56 horas en pie.

 

El vuelo IBE6118 procedente de Miami aterrizó puntal en Barajas a las 12:55. Yo esperaba en la puerta de la T4 como justo hacía 56 horas, que debía haber llegado el AAL8636 procedente también de Miami. Al poco la vi salir arrastrando el trolley y casi arrastrándose ella. Un beso, de bienvenida.

-¿Agotada?

-No te lo imaginas.

-Anda vamos a descansar que ya toca,

Cogí el trolley y fuimos al parking de la terminal a por el coche, apenas habló, cuando ya nos pusimos en marcha por el nudo de carreteras que rodean Madrid y a pesar del sol de mediodía en pleno Agosto mesetario, la miré un momento y estaba dormida. Aire acondicionado, quité la radio y conduje un par horas hasta destino. Pensando en aquellas 56 horas de retraso e imaginando la escena. Coche de alquiler, Estados Unidos de América, exceso de velocidad camino del aeropuerto, una Highway Patrol que da el alto, informa de la situación y una españolita chula que empieza vacilando, hasta que se da cuenta que se está metiendo en un lio, luego cambio de estrategia, caritas, morritos, "sorry mister" pero no cuela, resultado: multa, pérdida del vuelo, búsqueda de nuevo vuelo, 56 horas perdidas sin contar la multa, el billete nuevo, alargar estancia...

Cuando llegamos despertó supongo que al parar el motor, realmente estaba cansada, subimos, charlamos un poco, no era momento de reproches y se fue a la cama. Yo me quedé, pensando que igual se levantaría a cenar algo, pero no durmió no se cuantas horas, hasta el día siguiente. Yo trabajaba, ella tenía unos días libres después del viaje, que eran  menos por el "problemilla" de las 56 horas. Durante un par de días dejé que madurara todo, no saqué el tema, ella tampoco, hasta que una noche cenando saqué el tema tres días después.

-Bueno, ya que tú no eres capaz, aún me tienes que aclarar que pasó exactamente para que perdieras el vuelo.

-Ya te lo dije, iba a dejar el coche, en el mismo aeropuerto y casualidad, que me pilla un coche con radar.

-Ya eso ya lo sé y no me extraña, pero lo que no entiendo es como pierdes el vuelo.

-Joder, pues que me tuvo el policía ahí una hora.

-Por partes, imagino que como de costumbre ibas con el tiempo pegado al culo, eso para empezar, pero lo que no entiendo es que pagas la multa en el acto y ya. Salvo que te pongas a discutir con el policía que imagino que es lo que pasó.

-Joder es que me dió mucha rabia ¿Sabes como son las carreteras de acceso al aeropuerto de Miami? además no había tráfico y solo me pasaba 10 millas del límite.

-No cuela nena, hasta yo que no salgo de aquí se como funcionan las cosas en USA, tú deberías estar más que acostumbrada y sabes que encima un extranjero no le va a vacilar a un poli americano.

Bajó un poco la mirada y el tono.

-Ya, pero tú no sabes el estrés de un puto viaje al otro lado del charco de 48 horas, que paras loco.

-No, no lo sé, lo que si se es que al final han sido 104 horas, que dí un viaje a buscarte en balde, que tuviste que sacar un billete nuevo a tu cargo y además la multa ¿por cierto de cuanto fue?

-200 dólares.

-Pues suma, la broma, billetes, gasolina, multa y tiempo. Y todo porqué a la señorita se le ocurre discutir cuando no hay necesidad te han pillado  y punto.

Ahí cambié el tono y me puse serio, o más bien solemne y apostillé.

-Además de esa manía de ir a los sitios con el tiempo pegado y queriendo después compensar a base de pedal, tenemos que hablar muy en serio ¿Sabes que te podías haber metido en un lío importante y más allí?

-Joder vale ya!!!! me haces sentir como una adolescente que ha hecho una trastada, soy adulta y se asumir las consecuencias de mis actos.

-Muy hábil por tu parte el cambio de tema, pero hoy si el policía de Miami era intrasigente, yo si quiero puedo serlo 100 veces más, así que adulta y capaz de asumir consecuencias muy bien.

Ya no dije nada más, me puse a recoger la mesa y eso la dejó un poco descolocada, al volver de la cocina pasé por la habitación y cogí un "juguete" de disciplina muy interesante: el reloj de arena. De vuelta al salón ella estaba sentada en el sofá solo llevaba una camiseta y las braguitas, puse el reloj sobre la mesilla, me miró extrañada.

-No me mires así, vamos a ver si es verdad que asumes las consecuencias, vete al rincón.

-Pero joder ¿por qué?

-Pues precisamente por eso para ir asumiendo, la arena tarda 6 minutos en pasar de un cuerpo a otro, ve calculando cuantas vueltas de reloj se necesitan para sumar 56 horas en pie en el rincón.

-¿56 horas? tu estás loco

No la contesté, la cogí del brazo y la puse en el rincón a la fuerza, cuando estuvo le dije.

-Las manos por detrás de la espalda aguantando la camiseta levantada y no voy a repertirlo.

Lo hizo y nada más hacerlo, le bajé las braguitas, hasta los tobillos, me senté y le di la vuelta al reloj. La arena empezó a caer lentamente hacía el cuerpo inferior del reloj, mientras esperaba, no le quitaba ojo de encima. La situación puede parecer ridícula, una mujer adulta, independiente, con las ideas claras, puesta cara a la pared sujetando la camiseta levantada y con las braguitas en los tobillos...a mi me parece excitante, muy excitante, es rendición, aceptación de autoridad, es sensual, anticipa...El reloj terminó el ciclo y le dije.

