miércoles, 12 de agosto de 2020

Sensaciones de spanker.

 


Recorriendo viejas entradas, me he encontrado con esta que escribí hace ya 7 años, y que tal vez ahora escribiría diferente. Siete años dan para mucho, pero en el fondo creo que no sería tan diferente.


En alguna ocasión he escrito sobre los sentimientos propios, vamos sobre que siento yo cuando juego. Es de lo que mas me cuesta escribir, me es mucho mas fácil transmitir lo que me han contado, desde el otro lado o lo que yo he intuido, en cambio contar o escribir sobre lo que siento y he sentido yo, me cuesta mucha mas, es como desnudarme delante de un auditorio vestido.

Pero por otra parte creo que es justo, hacer el esfuerzo de vez en cuando. Se ha escrito mucho, sobre que siente, que busca la parte spankee o sumisa, pero mucho menos sobre la otra, es como si hubiera cierto prejuicio, como si costara mas de entender.

La vez anterior que escribí, sobre esto, afirmaba que una de las sensaciones excitantes, era la sensación de tener el poder, la de asumir el control y la responsabilidad. Tal vez tengamos algo de egocéntricos, tener el control te hace sentir importante, aunque en la realidad es un poder cedido y de ida y vuelta, pero durante el momento "juego" si percibes que lo tienes, aunque eso conlleva también tener la responsabilidad y la obligación de ejercerlo.

Pero hoy quiero escribir sobre otra sensación de spanker, otro sentimiento que percibes cuando llevas a cabo la fantasía. Es el sentimiento de "protector", por llamarlo de alguna manera, voy a intentar explicarme.

Cuando alguien comparte juego contigo, te está dando permiso para entrar en un parte muy intima, para que conozcas una parte suya, que conoce muy poca gente o nadie y tu eres el elegido, te va a mostrar sus fantasías y en muchos casos también, sus debilidades, incluso aquellas cosas que le gustaría cambiar o corregir y aun mas, porque puede que termine por pedirte, que intervengas en eso, que entre dentro del juego, si aceptas jugar a ese juego, también te conviertes en le vigilante y guardián de esa niña interior, que tu conoces, te la han mostrado y que te ha elegido a ti para que la cuides. Esa sensación, es una de las sensaciones mas especiales que he tenido jugando a esto, la de conocer a esa niña interior, la de sentir que la protejo y la cuido, que conmigo esta segura, hasta conseguir que esa niña que quedo atrás hace mucho tiempo, salga sin miedo cuando esta contigo, porque se siente segura, se siente cuidada y protegida.

Estar pendiente de ella, preguntar, interesarte, motivar, empujar.... advertir de las consecuencias, regañar cuando se pasa la raya, pedir explicaciones o escuchar las excusas y al final ejercer, ejercer de spanker cuando sea necesario, porque sabes que aunque no te lo diga, ni te lo reconozca, es lo que quiere esa niña interior para ser feliz.

1 comentario:

  1. Un enfoque muy interesante, muy humano. Me ha sorprendido por lo profundo, lo afectivo. El reverso de lo 'morboso' y lúdico exterior... Muchas gracias.

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