lunes, 22 de julio de 2019

Las dichosas compras....





Tarde/noche entre semana, yo salía de la ducha y ella estaba en la cocina haciendo algo de cenar, me fui para allí a echarle una mano y al ir a coger algo en la nevera vi, una notificación pegada en la puerta con un imán. La cogí y la miré.

-Puffff menos mal, no me acordaba mañana tengo "trauma" para la revisión de la rodilla.
-Anda que....y luego la fama de despistada me la llevo yo.
-Hay un pequeño matiz diferenciador...
-Jjajajaja pues vale.
-Voy a llamar a mi jefe, que ya que tengo que perder media mañana, aprovecho me cojo el día y hago un par de cosas que quería hacer.
-¿Te vas a coger el día libre mañana?

Lo preguntó poniendo como una especie de cara de entre sorpresa y circunstancias.

-Si ¿por?
-Por nada.

Cogí el teléfono, llamé a mi jefe y me cogí el día. Debí haber sospechado algo desde el momento que aquella noche digamos que tuvo un compartamiento muy "atento" conmigo, pero debilidad masculina no sospeché nada.

Al día siguiente ella se fue a trabajar y yo me quedé un rato más en la cama, desayuné, me dí una ducha y cuando ya estaba a punto de salir para ir a la visita, tocaron al interfono. Me extrañó

-¿Si?
-Correo expres traigo un paquete para la señorita...

Abrí la puerta y subió el repartidor, llevaba un gran paquete. Le dije que la "señorita" no estaba pero que ya lo recogía yo, firmé el acuso de recibo, me entregó el paquete y se fue. Até cabos enseguida, ahora entendía aquella cara al decirle que haría fiesta y su digamos que actitud "cariñosa" de la noche. Más ropa online, algo que ella me había pedido que controlase y que teníamos un pacto al respecto, pacto que evidentemente se había saltado. Cogí el paquete, pero en vez de dejarlo en casa, me lo llevé conmigo al coche, ya hablaríamos por la tarde de aquello.

Me fui a la visita rutinaria, hice lo que tenía que hacer, aproveché para comer algo y ya a la hora que ella volvía a casa puse rumbo a encontrarme con ella.

Cuando llegué ya estaba, pero había dejado el paquete en el coche.

-Hola!!!! ¿que tal el médico?

Me recibió muy efusivamente y con muchas muestras de cariño

-Joder tendré que ir más a menudo
-Que idiota eres. ¿Que te ha dicho?
-Que bien está estable
-Eso es bueno ¿no?
-Pues si no me apetece ir con una rodilla de metal la verdad. ¿Y tu que tal?
-Bueno algo cansada, pero bien.
-Pues a descansar ¿no?
-Siiiiii
-Ahhh por cierto, me he olvidado algo que tengo para ti en el coche ¿bajas tú? que me duele un poco la rodilla.
-¿Que es?
-Una sorpresa
-Me encanta!!!!!!!

Cogió las llaves y bajó al parking corriendo, la vuelta ya fue más lenta. Entró con el paquete despacio y con carita de no haber roto un plato, yo la miraba con cara de "quiero una explicación". Dejó el paquete en la mesa y sin preguntar nada empezó a hablar.

-Ya se, que teníamos un trato, pero es que no tengo nada así cómodo y fresquito.
-¿Seguro? ¿vamos a ver el armario?
-Bueno ya....pero de es otros años y tampoco me ha costado tanto.
-Esa no es la cuestión tampoco voy a pagarlo yo, la cuestión es que fuiste tú quien me pidió que te conrrolase el tema de las compras online y que llegamos a un trato al respecto, trato que te has saltado como es evidente....
-Joooo pero es que lo necesitaba.
-No me interrumpas cuando hablo, además esto no es un debate, es solo una conversación a título informativo, que luego no te pille desprevenida la consecuencia. ¿Está claro?.

Me puso morritos y carita y dijo.

-Ya verás como si me los pruebo cambias de opinión.
-Deja el paquete cerradito y hoy no, me duele la rodilla, pero vete preparando, porque esto no va a quedar así.

Resopló y se cruzó de brazos. Una mirada y desistió de esa actitud y se vino al sofá conmigo.