-Si has hecho el cálculo es fácil, te quedan 559 vueltas de reloj ¿no dices que eres capaz de asumir consecuencias?

Resopló, la llamé, al sacar las manos de la espalda, la camiseta cubrió lo justo, caminó hacía mi con torpemente con las braguitas en los tobillos y al llegar a mi altura puso morritos y me dijo.

-¿Lo de las 559 vueltas de reloj va en serio?

-¿Me ves cara de estar bromeando? Hoy por eso te vas a quitar unas cuantas.

La cogí de la mano y la "obligué" a tumbarse en mis rodillas, nada más hacerlo le levanté despacio la camiseta, descubriendo su culo, lo acaricié suavemente, me encanta el tacto de su piel en general, pero ahí ya es deleite puro para mis sentidos, además es una piel agradecida y reactiva. Un ratito de caricias en silencio, algo más intensas conforme iba pasando el tiempo, hasta que paré un momento le dí la vuelta a reloj y nada más empezar a resbalar la arena, empecé a azotarla con mi mano sobre su piel desnuda. Muy progresivo, el ritmo era constante, pero la intensidad in crescendo, durante los seis minutos que tardó en completar el ciclo, no dejé de azotarla ni un momento, solo cuando la arena dejó de caer paré y vuelta a las caricias. El tacto era un poco diferente, además del color, un rosado tirando a rojo  ya, el calor de los azotes en su piel, pero las caricias no duraron mucho, enseguida volví a dar la vuelta al reloj de arena y a retomar la zurra otro ciclo, ahora si ya sin progresividad, ritmo constante y cadencioso a buscar el rojo cereza en su dos cerezas carnosas y el picor del castigo, incesante hasta que el último grano de arena cayó.

Ahí ya no le acaricié el culo, me dediqué al pelo, el cuello, la espalda, los muslos, el culo rojo lo quería para mi vista y sus sensaciones, hacía calor y unas gotitas de sudor mojaban su cuello, mientras la acariciaba le dije:

-Llevamos tres ciclos y aún vamos a completar hoy tres más, así que ahora te vas a levantar y vas a traerme el cepillo "Aveda"(marca de cepillos de pelo de calidad, en especial  los planos y cuadrados) y el plug estriado. Se hizo la remolona, hasta que le di un par de azotes sonoros y se levantó de golpe. De vuelta me entregó el cepillo y el plug, los dejé sobre el brazo del sofá, le indiqué mis rodillas, se tumbó de nuevo, le levanté otra vez la camiseta, la cogí de la cintura y la puse en la posición exacta, culo bien expuesto y levantado, mi pierna derecha por encima de las suyas, le cogí las manos con la izquierda y a la espalda, le di la vuelta al reloj, cogí el cepillo, perdí un minuto más o menos en pasarle el cepillo por el culo rojo y empecé a azotarla con el cepillo, como en el primer ciclo con la mano, progresivo, repartiendo bien y sin dar fuerte, cuando el reloj completó, tampoco había mucha variación en el color de la piel, un rojo algo mas intenso, pero aun uniforme. Presioné un poco toda la piel con mis dedos, entonces giré de nuevo el reloj, cogí el cepillo y ahora sin clemencia, los azotes empezaron a caer, todos en la mitad inferior de las nalgas a ritmo constante de velocidad en intensidad, no hace falta dar muy fuerte con el cepillo, para que sea efectivo a mitad de ciclo, tenía dos círculos púpura en la parte que apoyamos al sentarnos y empezaba a retorcerse un poco a cada nuevo azote, pero eso no evitó que siguieran cayendo hasta que el cuerpo superior del reloj quedó completamente vacío, ahí paré, dejé el cepillo le solté las manos , pasé muy suavemente los dedos por la parte más castigada de su culo, unos días con ciertas molestias al sentarse pensé mientras le hacía un suave masaje con la yema de los dedos.

Turno del plug, el primer contacto del frío acero, fue entre sus piernas, abriéndose paso entre los labios, rozando el clítoris, para acabar jugando con el en su sexo, para que usar lubricante cuando hay natural, hasta que con mi mano izquierda separé sus nalgas calientes, para alojarlo allí donde debe estar, despacio en su culo, un rato de caricias más, un par de palmaditas, y de nuevo al rincón, cuando estuvo en su sitio, en la posición correcta, media vuelta al reloj y a esperar allí cara a la pared, con el culo rojo, el coño empapado y el plug. Cuando terminó la fui a buscar, directos a la cama, allí me senté la desnudé por completo, la hice tumbarse boca abajo, sesión de crema y masaje, que fue subiendo de intensidad, hasta terminar detrás de ella, yo también desnudo, follándomela boca abajo totalmente tumbada, tocando su culo caliente con mi cuerpo en cada envestid, hasta terminar rendidos y con más masaje. Mientras le sobaba el culo aun caliente, aunque ya menos rojo, me dijo.

-¿Lo de las 56 horas va en serio?

-Una vez alguien me dijo, nunca amenaces con un castigo que no vayas a cumplir, así que cada día  un ratito de reflexión no te irá mal, hasta sumar 56 horas en pie. Es más tu misma vas a ir apuntando y descontando.

En ese momento mi mano volvía a jugar con su coño, que seguía empapado.

Continuará....