Todo empezó de la manera más tonta. Noche entre semana, acabábamos de cenar, me tocaba recoger a mi y cuando terminé, allí estaba ella tirada en el sofá. Aquel día daban un debate electoral y antes de sentarme le dije.
-Pon La 1, que va a empezar el debate.
-Pufffff ¿ahora quieres que vea ese coñazo?
-Ya te he dicho que quería verlo
-Tu y la puta política.
-Señorita vigila esa boca, dame el mando
-Quiero ver la serie, si en dos días dan otro debate
-Bueno y tu puedes ver la serie mañana, en la habitación...
-Pues vete tú a la habitación, con lo bien que estoy aquí ahora.
-Que no, que siempre te quieres salir con la tuya.
-Pues claro.
-Nena, dame el mando
-Que no joder!!!!!!!!
Ya colmó mi paciencia y me fui a la tele y la apagué por el botón. La miré y entonces sucedió me tiró el mando a distancia, lo esquivé pero fue a dar contra la pared y además de saltar la tapa con las pilas, se abrió por la mitad. Me quedé estupefacto ante esa reacción y no se si como acto reflejo al saber que había metido la pata hasta el fondo o para intentar apaciguar se puso reír.
-Ahhh ¿te hace gracia? -le dije mientras recogía las distintas piezas del mando a distancia del suelo
-Pensaba que lo cogerías ¿no lo querías?
-Vete a la habitación
-Joder, pero ¿ por qué?
-Porque es lo mejor para ti ahora mismo creéme, mejor que me enfríe, vete a la habitación, pero ya!!!!!!!
Se levantó y se fue toda digna, incluso se permitió cerrar la puerta de un portazo. Respiré, mientras intentaba montar el mando, ya tendría tiempo de darle un lección, pero no en aquel momento, estaba demasiado caliente y además quería que recapacitara o mejor dicho que pasara un día con un nudo en el estómago pensando la que le esperaría al llegar a casa. Al final desistí de intentar montar el mando a distancia, se lo había cargado, ella y su genio. Al otro día me tocaría ir a buscar uno, pero ya me las pagaría. Al final vi el debate y cuando me fui a la cama, ya estaba dormida, no le dije nada.
Al día siguiente ella salió antes como de costumbre, me dio un beso y se fue. Durante el resto del día no le dije nada, en todo el día, me envió un par de mensajes en plan conciliador, pero no le contesté, quería que supiera que aquel ataque de furia tendría consecuencias graves para su culo.
Al salir de trabajar me fui a buscar un mando y de paso que bajaba al centro, fui a comprarme una gorra inglesa de entre tiempo a una tienda de hípica. Elegí la gorra y cuando iba ir a pagarla la vi allí, fue amor a primera vista, allí estaba en el expositor de las fustas. Era una fusta preciosa de cuero marrón oscuro, me gusto el mango trenzado, pero sobre todo la lengua algo más fina y larga de lo habitual, la cogí y el olor a cuero del bueno me perforó el cerebro, es alucinante la capacidad de estimulación que tienen los olores, allí me quedé absorto con la fusta en la mano, pensando en las posibilidades perversas que tenía. Y eso que nunca fui muy fan de ese instrumento, hasta que descubrí, que puede llegar a lugares insospechados. Con la fusta y la gorra me fui a caja pagué y me fui, la metí en un porta planos redondo, para que no la viera al llegar. Antes de arrancar el coche, le puse un Whatsapp.
-¿Estás en casa?
-Si, hace rato ya....desaparecido
-Ahora subo, que he bajado al centro a buscar un mando y ya puedes ir preparándote que tenemos mucho de que hablar tu y yo.
Me respondió con un montón de emoticonos de cara de sorpresa. Ya no contesté más arranqué y puse rumbo a casa. Cuando llegué cogí el porta planos, junto con mis cosas y subí, abrí la puerta, fui hasta el salón, allí me recibió muy efusiva. La miré muy serio y sin decir nada la cogí la de la oreja y entre quejas la llevé hasta el rincón.
-Las manos en la cabeza.
-Pufffff lo siento, no quería romper el mando de verdad.
-Eso, persiste en el error....
Le dí un par de azotes sobre los leggins que llevaba a modo pijama.
-Las manos en la cabeza.
Lo hizo y nada más hacerlo le bajé los leggins de un tirón firme.
-Que blanquito lo tienes, espera un rato que programe el mando y me voy a ocupar de tu culo, te voy a enseñar a controlar esos ataques de furia ahhhhh y de tu orgullo también me voy a encargar que necesita un buen repaso.
Le di un par de palmaditas en el trasero al aire y me puse a programar el mando. Todo sea dicho tarea complicada y que me llevo su tiempo, de vez en cuando levantaba la mirada para verla allí, cara a la pared, con el culo al aire y a la espera.
