viernes, 22 de junio de 2018

El vestido de girasoles (la libreta)




Habíamos estado toda la semana con la duda si iba yo o venía ella, creo que al final le pudieron las ganas de playa y decidió venir ella.
Había hecho un día de sol fantástico, incluso calor de verano ya, pero justo a la hora que llegaba su tren se había nublado e incluso parecía que amenazaba lluvia. Como siempre la esperaba ya en el bar de al lado de la estación sentado en la terraza. La vi salir y sonreí llevaba aquel famoso vestido de blanco con girasoles estampados de Aliexpress, se acercó hasta la mesa y lo primero que me echó en cara fue precisamente el vestido y que antes de salir le había dicho que hacía sol. Nos tomamos una cervecita y nos pusimos al día hasta que decidimos poner rumbo a la  ciudad.

Era el fin de semana de la segunda Pascua y todo el casco antiguo de la ciudad esta decorado con flores, así que decidí que merecía la pena ir a dar una vuelta y ya cenar algo antes de ir al hotel. Por un momento me arrepentí, el centro estaba abarrotado de gente y turistas y aparcar fue una odisea, menos mal que uno tiene sus recursos y al final conseguimos aparcar relativamente cerca.  A unos pasos de la plaza de los juzgados, donde había montada una especie de feria con casetas de degustación, cruzamos a la altura del edificio de correos y de alli atravesando Plaza Indepencia y cruzando por el puente de la Princesa entramos en el casco viejo. Sin haberlo pensado antes nos metimos en el museo de la Diputación que en esos días tiene entrada libre y está decorado con motivos florales, estaba llevo de gente y como de costumbre hicimos una visita caótica sin seguir el itenerario marcado, lo cierto es que tampoco importaba demasiado, la idea era otra, quería ponerla cachonda muy cachonda antes de llegar al hotel, pero aquellos pasillos demasiado estrechos y el gentío no lo ponían fácil, así que decidimos terminar la visita pronto, para perdernos por las callejuelas estrechas y empedradas del barrio judío, un buen lugar para juguetear, pero no el fin de semana de la segunda Pascua, abarrotado de gente que de repente se detiene para hacer una foto o forma un corrillo taponando el paso, hasta que en una de las plazuelas que ya cerca del ayuntamiento vi un par de terrazas enseguida localicé una mesa libre y nos sentamos.

No recuerdo como empezó todo, solo se que mi mano en su pierna fue subiendo por dentro del vestido y como al principio le pudo el pudor resistiéndose un poco, pero muy poco, al poco rato no solo me facilitaba el meterle mano por debajo del vestido sino que me retaba a ir más allá y traspasar el umbral de su ropa interior, demasiado fácil, con lo divertido que es jugar a las barreras tocar sin contacto directo, pero tocando, me hacían gracia sus reacciones por momentos descarada y como si no hubiera nadie y por otros momentos pudorosa sabiéndose entre tanto gentío casi codo con codo con la mesa de al lado, mientras yo con mi dedo apretaba la tela de sus braguitas frotandole el pubis y de vez en cuando buscaba el lateral del triángulo de tela intentando colarme por ahí y llegó ese momento en el que ya todo te importa y el pudor inicial da paso a una extraña sensación de impunidad.

Entonces un parón, la excitación también necesita de dosis, las primeras muy leves, para ir aumentando hasta la dosis definitiva. Nos fuimos a cenar, buscamos un lugar que ya conocíamos se cena bien y rápido, aunque como todo aquel día estaba bastante lleno de gente y el barullo del local era bastante molesto. Durante la cena nos portamos bien pero fue montarnos en el coche y salir toda aquella represión a la que salimos del parking mi mano volvía a estar dentro de su vestido entre sus piernas y ella descarada lejos de impedírmelo se puso bien abrió las piernas y mi mano se coló dentro de sus braguitas para palpar su sexo, como sospechaba estaba muy mojado y pensé que debía estarlo por lo menos desde la escenita en la terraza de hacía un rato, el juego de meter mano solo se interrumpía en cada semáforo en rojo, para evitar que los coches parados al lado se percatasen, así cruzamos todos los semáforos de la avenida principal de la ciudad, con mi mano dentro de sus braguitas entre semáforo y semáforo hasta que tomamos el desvio de la ronda oeste y allí ya desató del todo, con el vestido subido y las piernas abiertas mientras la masturbaba, le dije.

