jueves, 1 de abril de 2021

Cuestión de actitud.

 




En su libro "Sex With Shakespeare" Jillian Keenan cuenta la siguiente anécdota:


"Recuerdo que una vez me apunté el gimnasio, el monitor un tal Marcus no era para nada mi tipo. Era el típico "musculitos" con pocas neuronas. Un día estaba haciendo series con la barra de pesas y paré. Me dijo:

-Jillian, no has terminado la serie

Le contesté:

-No por favor no puedo más....gimoteando y negando con la cabeza

-!No te vas a levantar hasta que hagas diez más!!!!!! es por tu bien !!!!!!.

Y se quedó ahí plantado de brazos cruzados esperando. Las hice y me fui a las duchas, allí me masturbé dos veces...No me imaginaba un cuerpo, un hombre, ni un acto sexual, imaginaba algo tan abstracto como una actitud."


Creo que no me equivoco, si me aventuro a afirmar que Jillian no es la única spankee que ha vivido una situación similar, en mil cosas de la vida, puede ser el monitor del gimnasio, el profesor del carnet de conducir, un jefe, un policía....cualquier figura que un momento determinado tenga una posición de autoridad y una determinada actitud.

Y es que la actitud es fundamental en un spanker, de alguna manera la anécdota de Jillian, aunque fuera totalmente asexual e inocua, tenía todos los ingredientes de una escena. 

-Una norma, regla u obligación

-Una negativa a completarla

-Un intento de "ablandar" o seducir a la autoridad para que se ablande.

-La autoridad se mantiene firme

-Rendición y aceptación de la misma

-Gratificación sexual final.

Un spanker debe tener una actitud muy determinada, tener autoridad sin ser autoritario, firmeza en la decisión, pero sin ser vengativo (termina la serie y luego te puedes ir a la ducha, sin añadir una serie extra por ejemplo). La propia Jillian lo define cómo: "severo, obstinado y sin remordimientos a la vez que suave y flexible. Creo que es una buena definición. Los azotes deben doler, se deben desear, pero también temer.

Un spanker debe tener la actitud cómo para ser capaz de hacerse con el control del juego, cuando se debe, pero a la vez tener muy claro que en contra de lo que puede parecer a medida que avanza el juego, es la actitud contraria, la de la spankee, la que va marcando el ritmo. Quien falta al respeto es la spankee, busca una reacción, el spanker siempre respeta reverencialmente a la spankee. La spankee no pide permiso, lo da y es con su actitud y a su vez la actitud del spanker alimenta el deseo de la spankee. Cómo veis es un cuestión de actitudes y un spanker con su actitud debe ser capaz de bajar unas bragas usando sólo su cabeza.

Por cierto ¿os habéis encontrado en alguna situación de la vida real, fuera de los juegos, similar a la que cuenta Jillian?.

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