jueves, 18 de agosto de 2022

Sofía y Karima VI.

 




Las chicas seguían su estancia en el Sur, aquel día amaneció soleado, pero por la tarde se nubló y se quedaron en casa todo el día, Karima llevaba mal la falta de actividad y estuvo todo el día irritable y nerviosa y quejándose de aburrimiento. Hasta que Sofía le decía.

- En vez de quejarte jovencita podrías aprovechar y ponerte a estudiar...

Evidentemente la sugerencia no le gustaba a Karima, y ponía la excusa que había cumplido ya con el plan por la mañana. 

A media tarde Sofía intentaba leer un libro pero el torbellino de Karima hacía que no pudiera concentrarse. 

- Karima, por favor estoy intentando leer y contigo por aquí renegando y sin parar quieta es imposible.

- Voy a salir a dar un paseo, me aburro!!!

- No sé si es buena idea, en cualquier momento va a llover.

- Llevas diciendo eso todo el día, necesito aire.

- Bueno tú misma, ya eres mayorcita.

Un poco después apareció Karima, vestida con ropa deportiva.

- Me voy...

- Muy bien, no tardes mucho que dentro de un rato me pondré a hacer la cena.

- Si.....

Karima cogió las llaves y salió. No habían pasado ni diez minutos cuando empezó a llover, Sofía cerró el libro, se levantó y miró a través de la ventana, llovía con fuerza por un momento se preocupó, pero después pensó que igual le servía de lección. Se fue a la cocina y se puso el delantal con la intención de ponerse a hacer la cena. No tardó en aparecer Karima mojada cómo un pollito. 

Al verla Sofía no pudo reprimir una carcajada...

- No será que no te avisé.

- Pffff no te rías.

- Ve a darte una ducha caliente, que vas a coger frío. 

Karima resignada se fue camino de esa ducha. 

Un rato después apareció por la cocina, ya duchada...

- Mmmm que buena pinta 

Karima estiró la mano y cogió un poco del plato que estaba preparando Sofía, Sofía le dio un manotazo.

- Jovencita no se toca el plato y vístete por favor.

Karima llevaba sólo una camiseta de tirantes y unas braguitas a cuadros Vichy rosa y blancos. 

- Así estoy cómoda!!!

- Vas a coger frío y va sal de la cocina...

- Pfffff, eres un aburrida. 

Karima salió de la cocina imitando la voz de Sofía, Sofía sonrió, en el fondo esa parte payasa y rebelde le recordaba a ella misma. 

Un rato después cuando la cena estaba casi lista, salió de la cocina, Karima estaba en el sofá seguía sin vestir, con el ordenador portátil entre las piernas, los auriculares y canturreando....

- Karima ya está la cena casi lista, pon la mesa por favor.

Silencio, ni se enteró, Sofía se acercó y le quitó los auriculares.

- Jovencita pon la mesa que vamos a cenar mientras termino...

- Si, ya voy un momento.

Sofía se fue de nuevo a la cocina y en vista de la tardanza de Karima, volvió a salir. Seguía igual en su mundo escuchando música. Entonces Sofía se acercó y le cerró la pantalla del portátil. 

- ¿Que haces?!!!!

- Llevo 10 minutos esperando que pongas la mesa...

- Pues ponla tu si tienes tanta prisa!!!

Sofía empezó a hartarse de la actitud caprichosa e insolente de Karima.

- Jovencita llevo una hora en la cocina, preparando la cena, que menos que pongas la mesa. 

- Pues yo no tengo hambre, no creo que cene.

- Karima haz el favor de levantarte y poner la mesa y no lo voy a repetir más. 

Sofía se dio media vuelta y volvió a la cocina. Al poco entró Karima y sin decir nada y enfadada puso la mesa. Y se sentaron a cenar.

Sofía intentó conversar con Karima, pero está respondía con monosílabos y no probaba bocado. La paciencia de Sofía empezaba a agotarse.

- Jovencita vas a parar de comportarte cómo una niña de 9 años con una pataleta.

- Y ahora que he hecho!!!!

- Exactamente eso comportarte cómo una niña con una pataleta.

- Si tú lo dices, así será.

