domingo, 7 de julio de 2019
Fruta del tiempo
Tal vez lo más excitante para mi del juego, sea el control, hacerme con el control, provocar una rendición, es para mi una de las cosas mas divertidas y excitantes del juego. Muchas veces el tema está en saber cuando lo tienes que tomar y cuando lo tienes que plasmar que son dos cosas distintas.
El momento de tomarlo a veces te lo ponen muy fácil a través del reto, pero no tienes el control si siempre es cuando ella quiera y como ella quiere. El truco está ahí que aunque lo sepa aunque te lo haya cedido, siempre haya margen para la sorpresa.
Cuando fui a verla aquel fin de semana caluroso, ella sabía perfectamente que teníamos algo pendiente y lo sabía de hacía días. Es más había sido buscado, era algo que habíamos hablado muchas veces: su carácter y su orgullo que tomaba forma de malas contestaciones o borderías, hasta el punto que al final lo que más castigos le había costado siempre era eso, la lengua larga o el hablar antes de pensar.
Y aquel fin de semana de calor agobiante, teníamos una pendiente de hacía días, miento eran dos, pero la que realmente hizo que tomara el control fue una salida de tono que además no venía a cuento, y que yo interpreté como un "te pongo a prueba" además finalizado con un "perro ladrador poco mordedor" al que yo sentencié "el fin de semana te lo explico" y a partir de ahí ya tengo el control, pero como decía de alguna manera es ella quien me lo da, así que la forma de hacerla sentir sin el control, es jugar con los tiempos. Un fin de semana , 48 horas, ¿cuando y como?.
El sol abrasaba aun cuando llegué aquella tarde de viernes, ella me recibió en pijama de verano, un pataloncito corto a rayas blancas y rosas y una camisetita de tirantes fina de color gris, me dio un beso y entramos. Yo venía maquinando por el camino, pero ese primer contacto me despistó, no llevaba sujetador y en la camiseta resaltaban la marca de los pezones duros, es más creo que llevaba el pantaloncito subido más de la cuenta porque al caminar asomaba el nacimientos de sus nalgas, lo que me pareció muy excitante después del viaje.
Nos sentamos a charlar un rato tranquilamente, de como nos había ido la semana y demás, en esta época del año, cuando termina el curso antes de las vacaciones de veranos todos por h o por b solemos ir bastante estresados y allí estuvimos desfogando tanto que cuando nos dimos cuenta ya se había puesto el sol y en esta época se pone tarde. Fue entonces cuando decidimos cenar algo, cocinamos entre los dos algo sencillo y suave, nos pusimos a cenar, todo era un remanso de paz, cuando terminamos yo me ofrecí voluntario para recoger, y fue estando en la cocina cuando me dijo desde el sofá.
-Por cierto, en la nevera hay unas cerezas muy ricas, tráelas.
-Vale.
Abrí la nevera y en efecto había un pack de cerezas gordas, con muy buena pinta y que tenían distinto grado de maduración y fueron aquellas cerezas, las que me iluminaron la mente, bueno eso y que con el pijamita me había puesto a mil y cuando estoy excitado es cuando me surgen las ideas más perversas. Las lavé y las puse en un plato, pero las dejé en la cocina y me fui sin nada para el comedor, era el momento de plasmar el control, cuando probablemente ya no lo esperaba aquel día.
Nada más verme llegar de vacío, me dijo.
-¿Y las cerezas?
-Ahora, pero antes tu y yo tenemos algo pendiente.
Imagino que aquella frase, le provocaría un cosquilleo especial, sabía que significaba, pero yo también sabía que o actuaba rápido o no me lo pondría fácil, era cuestión de dejar claro que no iba a moverme un milímetro, era ya.
-Jjajajaja yo pensaba que te habías olvidado, vaaaaaa que es viernes!!!!!
-Levanta y vete un rato al rincón a pensar en esa boca que es más rápida que tu mente.
-Puffff ahora no paso.
Ahí me di cuenta que había que dejar la cosa muy clara, me fui para ella la levanté de un tirón del sofá, con energía y como a una niña pequeña, nada más levantarla y sin soltarla le di un par de azotes en el culo, de esos que pican aun con ropa, entonces la cogí del brazo la acerqué a mi y le dije:
-¿Seguro que quieres retarme?.
La sorpresa, la autoridad y la firmeza de mi lenguaje corporal hicieron efecto y cuando la solté enfilo solita el camino del rincón frotándose el culo. Yo me senté, ahí si me vi con el control, pero no por mucho tiempo, ya que al llegar al rincón imagino que reaccionó pensó que me lo estaba poniendo muy fácil y aunque se puso, la pose y la actitud no eran la que quería. Resoplé a modo advertencia, pero no sirvió de nada, entonces si pasé de nuevo a la firmeza.
-A estas alturas creo que no tengo que decirte como te tienes que poner en el rincón de pensar, no hagas que me levante.
No solo no me hizo caso sino que encima giro la cabeza en plan desafiante. Entonces me levanté y dijo
-Vale, vale ya me pongo.
