martes, 31 de mayo de 2022

El combinado perfecto. (Por M.J)

 



" Si existe una fantasía que en mi cabeza está íntimamente ligada al spanking, sin duda es el juego anal, no sé porqué pero en mi adolescencia mi culo, se convirtió en el centro de mi sexualidad, y cuando digo culo, digo todo el conjunto. 

De niña ya fantaseaba con castigos, pero con nada más, fue en mis inicios en el arte de la exploración de mi propio cuerpo, cuando descubrí ese binomio que siempre ha ido junto. Solía masturbarme en la ducha o en la bañera, así bien mojada y resbaladiza por el jabón tuve mis primeros orgasmos jugando con mis dedos en el clítoris, mientras me imaginaba en el regazo de alguien. El siguiente paso en este proceso fue decepcionante, probé con los dedos y después con algún apaño más grande, el resultado era el mismo. Mi clítoris y mi vagina no estaban conectados y cada vez que lo intentaba acababa decepcionada. Un día muy excitada por mi imaginación, cogí mi juguete sexual favorito (el mango de un cepillo) y probé por el otro agujero, con cierto miedo y mucho jabón, sentí primero una especie de quemazón y una extraña sensación de algo que realmente notaba entrar en mi, apenas lo moví un par de veces mientras me frotaba el clítoris y tuve un orgasmo cómo nunca. 

Aquella experiencia cambió para siempre mis prácticas de masturbación. En mis primeras experiencias sexuales adultas, la vergüenza, los tabús y ciertos miedos, hicieron que no me atreviera nunca a proponerlo, hasta que un día con alguien con quien llevaba tiempo y una serie de casualidades del momento, me llevaron a dejarme follar el culo. Fue un desastre, no disfruté nada, de hecho ocurrió todo lo contrario, molesto e incómodo hizo que mi libido descendiera de golpe y con esa persona no hubo más intentos.

Pero a pesar de todo, en mis ratitos de soledad morbosa y ya con juguetes de verdad seguí experimentando y disfrutando de la combinación. 

A partir de ahí vino todo rodado, conocí a mi pareja de juegos, y con el, el spanking de verdad, no sólo en fantasía, pero es que además experimente el juego anal, dentro y fuera del juego de spanking. 

¿Dónde estuvo la diferencia? En qué esa persona supo prepararme la mente y el cuerpo para ello. La mente encendiédomela de tal manera, que todas mis vergüenzas e inhibiciones desaparecieran, hizo que mi naturaleza en vez de defenderse, se relajara y se volviera receptiva o más bien convirtió a mi culo en un casero deseoso de ser ocupado. Conseguido eso, supo estimular mi cuerpo, con cariño, progresivo, pero a la vez con esa seguridad firme. 

Es por eso que si estoy muy cachonda, nada mejor que por el culo y generalmente nada me pone más cachonda que un juego de spanking, esa retroalimentación, debe ser lo que hace que combinen tan bien. "

Notar su lengua caliente y húmeda ahí me puso hasta la piel de la planta de los pies de gallina, y al igual que te rindes para los azotes aflojas los músculos y sientes, exactamente lo mismo pasó con mi culo, nunca me he sentido tan llena, cómo cuando me follan el culo, nunca tan entregada como cuando juegan con el ya sea con la boca, dedos o con distintos juguetes. Tiene algo que nunca he tenido con el sexo vaginal, esa sensación de incomodidad excitante, ese dolorcito placentero y esa increíble sensación de ser poseída. "

Este texto me lo envió su autora al correo, así que aprovecho para decir que si alguien quiere publicar algún texto, ya sea de sensaciones propias, alguna experiencia real, algún relato o simplemente quiere hacer alguna consulta o duda, que me escriba: mariposaschocolate@gmail.com

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