domingo, 6 de diciembre de 2020

Un comentario y una lección

 




Una de esas noches tediosas de fin de semana confinados, fruto del aburrimiento, nos dio por entrar, en un foro en otro idioma de spanking. Empezó como una broma, pero terminamos registrados los dos y desde aquel día, cuando no daban algo interesante por la tele o cuando queríamos huir de  las malas noticias constantes, nos conectábamos y comentábamos la jugada. La verdad es que no estaba nada mal, la gente participaba, proponía temas a debate, contabas experiencias, publicaba relatos y sin comerlo ni beberlo entramos en la dinámica, también aportando algo de nosotros mismos, incluso llegamos a compartir alguna historia nuestra. 

Los dos teníamos nociones del idioma a causa de nuestro pasado escolar y dónde no llegábamos para eso están los traductores. Así que cómo herramienta para hacer más llevadero aquellos días de encierro, nos resultó bastante útil, llegó un momento que casí cada noche después de cenar entrábamos un rato a leer si había alguna novedad o algo interesante, si lo había comentábamos o dábamos nuestra opinión y si no a otra cosa mariposas, incluso llegamos a conocer a gente y recibir alguna invitación para viajar cuando todo aquello terminara.

Una tarde de aquellas tontas en el trabajo, esperando la hora de irme y sin mucho que hacer, me picó la curiosidad por entrar en el foro, no voy a negar que con algo de culpa por mi parte, incluso estuve a punto de no hacerlo, ya que hacerlo suponía reconocer cierto enganche, pero al final me pudo la curiosidad y entré mientras hacía tiempo, me puse a leer lo temas más recientes a debate y uno me llamó la atención. 

Se titulaba ayudadme y en el post un spanker, se quejaba del comportamiento impaciente y caprichoso de su pareja de juegos y que había decidido aplicarle un castigo "ejemplar". En el post el chico daba tres opciones de castigo y sometía a la opinión del resto, cual pensaban que sería el más adecuado. Total que me puse a leer las opiniones y he aquí que me encuentro a ella opinando y que su opción era la primera de las tres, al principio no le di más importancia, hasta que leí otras opiniones de otras spankees, que con alguna excepción, la mayoría se abstenían de opinar, argumentando que les parecía muy osado opinar sobre un castigo que iba a recibir otra y esas respuestas me hicieron pensar.

Me fui a casa con  una idea, alguien merecía una lección y se la iba a dar. Pero las ideas a veces hay que madurarlas, así que esperé el momento después de cenar, ya con la tranquilidad de todo hecho y día finiquitado o no, porqué suelen ser a esas horas cuando, viene la guinda del pastel del día. Cuando nos apalancamos en el sofá, fui a por el portátil con la excusa de entrar un ratito al foro, idea que no le disgustó ni mucho menos.  Así que podéis imaginar la escena, los dos en el sofá, frente al portátil leyendo y comentando, hasta que me fui al post de la discordia.

-Este parece interesante voy a ver.

Empecé a leer, ella no dijo nada....

-Veo que has comentado

-Si me aburría un poco esta tarde y entré

-Que pasa ¿que te has visto?

Le dije sonriendo, ella también sonrió y no contestó.

-¿Entonces crees que la primera opción es la mejor?

-Si ¿no?

-¿Por qué?

-Bueno, es la que me parece más justa y tiene ese puntito de vergüenza para bajar humos.

-Si es verdad, yo creo que también hubiera elegido la primera. De todas formas es muy fácil elegir, cuando no es tu culo, ni tu orgullo el que peligra ¿verdad?

-¿Cómo?

-Pues que si lees los comentarios, verás que la mayoría de spankees han optado por el silencio, vamos por no opinar, y tu sin embargo, te has tirado a la piscina.

-Bueno pide opinión ¿no? pues la doy.

-Muy bien, está bien opinar y el último comentario que te parece.

Le pasé el portátil, y empezó a leer el último comentario era mío y decía.

"Por mi parte no voy a opinar, esta es una decisión personal y tiene que estar fundamentada en el conocimiento de la otra persona. Eso si, por mi parte diré que las "jovencitas" que alegremente han opinado sobre un castigo que ellas no van a sufrir, deberían ser castigadas con el mismo castigo que han elegido para otra, multiplicado por dos".

Al terminar de leer, me miró un poco sonrojada y con sonrisa juguetona.

-Tengo que reconocer que cuando te pones serio, me provocas mariposas.

-Me alegro, porqué lo he escrito muy en serio.

Su reacción al decirlo me extrañó, esperaba algún tipo de excusa, incluso confrontación directa, en  plan era sólo un juego, en cambio me contestó un poco más sonrojada y sin nada de orgullo.

-Si igual, no debí decir nada lo había pensado así.

-Pues a veces hay que pensar dos veces antes de tirarse a la piscina y más sin saber si hay agua ¿te gustaría que yo pusiera a opinión pública un castigo para ti y que hiciera caso de lo que dice la gente?

Se quedó sin palabras, bajó la mirada...

-Tienes razón, no he sabido verlo, me dejé llevar...

-¿Cual era el castigo que habías elegido?

-Pffff...azotaina a mano larga, rincón y copiar.

-Muy bien, pues vas a tener el doble y otro día pensarás, antes de opinar alegremente sobre algo que no vas a sufrir tú.

Cerré el portátil, lo llevé a la mesa grande y le dije firme.

