. 

- Así que estamos vacilona, pues muy bien, te vas a salir con la tuya y vas a ir con los shorts bien cortitos. 

Puse mi pierna derecha sobre las suyas para evitar que se moviera, con la mano izquierda agarre la cintura de los shorts y tiré bien fuerta hacia arriba, haciendo que enseñará un poco los cachetes del culo y empecé a azotarla con ganas, ahí entre los cachetes y los muslos.

- Cuando te digo una cosa y más si estás castigada, obedeces y tienes suerte que ya es tarde para decirle a tu amiga que no vas, eso sí vas a ir con el culo rojo 

- Vale, vale ya me cambio...

- Ya vas tarde.

Durante un par de minutos estuve dándole con ganas, hasta que sonó su teléfono y paré.

- Cógelo 

Era su amiga, que le decía que acababa de aparcar debajo de casa. Y ella le dijo que en cinco minutos estaba. 

- ¿Cinco minutos para que?

- Para cambiarme...no voy a ir así..

- Y tanto que vas a ir así ¿No es lo que quería?

- Santi...que se ve rojo!!!!

- Un poco, pero no es nada con lo que te espera a la vuelta, así que coge el bolso y baja, no hagas esperar a tu amiga.

Me levanté y la acompañé a la puerta, mientras intentaba bajarse lo más posible los shorts y aún así se veía un poquito de rojo. La acompañé a la puerta y le repetí.

- Luego vamos a hablar muy en serio, de caprichos e intentos de tomadura de pelo. 

Y así salió de casa. Yo me relajé un rato y después me puse a hacer la cena, cuando volvió estaba en la cocina, entró y vino a saludar.

- Mmmm qué buena pinta y tengo hambre 

- Pues está a punto, ya puedes poner la mesa.

- Vale, voy a ponerme cómoda antes.

- No, pon la mesa y ya después de cenar te cambias. 

- Pffffff

Le lancé una mirada de esas penetrantes, que bastó, para que me hiciera caso esta vez, nada más efectivo que la seguridad de una azotaina, para bajar humos. 

Cenamos tranquilamente y sin decir nada se levantó para recoger.

- Deja, ya lo hago yo, tú mientras vete un ratito cara a la pared.

- Santi, sólo quería jugar un poco, no te enfades....

- No estoy enfadado, pero haz lo que te digo, más te vale vamos

- Ya he pasado bastante vergüenza ¿Sabes? Espero que no se haya dado cuenta.

- ¿Vergüenza? Pero si te has salido con la tuya, dos veces además, ahora vamos a hablar de eso. Así que ponte cara a la pared y no lo voy a repetir. 

Cuando vio que no tenía salida, no le quedó más remedio, que irse a mirar la pared mientras yo recogía la mesa. Al terminar cogí una silla la puse en el centro del salón y la llamé. Se acercó poniendo cara de niña buena.

- Va que sólo era una broma, ya ha sido suficiente castigo hacerme salir así.

- ¿Desde cuando decides tú cuándo es suficiente castigo?

Ahí no supo que contestar.

- Aquí quien decide eso, soy yo y si te digo que te pongas un vestidito, te lo pones y te dejas de provocar. 

La cogí del brazo y la puse en mis rodillas, otra vez le cogí la cintura de los shorts y tiré de ellos hacia arriba. 

- El fin de semana te vas a poner shorts cortitos todos los días. 

Y empecé a azotarla con la mano otra vez por encima de los shorts , cómo ahora tenía tiempo, estuve un buen rato, hasta que se me cansó la mano y tuve qué parar, cuando ya se veía bien roja la poca piel que quedaba al aire. 

- Levántate y ponte mirando al sofá.

Se levantó y se puso mirando al sofá. 

- Las manos encima de la cabeza

Cuando lo hizo, me levanté, pasé mis brazos por su cintura , busqué los botones del short y empecé a desabrochárselo hasta que cayeron a sus pies, después le bajé el tanga, también hasta los tobillos. 

- No te muevas un centímetro que ahora vuelvo.

Me levanté y fui a la habitación, cogí la zapatilla de los castigos y entré de nuevo al salón. Me senté en la silla, dejé la zapatilla en mi regazo.

- Dame la mano 

Bajó la mano y la cogí del antebrazo con la mano izquierda, con la derecha le acaricié un poco el culo.

- Está bastante rojito y calentito, pero un poco más te irá de perlas.

En ese momento cogí la zapatilla y así yo sentado y ella de pie, sujeta del brazo le di un par de zapatillazos en el culo, que la hicieron saltar hacia delante. La agarré fuerte del brazo y le dije.

- Te quiero quieta y con el culo bien presentado hasta que acabe , si lo tengo que repetir además de la zapatilla, me quitaré el cinturón.

Y empecé a darle con la zapatilla en esa posición tan regresiva, de pie y aguantada por el brazo. 

- Debería darte vergüenza que tenga que castigarte así, cómo su fueras una niña. 

Y así en esa posición le puse el culo cómo un tomate maduro a base de zapatillazos, que además debían sonar por todo el edificio y más en este tiempo, que mucha gente tiene ventanas y balcones abiertos. Paré un momento y le dije

- La próxima vez que te diga que te cambies ¿Que vas a hacer?

Con la voz entrecortada me contestó.

- Hacerte caso...

- ¿A la primera y sin rechistar?

- Si...

- Y si no ¿Que te va a pasar?

- Que me vas a castigar....

Cuando dijo eso, mi mano se fue directamente entre sus piernas por detrás y empecé a frotarle el sexo, despacio...sin soltarla de la mano y empezó a jadear...

- Siempre que te tengo que poner el culo ardiendo, acabas igual, empapada... desnúdate del todo.

Lo hizo y yo me levanté y también. Desnudos la cogí de la mano y nos fuimos al sofá, yo me senté y la dejé de pie frente a mí, ahí volví a jugar con mis dedos en su sexo, cada vez más mojado a pesar que seguro sentía el culo en llamas. Entonces le dije

- Date la vuelta 

Lo hizo, la cogí de la cintura y la acerqué a mi, haciendo que sus piernas quedaran entre las mías y entonces le dije

- Siéntate encima de mi, y metétela....quiero verte el culo rojo, mientras de mueves encima de mi .









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