-Bueno ya está, ya tenemos mando otra vez, solucionado esto, vamos a solucionar lo demás, ven aquí.
-Puedo subirme los leggins
-No
-Esto es ridículo, así no puedo andar, es patético
-Más patético es destrozar un mando a distancia por una pataleta y mira ya que estás tráeme el aceite del baño.
Pasó por delante de mi enrojecida, con los leggins a la altura de las rodillas andando de forma ridícula y volvió igual con el bote de aceite corporal en la mano, me lo dio a mala gana, lo cogí y lo dejé en el brazo del sofá, luego su muñeca y la puse frente a mi. Yo sentado y vestido, ella de pie y a medio desnudar, sonrojada. La miré y bajó la mirada.
-Sinceramente ¿tu ves normal lo que pasó ayer?
-Si sólo intentaba jugar un poco, pensé que lo cogerías al vuelo
Le di un cachete sonoro entre la cadera y el culo.
-¿Me tomas por tonto?
-No
-¿Entonces?
-Nada
-¿Nada? asume como una adulta, que te pillaste un rebote tonto, vamos que te comportaste como una quinceañera caprichosa
Aun se sonrojó más.
-Y ya sabes el tratamiento que tengo yo para las "adultas" con comportamientos así.
Fin de la conversación, tirón de la muñeca y a mis rodillas. Las manos a la espalda sujetas con mi mano izquierda, mi pierna derecha encima de las suyas y manos a la obra a cocinar a fuego lento su culo travieso y orgulloso, sin prisa, pero sin pausa. Primero unos minutos de calentamiento a ritmo constante y cuando ya empezaba a coger el colorcito bueno, ese rojo uniforme; pausa, bote de aceite, el culo bien impregnado de aceite corporal y ahora ya si en serio a secarlo a base de palmadas, ahora ya si con variaciones de ritmo e intensidad, tandas más rápidas, de repente bajar muy lento y de nuevo acelerón y otra tanda intensa, sin orden establecido, igual le caían 10 seguidos en el mismo cachete y luego tres en el otro, dos en el anterior y una docena en el que antes se había llevado menos, aunque sigas un ritmo caótico, la guía del color te hace igualar palmada arriba, palmada abajo. Cuando se secó el aceite paré y le volví a poner, incluso más cantidad, para volver a secárselo a base de azotes. Si los azotes a mano, ya son de por si escandalosos, si añades a la ecuación cualquier líquido aunque sea agua, además de picar más, el ruido se multiplica y aún impacta más. Dos tandas de secado largas y concienzudas, suficiente para hacerla retorcerse y sólo usando la mano. Cuando ya tuvo el culo seco del todo, pero bien cocinado, rojo como una cereza madura, empecé a pasarle los dedos por la parte de las uñas por la piel castigada, mientras le decía.
-Ahora podríamos decir que has pagado la parte de tu ataque de furia, pero no creas que me he olvidado de tu orgullo, que necesita de ser bastante rebajado, así que cuando te diga, te vas a ir a la habitación te desnudas del todo, te pones las almohadas que te levanten bien el culo y me esperas....
Seguí pasando mis dedos por sus nalgas en llamas un ratito, hasta que le di un par de palmadas y le dije.
-Venga ve a la habitación y me esperas.
Se levantó y con los leggins a media pierna y el culo incandescente se fue camino de la habitación. Me fumé un cigarillo para hacer tiempo y cuando lo terminé abri el porta planos y saqué la fusta, otra vez ese olor, la tanteé un poco, para estar seguro de poder manejarla de forma precisa y correcta. En una fusta lo que debe golpear es la lengüeta de cuero de la punta, nada más y si sabes manejarla, tiene un montón de posibilidades.
Empuñando la fusta me fui a la habitación abrí la puerta y allí estaba, tumbada boca abajo, con las almohadas bajo el vientre, levantando su culo rojo como un tomate maduro. No me miró, mejor, porque así actuó el factor sorpresa y se estremeció cuando empecé a "acariciarle" toda la espalda con la punta de la fusta, se le puso la piel de gallina, seguí un rato jugando a hacerle cosquillas con ella, desde la nuca, hasta el talón, pero saltando el culo, entonces empecé a pasarle la punta por la cara interna de los muslos, su piel se erizó aún más, un muslo y el otro, hasta que moviendo la punta de la fusta de un muslo a otro le indiqué que abriera más la piernas sin decir nada, lo entendió a la primera y era el momento de probar mi destreza, apunté el culo y solté varios golpes a cada cachete, la lengua de la fusta resonó con fuerza al impactar con su piel desnuda, paré y seguí jugueteando con ella, hasta que probé mi destreza en la precisión, apunté a la frontera entre glúteos y muslos y varios azotes acertaron el objetivo, además ahí si usé cierta fuerza, que hicieron que se agarrase con fuerza a las sábanas. Un pequeño parón más para seguir el juego de alternar el mismo instrumento que castiga para acariciar y una última tanda bien repartida, una de las ventajas de la fusta es esa, que la superficie de contacto es muy pequeña, pero al tener digamos un mango tan largo, muy concentrada si quieres y muy precisa, pese a ser un instrumento largo.