-Te vas a correr antes de llegar al hotel

Me respondió con un:

-Tu crees?
-Si y ya que estamos podrías ponérmelo más fácil y quitarte las braguitas.

Lo hizo al instante y seguí masturbándola de camino al hotel.

Cogimos algo de aire antes de entrar al hotel, como si necesitasemos relajarnos por un momento y que no se nos notase el deseo. Entramos y nos fuimos directos al mostrador  de recepción a hacer el check-in ella delante apoyada en el mostrador y yo detrás, no puede evitar meterle mano otra vez mientras sacaba el DNI del monedero al hacerlo le levanté el vestido por detrás y como las braguitas las llevaba en en el bolso, le quedó una nalga al aire que tal vez vio alguna de las personas que había en los sofás del hall. Despues le dije que mientras hacía los trámites iba a por unas bebidas a una máquina expendedora.

Hecho el check-in nos y con la llave de la habitación nos metimos en el ascensor, dos pisos es demasiado poco tiempo para intentar nada, así que me comporté, buscamos la habitación y entramos, típica habitación de hotel, ella se dejó caer en la cama, estoy convencido que su deseo en ese momento era que la empotrase directamente pero me senté directamente en el pequeño sofá después de dejar mis cosas y le dije que se levantara de la cama que antes que nada quería hablar un par de temas con ella. Le cambió la cara de repente, se levantó y se acercó a mi, sin darle tiempo a mucho empecé a soltar mi discurso.

-Llevas unos días o más bien unas semanas con una actitud que no se como calificar, desafiante, pasota, malhablada cuando tu generalmente no lo eres y por no hablar del tema cafeína, que es algo que ya hablamos en su momento, ya eres de por si hiperactiva y entiendo que te gusta el café, pero creo que quedó muy claro que red bulls y similares no y menos por la tarde...
-No montes un drama, que solo fue un día
-Ya solo un día pero te sentó como un tiro ¿o no?
-Si claro, te lo conté
-Pues como no me gusta esa actitud, ya sabes lo que te espera y merecido además.

En ese momento le indiqué mi rodillas.

-Venga va...si podemos hacer otras cosas...

La cogí de las manos, la acerqué y la "ayude" a colocarse en mis rodillas. En el sofá es una posición cómoda a fin de cuentas estaba tumbada boca abajo lo único es el culo levantado por mis piernas, empecé a azotarla con la mano no se si no lo esperaba pero lo cierto es que ya desde esa primera tanda encima del vestido empezó a quejarse un poco mientras le decía que el sueño perdido el otro día por aquella bebida lo iba a recuperar hoy, al poco le levanté el vestido mal negocio para una spankee perder las bragas y seguí realmente quería que aquella vez le picase y me emplee a fondo, solo hice alguna pausa para "comprobar" su sexo que seguia caliente y húmedo en recepción nos habian dicho que el hotel estaba lleno y una azotaina a mano lia un escándalo difícil de disimular, pero en parte es un añadido al "castigo" que puedan escuchar la zurra como si fuera una niña traviesa que se ha portado mal. Lo cierto es que se movía y quejaba más que en otras ocasiones asi que creo que por su cabeza pasaba otra día nada mas entrar al hotel y no acabar en mis rodillas mientras le ponía el culo como un tomate. Cuando ya lo tenía rojo y calentado era el momento de pasar a cosas más fuertes, cogí mi cepillo de madera que había dejado a mano, estuve  estuve frotándole un poco el culo con la mano, pero continuar la azotaina con el cepillo, en este caso no era el suyo cuadrado y ancho pero ligero, era el mio mas estrecho ovalado pero más denso y pesado, lo cogí de la cintura y me desplace hasta quedar sentado en el borde del sofá eso hacía que ya no pudiera estar con lo pies y el cuerpo apoyados en el sofa y que quedara con los pies que apenas tocaban el suelo y el cuerpo doblado hacia delante lo que aun exponía más su culo y le daba un toque mas infantil.