-Ya puedes irte al rincón, que tu vas a tener ración doble, antes de recibir y después y ve pensando.

Me hizo caso, sin rechistar, se fue directa a su rincón del salón, alli puso las manos entrelazadas en la cabeza sin la más mínima queja. Yo estaba un poco extrañado de esa actitud, no sabía si obedecía a rebajar el castigo o realmente si sentía que había metido la pata.

Diez minutos más tarde la llamé, dejó el rincón y vino hasta el sofá. La miré y le dije.

-Como la opción elegida, era una larga azotaina a mano y tu castigo va a ser el doble, ve a por el cepillo oscuro, que cuando se  me canse la mano, saldrá a jugar.

Ahí puso la primera cara de desaprobación, el cepillo oscuro, lo temía, era mas pequeño y estrecho que el habitual cuadrado, pero más pesado y denso, con lo cual terriblemente efectivo. Pero fue a buscarlo y me lo entregó, lo cogí y lo dejé en el brazo del sofá esperando su turno. 

-Bájate el pantalón del pijama

La he visto desnuda muchas veces, pero sé que hacerlo ella, es especialmente difícil. Sonrojada como un tomate lo hizo, el pantalón cayó hasta los tobillos, debajo nada, como era costumbre en casa. Cogí un par de cojines y los puse en mi regazo.

-Ponte

Los cojines, además de exponer más el culo, hacían como de barrera, más mental que otra cosa, pero implicaban cierta seriedad. Le dije que pusiera bien expuesto el culo en mis rodillas para su castigo.

Se colocó, le acaricié primero y luego froté un poco para no empezar directamente en frio, pero lo justo, enseguida empecé a azotarla, una primera etapa a ritmo constante y alternando nalga y nalga, cuando ya noté algo de calor en su piel aumenté el ritmo y empecé a repartir bien por todo el culo y tandas de hasta siete u ocho en la misma nalga antes de cambiar, así un largo rato, de vez en cuando ralentizaba un instante y de repente volvía a acelerar, en una de esos cambios de ritmo acabé con una ráfaga prologada de azotes muy rápidos y fuertes, que hicieron que tensará con fuerza los glúteos. 

-Te he dicho mil veces, que cuando te castigue quiero el culo expuesto pero relajado, así que pobre de ti que lo vuelvas a tensar ahora cuando continué con el cepillo. 

Ella misma se recolocó, durante un rato le acaricié las nalgas muy rojas ya, primero como mis dedos y luego ya con la parte de las cerdas del cepillo, no era un típico cepillo del pelo con púas, era más bien un cepillo de limpiar trajes con las cerdas muy finas y empecé a jugar a rozar con ellas su piel caliente y enrojecida. Dejando pasar el tiempo con ese estímulo tan diferente, que descansara un poco, hasta que giré el cepillo y apunté bien justo encima de la línea que separa el culo de los muslos y empecé a insistir ahí con el cepillo, yo sabía que insistiendo ahí, no alargaría mucho y que pronto llegaría al punto de agotamiento, así que hice alguna pausa larga, para retomar de nuevo. Tras la última vi que ya los tonos violeta empezaban a ser abundantes en esa zona, pero aún recibió una pequeña tanda extra, en las zonas más intimas del interior de las nalgas, separando una nalga y la otra, para dar en esa zona de piel tan sensible y fina. 

Un rato más de silencio y sensación sólo en mis rodillas, antes de volver a enviarla al rincón, como le había prometido. Una vez allí le hice unas fotos que se vieran bien el culo castigado. Tras diez minutos de penitencia en el rincón la llamé, había preparado una silla dura y fría en la mesa, y el portátil encendido con la pagina abierta del foro y la del traductor.

-Siéntate y escribe en el traductor. Empecé a dictar.

"Ahora mismo estoy sentada en una silla con el pantalón del pijama en mis tobillos, mientras escribo. Mi pareja ha considerado que dar mi opinión sobre un castigo que no  iba a recibir yo era una falta de respeto y ha decidido que mi osadía sería castigada con un castigo del doble del elegido por mi para otra persona. He sido severamente castigada, con una larga azotaina a mano y una dolorosa sesión de cepillo en mi culo desnudo, que harán que los próximos días no pueda sentarme cómodamente y para terminar mi castigo, después de pasar por el rincón, tengo que compartirlo con todos. Aprovecho para pedir disculpas por meterme donde no me llaman y adjunto dos fotos de los efectos del castigo en mi culo para que queda constancia. Gracias a todos"

-Traduce, te acabo de enviar las fotos, las adjuntas, lo cuelgas, cierras el portátil y vienes.

Me fui al sofá y me senté a esperar, tardó poco, su cara era de profunda perturbación, cuando vino a mi. La detuve antes de que llegará, le dije que pusiera de nuevo las manos sobre la cabeza, con las piernas ligeramente separadas y le dije.

-Espero hayas aprendido la lección y de aquí en adelante te abstenga de opinar sobre castigos que no vas a recibir tú. Pero para terminar, me vas a dar un orgasmo de pie y con el culo ardiendo, los dos sabemos que cuanto más duro, más cachonda.

Mi mano empezó a frotar su coño empapado, un ligero masaje con un par de dedos por los labios externos en internos, luego los separé para ver otro rojo muy intenso diferente al de su culo, hasta que dos dedos entraron en su coño y el pulgar frotaba su clítoris, ya no paré hasta hacerla gritar.

Continuará.





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