El surco glúteo

 

Hoy toca una entrada frívola, no todo va a ser seriedad y análisis, además muy personal, aunque imagino que muy compartida también, por quienes tenemos estos gustos.

Todos los  hombres heterosexuales, tenemos algún tipo de especial atracción erótica por partes del cuerpo femenino. A mi por ejemplo unos hombros de mujer me parecen  muy eróticos o los llamados hoyuelos de Venus, que muchas mujeres tienen en la región lumbar, pero sin duda una de mis partes favoritas y preferidas es el llamado surco glúteo o hendidura horizontal glútea. 

Bajo ese nombre científico se esconde ese pliegue que se forma entre la parte inferior de la nalga y la parte posterior superior del muslo y que como línea hace de frontera entre ambas zonas. Ese surco se debe a que en esa zona hay una acumulación de tejido graso, pero en mayor o menor medida lo tenemos todos y todas claro está, además suele ser más marcado en las mujeres, por razones de estructura pelviana y una mayor tendencia a acumular grasa ahí.

Mi atracción por esa zona nace en mi despertar sexual, mientras la mayoría de chicos de mi entorno, se fijaban más en los pechos, mi atracción púber se iba a la parte trasera y muy particularmente a ese curioso pliegue, que se determinadas vestimentas marcan y el movimiento hace el resto.

Luego ya el acceso a la sexualidad adulta, me dio permiso para verlo y disfrutarlo sin imaginación en la realidad y el paso de  hacer realidad mi fantasía aún contribuyó más a apreciar esa zona, ya no solo cómo observador privilegiado sino que además como zona de generación de sensaciones.

Y es que precisamente esa línea tan profundamente erótica y tan bella, marca un límite y para desde esa linea hacia arriba, mas o menos la mitad de las nalgas, es la zona que hay que prestar más atención en los juegos. Los spankers somos fetichistas de las nalgas, pero si cabe en mi caso en particular más aún de esa hermosa línea curvada, que parece  pedir a gritos, ser enrojecida. Además, es una zona muy sensible, pero a la vez la menos peligrosa, para azotar y un buen trabajo en esa zona tomando como referencia la línea seguramente va a terminar con un picante recuerdo al sentarse. Tanto es mi fijación por ella, que a veces eludo a caso hecho posiciones que la difuminan, al tensar mucho la piel y elijo otras que me permiten el deleite y la precisión al atacar esa zona, para mi de lo más erótico y bello de este mundo.

Es más si trazamos dos líneas imaginarias una la de hendidura vertical que separa ambas nalgas y nos quedamos en el punto que converge con ese pliegue maravilloso, descubriremos, que en ese centro, lo hay más allá es justo el sexo, los genitales. Si, soy un tío que pierde la cabeza con ese bendito pliegue y no me negaréis que es bello y útil para lo nuestro.