Pero no le hice caso, la cogí de nuevo del brazo y se llevo otro 5 o 6 azotes, tras los cuales la acompañé de nuevo al rincón y le dije.
-¿Vas a jugar conmigo? pues tu misma, ahora por lista de rodillas y con las manos en la cabeza.
Allí me quedé hasta que cedió se arrodilló y puso las manos encima de la cabeza. Entonces me senté y me encendí un cigarrito, mientras me lo fumaba, la observaba incluso la escuchaba refunfuñar, imagino que por su cabeza pasaban diversas opciones, rebelarse asumiendo el riesgo o rendirse. Pasados unos minutos la llamé se levantó del rincón y vino hacia mi tenía las rodillas rojas de estar arrodillada, cuando estuvo frente a mis piernas la hice quedarse allí de pie y quieta como una niña traviesa que tiene que dar explicaciones de su comportamiento y le dije.
-¿Tienes algo que de decir?
-Si, que creo que no hay para tanto, a ver si vale te contesté mal, pero bueno creo que estás haciendo un drama.
-No, no te equivoques, te lo he dicho mil veces, si me desafías aprende a asumir las consecuencias
-Pero es que no te desafiaba
-Ya ¿y lo de "perro ladrador poco mordedor"? ¿como me lo tomo?
Se le escapó la risa.
-Ahhhh que te hace gracia, pues veremos cuando tengas que dormir boca arriba si te ries tanto.
-Pero Santi...
En ese momento ya la había cogido del brazo y de un tirón a mis rodillas, nada más caer una lluvia de palmadas empezó a caerle en el culo eso si con el pantalón del pijama aun puesto, tal vez los primeros la pillaron de imprevisto y estuvo sin reaccionar y quieta, pero la imagen de su culo en mi regazo, asomando la arruguita del nacimiento de las nalgas, lo que hizo reaccionar fue a mi cuerpo y en cuanto lo noto, jugó una de sus cartas, la de ponerme cachondo y que cediera, así que mientras le seguía dando, empezó a mover las caderas frotándose contra mi de forma muy descarada, con lo que aun me ponía más cachondo, pero a la vez yo más fuerte le daba, hasta que en un determinado momento paré y al parar ella seguía moviéndose.
-¿Se puede saber que haces?
-Mmmmmm podríamos dejarlo aquí y jugar a otras cosas, de verdad que he aprendido.
No le contesté simplemente cogí el pantaloncito del pijama por la parte de la cintura de atrás con la mano izquierda tirando de el hacia arriba y con la derecha metí toda la tela en la hendidura de entre sus nalgas a modo tanga y volví a la azotaína esta vez ya directa sobre la piel desnuda, siguió moviéndose un rato, pero cuando empezó a picar de verdad paró, se quedó quieta y yo seguí poniéndole el culo bien rojo y caliente, cuando ye empezaba a estar en su justo punto de cocción paré.
-Levanta.
Se levantó y nada más ponerse de pie en acto reflejo empezó a frotarse el culo que debía picarle.
-Aun tienes ganas de desafiarme?
-Joder pica, ha sido sin pensar.
Sin decir nada más, le cogí la cintura del pantalón y de un tirón se lo bajé, tras de el hice los mismo con las braguitas.
-Pon las manos en la cabeza
-Pufffffffffff
Ahí la tenía frente a mi, con el pantaloncito por los tobillos ya y la ropa interior a media pierna y ahí si empecé a notar que tenía el control. La miré y le dije.
-Vete al rincón de la habitación y me esperas ahí.
-Pufffff otra vez???????
-Te lo tengo que repetir
-Es que...
-Es que, que?
-Que me estoy haciendo pis
-Ve al baño, pero cuando salgas directa al rincón de la habitación ¿esta claro?
No dijo nada asintió y se fue para el baño, yo me levanté la cogí del brazo, la dejé en la puerta y me fui a la cocina, esperé que saliera le di tiempo de ir a la habitación, pasado un tiempo prudencial, cogí las cerezas con el plato y me fui para la habitación, dejé el plato en la mesilla, ella estaba en el rincón con la ropa bajada. Fui hasta mi bolsa y cogí una cosa de ella que dejé en la cama, otra que puse en la mesilla y me desnudé hacía calor así que me quedé solo con los bóxer, me senté en el borde de la cama y la llamé. Vino hacía mi ya sin humos, sin decirle nada al estar frente a mi solita ya se puso las manos encima de la cabeza entonces cogí una de las cosas, que llevaba conmigo en concreto una pluma larga y suave y empece a acariciarle los muslos con ella, al sentirla hizo el gesto como de irse hacia detrás imagino que del cosquilleo.
-Separa las piernas!!!!!!!
Se acercó un poco y separó las piernas lo que le permitía el pantaloncito en los tobillos, entonces empecé a pasarle la pluma por la cara interna de los muslos, las ingles y el pubis y mientras le dije.
-¿Como quieres que te trate como una niña o como una mujer?
Se quedó muda un instante, pero la final dijo...
-Como una mujer.
-¿Estás segura? piénsalo bien, porque eso significa acatar tu castigo sin rechistar.