-Si te portas como una niña, te trataré como una niña

Empecé lento pero constante alternando mejilla y mejilla, y poco a poco aumenté un poco la fuerza, la velocidad y azotando varias veces seguidas la misma mejilla antes de cambiar dando siempre en la mitad inferior de las nalgas, que es donde pica más y donde al día siguiente al sentarse queda un recuerdo, cuando la piel se empezaba a poner blanca paraba dejaba que se reestableciera la circulación y mientras volvía a comprobar que me decía su sexo, tras un par de tandas de 30 azotes sin contar el calentamiento decidí darle un descanso, la hice levantarse, la cogí de la oreja y la llevé al rincón, manos en la cabeza y vestido levantado. Yo mientras preparé lo necesario para continuar.

Fui al baño, había comprado una pastilla de jabón neutro, lo dejé en el lavabo, llené un vaso de agua y la fui a buscar al rincón, la cogí de nuevo de la oreja y la llevé hasta al baño en la otra mano llevaba el cepillo, ya en el baño abri el grifo y froté la pastilla para hacer espuma.

-Saca la lengua, así aprenderás a contestar bien.

Se negó en redondo, así que tuve que dejar la pastilla, secarme las manos cogerla y hacer que apoyara las manos en el mármol del lavabo, levantarle el vestido y darle un tanda rápida de 10 azotes más con el cepillo, suficientes para que a la segunda sacara la lengua y le pasara la pastilla de jabon, enseguida se enjuago entre quejas varias veces, se quejaba que no se le quitaba el gusto del jabón, pero no estaba para quejas así que otra vez de la oreja para la habitación, allí le dejé coger un caramelo de los de cortesía del hotel, pero también le dije que pusiera las cuatro almohadas en el centro de la cama y se tumbara boca abajo sobre ellas, lo hizo obediente cosa que hasta el momento no había hecho, una vez colocada, con el culo perfectamente levantado, le separé las piernas, algo que se que le da pudor y fui a por el cinturón nuevo, que le dije que estrenariamos si me daba motivos, tiene un mecanismo curioso una especie de anilla corredera de cuero que hace que al doblarlo puedas pasar la punta por ella y dejarlo a la medida correcta, así que lo puse encima de su culo desnudo y ya bastante castigado para coger la medida ideal, para que cada azote golpeara solo las nalgas y no envolviera las caderas.

 Mi idea era una azotaina severa aquel día, así que empecé con una primera tanda de 25 azotes desde el lado izquierdo de la cama, al azotar en esa posición apenas hay que hacer fuerza, la gravedad se encarga ya que el azote cae de arriba a abajo, es levantar el brazo y darle un ligero impulso acompañando hacía abajo y consigues un azote perfecto. Tras esos primeros 25 vuelta a comprobar su sexo esta vez de forma mas exhaustiva no solo pasar un dedo para ver si está mojado, sino entreniendome más estimulándole el clítoris y metiéndole algún dedo. Y cambio de lado, hacia el lado derecho de la cama para desde allí darle otros 25 azotes más y volver a "comprobar" más a fondo aún, hasta que de nuevo cambio de lado y 25 más, a pesar de que ya llevaba una carga de azotes encima importante, apenas se quejó en esta parte con el cinturón, imagino que la excitación y las endorfinas empezaban a hacer efecto, solo en los 25 últimos desde el otro lado que en total sumaban 100, si en los últimos de esa tanda dio alguna señal de agotamiento, al terminar le dije:

-No te muevas y no te toques y me fui al baño

Empapé un par de gasas en alcohol de 70 grados, y de vuelta se las pasé con mucho cuidado por las nalgas, se quejó un poco del escozor de las micro erosiones en la piel, pero enseguida suspiro aliviada.