Me encanta provocar en ella esa incertidumbre, desde aquel momento sabía que el haberla pillado rompiendo el pacto iba a tener unas consecuencias que iba a pagar su culo, pero no sabía ni cuando ni como y tenía que convivir con esa incertidumbre hasta que yo decidiera. Eso provocó en los días siguientes distintas actitudes en ella, para empezar todos los días me buscó sexualmente y yo me dejé claro, aunque también alguno de los días me provocó con descaro como buscando que saltara y acabara con la incertidumbre, pero resistí. Solo uno de los días le pedí la dirección del trabajo y le dije que le llegaría un paquete, que lo cogiera, no lo abriera y lo trajera a casa.

El viernes 4 días después de aquella conversación cuando llegué a casa, y fui a saludarla vi un paquete encima de la mesa.

-Hola
-Hola que tal?
-Bien por fin es viernes.
-Si que ganas tenía, ha llegado el paquete veo.
-Si....¿que es?
-Ya lo verás. Bueno tu y yo tenemos algo pendiente de hace días, pero antes pruébate lo que compraste.

Aquellas "instrucciones" significaban mucho más de lo que aparentaban, significaban que era el momento de rendir cuenta.

-Puffff ahora?
-Si, ahora.

Se levantó resignada y se fue a la habitación, yo me senté en el sofá a ver el pase de modelitos. La verdad es que los tres vestidos le quedaban genial, muy veraniegos, cómodos y sugerentes, osea no extremados que siempre es más excitante. Cuando me enseñó el último, le dije:

-Ven aquí

Se acercó llevaba el último de los vestidos e iba descalza.

-Este es el que me gusta más

Le dije con es calma que tanto la perturba.

-Date la vuelta

Lo hizo

-Te hace un culo muy bonito -le dije mientras se lo acariciaba- ¿No te has quitado los shorts?

-No...para ¿que?

La cogí de la mano y la "acompañé" a mis rodillas, se dejó hacer y cuando estaba "instalada" en ellas le levanté el vestidito y le dije:

-¿Cuéntame porque estás en mis rodillas?

Yo sabía que ese tipo de preguntas en ese momento la perturbaban especialmente, y como esperaba no dijo nada.

-¿No vas a decir nada? Muy bien, levanta el culo.

Resopló pero lo hizo, metí las manos por el elástico de los short tipo culotte que llevaba y como en acto reflejo, llevó las manos atrás como intentando impedirlo.

-¿Donde quiero las manos cuando te voy a azotar?

Volvió a resoplar, pero las quitó de inmediato y deslicé los ajustados shorts a medio muslo dejando totalmente descubierto su precioso culo.

-Como veo que se te ha comido la lengua el gato, te voy a explicar porque estás aquí, en mis rodillas y con el culo al aire, esperando una buena zurra. Estas aquí porque si me pides que controle algo y llegamos a un acuerdo, es para que se cumpla sin más y si no haberlo pensado antes, es más si en algún momento crees que por el motivo que sea hay que hacer una excepción, me lo dices, lo hablamos y decidimos. Lo que no puede ser es que si me pides que te controle hagas lo que te sale de ahí, eso si que no, así que ahora toca ajustar cuentas. Imagino que nada que objetar ¿no?.

Silencio otra vez....solo que ahora le acariciaba el culo con la mano despacio y suave.

-Te doy por enterada pues.

Ya se acabó la charlita y la que empezó a hablar fue mi mano, solo que en vez de caricias, pasaron de repente a ser azotes, en un primer instante suaves y algo lentos, pero a medida que fui "progresando" mas fuertes y rápidos, pero también profundos y cercanos, es lo que tiene la mano. Aunque es muy efectiva y unos minutos después de azotaina sin pausa y tenía el culo en llamas. Paré un momento, el que tardé en bajarle las piernas al suelo y atraparlas con la mía antes de reunudar la azotaina un ratito más hasta dejarle el culo como un pimiento morrón, rojo y encendido. Nada más parar me puse a acariciarle la piel caliente, gesto que agradeció con un largo suspiro, hasta que le dije.

-Ahora te irá bien un ratito cara a la pared, así que venga.