Al terminar me fui de nuevo a sus muslos a la cara interna unas pasaditas de lengua de cuero y el gesto que las abriera más y entonces es cuando decidí atacar el orgullo.
-Separa bien las nalgas con las manos.
-¿Que?
Media docena de azotes en el culo fue mi respuesta.
-Nos podemos pasar así lo que queda de tarde, ya me has oído no voy a repetirlo.
Esperé y justo cuando iba a volver a armar la fusta vi su manos ir hacia atrás buscar las nalgas, agarrarlas y suspirar a la vez y separarlas.
-Bien, veo que el orgullo también empieza a rendirse, ahora no te muevas y sostenlas así hasta que te diga.
De inmediato empecé a pasarle la lengua de la fusta por la zona más sensible de su cuerpo, desde su sexo hasta el ano...varias veces hasta que de repente, la separé y golpe seco solo de muñeca y la lengua impactó en ano, suspiró profundamente...
-Van a ser 9 más
Era la primera vez, se notaba en la tensión, pero no es una cuestión de dolor, no se trata de eso y menos en una zona tan delicada, simplemente un poco de calorcito y el impacto mental, la vulnerabilidad y exposición, la falta de control...se los dí despacio, sin prisa, con precisión, toque seco y si se le puso un poco rojito, pero nada más, cuando le dije de soltar las nalgas suspiró aliviada. Le acaricié con ternura las nalgas y entonces le dije que se diera la vuelta, lo hizo sorprendida y más aún cuando le dije que doblara las rodillas y separara bien las piernas, diría que la cara era incluso de miedo, pero ya estaba totalmente rendida, así que cerró los ojos, mientras la lengua de la fusta acariciaba todo su sexo, alguna vez le había dado palmaditas en el coño, pero aquella era la primera vez que iba a usar un instrumento y lo sabía mientras seguia jugando con la lengua de cuero en su coño. No hizo falta decir nada, sonó el impacto seco, sólo golpe de muñeca, sin apenas inercia, diez más ahí en su sexo, que también acabó algo enrojecido. Guardé la fusta en el armario, me senté en la cama, llevé mi mano a su coño, estaba caliente, pero había mojado hasta las almohadas, lo estuve acariciando suavemente por fuera con la yema de los dedos, hasta que dos de ellos empiezan a jugar por dentro de sus labios, y enseguida entran en su coño, al sentirlos entrar gime, abre más las piernas, los dedos empiezan a entrar y salir, está tan mojada que suena a chapoteo, con la mano izquierda hago presión hacia abajo justo encima del clítoris, mis dedos entran y salen cada vez más rápido y con más furia, hasta que se corre, en un orgasmo eléctrico que la hace gritar, a la vez que noto sus contracciones voy bajando el ritmo de mis dedos progresivamente hasta parar del todo sacarlos y seguir acariciándola, la miro hasta que abre los ojos, me sonrié y me dice.
-Joder...no sé como te lo haces, como consigues que me abandone así.
Sonrío... y le digo:
- A ver si tu eres capaz
Me levanto y me desnudo, me tumbo boca arriba, lo entiende a la primera, nada mas tumbarme se incorpora un poco y lleva sus labios a mi polla, le da un beso y empieza a ensalivarla bien, pasando la lengua desde el nacimiento hasta la punta por todos lados, luego se la introduce en la boca, primero solo la punta, noto su lengua jugar, pero poco a poco va engullendo más y más, es curioso un hombre siempre tiene la sensación de meter, menos cuando te la chupan, es una sensación diferente, no tienes el control, te la engullen, no eres tu quien se abre camino, eres tragado, está así un rato, hasta que de repente para se pone a horcajadas encima y se la mete hasta el fondo, noto su culo caliente en mis piernas, empieza a cabalgarme, alargo la mano hasta la mesilla, mientras sigue moviéndose sobre mi polla, cojo el plug metálico, la hago parar, se lo doy y le digo.
-Ya que estamos lo hacemos completo y además, algo de frescor ahí te irá bien
-Eres un cabrón
Pero lo coge, cierra los ojos con mi polla hasta el fondo, juega un poco con el plug y hasta que de golpe lo mete suspirando y relamiéndose a la vez que empieza a moverse de nuevo....
Continuará....
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