sábado, 27 de mayo de 2023

Ley y orden.

 





Estaba tirado en el sofá, típica tarde de sábado en la que no apetece hacer nada, más que descansar después de una semana larga.

Allí estaba tan tranquilo viendo un partido de play off de baloncesto, ella se había metido en la ducha y llevaba ya un buen rato, cuando digo un buen rato hablo de igual una hora o más. Cuando apareció llevaba encima varios estuches y ocupó la mesita, arrinconándome.

- ¿Que vas a hacer? 

- Pues ya que me me he puesto un completo de cuidados de mujer, voy a pintarme las uñas que ya viene el buen tiempo, que fácil es ser hombre -dijo con sorna- 

Y claro se me acabó la tranquilidad, movimiento para aquí y para de mesita, etc.

Cuándo estoy en plan tranquilidad y relax, me irritan bastante dos cosas. Una que me hablen en exceso y otra movimientos constantes, en plan; ahora me levanto, ahora me siento, ahora muevo esto, ahora lo otro, total que empecé a perder el hilo del partido y todo, con el torbellino al lado, venga a moverse y comentar.

- ¿Que color te gusta más? 

- Preguntas para elegir el contrario, así que no voy a responder. 

- Pero si no lo has mirado!!!!

- Nena estoy intentando ver el partido...bueno estaba.

- A veces eres el Grinch...igualito. Pues nada elijo yo.

- Lo ibas a hacer igualmente...

Entonces se levantó agitando las manos, para secar el esmalte de uñas...

-Pfffff ...¿Te importa? No veo -le dije apartándola un poco- 

- Siii ya voy, me voy a por algo de beber y tranquilo que ya me lo bebo en la cocina.

Poco después, tenía la necesidad de ir al baño pero al levantarme no recordé que la mesita estaba muy cerca, con lo que me di un golpe tremendo en la espinilla y empezaron a salir de mi boca sapos, culebras y blasfemias varias, cuándo me desahogué escuchaba su risa desde la cocina. Entré al baño y aquello parecía Sarajevo en 1995. Lo que terminó de encenderme. Al terminar me fui para la cocina, abrí la nevera y cogí una cerveza. La miré muy serio y se partía de la risa. 

- ¿Que ha sido ese golpe? -le preguntó con ironía -

- ¿Estás?

- Si ¿Por?

- Porque tienes 15 minutos para recoger el baño y la que tienes liada en la mesita del sofá...

- Pfffff que mosca te ha picado, no hay prisa, ya recogeré. 

- No te estoy preguntando, recoje. Fin de discusión.

- Paso...no me metas prisa, que es sábado. 

- Cuento hasta tres...uno, dos, tres...

No sólo no movió el culo, sino que estaba en pasividad absoluta incluso con sonrisa de traviesa. Aún sentía el dolor punzante en la espinilla y vi aquella cuchara de madera de olivo en el bote. Sin pensarlo la cogí, me fui hacia ella, la cogí del brazo y le di la vuelta haciendo que apoyara las manos en la encimera.

- Ya no te lo digo más, no has querido recoger por las buenas, pues por las malas.

Le di una docena de azotes con la cuchara allí en la cocina, sobre el pantalón del pijama pero fuertes. Al parar sin soltar la cuchara, la cogí del brazo y la llevé tirando del ella hasta la habitación, que era la única estancia que en ese momento tenia espacio. 

Al llegar me senté en la cama, dejé la cuchara sobre la mesa y la cogí de la cintura del pantalón. 

- Valeeee, me has convencido, ya recojo, gruñón.

De un tirón la puse sobre mis rodillas.

- No estoy bromeando, y no le gusta repetir las cosas señorita.  Recoger vas a recoger te lo aseguro.

Mi mano empezó a caer rápida y con ganas sobre su culo aún protegido por el pantalón del pijama. Durante un par de minutos, de azotaina impulsiva. 

- Levanta...

Se levantó e hizo la intención de salir, pero la volví a agarrar de la cintura del pantalón, esta vez por detrás y tiré de ella hasta ponerla de pie entre mis piernas, que de inmediato apretaron las suyas.