Liberé sus piernas, se levantó y fue caminando hasta el rincón una vez allí, sabía perfectamente que tenía que hacer, con vestido, siempre las manos atrás sujetando el vestido levantado y mostrándome el culo desnudo y rojo. Yo creo que en ese momento no hay vergüenza demasiadas sensaciones juntas que gestionar y la principal el escozor del culo, pero cuando este se asienta entonces si debe aparecer y una mujer adulta, ahí quieta, inmóvil, mostrando el culo rojo de los azotes, debe ser muy contradictorio. Los cinco minutos de rigor del rincón pasaron, y entonces le dije.

-Ve a por el  paquete.

Lo cogió de la mesa y me lo acercó.

-Ábrelo.

Empezó a abrirlo con cierto nerviosismo y al ver que contenía su cara era un poema. Puse la mano pidiendo que  me entrégase el contenido del paquete, lo hizo, era una paleta de madera ligera, no muy grande, la hice sonar contra mi mano y le dije.

-Como ves yo también he hecho una compra online, que como los vestidos vas a probar, así que apoya las manos en la mesilla, quiero ver ese culo bien expuesto.

De primeras rechistó un poco, nada que no arreglara un paletazo en el muslo, mensaje alto y claro, que entendió a la primera. Nada más ponerse, la cogí de la cintura, para ponerla exactamente como quería, después le levanté el vestido y empecé a pasarle la paleta, acariciando con la madera las dos nalgas, en un determinado momento también le pasé el canto entre las piernas,por el surco de su sexo y mientras hacía pequeños movimientos hacia delante y hacia atras le dije.

-Van a ser 10 por cada vestido, cuéntalos.

Y empecé a dárselos secos y lentos, dejándola respirar entre uno y otro y en cada decena, haciendo una pausa más larga, en la que con mis dedos tocaba ciertos puntos de su culo, aquellos que se veían más perjudicados por el "castigo", cuando escuché el número 30 dejé la paleta en la caja y puse las dos manos en sus nalgas que desprendían calor, las tuve un rato ahí sin moverlas y en silencio, después empecé a acariciarla despacio, las nalgas, la cara interna de los muslos y también pasé un dedo entre sus labios.

-Me parece que estás muy jugosita tú para acabar de recibir un castigo.

En ese momento mi dedo entraba en su coño, húmedo, caliente y acogedor.

-Lástima pero aun te queda castigo.

Le cogí una mano, haciendo que se incorporase, sin soltarla, fuimos a la habitación de mi despacho, cogí la silla dura de madera y la puse frente al escritorio. Le terminé de bajar los shorts hasta los tobillos, la hice sentarse  con el vestido levantado haciendo que el culo caliente y dolorido tocará directamente con la fria y dura madera de la silla y le di una libreta y un boli.

-Ahora me vas a copiar 200 veces: "Las normas están para cumplirse y si no deberé asumir las consecuencias".

La dejé allí y me fui. Por otras veces sabía del tiempo que necesitaria más o menos para copiar las 200 líneas que yo calculé en media hora más o menos, pero por si acaso fueron 45 minutos, cuando fui, la encontré de pie, intentando ver como le había quedado el culo.

-¿Quien te ha dicho que te podías levantar?
-Lo siento pero....
-Todo son peros, ¿quieres ver como te ha quedado el culo?

Se puso roja...

-Bien vamos a verlo.

La cogí de la mano y la llevé hasta la habitación, caminando a trompicones con los shorts en los tobillos, allí la puse frente al espejo y le di la vuelta a la vez que sujetaba el vestido levantado.

-Míralo bien y grabátelo, porque así te lo voy a dejar cada vez que incumplas un trato.

La hice mirar el resultado de su comportamiento un instante. Después le dije que se tumbara boca abajo en la cama, le quité del todo los shorts y le levanté el vestido. Fui al baño, mojé una toalla con agua fría, la escurrí y de vuelta a la habitación se la puse en el culo refrescándolo bien que falta le hacía. De vez en cuando lo movía entre sus suspiros de placer, en determinado momento dejé la toalla encima de su culo y empecé a jugar con mis dedos en su sexo, seguía mojado...

-No tienes remedio

Empecé a masturbarla, hasta que se corrió....

Volví a refrescar la toalla y ponérsela otra vez, mientras le acariciaba las piernas le dije.

-Había pensado que hacerte devolver los vestidos, como parte de castigo, pero se me ha ocurrido algo mejor. Estos tres cuando te los pongas, no te pondrás nada debajo, así aprenderás y vamos a empezar mañana por la tarde.

Continuará....






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