Entonces fui hasta mi bolsa y cogí  el lubricante y el plug de los castigos, un pequeño plug metálico. Le lubriqué a la vez que le hacía un pequeño masaje en el culo y le metí el plug. Entonces me desnudé me subí en la cama ella seguía en la misma posición, volví a comprobar con mis dedos su sexo y entonces empecé a darle palamaditas en el desde atrás, el efecto de esos pequeños azotes es asombroso, su cuerpo empieza a lubricar como con ningún otro tipo de estimulación tanto que cuando se la metí apenas note nada de lo mojada que estaba, me excita mucho notar el culo caliente de los azotes en cada embestida, no tardó en tener un orgasmo, pero seguí cogiéndola de la cintura para hacer que apooya las rodillas en la cama, con la espalda recta y la cabeza en las almohadas así yo podiponerme de pie y embestirla más fuerte, hasta que volvio a tener un orgasmo, entonces ya excitado a tope, la puse boca arriba le levanté las piernas, le quité el plug y llevé mi polla a su culo así mirándonos a la cara, al entrar se quejó un poco, le pregunté si le dolía y me dijo que una vez dentro no, empecé a moverme y ya no paré hasta correrme.

Luego ya vino el momento cremita y masaje y se quedó dormida mientras le sobaba el culo que seguía rojo y marcado, pero fresquito.

La mañana siguiente despertamos con más sexo, pero como hacía un estupendo y soleado día decidimos cumplir su deseo de playa. Preparamos todos y nos fuimos, elegí una playa generalmente  muy tranquila pero dio la casualidad que aquel día había un evento y estaba a reventar, a pesar de todo disfrutamos de un día de playa incluso nos bañamos pese a ser Mayo y estar el agua aun a 15 grados solo. Con el bikini era perfectamente visible las marcas del juego de la noche anterior, dos pequeños círculos de color escarlata en donde encima de esa linea donde se unen nalgas y muslos y algun que otro pequeño moratón. El día pasó rápido demasiado rápido y llegó la hora de volver a dejarla en la estación, de camino fue ella esta vez la que empezó a meterme mano, por encima del bañador mientras conducía.

-Así que estas juguetona?
-Tu que crees?

Me contestó con una sonrisa pícara mientras me frotaba la entepierna. Busqué un par de areas de descanso del autopista pero estaban infectadas de camiones, hasta que recordé que desviándome unos kilómetros había una gasolinera abandonada y apartada del autovia me dirigí hacía allí aparqué el coche bajamos y abrí la puerta de atrás.

-Venga vamos a jugar traviesa.

Le dije mientras me sentaba en el asiento de atrás y en cuanto hizo el gesto de entrar de  un movimiento rápido la puse en mis rodillas, le levanté el vestido, le bajé las braguitas que se había cambiado por el bikini en la misma playa y empecé a azotarla con ganas con la mano, las ventanillas del coche abiertas cualquiera que pasara nos podía escuchar, pero yo quería que se fuera el viaje de vuelta en el tren con el culo caliente, así que use un truco de spanker muy efectivo, mojar el culo, tenía un botellín de agua una vez ya tenía el culo bien rojo, eché un chorrito de agua en una nalga y empecé a azotarla hasta secarla bien, después hice lo mismo con la otra nalga un par de veces en cada nalga, el agua hace que los azotes piquen con especial intensidad, pero a pesar de volver a tener el culo como un tomate, seguía juguetona, y nada más terminar me quito el bañador, me cogió la polla y se sentó encima metiéndosela toda y empezando a cabalgarme, estaba ya a punto cuando de repente apareció un coche con una familia y nos hizo tener que parar y disimular, ella seguía encima de mi pero sin moverse y empezó a tocarse a frotarse el clítoris y le dije.

-Venga córrete
-Quiero que te corras tu también...

Sin decir nada cambio de posición salió de encima de mi, se arrodilló encima del asiento y inclinándose empezó a comerme la polla, justo en el momento que el coche intruso se iba, en esa posición me queda su culo y su sexo al alcance y mientras ella seguía a jugando con mi polla en su boca, yo empecé a masturbarla, entonces recordé el efecto de los azotitos en la vulva y empecé a darselos, el efecto fue inmediato, cuantos más le daba más se mojaba hasta que le metí el pulgar y a la ver que lo metía y sacaba con el índice le frotaba el clítoris y los dos conseguimos el orgasmo en aquella gasolinera abandonada.

Un rato después la dejé en la estación y seguro que fue todo el viaje con un calorcito y un hormigueo en el culo que se extendía más allá al recordar como se había producido.

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