- ¿Dónde ibas?

- A recoger ¿no es lo que quieres?

- Esa es la actitud que quería la primera vez que te lo dije, ahora recoger vas a recoger, pero con el culo ardiendo. Pon las manos detrás de la espalda!!!!

En cuanto lo hizo agarre el pantalón del pijama y lo hice descender de un tirón seco. 

- Si me concedes la autoridad, es para aceptar lo que conlleva y si no ya sabes que hay consecuencias para tu culo.

En ese momento mi brazo izquierdo rodeaba su espalda y la hacía tumbarse sobre mi pierna izquierda, al caer volví a rodear su cintura por detrás con el brazo izquierdo para terminar de levantarla un poco y sin soltar su cintura, mi mano derecha empezó a caer a buen ritmo sobre la piel ya sin protección.

- La próxima vez que te diga que recojas, a la primera, sin excusas y mucho menos con desafíos. 

En eso momento ya tenía la piel rosadita, pero un rato después, ya empezaba a tener ese color rojo brillante y a mi me empezaba a picar la mano, así que sin darle mucho tiempo, cogí la cuchara de la mesita de noche y seguí con su ayuda, que suena menos excitante, pero es más precisa. Tras un par de minutos de ración de cuchara, paré un momento. 

- ¿Pica?

- Pffff ¿Tu que crees?

- Si me respondes eso es que pica poco aún.

Y otra vez el diálogo fue el de la cuchara insistiendo sobre la piel desnuda. Hasta asegurarme que el mensaje quedaba bien grabado. 

Me detuve y sin caricias, ni mimos, le dije.

- Levanta.

Se levantó, nada más hacerlo le dije que terminara de quitarse el pantalón del pijama lo doblará y la dejara sobre la cama.

- En un rato no te va a hacer falta. Ahora recoge empieza por el baño, yo estaré en el comedor y de momento la cuchara se viene conmigo por si acaso. 

Me senté en el sofá si soltar la cuchara y me puse a ver la tele, la escuchaba en el cuarto de baño, allí estuvo un rato, después vino al salón, recogió lo de la manicura y los pintauñas y al terminar volvió.

- Ya está. ..

Me dijo mirando al suelo.

- Muy bien, pues vete a mirar la pared un rato, que voy a revisar si está de verdad.

Al oírme soltó un soplido que me sonó a reproche, pero con el culo como un tomate y yo con la cuchara en la mano, una mirada puede ser más que suficiente y lo fue, se dio la vuelto y se puso cara a la pared.

Hice el paripé de levantarme e ir a comprobar que todo estaba en orden. De vuelta cuchara en mano, me fui hacia ella y le dije. 

- ¿Que te ha llevado recoger, un cuarto de hora? Mira lo que te hubieras ahorrado de haberlo hecho de primeras. Apoya las manos en la pared y saca el culo.

-Pfffff...

"Plas, plas" sonaron dos golpes de cuchara.

- Se acabó el soplar, quiero ver ese culo bien presentado, ahora!!!

Ya no hubo soplidos apoyó las manos en la pared, arqueó la espalda y dejó bien presentado el culo desnudo. 

- Esto va de propina y recordatorio, las cosas una vez , no más.

Le di una docena de azotes con la cuchara rápidos y seguidos, cachete y cachete. Al terminar le puse la cuchara entre los muslos, haciendo que separase las piernas. 

- La quiero aquí aguantado, hasta que venga a buscarla, si se cae volvemos a empezar. 

Y allí la dejé cara a la pared, con el culo rojo y aguantando la cuchara entre sus muslos, me senté y me puse a seguir viendo los tres minutos finales del partido, que son más, bastantes más a reloj parado. Cuando terminó, me levanté, me fui hacia ella, le quité la cuchara, y mi mano se fue directa a su sexo, que también quedaba bien expuesto, lo froté despacio y suave de atrás a delante seis o siete veces y sonreí...

- Algo pasa aquí, igual habrá que darle solución.

Le di la cuchara.

- Ve a dejarla en su sitio y cuando vuelvas trae la crema...








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