- Está bien si no piensas cenar, levántate de la mesa y vete a la esquina mientras ceno.

- Pero ¿Por qué? No he hecho nada, no es justo!!!!!

Sofía miró muy seria a Karima, y esta se levantó tiró la servilleta de malos modos en la mesa, dio una patada en el suelo y se fue a la esquina, allí se cruzó de brazos. 

Sofía cogió aire profundamente y contó a diez mentalmente, después continuó cenando, tranquila y en silencio. Al terminar recogió la mesa, lavó los platos y ya de vuelta se sentó en el sofá y encendió la TV.

- Bueno, ya puedo salir ¿No?

- No y menos con exigencias, sigue pensando en tu actitud. 

Karima se dio la vuelta...

- Es que no hay nada que pensar, no tenía hambre y punto.

- Jovencita no te he dado permiso para darte la vuelta así que pon inmediatamente tu nariz pegada a la esquina, las manos sobre la cabeza y en silencio!!!

Karima se quedó en la misma posición desafiante. 

- Está bien tú lo has querido.

Sofía se levantó, se fue hacía Karima, la cogió del brazo, con fuerza.

- Sofía!!! Me haces daño 

- Camina jovencita insolente. 

Nada más empezó a moverse Karima, Sofía sin soltarla empezó a darle palmadas, que Karima trataba de evitar, enseguida se arrepintió de ir sólo en braguitas. Así la condujo Sofía hasta el baño, entraron un momento, justo el que necesito Sofía para coger el pequeño pero efectivo cepillo para bebés. Y de vuelta al salón. Una vez allí Sofía la soltó, se sentó dejó el cepillo en el brazo del sofá y de un tirón hizo que Karima cayera sobre su regazo y sin decir nada empezó a azotarla durante dos minutos sin pausa. 

- Señorita llevo toda la tarde aguantando impertinencias, pero mi paciencia tiene un límite, bastante he tenido. Hoy vas a dormir bien relajada y boca abajo que es lo que necesitas.

Sofía agarró la cintura trasera de las braguitas de Karima y tiró firmemente de ellas, hasta hacerlas descender a medio muslo. Y nada más hacerlo volvió a insistir con su mano en el culo desnudo de Karima. 

Durante otro par de minutos estuvo coloreando las bonitas y redondas nalgas de Karima y se detuvo. Cogió el cepillo y empezó a acariciar las nalgas de Karima con el. 

- Debería darte vergüenza que la única manera de calmarte sea teniendo que nalguearte el culo como a una niña traviesa, pero cómo es lo único que entiendes no me dejas más opción. 

Sofía empezó a golpear el culo de Karima con el pequeño cepillo, a pesar de su aspecto inofensivo Sofía conocía perfectamente lo efectivo de podía ser y lo poco que tardaba en cocinar un culo travieso hasta dejarlo rojo y dolorido por un tiempo. 

El pequeño cepillo hacia que Sofía pudiera repartir metódicamente los golpes, hasta cubrir cada centímetro cuadrado de piel de Karima, aunque insistió especialmente en la unión de los muslos con las nalgas. Aún con el cepillo amenazante en la mano y con el culo de Karima rojo cómo dos cerezas maduras, le dijo. 

- Ahora jovencita, te vas a levantar y en el microondas tienes un plato, cenas, recoges y vienes y te advierto, que dejo el cepillo aquí y no dudaré ni un minuto en volverlo a usar si persistes en esa actitud ¿Está claro?

Karima no contestó, se levantó sin mirar a Sofía y agarró sus braguitas con la intención de subirlas.

- Jovencita, deja las braguitas dónde están, no tienes permiso para taparte. 

El rostro de Karima se puso casi del mismo color que su culo. Se fue hasta la cocina bajo la atenta mirada de Sofía.

Un rato después apareció de nuevo Karima, Sofía la miró, le señaló su regazo y Karima se volvió a tumbar sobre el, nada más hacerlo Sofía le pasó la mano entera acariciándole las nalgas, Karima suspiró aliviada y así vieron juntas y relajadas un película, mientras Sofía no dejaba de acariciarle las nalgas. 

 


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