En ese momento la pluma rozaba sus labios vaginales y su piel se erizaba
-Si.
-Bien
Dejé la pluma en la cama, me levanté y le dije.
-Ponte a cuatro patas encima de la cama.
Lo hizo nada más ponerse le terminé de quitar del todo, toda la parte de abajo de la ropa, puse una almohada a al altura de su cabeza y le dije.
-La cara en la almohada, piernas separadas.
En esa posición a cuatro sobre la cama, con las piernas separadas y la cabeza sobre la almohada quedaba expuesta del todo, desde atrás podía ver sus nalgas desnudas y enrojecidas aun, su sexo entre abierto, húmedo, rojo en hinchado de la excitación. Fui a por un par de cerezas las que estaban menos maduras y las puse en su culo para contrastar, me gustó el resultado y le dije.
-Ahora lo tienes de este color.
Las volví a dejar en el plato, cogí otras mucho más maduras y repetí la operación, las contrasté con su piel y le dije.
-Y de este color te lo voy a dejar cuando acabe contigo.
Las dejé en el plato estas también. Cogí la pluma con la mano izquierda y con la derecha el cepillo de los castigos y en aquella posición empecé a pasarle la suave pluma por las nalgas, por la parte alta de los muslos, pero también por el sexo, el perineo y el ano, entonces de repente paro y le doy media docena de azotes con el cepillo tres en cada nalga seguidos, ella gime espero unos segundos tras los azotes a ver el cambio de color en la piel y vuelvo a la pluma, la dura y severa madera contrastando con la suave y cálida pluma, tras un rato de caricias, otra media docena de golpes de cepillo caen en su culo y vuelvo a la pluma un rato, dejo cepillo y pluma. Cojo el par de cerezas maduras, las pongo en su culo, miro bien.
-Aun necesitas otra docena mínimo
Dejo las cerezas vuelvo a coger cepillo y pluma y repito el juego de antes, caricias con la pluma y dos tandas de media docena de azotes, ya no se queja, ya se ha rendido. Cojo las cerezas otra vez y ahora si me convence el resultado. Cojo una almohada y la pongo bajo su vientre, le digo que se tumbe sobre el, cómoda, le enseño las cerezas y le digo.
-Así lo tienes, de este color, y cada vez que no controles la boquita, te lo pondré así o más si reincides, ¿esta claro?
Asiente con la cabeza, en ese momento cojo las cerezas y empiezo a pasarlas por su sexo, esta chorreando, las paso tres o cuatro veces y me las como, esa mezcla de su sabor con el de cereza me excita, repito con dos más, pero estas las meto un poco en su sexo antes de comérmelas, durante un rato estoy jugando con las cerezas en su sexo, mientras con la yema de los dedos de la otra mano acaricio los bordes de las zonas más marcadas del culo, a su pasividad inicial, empieza a salir cierta actividad, vuelve a moverse, cuando juego con las cerezas en su sexo. Y entonces le digo, tras comerme una veintena de cerezas en su jugo
-Ya que te has portado como una mujer, ahora si es el momento de jugar.
Me como lo última cereza y me tumbo boca arriba. Todo pasa muy rápido.
Me estiré boca arriba en la cama, ella se incorporó no dijo nada, me quitó lo único que llevaba unos bóxers, cogió con la mano mi polla dura como el mármol y caliente, y sentándose encima de ella, despareció en su interior, al tocar su cuerpo con el mio, dejó un rastro de humedad y empezó a moverse arriba y abajo de vez en cuando paraba y con toda dentro se restregaba contra mi dejándome empapado de nuevo antes de volver a cabalgarme, cuando noté que era cuestión de poco que llegase al orgasmo la hice parar.
-¿Te quieres correr?
En aquel momento se seguía frotando y entre suspiros y gemidos me dijo, un entrecortado:
-Siiii quiero...
-Vale, pero antes ponte esto.
Alargué la mano hasta la mesilla de noche, cogí algo y se lo di, era un pequeño plug de acero quirúrgico, lo cogió se inclinó ligeramente hacia delante, llevó su mano atrás. La cogí de los hombros y le dije.
-Ponte recta quiero verte la cara
Se incorporó de nuevo, cerró los ojos, mientras yo miraba sus gestos mezcla de placer y pequeña molestía mientras ella misma hacia que el plug se abriera sitio para terminar alojado en su culo, al hacerlo suspiró profundamente, paró un instante pero cuando arrancó ya no paró hasta correrse, tras el orgasmo volvió a cabalgarme más rápido aun, ahora buscaba que fuera yo quien me corriera y lo consiguió, justo cuando acababa de correrme yo, ella volvió a correrse y al terminar con mi polla dentro aun, se dejó caer en mi pecho, los dos jadeantes y sudorosos. Mis manos se fue de inmediato a su culo y empezaron a frotar las dos nalgas calientes y del color de un cereza madura, así estuvimos unos instantes, hasta que ella se incorporó y cogió un cereza.
-Si están ricas si....
Mis dedos frotaban suavemente sus nalgas...
Continuará.
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